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Roberto Musso y el universo de la mente humana

Hablamos con el líder del Cuarteto de Nos durante su paso por Bogotá y nos contó sobre su más reciente álbum de estudio, Lámina Once

octubre 19, 2022

Guzmán Infanzón

Tras casi 40 años de carrera musical y algunas etapas algo “raras” para la agrupación uruguaya Cuarteto de Nos, es claro que en este momento la banda está alcanzando un climax que quizá no veían desde 2006 cuando publicaron Raro, el álbum que les dio la bienvenida a nivel mundial y que hizo que el Cuarteto se ubicara a lo largo y ancho del continente latinoamericano.  

Durante la pandemia, el Cuarteto de Nos tuvo la posibilidad de grabar y producir, Lámina Once, su más reciente álbum de estudio en el que la mente humana y todos sus recovecos son los que van a llevar al oyente por este viaje melódico. Hablamos con Roberto Musso, el líder del Cuarteto de Nos durante su paso por Bogotá y nos habló un poco más acerca del proceso de este nuevo disco, algunas de sus más profundas pasiones y el vuelco que ha tomado la carrera de la banda en los últimos años.

Bueno, hace poco le contabas a otro medio que para este disco Lámina 11 trataron de salir de los clichés y de los lugares comunes. ¿Cómo lograron esto?

¿Lo logramos? Sí, siempre es una búsqueda. Cada vez es más complicada después de tantos años de disco, ¿viste? De carrera, de todo. Entonces yo digo, a veces lo peor es competir con uno mismo en años anteriores y buscar alguna idea o concepto nuevo de qué hablar después de tanto tiempo, ¿no? En este caso yo creo que salió un disco muy natural, sin pensarlo mucho porque no teníamos obligación de sacar un disco.

No, como salió Jueves en 2019, pues yo tampoco tenía como mi chip de necesidad de empezar a componer canciones, pero bueno, el contexto de la pandemia yo creo que me fue llevándome como solo a intentar buscar una óptica de situaciones…

¿De dónde nace la fascinación por la mente humana? Por la experiencia humana, ¿dónde nace todo eso?

Sí, está bueno, pues mucha gente me pregunta si estudié psicología, filosofía y no.         

Mucha gente sabe que soy ingeniero de sistemas y me apasionaron siempre las matemáticas y la lógica desde chico, junto con la música que es la pasión. Pero está muy bien cómo descubres la mente, porque la mente tiene mucho de todo eso y son los recovecos del cerebro que te llevan tantoa las letras, los números como los pensamientos. Yo siempre lo vi como algo muy unificado.

Por ejemplo, Jorge Luis Borges, que es uno de mis autores favoritos, y como él también es apasionado de las matemáticas, se zambullía en esos mundos paralelos. Me encantaba. Pero siempre me he preocupado así, de la psicología y de pensar mucho como desde chico, con un mundo interior muy rico.

Capaz yo creo que le debo mucho a mi papá. Él era fanático de la ciencia ficción, de una ciencia ficción más ciencia que ficción, digamos, y de escritores como Asimov y todo eso es lo que desde que tengo 11 años. Pero bueno, siempre me interesó eso, pero el tema de los conflictos mentales, el tema de salud mental es algo que lo viví de cerca en un montón de casos, de familiares y amigos, y todavía me interesa también abordar un tema muy tabú, que yo creo que ahora ya como que las generaciones nuevas están viendo como con otros ojos más abiertos, me parece.

¿Crees que has explorado tu propia mente?

Yo creo que sí, constantemente. Yo creo también que el tema de hacer letras y hacer canciones ha sido siempre un cable a tierra [o hacia el cielo] para mí, por un lado. Un cable a tierra es raro. Pero me ha gustado siempre eso del chamán, eso de ejercitar el cerebro, ya sea dando exámenes en la facultad de ingeniería, de cálculo numérico o integrales múltiples. Y la verdad es que, yo siempre lo digo, y lo que más me emociona y me toca la fibra, me pone muchas veces la piel de gallina, es sentir el agradecimiento y cómo la gente ve al Cuarteto como algo totalmente diferente de que le cantan a otros artistas digamos. Como que llegas hablando de mentes, a esas mentes de esas personas.

Dentro del álbum en canciones como ‘Flan’ o ‘Ciudad Sin Alma’, hablas de la sociedad en la que vivimos, ¿hacia dónde crees que vamos?

Precisamente la primera y la última canción del disco, es caprichoso. No es casualidad justamente lo que vos decís, cuando somos quizás uno de los últimos lugares o géneros del rock alternativo, capaz que nos interesa en el disco en sí mismo como obra artística, el pensar cuál canción primero, cuál canción de última. A mí me sigue encantando eso. Y no es causalidad que el disco arranque con ‘Flan’, con la opening line del disco de ‘Estoy esperando que cambie el mundo’ y que cierra con ‘algo renacerá en un mejor lugar’. A mí me encantaba ese cierre conceptual del disco.

Genial. También hablas de la hiperestimulación y la obsesión de las personas a clasificar y como la obligación de estar opinando. ¿Cuál crees que sea el antídoto para todo esto? ¿Cómo podemos mejorar como sociedad respecto a esa “opinadera”?

Fue uno de los temas que yo creo que también la pandemia nos hizo explotar en la cara. Me da la impresión de que también fue como una llaga que se expandió y que se puso más a fuego de piel. Ese tema de la hiperestimulación de la información, bueno, de hecho eso le ha pasado en todo el mundo. En Uruguay pasó, por ejemplo, muchas veces que los informativos de los canales de aire pasaban de ser una hora, 3 horas por día y el consumo de información fue increíble y yo me sentí espectador e inmerso en todo eso.

Por eso que también en ‘Maldito Show, a mí me encanta la frase que dice “¿quién nos condenó?”, porque esa condena era una especie de puerta sin salida que teníamos, ¿no? Y a su vez toda esa hiperestimulación de información, me da la impresión que hace que, como dice también la canción, estemos a veces opinando sin saber casi nada de casi todo, porque la verdad es esa.

 Y por otro lado, he sentido como esa presión que tiene la sociedad, en principio para todo el mundo, pero también para gente que se hace un poco más expuesta a los medios y todo, de estarnos exigiendo siempre que se ponga de un lado o de algo. Lo vemos, yo creo, que en Latinoamérica todavía más a nivel político, económico, social, hasta deportivo, obviamente que siempre existió el tener siempre teniendo que elegir “¿eres team invierno o team verano?” Por eso es que la similitud, porque lo he visto en una revista, la similitud con Rorschach, con el terror, se ve interesante eso. Como ese test, que también ha perdido muy poca información de las manchas, ya te están clasificando y te dicen “¿qué ves?”. Que si ese personaje, que para mí es el personaje icónico del disco, ese personaje medio outsider, rebelde y típico del Cuarteto, que seguro ha mejorado, yo solo veo manchas, estoy en todo mi derecho y mi razón de ver manchas y no me pongan ninguna clasificación. O pónganme en la clasificación del que sólo ve manchas.

Cuéntanos un poco más sobre el proceso de grabación, ¿qué sucedió tras bambalinas? ¿Cómo fue trabajar con Eduardo Cabra y con Héctor Castillo?

Desde Jueves veníamos con una idea que yo creo que resultó muy buena. Era un experimento. Viste que habitualmente, sobre todo las bandas de rock, rock alternativo, los discos los hacían con un solo productor, digamos, metidos en el proyecto. Nos pareció que como logísticamente en aquel momento estaba interesante hacer tres o cuatro temas con cada uno de distintos productores de distintos países. De hecho, terminamos haciéndolo con cuatro productores en aquel momento.

 Aprovechamos estando de gira de un lugar para ir y grabar, pues tampoco el productor se quedaba obligado a quedarse seis meses metidos en un proyecto, como está hoy la industria musical que no se te piden para hacer una canción y que alguien le explique que no porque estás metido en un proyecto. Nos pareció bien para los dos bandos, digamos, bárbaro tanto para el productor como para el artista. Y quisimos repetirlo, pero por el tema de la de la pandemia, claro, estaba mover la banda en un lugar.

Entonces hablamos con dos de los productores creativos que han sido Eduardo como visitante y Héctor Castillo que nos creaba con una relación humana pero divina, como con todo lo que hemos trabajado. Y eso que dije bueno, vamos a Uruguay. Entonces desafiando hisopados y todo eso, y llega en dos semanas cada uno a Uruguay. Hacía un montón de años que no grabamos un disco en Uruguay y vos sabés que también nos pareció algo interesante de esa época tan complicada del 2021, dar trabajo a los técnicos, todo eso. Nos agradecieron mucho el hecho de por lo menos aportar un granito de arena para la economía y bueno, una experiencia genial. No te miento, hacía un montón que no grabábamos un disco estando en casa.

Espectacular. Bueno, me comentabas que te gustaba la literatura y Borges, ¿qué tanto ha influído la literatura también en tus letras?

Yo creo que todo, en general. Te digo que soy buen lector después de haber dejado de hacerlo por una cuestión de tiempo y haber leído ese consumo desde adolescente de libros de ciencia ficción. Creo yo que pudo haber sido un despertar de ese tipo de lírica que me gusta hacer.

En su tiempo consumí mucho Bukowski, me encantaba, y sé inglés, pero tampoco sé tanto inglés como para entender. Siempre terminaba leyendo con traducciones españolas. A veces de español de España. Pero me encanta ese de los escritores malditos. Y después, paralelamente, también soy un fanático de los escritores latinoamericanos. García Márquez, por ejemplo.

 Yo me acuerdo que cuando conocimos Colombia, que vinimos de novios [con mi esposa actual], en aquel momento era el primer viaje largo que hacíamos, siempre nos gustaba a los dos irnos a un lugar, a un país y comprarnos literatura del país que visitamos. Está buenísimo porque me acuerdo que leí acá en ese viaje familiar en los 90, me leí tanto El otoño del Patriarca como Noticia de un Secuestro que había salido hace poco por ahí. Era increíble porque estábamos en los lugares que mencionaba y ahí decía “bueno, obvio es esto, Colombia”.

Bueno, ya con 37 años más o menos encima de carrera, ¿cómo es la evolución del Cuarteto de Nos? Hace unos meses me decías que era bastante raro, que ahora pues tienen un pico de popularidad.

Sí, es rara. Capaz que también lo hablamos, porque a veces en la revista del Cuarteto la palabra “raro” se menciona muchas veces. Nosotros empezamos con la cuestión amateur de amigos de secundaria tocando cover de Led Zeppelin. Empezamos a hacer nuestras propias canciones. Tuvimos una popularidad muy grande en Uruguay a partir del 90 con esa popularidad nos salió hacia afuera y recién, Raro, justamente en el 2006, es que se abre esa puerta para nosotros desconocida, que ni siquiera la habíamos buscado hasta ese momento. Y a partir de ahí todo fue en ascenso. Fue como que empezamos a ser una banda nueva sin serlo, porque se hacía como más de 15 años de carrera atrás. Y para mucha gente nos sigue descubriendo por suerte hoy. Este momento que estamos viviendo ahora, siempre fue por una escalera, escaloncito por escaloncito.

Hoy, después de la pandemia está como en un salto bastante grande por lo que vemos y bastante parejo en toda Latinoamérica. Nos ha pasado en Ecuador, en Perú, ahora venimos de México y ahora acá en Colombia, y nada, se disfruta diez veces más. Capaz que hemos hablado a estas alturas de la vida haciendo una parodia de nosotros mismos, de lo que fuimos o recordando días de gloria y ya estamos viviendo el mejor momento.

Me contabas también que hay muchos fans jóvenes. ¿Cómo es esto?

Sí, sí, sí, más que muchos fans jóvenes, la mayoría.

¿La mayoría?

Hablando de las matemáticas, soy un fanático de las estadísticas. Yo no te miento, pero para mí, a ojo de gran cubero, como decimos allá, el 80% del público tiene menos de 25 años. Lo digo así en cualquier lugar que vamos. Y nos pasó en México, toda esta gira que tuvimos ahí, a cantidad de adolescentes o de madres que se van de “yo no pude traer a mi nene 12 o 13 años”. La conexión con la juventud es increíble. Los Meet & Greet viste que se han puesto tan de moda que los hacemos. Se ha transformado en un momento de un ida y vuelta con el fan muy fuerte, de una energía de que sentís a la gente temblando cuando te abraza o que te dice “me salvó la vida tu canción” o “gracias porque esa canción salvó a un amigo de una depresión”. ¿Viste? es fuerte todo esto.

Claro, genial, como el poder de la música. Y también que esa generación está más abierta a esas ideas, quizá más abierta a recibir ese discurso.

Que se siente muy identificada con las canciones, que son quizá canciones que hablan también de lo que somos con el Cuarteto y con lo que fui yo cuando fui creciendo como persona. De haber vivido creo que cada edad, como con todo, sus pros y sus contras. Y bueno, me tocó ser víctima de bullying, que no se llamaba así cuando iba al colegio y me tomé venganza haciendo la canción de Benito. Y yo veo como que los pibes muchos sufriendo de lo mismo que me pasaba a mí. La relación con nuestros padres en ‘Cuando Sea Grande’ y ‘No Llora’, que es una canción que veo que en un momento pensé que sólo la iba a interpretar en un 100% de la emoción, quizás un padre de una niña a esta altura de la vida. Y sin embargo me encuentro con un montón de niñas que a veces llorando, de muchachos que me dicen “solamente quiero ser padre para ver qué se siente”. Muy, muy loco.

Bueno, ¿qué viene para el Cuarteto para el 2023?

Este semestre fue increíble, nada más. Por un lado fue por saldar las deudas y ponernos a tiro con el show que no han podido dar en el 2020 y 2021, de un montón de gente, la gran mayoría que no había podido ver Jueves en vivo. Son canciones que, viste, son la columna vertebral del show hoy, ‘Mario Neta’, ‘El Hombre con Alas’, la de la computadora, ‘Llegó Papá’. Hicimos un hincapié muy grande en ese disco y estamos haciendo algunos adelantos del disco nuevo, pero no del todo. Para nosotros el 2023 va a ser la presentación más de Lámina Once, que también yo me sigo sorprendiendo de cómo canciones que estamos tocando como ‘Flan’, ‘Fiesta en lo del Dr. Hermes’ o ‘Frankenstein Posmo’.

Que buen recibimiento. Bueno, ¿y colaboraciones por parte tuya con artistas al menos o algo así?

Me parece siempre que está buenísimo. En el momento que surja algo como una idea mutua con alguien o con otra banda, con otro artista, me encanta todo esto. Hay un tema que es fundamental, algo que me pasa a mí, que soy una persona que demora mucho en componer y con poco tiempo en giras, a veces se me hace un poco más cuesta arriba, pero siempre abierto.

¿Sacas un tiempo para componer?

Yo para componer discos o canciones llevo un tiempo largo. Generalmente, después de la presentación del disco anterior, es cuando recién veo un poco, bueno, para qué lado ir y rienda, pero me toma mucho tiempo, la verdad.

Es un proceso complejo, supongo.

Sí, es complejo, sobre todo por la manera de hacerlo de cara a nosotros. Yo me encierro mucho en mí mismo, en mi forma de componer de toda la vida. Estoy mucho tiempo quizá con las maquetas o los demos.

¿Te cuesta soltar?

Sí, y me da vergüenza todavía. “¿Qué pensarán de mí?” Y después cuando empezamos a ver un poco el material, también es otro proceso largo, pero me encanta.