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P&R: Diego Torres

Una charla sobre la idiosincrasia argentina, las redes sociales y las experiencias memorables que le ha dejado su carrera musical. El cantautor se encuentra presentando su álbum más reciente, Mejor que ayer, en el que colabora con sus propios sobrinos, con la guitarrista paraguaya Berta Rojas y con el colombiano Carlos Vives

Por  RICARDO DURÁN

abril 26, 2024

CORTESÍA SONY MUSIC.

Torres siente que la canción ‘Mejor que ayer’ “refleja lo que muchos están sintiendo”, y por eso viene creciendo para meterse entre sus más grandes éxitos. Este nuevo disco muestra su perspectiva sobre diversas temáticas, y le da espacio para reflexionar más allá de la promoción sobre diversos asuntos. “A mí no me interesaba qué hacía Sting, qué auto tenía, qué ropa… Me interesaba cómo sonaban esos discos, qué buenas estaban esas canciones. Parece que hoy la energía está puesta en otro lado”, dice el argentino, quien se mantiene entre las grandes figuras de la música latinoamericana de las últimas décadas.

Esta es una charla sobre la idiosincrasia argentina, las redes sociales, y las experiencias memorables que le ha dejado su carrera musical.

¿Qué significa Mejor que ayer como álbum en su carrera y en su discografía?

Es el número 10, es volver a trabajar en el estudio para provocar música nueva, inspiración y gente nueva. También es buscar diferentes sonoridades que me inquietan, me reinventan y que van con ese desafío que a mí me gusta dentro de mi sonido, tratando siempre de tener un horizonte amplio. Tiene temas que son bailables, tranquilos, otras canciones más caribeñas y otras más cerca de lo anglo. Hay una mezcla, es lo que propone este disco.

Fui trabajando con diferentes socios a la hora de arreglar y de producir con gente nueva que te aporta sonidos, referencias que te ayudan a ordenarte. Así fuimos produciendo las canciones y fui trabajando con muchos colegas con los cuales me senté a escribir y producir. Estoy agradecido con todos los que han trabajado porque me han aportado su talento y confianza.

En términos creativos y sonoros, ¿lo ve como un álbum de continuidad o de ruptura en la trayectoria? ¿Cómo lo interpreta desde esa perspectiva?

Yo creo que siempre mis discos han ido buscando cosas nuevas, y la experiencia en otros países se traslada a la hora de hacer música. El hecho de trabajar con gente nueva también te hace aportar otro sonido. Yo creo que es un disco de búsqueda. Siempre estoy buscando algo. Ahí va la aventura de este disco.

En ‘Las leyes de la vida’ grabó junto a sus sobrinos.

Sí, eso fue algo que tenía en la lista de sueños por cumplir. Mis sobrinos, Benja y Ángela, que les he visto nacer, crecer y formarse en la música, en una tarde empezamos a mostrarnos canciones. Benja me muestra una idea de ‘Las leyes de la vida’ y digo, “Acá hay algo interesante”. Me dijo, “Lo que pasa es que lo empecé y no sé por dónde seguirlo”, y le digo, “Hay una cosita que me parece interesante para trabajar, si me dejás, me meto”.

Estuvimos trabajando e involucramos a Ángela. Esta canción, que tiene un poquito de flamenco con sonidos actuales, tiene una letra que habla de la familia, de recuperar las cosas, de que el tiempo no vuelve atrás y de vivir el presente. Es una canción muy simple, profunda y pegadora al mismo tiempo. Así que me parecía ideal para abrir el disco.

Benja ya está editando música, y está a pleno escribiendo, componiendo para otros artistas, y cantando sus canciones. Ángela trabaja desde muy chiquita como actriz, en comedia musical, cine y series de televisión. Es muy completa y canta fenomenal. Tiene una personalidad muy fuerte. Es hija de mi hermano y su madre también es actriz. También está mi sobrino Pedro, que es el guitarrista de mi banda, y también está en el video de ‘Las leyes de la vida’. Está mi sobrino Juan que estudia abogacía, pero toca piano increíble. Así se dio todo, y para mí fue un sueño cumplido.

Para nosotros, como familia, fue muy sanadora esta canción. Creo que por eso a lo mejor se identifica mucho la gente, porque todos tenemos una familia, a veces disfuncional, a veces hay alguien lejano, un dilema con un hermano, o nuestros padres ya no están. Entonces, creo que la gente se sintió tocada desde ese punto de vista y yo lloré mucho grabando esa canción, creo que para depurar un montón de cosas. Mis padres estarían contentos de vernos ahí cantando, o en el Arena en Buenos Aires, o en el video con imágenes de archivo… Realmente es algo que deseaba y anhelaba mucho.

¿Qué perspectiva tiene de lo que está pasando y puede llegar a pasar con la inteligencia artificial de cara a la música en términos creativos?

Un poco asusta cuando escuchas cantar a Frank Sinatra una canción nueva, porque él murió hace años. Un poco asusta cuando crean una persona virtual y los chicos se enamoran en realidad de alguien creado por inteligencia artificial. Me gustaría pensar que hay oficios que solamente los va a poder seguir haciendo el ser humano. Me gustaría pensar que la tecnología nos aporta y que no terminemos nosotros víctimas o esclavos de la tecnología.

Todo se ha acelerado tanto en este mundo en los últimos 100 años desde la invención del automóvil, del avión, el viaje al espacio, y en estos últimos años con la tecnología y la era digital, el mundo también se aceleró mucho. No me puedo imaginar qué va a pasar en 100 años porque me parece mucho tiempo. A veces me cuesta imaginarme en cinco o en 10 años. Esto que vimos en la película Her de Joaquin Phoenix, que se termina enamorando de su sistema operativo. Ayer hice una entrevista con Alexa; el mundo gira muy rápido, yo creo que hay que tratar de utilizar la tecnología a nuestro favor, pero no que la tecnología nos termine dominando a nosotros.

¿Qué puede imaginar para el futuro de la música? No sujeta a la tecnología como herramienta, sino a lo que estamos siendo o podemos ser como seres humanos. ¿Qué puede pasar con eso para la música?

Yo creo que una buena canción siempre va a ser una buena canción, y creo que más allá de la tecnología, si uno puede defenderla con una guitarra o piano, y la canción es potente, es porque eso no va a cambiar. Después depende del arreglo, de la producción y el sonido que tenga esa canción. Creo en los artistas genuinos, que tienen algo para decir, que tienen un instrumento por interpretar y algo que comunicar… quiero pensar que eso no va a cambiar.

La música le ha dado la oportunidad de hacer un montón de cosas que el resto de los mortales apenas podríamos soñar. Pensaba, por ejemplo, en la oportunidad de actuar y jugar fútbol con Maradona. Recordemos un poco esa experiencia y otras que la música le haya dado a ese nivel.

Sí, yo tuve la suerte de conocer a Diego de muy chico y compartir con él. En ese momento estábamos haciendo una serie, y éramos muy futboleros. Lo fuimos a buscar para interpretar un personaje, él se prendió, vino y actuó porque le gustaba mucho actuar, le gustaba mucho cantar, le gustaba mucho lo artístico. Jugó al fútbol y se prendió con nosotros; después viví un montón de cosas con Diego, viajes, vino a ver conciertos, cosas inolvidables.

Otras experiencias increíbles que la música me ha dado, por ejemplo, grabar con Rubén Blades, que es alguien que admiro mucho como artista, como persona, un hombre inteligente, comprometido, auténtico… Haberlo invitado a él a cantar ‘Hoy es domingo’ y poder compartir con él muchos momentos de charla y de profundidad, para mí fue un regalo que la música me brindó.

Cuando me vi grabando con Carlos Santana, también, porque era un referente cuando yo era chico y escuchaba el sonido de su guitarra, su percusión, su rock latino. Terminar grabando con él, haciendo un video en Los Ángeles, compartiendo una motorhome con él, y charlando en calzoncillos [Risas], me decía, “¿Qué querés escuchar? Porque aquí, en el iPad tengo a Bob Marley, Michael Jackson…”; tenía tres o cuatro artistas que a él le gustaban… Compartimos esa filmación, comí en su casa, fueron un montón de cosas que no pensé que me iban a suceder.

Así, la vida con artistas como Juan Luis Guerra, Ivete Sangalo, de Brasil, que es una reina, la amistad con Carlos [Vives], con Fonseca… la música me dio muchas puertas que se me abrieron, y me han enriquecido como persona, y han enriquecido mi música.

SANTIAGO SANABRIA URIBE


“Me gustaría pensar que la tecnología nos aporta y que no terminemos nosotros víctimas o esclavos de la tecnología”.


Argentina es un país referente en el mundo, y en especial para América Latina, por la literatura, por la música, por el fútbol y un montón de cosas más, pero creo que desde afuera a veces nos cuesta trabajo entender, por ejemplo, cómo hace un año (y un poco más) era una fiesta por el Mundial, y ahora atraviesa esta sacudida política y económica, ¿cómo podríamos entender esas cosas de su país?

Es muy difícil esto que decís. He leído en algunos artículos que es muy difícil entender esa idiosincrasia nuestra, política, social, donde todo es tan ambiguo, y en un mismo partido hay de derecha y de izquierda, ¿cómo es esto?

Creo que venimos con muchos años de debacle económica, de una inflación que no podemos dominar y que se incrementó en estos últimos años. Creo que teníamos un país muy rico que nosotros nos encargamos de hacerlo pedazos. Creo que hay una necesidad de cambio de la gente, que no sé si está en los políticos y en los que manejan el poder, no en un discurso con palabras, sino con hechos. Es difícil comprender la idiosincrasia argentina.

Algún dicho decía, “Me fui hace 10 días de Argentina, y volví, y no entendía nada. Me fui hace 20 años, volví y entendía todo, porque todo estaba igual”. Eso me duele mucho, porque amo a mi país, y creo que hay mucha gente valiosa, buena, pero también hay mucha gente mala que hace daño. Creo que estamos viviendo un momento de transformación, y no sé si vamos a ver esa transformación completa.

A mí me pasa que escucho a cinco o seis personas genuinas, del pueblo argentino, y lo que dicen es muy coherente, muy sensato, y me identifica como no me identifico cuando escucho a un político de un lado, o a un político del otro, sus discursos y su falta de valor a las palabras que usan; dicen, “Esto es algo institucional”, y se cagan en lo institucional. Los que jugamos con las palabras haciendo canciones, le damos un valor a las palabras, no es lo mismo una palabra que otra, por la rima o porque una palabra significa lo mismo, pero otra tiene más peso.

Ya cuando tenemos ciertas décadas vividas, pensamos, “¿Otra vez esta misma película? ¿Otra vez me vas a engañar y me vas a mentir de la misma manera?”. Eso es lo que me vuelve una vez más a mi pensamiento independiente. Para los que quieren bandos, el independiente es un tibio. No, es uno que está poniendo un filtro y una cordura para discutir.

Yo lo traslado a mi trabajo: si me peleo con el iluminador, con el jefe de luces, con el sonidista y con el jefe de la banda, esto no funciona, van a abrir el telón, y el público va a ver gente peleándose. Yo tengo que confiar en el de las pantallas, como el director de la banda tiene que confiar en mí o yo confiar en él, cada uno delegar en su equipo y ponernos de acuerdo para que todo funcione. Da la sensación de que es imposible en nuestros países, es muy difícil, y lo que quieren es la pelea porque de la pelea se fortalecen.

Yo creo que ya no queremos más eso; es un desgaste que te va erosionando y no te lleva a un lugar bueno.

CORTESÍA SONY MUSIC.


“Creo que hay una necesidad de cambio de la gente, que no sé si está en los políticos y en los que manejan el poder, no en un discurso con palabras, sino con hechos. Es difícil comprender la idiosincrasia argentina”.


También pasa algo muy loco, no de nuestros países, sino de esta era que nos toca vivir, y es que no queremos eso que mencionas, pero en contraposición parece que sí lo queremos. Es la grandilocuencia la que logra el éxito. Si yo salgo mañana y digo que el disco de Diego Torres está bien, no pasa nada, pero si salgo y digo que es una porquería, todo explota, o si digo que este disco me transformó la vida y que no volveré a ser el mismo por haberlo escuchado, eso sí va a tener eco; en cambio, con la mesura no pasa nada.

Yo creo que las redes nos han puesto muy amarillistas. Esto que decís del click… “Diego Torres se peleó con el periodista de Rolling Stone”, pero luego entro y dice, “En una discusión muy animada sobre la realidad política social de Latinoamérica intercambiaron conceptos y se dieron un abrazo”. Decís, “¿Y dónde está la pelea?”. Antes no había tanto espacio para eso, hoy lo tenemos en el teléfono, al alcance de la mano. Todos sabemos todo y eso a mí me satura de una manera… le estamos dedicando tiempo a cosas que no sé si tienen mucho sentido. Esto es, “Hagamos ruido, no importa si es bueno o malo, pero llamemos la atención, y que la gente hable de nosotros”.

“Ladran, Sancho. Señal de que cabalgamos”, como diría Don Quijote. Yo no quiero el conflicto, la pelea, ni la polémica. Yo quiero sacar un disco y transmitirle cosas a la gente; mis polémicas y mis dilemas los arreglo yo con mis amigos, en mi terapia y en mi entorno.

Hoy está todo muy expuesto, muy para afuera. Algo de eso está bueno, es decir, “Estoy mal, y lo tengo que sanear”, y en vez de guardártelo, lo hablás, en eso estamos de acuerdo. Pero abrir una pantalla y hablarle al mundo para decirle, “Estoy mal” … ¿no tenés a alguien, a un amigo?

Esto nos está exponiendo mucho, y no significa dejar de hablar sobre los dilemas que el ser humano tiene al decir, “Yo tengo problemas mentales”, buenísimo que lo hables, pero fíjate dónde plantearlos. Tiene un lado bueno, pero estás habilitando a un montón de gente para que se meta en tu vida, y hay cosas que son de uno. Hoy ya no tenemos claro qué parte de la vida es interna, porque mostramos todo para afuera.

Le damos poco espacio a las cosas que realmente lo merecen. ¿Cuánto tiempo le dedicamos a escuchar un disco de verdad? Yo le agradecí a la gente que vino y me dijo, “Me escuché todo el disco”. Nos damos poco tiempo y todo es muy inmediato. Lo veo con mi hija cuando escucha música, le pido, “¡Dejame escuchar el coro!”, porque ya no llegan ni al coro de la canción…