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Nica: el retrato catártico de Nicole Horts

La cantautora mexicana revela cómo transitó entre la oscuridad y la vulnerabilidad, para darle vida a su primer material discográfico.

Por  KARLA LEÓN

abril 24, 2024

Cortesía Nicole Horts

Para Nicole Horts, el movimiento marcó el rumbo de su vida. Fue en el escenario, a través de la danza y el teatro musical, que descubrió las virtudes de provocarlo en el cuerpo, en la mente, en el alma, en el corazón, o en todo al mismo tiempo. Pronto, sobre la duela se reveló el poder de su canto, no solo como una oportunidad para romper los esquemas escénicos que, en ese entonces, limitaban su notable virtuosidad, sino también, para cumplir una ilusión creciente por crear y contar historias.

La cantautora, originaria de la Ciudad de México, comenzó a escribir sus primeras canciones a los 16 años, lo que evidenció múltiples influencias musicales, particularmente, de géneros como rock, funk, R&B y afro, en voz de figuras y bandas como Queen, Janice Joplin, Annie Lennox, Earth, Wind & Fire y Peter Gabriel; así como su admiración por las voces de Beyoncé, Kelly Rowland y Cristina Aguilera, y el hip hop de Lil Wayne, Jay Z y Florida.

Un año más tarde, a su regreso de Berklee, se reunió con algunos amigos y formó una banda para compartir sus composiciones, algunos covers y reencontrarse con el escenario. Así, luego de tomar algunas decisiones en torno a su carrera en la música, Nicole Horts emprendió un nuevo ciclo para adentrarse en la producción de sus primeros materiales discográficos, con los que demostró la evolución natural de su sonido.

En Naona, su primer EP, Nicole apostó por una fusión orgánica e instrumental de soul, neo soul, R&B, góspel, funk y jazz. Su propósito, además de configurar un disco virtuoso e integrar una nueva propuesta a la escena mexicana, fue demostrarse a sí misma los pasos que podía dar dentro del estudio, pero nunca bajo la idealización de la fama o el reconocimiento inmediato, sino como una expresión de sus propias búsquedas internas.

Tras escribir ‘Blue’, ‘Sola’ y ‘Corre’, la artista descubrió, junto al productor David Bravo, que podía conceptualizar Naona, a partir de la colorimetría que percibía en cada una de las canciones, y entonces, decidió completar el material bajo esta narrativa e integrar su interpretación sobre el desarrollo del soul a través del tiempo. Dos años más tarde, publicó VAYU, un álbum que habla sobre los prana vayu, un término del sánscrito y de la cultura hindú, que se refiere a las energías vitales.

Descrito por Nicole como uno de los álbumes más “clavados” que ha hecho, VAYU evoca a la tierra, al fuego y a la forma en la que regresamos a nuestras raíces. Ambos discos están permeados por armonías vocales excepcionales, resultado de su profundo reconocimiento por los cantos de las tribus, cuya fuerza, honestidad y crudeza, le han permitido descubrir los orígenes y principios de la música, y por lo tanto, entender que la voz es un instrumento elemental.

Un año después, Nicole Horts se adentró en una época de transición con entrevayus, un EP que extendió algunos trazos de la identidad que había creado en el pasado, pero que, de una u otra forma, buscó redefinir, para establecer una pauta sobre el futuro. Para la compositora, este material rectificó su camino en la música, le permitió reconocer nuevos procesos creativos y le abrió las puertas a la industria musical, pero también, la encontró en un momento de ansiedad, de pérdida y en un intento fugaz por transitar hacia otros caminos. 

“Las transiciones son complicadas y curiosas”, dice Nicole Horts a ROLLING STONE en Español, tan solo unas semanas después de haber concluido Nica, el álbum más personal y honesto de su trayectoria. “Cada vez que hago un proyecto lo siento distinto, porque yo soy así. Nunca intento hacer lo mismo, no quiero mejorar un proyecto que ya hice realidad. Me concentro en nuevas sensaciones, en aquello que me genera un asombro y me mantiene en otra dirección. Siempre estoy cambiando y pienso que todos los EPs fueron una preparación para llegar a este momento”.

Nica es un álbum conceptual y biográfico. Está inspirado en el “Viaje del Loco”, de Carl Jung, y los arcanos mayores del tarot; representa, al mismo tiempo, una metáfora por las facetas de aquellas personas que se han cruzado cíclicamente en su vida. “Viví una etapa de exploración, de perderme un poco y encontrarme. Quería provocar movimiento en su máximo esplendor y en todas las facetas posibles. Después de tres años está aquí, y es lo más honesto que he hecho musicalmente. Necesitaba saber quién era Nicole Horts y me permití ser, sin juzgarme”, narra.

 
 
 
 
 
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A la largo de trece temas, la compositora crea un universo íntimo y enigmático, que poco a poco se torna colectivo, y que se transforma a partir del discurso de las letras, los sonidos, la producción, la estética visual y los sentimientos detrás de cada etapa. De esta forma, se revelan capítulos que simbolizan una expresión completa de su amor por el arte y la música, y a su vez, de sus duelos, temores, preocupaciones y frustraciones.

Nica es un álbum de protesta y, además, una carta abierta sobre la vida de una artista que demuestra un ingenio inconmensurable, pero que aún construye los caminos que logren definirla bajo sus propios términos. Si nuestra propia naturaleza nos mantiene en constante evolución, sería ilógico que su arte y ella misma no lo hicieran. 

“Este es mi álbum debut”, medita. Lo anterior fue una especie de exploración y aprendizaje. Con Nica por fin me estoy acercando al modelo de trabajo que siempre soñé; todo lo puedo hilar, agregarle detalles, y encontrar mundos infinitos. Es un disco transparente, hecho con mucha ilusión, y tuve la libertad de mostrar quién soy. Si hay algo que puede definir mi esencia es el poder de la vulnerabilidad; tengo un lado oscuro y otro muy honesto”, recalca, mientras nos adentra en las raíces de Nica, el retrato más desafiante y catártico de su vida. 

Nica es un álbum con un concepto muy universal, que al mismo tiempo abraza la mexicanidad. ¿En qué momento te encontró este álbum al inicio y en qué momento te encuentra ahora, a punto de ser publicado? 

Al inicio, fue una tormenta entre decidir qué quería hacer y a dónde quería ir. La primera canción que hice fue ‘aNIKKYlando’, la escribí en mis notas, y quise presentarme como artista, porque siempre ronda por mi mente la pregunta sobre “¿quién soy?” y “¿qué es lo que quiero hacer con mi música?”. Fue una forma de aceptarme y abrazarme, de reconocerme como un ser cambiante; de honrar la eterna búsqueda que quiero tener como artista, de explorarme en todas mis facetas y en diferentes sonidos. Es el resultado de entender que mi propósito, y lo más valioso que puedo aportar en este camino, es ser yo misma. Me adentré en cosas que me dolían y que comprendí que estaba viviendo. 

Luego, el concepto del tarot llegó porque a diario sacaba una carta para aprender a leerlo, como un hobby. Siempre me ha gustado amarrarme a conceptos, para llevar mi música a diferentes lados y así empezó este viaje. Esta exploración fue un proceso muy catártico y explosivo, aún lo es y se escucha en el álbum; es un material oscuro y, al mismo tiempo, muy honesto. Representa caos e incertidumbre, pero también esas ganas de luchar y de reconocerme.

¿De qué te liberas? 

Estaba en una búsqueda como artista, tanto en el sonido, como en lo que quería hacer con mi proyecto. A lo largo del álbum hablo de quién soy, pero también plasmo ese sentimiento de estar constantemente perdida. ¿Este sonido me va a definir para siempre? Probablemente no, pero es el sonido que hoy me representa. Me libero de muchas emociones de las que nunca había hablado; nunca había estado tan enojada y, honestamente, escucharme así y mostrarlo al mundo fue un poco aterrador, pero no me importó. Nica es una liberación artística, me ayudó a entrar en el caos de mi mente. 

¿Por qué Nica?

Nicole Horts es mi nombre real, pero también pienso que es mi alter ego, y necesitaba un apodo para saber de dónde venía mi “yo” artístico, la que absorbió todas las referencias musicales y el arte. Nicole significa “ejército victorioso”, pero si lo divides, Nica es “victoria”, y también encontré otros significados que me encantaron. Se traduce como “imagen verdadera”, lo que me hizo sentido porque es un álbum honesto; es “único”, que era lo que yo quería; y “nada”. Así que el apodo de Nicole Horts es “Nica”. 

¿Cuáles fueron los aprendizajes más valiosos que te dejó este disco? 

Creo que ningún proyecto me había enseñado tanto. Nica me enseñó a tener confianza y a aceptar que está bien ser yo misma. Que están bien mis métodos de trabajo y mi forma de ver el mundo, es decir, me permití ser, sin juzgarme. Con este disco me llevé a puntos muy malos, me exigí muchísimo, pero entendí que debía apapacharme, porque la única que iba a conseguir las ideas y ese poder creativo, para encontrar las respuestas que quería, era yo. Siempre estoy buscando un click, algo que me haga sentir, y tenía que vivir esta conexión y ese aprendizaje, llevarme al límite, despertar mi intuición, aprender a ser vulnerable, buscarme en otros lugares; todo, para encontrarme. Afortunadamente, en este álbum encontré un gran equipo, una familia que visualizó las cosas igual que yo, y que me impulsó para cumplir mi visión. 

¿Cómo aterrizas el concepto del tarot y cómo seleccionas las cartas para asociarlas con cada historia? ¿Dirías que hiciste una propia lectura de tu vida, como una oportunidad para construir o visualizar el futuro?

Emprendí este viaje con los 22 arcanos mayores, que son una metáfora de la vida. Hablan, además, de los arquetipos y las facetas que podemos atravesar a lo largo de nuestra vida, tal y como lo describió Carl Jung. Así que comencé a ver con cuáles estaba conectando en ese momento y su significado, porque son muy ambiguas y cada persona le da una interpretación diferente. No es un álbum inspirado solamente en el tarot, pero lo que encontré en ese momento me resonó y la realidad es que es una herramienta de autoexploración. No es la primera vez que acudo a un oráculo y a esta parte esotérica; es algo que siempre me ha llamado la atención. Lo que es cierto es que abordé cartas que a lo mejor no sentía en ese momento, pero que sí quería sentir. 

Por ejemplo, en ‘BITCH3’ yo no me sentía súper poderosa, pero quería sentirme así, porque en realidad estaba más en ‘estrella’. Quería sacar mi lado “emperatriz”, mi lado femenino, quería ser una perra. Esta canción es una experimentación de hip hop, y todo el álbum es un desglose de lo que para mí es el género y de cómo lo veo. Tiene muchas referencias a Biggie Smalls y Tupac, pero no solo por los sonidos, sino por lo que dicen. Me encanta el hip hop, pero a veces las letras me parecen molestas y es verdad que las mujeres han sido un accesorio para el género, así que quise resignificar el uso de la palabra “perra”. ¿Me van a decir así? Dale, pero para mí significa otra cosa y lo digo con orgullo. 

En otro caso, ‘aNIKKYlando’ tomó la carta del juicio para representar un renacimiento y esa sensación de hacer las cosas a mí manera, sin importar nada, pero también es un recordatorio de cuál es mi propósito en este camino artístico, al que siempre le estoy dando vueltas. Así las fui encontrando; a partir de entendimientos que tuve o que pensé que necesitaba tener en algún punto de mi vida.

Es evidente que el disco es un collage personal, porque se desarrolla a partir de momentos muy definidos, entre ellos, tu presentación como artista, la descripción del México que vives y, finalmente, una suerte de metamorfosis que funciona como despedida. ¿Qué otros elementos conforman el moodboard de Nicole Horts? ¿Quién eres en Nica?

No sé si es una nueva Nicole, pero sí es una carta mucho más abierta. Es todo esto; no es solamente R&B o la parte chill, sino una expresión completa que refleja de dónde viene mi amor por el arte, la música o el baile. Antes de ser cantante, quise ser bailarina, y un día me di cuenta que mi música no era bailable, o no como yo lo quería: algo fuerte, intenso y pasional; porque soy así. 

Al mismo tiempo, quise mostrar todas mis referencias musicales, porque son muy diversas. Ahora presento esta onda de tirar barras, pero eso es algo que siempre ha estado conmigo, aunque nunca me había adentrado tanto. Por todo lo que estaba viviendo, me pareció un buen momento para exponerlo y no es injustificado, porque el rap y el hip hop son géneros que nacen de la protesta, del enojo y Nica tiene mucho de eso. 

Siempre intento ser lo más honesta posible con mi música, y tenía que plasmar todas las gamas posibles de quién podía ser. Puedo ser una perra, pero también una perra depresiva; o puedo hacer algo muy al estilo de Aretha Franklin – a quien menciono en ‘T8KIO’-, o algo muy de Missy Elliot. He escuchado muchas veces que mi música es “cambiante” y que no tiene una “identidad”, pero la realidad es que siempre he escrito mi música y he explorado todas las vertientes posibles. Tampoco estoy diciendo que esto es a lo que va a sonar Nicole Horts para siempre, porque no sé quién voy a ser el día de mañana. 

Nica es un retrato de lo que me trajo hasta aquí; de lo que me inspira, lo que me hace sentir y lo que me hace moverme”.

¿Cómo defines el hip hop de Nicole Horts?

No sé si me considero una persona que hace hip hop, así como tampoco sé si soy alguien que hace R&B. El tema de los géneros no me gusta porque me encasilla y es algo que me cuesta mucho trabajo. Le tengo mucho respeto y una gran admiración a la cultura del hip hop, pero no me atrevería a llamarme una hip hopper. Lo que se escucha en Nica es una fusión de géneros y no es una representación total, sino un desglose. 

Antes me decían que era una artista de neo soul y no lo soy. Hago las cosas al estilo de Nikky. Pueden encasillarme, pero no me gustaría que mi música tuviera etiquetas, y la música de estos tiempos es así. Hago R&B, soul, hip hop, pop, ahora house, pero todo es una mezcla.

 
 
 
 
 
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Ahora que hablamos sobre fusiones, ¿cómo tomó forma la unión de estos géneros musicales con los elementos mexicanos? Por ejemplo, el sampleo de La Danza de los Diablos como percusión de ‘D15BLO’. 

Normalmente, los procesos creativos son un caos, porque son inesperados. En ocasiones, han dicho que mi música es muy “gringa”, y yo quería meterle cosas mexas; del México en el que yo vivo. Recuerdo que hice la producción de ‘D15BLO’ en mi casa y esta figura es parte de la cultura mexicana, porque evoca a la tentación y a la seducción. Hay un montón de danzas tradicionales que tienen este elemento y pensé que también debía incluir ritmos afro-mexicanos, porque es algo que está muy presente en mi estilo. Así que hice los chops afros, Cuau añadió la salsa y de ahí salió el pregón del final. La letra habla sobre la traición, porque en este camino me fallaron personas a las que les confié muchas cosas. 

En ‘nadie’ se incluyó el canto cardenche, una belleza del folclor y la música mexicana, que está desapareciendo. Particularmente, tomé inspiración de la canción ‘Ya me voy a morir a los desiertos’, e hice una interpretación con un vocoder y algunos elementos más experimentales. En ‘la calle’, que es la carta del mundo, incorporamos los sonidos clásicos de la Ciudad de México, principalmente del camotero, que es algo que escuchamos todo el tiempo, y a mi me parece que es muy único y tribal, como si se tratara de un silbato prehispánico. Todo lo fuimos encontrando en el proceso y no fue tan planeado, aunque sí es una representación del México en el que vivo.

Quiero poner sobre la mesa el tema del “artivismo” y de la protesta, para hablar sobre ‘F00L’, una canción poderosa y necesaria. ¿Por qué haces esta crítica en Nica

Cuando planteo la crisis de ‘aNIKKYlando’, no solo hablo sobre qué quiero lograr como artista, sino cuál es mi propósito en la vida, porque para mí, eso también significa sanar al mundo. Tengo el “síndrome de la salvadora”, quiero salvar al mundo, hacerlo un mejor lugar. A lo mejor estoy cumpliendo un propósito en la música, pero también es un lugar que puede llevarte a los terrenos de la banalidad. Mucha gente me ha dicho que cada uno lucha desde su trinchera, y en ese momento, estaba viviendo una depresión y pensaba: “¿Le estoy ayudando al mundo? ¿De qué manera?”. Mi trinchera es el arte, entonces, también tengo que hablar de lo que me enoja, para sanar al mundo de otras formas, por eso existe ‘la calle’, porque “está bien que no todo esté tan bien”. 

‘F00L’ es la carta del tonto; al derecho representa la ingenuidad y volteada es exceso de materialismo. Ver todo lo que estaba pasando a mi alrededor me generó frustración: el derrumbe de la selva, los incendios, las sequías, las malditas campañas políticas llenas de plástico, el asesinato de periodistas, el asesinato de mujeres. Tenía que plasmarlo de una u otra forma. A ver, no soy la persona más política del mundo, pero vivimos esta situación y tenemos que dejar de ignorar el problema y hablarlo. Voy a una marcha, ¿y qué más? 

Muchos artistas que admiro también hacen rolas de protesta y sentí que tenía una responsabilidad. Es mi intento por aportar un granito de arena y generar un poco de conciencia, porque pienso que no es solamente quejarte, sino dar soluciones, aunque incomoden. Precisamente ahora no sé cuáles son esas soluciones, pero estoy dando el primer paso y, a lo mejor, también es el primer paso de muchas personas para cuestionar y reconocer nuestra realidad. 

¿Qué tan importante es el arte en este álbum?

Mucho, sobre todo por la simbología. Los visuales cuentan parte de la historia de Nica y me parece que estos elementos completan el círculo creativo. Poco a poco, vamos a sacar visuales que dirigí y produje junto a José Midiman y Marty. Nos fuimos a un viaje por diferentes lugares de México, para mostrar lo diverso que es el país, así que se muestran dunas, la ciudad de noche, las calles, y la idea era hacer el “Viaje del Loco”. 

Maf Gobera se encargó de los collages. Es una artista que también es muy esotérica, y agregó simbolismos que son muy suyos. Por ejemplo, la canción de ‘AHORA’ trata sobre la templanza y aceptar nuestros miedos, porque todo se acaba y ese miedo va a seguir ahí, así que la mejor forma de afrontarlo es vivir el presente. En el arte agregamos unas alas de mariposa y un reloj en movimiento, y hace poco descubrí que Nica también significa “mariposa”, y eso es lo mágico del arte. 

¿Nica te encontró a ti o tú encontraste a Nica?

Creo que ambas. Sin duda, viví una nueva etapa y una evolución musical. Pude mostrar muchas facetas que a lo mejor no había sacado y, al final, nos fuimos auto descubriendo. Me encontré dentro de Nica y encontré a Nica dentro de mí. Fue todo un proceso sentirnos mutuamente, encontrar ese feeling y entender lo que nos unía, por eso tardé tanto tiempo en terminar este álbum, confiar y luego soltar un poco. Aunque no sé si en realidad solté, porque todo fue muy intenso; le di mil vueltas a  todas las canciones y eso se convirtió en un proceso muy denso, pero porque también estaba viviendo bajo esas emociones. No sé, es algo mágico y hubo algo que hizo fusión. 

¿Cómo lograste conectar esta parte tan emocional y personal con el poder de la música? 

Es una dualidad muy profunda. Constantemente hablo sobre las rachas de depresión y ansiedad que vivo y, para mí, ser honesta con este proyecto significa contar esos momentos tan duros. En ‘estrella’ hablo de eso, porque hay veces en las que me siento muy única y otras donde me siento totalmente aislada; hay ocasiones en las que me gustaría ser otra persona y hacer otras cosas, porque me limita mucho la existencia. A lo mejor suena como un problema mundano, pero es esta idea de la explosión y la  implosión simultánea. Las estrellas implotan, como un agujero negro, se tragan a ellas mismas y siento que eso es lo que a veces hago conmigo. 

Con ‘D15BLO’, por ejemplo, tengo muy presente el concepto de la ambición personal. ¿Dónde encuentro mi diablo interno? ¿Quién es el diablo en mi vida? En este momento, es la industria musical que me enumera, que me hace un billete. Da igual si soy una artista increíble o no, si canto o no, si soy una prioridad o no. Ese es mi diablo y  mi ambición es estar en la industria. 

Por otro lado, la muerte es una carta a la que le di mil vueltas y tengo muchas canciones al respecto, porque es muy personal, pero me parecía muy complicada de abordar en este disco; lo mismo sucedió con la del amor. Una canción bastante complicada fue la de ‘Lloro’, con la carta del chamán. Mantuve una discusión constante sobre si era la carta de la sacerdotisa, y al final me quedé con el chamán por una cuestión de religión universal, estructuras y creencias. Pensé mucho tiempo en un factor común de nuestra espiritualidad y descubrí que, en general, todos lloramos y eso es algo muy particular del ser humano. 

A mí me generaba mucha vergüenza llorar, hasta que lo platiqué en terapia y tomé conciencia de este acto físico tan abstracto, que surge por algo meramente emocional. Es un símbolo de limpieza, purificación y sanación; es un espejo de lo que te mueve profundamente el alma, por eso los sonidos tienen esa vibra de temazcal y resalta como una fuerza catártica, con esos drums profundos y la liberación del coro.

¿Quién es Nicole Horts después de Nica? ¿Qué sigue después de este disco tan importante en tu carrera? 

Soy una artista que se está replanteando muchísimo más cuál es el objetivo que quiere lograr con el arte. Mi lugar en la música parte de la honestidad y de una propuesta que me permita aportar algo a la humanidad. Quiero hacer arte que trascienda, que mueva a las personas y que me mueva a mí. Al final, la música de otras personas me ha salvado muchas veces y por eso hago esto. 

Seguramente quiero hacer más música y en algún momento me gustaría completar este proyecto, porque sigo escribiendo canciones. Para ustedes, Nica es nuevo, pero para mí, después de todo este tiempo, se está convirtiendo en un eco y necesito encontrarme otra vez, pero de una forma más libre, porque vivo en el futuro. Este álbum fue pensado para los escenarios, porque es uno de los pocos lugares en los que sí puedo estar en el presente y me apodero de ese momento, y también un poco del pánico, por eso hago un alter ego, para sacar otra energía y darle al escenario el respeto que se merece, porque es un lugar sagrado, en el que se trata únicamente del público. Estamos empujando para que este encuentro se logre. 

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