The Strokes en el Lollapalooza Argentina 2022: algunas decisiones no tan buenas

La banda de Julian Casablancas dio un show con momentos altos, pero sin llegar a entrar completamente en clima en el Hipódromo de San Isidro

Por  SEBASTIÁN RAMOS

marzo 20, 2022

Julian Casablancas de The Strokes en el Lollapalooza Argentina 2022/Fotografía de Ignacio Arnedo

Ignacio Arnedo

Ayer nomás, The Strokes eran “la última cosa nueva”… haciendo aquella vieja cosa. Corría 2001 y su rock de guitarras garajero, con tufillo al Nueva York de los años 70, los ponía en la cresta de la ola retro-rock. Veinte años después, en la segunda fecha del Lollapalooza argentino, el mismo lugar donde en 2017 ofrecieron su show más másivo, el cancionero de Julian Casablancas y compañía suena ahora a “vieja cosa”, a secas, en un festival donde los sub-25 copan la parada. Mucho más si se tiene en cuenta que los Strokes parecieron llegar esta vez con su versión más desgastada, con un show a media asta, que sufrió demasiadas interrupciones por problemas técnicos y que mostró a una banda sin conexión entre sus músicos. Ni siquiera el carismático cantante estuvo en una de sus noches más lucidas, con su performance cansina, ya marca registrada, pero llevada al límite.

Desde el arranque con “Bad Decisions”, “You Only Live Once” y “Under Control” se pudo ver a unos Strokes de algún modo standard; prolijos, sí, pero sin el brillo de la luna llena que tuvieron durante la hora y media de performance sobre sus cabezas. Ni sucios ni desprolijos. Dos características que en buena parte de su carrera se convirtieron en cualidades arriba del escenario.

Julian Casablancas de The Strokes en el Lollapalooza Argentina 2022/Fotografía de Ignacio Arnedo

En ese mood, The Strokes paseó por todas sus facetas sin terminar de armar un concierto redondo: de su impulso rockero (especialmente con los clásicos de su primer disco, los más festejados) a la pista de baile (con algunas paradas en el ochentero último disco, The New Abnormal) y del punk a la Sid Vicious de “New York City Cops” a la balada para que el bohemio de Casablancas juegue al crooner de los años 50.

“Take It or Live It”, “Someday” y “Hard to Explain”, hits de Is This It, fueron los encargados de levantar a un público que esperaba un set más festivalero, del que se ausentaron tanto el tema que daba nombre a aquel refrescante debut discográfico de 2001, como “Last Nite”, acaso su mayor pegada. Una suerte de boicot autoimpuesto que, cada tanto, parece dominar el camino de la banda que completan Albert Hammond Jr. y Nick Valensi en guitarras, Nikolai Fraiture en bajo y Fabrizio Moretti en batería.

The Strokes en el Lollapalooza Argentina/Fotografía de Ignacio Arnedo

Para cerrar el combo de una noche por debajo de las expectativas, promediando su set, el puertorriqueño Justin Quiles subió considerablemente el volumen reggaetonero desde el escenario Perry, el más cercano al principal, y sus arengas de “arriba las manos” comenzaron a mezclarse con las guitarras de “You’re So Right”. Creer o reventar, fue allí justo que los Strokes repitieron aquel chiste de la versión cumbia de “Reptilia”, esta vez tocada por ellos mismos (en 2017, antes de subir al escenario, le pusieron play al remix cumbiero del tema a cargo del santiagueño Oscar Coronel, publicado en YouTube con el alias El Shulian K-sablan-k). Pero, se sabe, el cuento contado por segunda vez no causa la misma gracia. Aunque habrá que darles el crédito (a Valensi, en particular) por “cumbificar” “Razorblade”.

Los bises llegaron también desde ese tono abajo con el que se mantuvo la banda, con “Killing Lies”, y tras el enérgico “New York City Cops”, cerraron con “Ode To de Mets”, el último tema de The New Abnormal, probablemente el más cansino de la placa.  

En una fecha que pintaba para reivindicación rockera tras la primera jornada de fiesta para el género urbano, los Strokes mostraron su cara más ambigua, dejándole el cetro de la noche a un iluminado Litto Nebbia (que, a los 73 años, horas antes había terminado su impecable show con eso de que “lo que el mundo precisa es armonía”).

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