Future of Music: Barro, la banda de heavy metal de Ca7riel que vino a refrescar el género

Con apenas un año de vida y menos de diez shows, el grupo que lidera el "músico urbano” Ca7riel tuvo un crecimiento exponencial

Por  DIEGO MANCUSI

abril 19, 2024

Es posible que los que conozcan a Ca7riel por lo que hace con su amigo y socio Paco Amoroso no vean tan nítido el match con Chowy Fernández, un tipo que tocaba death-metal progresivo experimental en Pronoia.

Yo vengo del pop”, dice la voz de “Cono hielo” medio en joda, pero en rigor es bastante cierto: viene del pop, o del trap, o ponele que —según Wikipedia— del “urbano latino”. Lo que pasa es que para entender hay que manejar otro dato: de pibito el tipo saltaba de María Elena Walsh a Queen y de ahí a Pantera y otra vez a Michael Jackson y de vuelta a Megadeth, así que al final tiene todo el sentido el vínculo heavy.

De ese quilombo formativo nace Barro, una banda que tiene menos de diez shows y apenas un EP autotitulado y el disco Constimordor (los dos del año pasado) pero que viene con chapa por deformidad: son pesados, sin embargo, no hay forma de saber qué tipo de metal hacen, y ese desconcierto es encantador.

El título con referencia mixta al barrio del sur de la ciudad y a la Tierra Negra que fundó Sauron es un homenaje a su génesis. “Nunca nos habíamos juntado a hablar cara a cara. Y nos juntamos en la esquina más fea de Buenos Aires: la de mi casa”, dice Chowy. Antes de eso hubo una historia de fanatismo mutuo: Chowy, en su rol de “metalero deconstruido” (sic), lo invitó a colaborar y Ca7riel no pudo pero “quedó el WhatsApp”. Iba y venía música, hasta que un día el cantante no aguantó más: “Che boludo, me cansé: hagamos una banda de metal”. Ahí tenés a Barro.

“Fue amor a primera canción”, jode Ca7riel, pero también es cierto: en el primer encuentro en Constimordor nació un track que al día siguiente ya tenía letra y melodía. “Yo le decía ‘che, sos una bestia, tocás todo el día’, y él me decía ‘no, no toco nunca, soy un desastre’. Todos los dedos hiperlaxos, moviéndose para todos lados. Es como que no le ves las escalas al pibe, ves cómo se mueve nomás”, dice Chowy, y se le nota la admiración por su compañero que ilustra la escena torciendo los dedos de una forma absolutamente antinatural para dejar en claro que sí, los tiene recontra hiperlaxos.

La cosa se puso seria y hubo que salir a buscar músicos, y así llegaron El Montes (bajista de Duki) y Alan Fritzler (flamante baterista de Rata Blanca) a integrar la base rítmica. Con el equipo armado debutaron en Niceto el 9 de marzo del año pasado, ante una audiencia que en cierto porcentaje fue porque lo conocía a Ca7riel y en otro cierto porcentaje fue porque va donde sea que haya ruido.

“¿Si tenemos público en común con el metal tradicional? Sí y no. La realidad es que estamos en el mismo territorio que ellos… tal vez un poquito más tirados para Capital, no te voy a mentir. Un poco más palermizada la data. Pero yo creo que algunos fans de la H tienen mucha fe en Barro porque es una banda nueva de metal que les gusta, simplemente, andá a saber por qué. Pero por suerte vienen”, dice Ca7riel.

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A su sobrino Benicio le gusta más Barro que el dúo con Paco. “Hay gente que me dice ‘aguante Barro, tenés que dejar al otro gil’”, cuenta. “Somos todos parte de algo y tocamos todo tipo de música, no hay que cerrarse”, reafirma Chowy. A su crecimiento lo definen como “exponencial y esporádico”, por algún motivo.

Y su futuro, dice Ca7riel, tiene el destino tallado en piedra pero el trayecto es un misterio: “Yo creo que esto es para siempre. Si bien yo tengo mis kioscos, todo es perecedero menos Barro. En un momento capaz que estamos todos viejos y nos pinta hacer chacarera: entonces vamos a hacer chacarera. Así que, ¿el futuro? Quién lo sabe. El multiple choice de la vida te abre infinitas puertas, mi amor”.