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Jorge Drexler: una gran mente de la palabra y el sonido

Hablamos con el cantautor uruguayo de ‘Derrumbe’, su nueva canción, de su batalla contra la hoja en blanco, de su constante juego de palabras, del difícil momento que vive la humanidad, entre otras cosas.

Por  PABLO MONROY

febrero 13, 2024

Silvia Poch

Jorge Drexler se ha ganado un lugar entre los cantautores latinoamericanos más celebrados. Su trayectoria de más de tres décadas nos ha dejado grandes álbumes, icónicas colaboraciones, inolvidables presentaciones, canciones poderosas de amor, desamor o crítica sociopolítica, entre muchas otras cosas. 

Hoy Drexler cierra un ciclo compartiendo ‘Derrumbe’, un tema que nació durante la etapa de composición de su más reciente álbum, Tinta y Tiempo, uno de los más celebrados del 2022, y que, literalmente, tiene un sonido que se derrumba, así como esa torre de cartas cuando quitas ese naipe que detiene todo. La canción “describe el desmoronamiento de una relación, pasando revista a los elementos más cotidianos”.

Drexler habló con ROLLING STONE en Español sobre su etapa creativa, la batalla contra la hoja en blanco, sus presentaciones en vivo, la genialidad de Chico Buarque, sus planes a futuro, y mucho más. 

Derrumbe es una canción que se quedó guardada de la etapa de Tinta y Tiempo. ¿Sientes que estás cerrando un ciclo compartiéndola?

Sí, exactamente. La quitamos del disco el último día de las mezclas. El mismo día que quitamos ‘La guerrilla de la Concordia’ también, que había salido antes y que formaba en principio parte del disco. Cada una de las dos canciones tenía razones diferentes para no integrar el disco. El disco quedó muy compacto y homogéneo con 10 canciones que tienen una visión más luminosa acerca de las cosas. ‘La guerrilla de la Concordia’ también la tiene, pero fue grabada en otro momento y no sonaba igual, no encajaba sonoramente. Esta no encajaba emocionalmente. Además me pareció que iba a quedar perdida dentro del disco y queríamos darle un lugar aparte, queríamos celebrarla como nos parecía que se tiene que celebrar una canción así, un anti hit. Es una canción que no tiene un estribillo, que claramente tiene todas para pasar desapercibida del punto de vista comercial y pero a la vez te da lugar para hacer un statement artístico. Esta carrera de largo plazo de escribir canciones durante muchos años y mantener despierto un interés tuyo por escribir y un interés de la audiencia por tus canciones requiere que uno cada tanto haga statements artísticos también. Que no se vea su proyecto como una especie de agencia de publicidad propia donde cada canción es un estudio de mercadotecnia de lo que está pasando y una condensación de estructuras con un estribillo muy claro y un gancho melódico muy marcado como para enganchar a la audiencia. Me encantan ese tipo de canciones, Flowers de Miley Cyrus me parece un pedazo de hit y de idea, pero también me gustan canciones complejas que van desarrollando una idea constructiva. 

Esta canción tiene una deuda muy grande con Chico Buarque, no sé bien por qué. Al igual que la canción de Buarque está construida de una manera peculiar, esta canción habla de un derrumbe y empieza a derrumbarse y a derretirse la armonía, la percusión, la voz y el ritmo con que van apareciendo las imágenes se vuelve muy cinematográfico al final. Estoy realmente orgulloso de la canción. Fue escrita para la serie de Diego Luna, pero yo ya tenía esa idea un poco antes. Está teñida del dramatismo que tiene la serie de Diego Luna, en ese capítulo se desmorona todo. En esta sociedad es muy difícil encontrar a alguien que no haya tenido una separación entonces quien lo ha vivido reconoce ese dolor y lo puede describir, más si es una separación con hijos como nos pasa a tantas personas en la sociedad. Ya me pasó a mí una vez hace muchos años entonces pude escribir de eso viendo la serie y tirando de recuerdos personales.

Para ti en una relación, ¿qué es ese naipe o carta que si la quitas todo se derrumba?

Es una muy buena pregunta, pero no sé si es fácil de contestar. Hay tantas relaciones de pareja, cada una está unida por vínculos diferentes. Nos criamos en una sociedad en la cual el vínculo era más o menos el mismo, llegaba el matrimonio y con eso seguías toda tu vida como le pasaba a nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Ahora los naipes se han diversificado en las relaciones y a veces lo que une a dos personas es el afecto, el deseo, un proyecto común, la admiración mutua o una tristeza en común. Lo que sí es cierto es que las relaciones interpersonales son entidades muy frágiles. A veces sacas un elemento y como el juego Jenga, sacas una pieza y se viene todo abajo y no te das cuenta hasta qué punto esa pieza era importante.

Estamos en una sociedad que ha tenido que adaptar el impulso de libertad y de autorrealización que tenemos. La sociedad ha evolucionado de una manera tal que ha permitido a las personas manifestar abiertamente sus orientaciones sexuales, sus preferencias gastronómicas, políticas, sociales e ideológicas. Esa libertad y la exaltación del individuo que lleva a cada persona a sentir que tiene el derecho a ser feliz. Ese derecho a ser feliz en una sociedad tan móvil y tan cambiante es muy difícil de mantener una relación de pareja. La gente quiere ser feliz y hay muchas maneras además de ser feliz en una relación de pareja.

Tienes una mente extraordinaria para jugar con las palabras. Me da curiosidad saber cómo funciona eso en el día a día. ¿Siempre estás inconscientemente jugando con las palabras?

La verdad es que sí me gusta mucho el juego de palabras. Mis hijos se ríen mucho de mí, porque la comunicación intrafamiliar todo el tiempo está basada en juegos de palabras, nomenclaturas nuevas y neologismos. La verdad es que escribo muy poco. Escribo una vez cada tanto. Cuando escribo lo hago muchos meses seguidos, pero ahora hace año y medio que no escribo prácticamente nada que yo diga: ‘Esto lo voy a usar como una canción mía’. Tengo el cerebro en barbecho, como se dejaban los campos antes, cada tantos años no lo cultivaban. Yo tengo esa concepción de la composición. No estoy para nada orgulloso de eso. Me gustaría poder escribir todo el tiempo como hace mucha gente. Seguramente estoy perdiendo un montón de canciones que dejo de escribir por esta especie de miedo que me da la hoja en blanco, me da mucho vértigo. 

Esa batalla con la hoja en blanco, ¿cómo ha ido? ¿Sigue complicada?

Este último año y medio ha ganado por abandono la hoja en blanco. He perdido el partido por abandono. Estoy sintiendo que debería volver a escribir. Es una sensación física como cuando empiezas a tener alergia y empiezas a notar una picazón en el cuerpo. No tengo ni idea sobre qué escribir. Cuando uno va haciendo muchos discos y se van acumulando es cada vez más difícil escribir o al menos a mí me resulta cada vez más difícil. 

No sé muy bien de qué hablar, pero hay muchas cosas que hablar. El mundo está en un momento terrible y es muy difícil escribir y hablar sobre cosas terribles, al menos a mí me cuesta mucho. Me pondré a escribir como hago siempre sin un tema previo y ver qué es lo que sale. 

Ahora que mencionas este momento terrible que estamos viviendo. Cuando inició este conflicto dijiste en Buenos Aires, antes de salir a cantar, la frase: “Si los que estamos del lado del amor, nos callamos la boca. Esto se va a la mierda”. ¿Qué te hizo sentir la importancia de decir eso?

El grado de dolor es tan enorme en el conflicto de lo que está pasando entre Israel y Hamas, cuando digo enorme no estoy intentando establecer una comparación de magnitudes, sino simplemente la característica. La manera en que todo está sucediendo ha generado un grado de herida en ambos lados tan grande que a mí lo que más me impresiona es la imposibilidad de salir de un dolor propio y entender el dolor ajeno. Es algo que es muchísimo pedir en este momento porque el dolor inmoviliza y paraliza. Lo que no tengo dudas es que en algún momento va a haber que aprender a convivir en esos dos bandos que están enfrentados hoy en día. 

Dices que obviamente es difícil escribir sobre algo tan horrible o inspirarse en algo tan terrible. Cuando existen estas situaciones que rompen el corazón, ¿te inspira a contrarrestarlas y escribir cosas del lado del amor y de la paz? Por ejemplo, ese día cantaste ‘Polvo de estrellas’. 

Lo que pasó ese día en Buenos Aires, el mismo 7 de octubre, yo sentí que no podía salir a cantar. Tenía que haber salido a cantar con mi compañero el telonero Javier Calequi que cantaba antes y no conseguí subir al escenario. Estaba completamente paralizado por el dolor, el miedo y por lo que había pasado e iba a pasar. Lo único que se me ocurrió fue hacer un pacto con la audiencia, un pacto de sinceridad. Salir antes, hablar de lo que me pasaba, cantar una canción que habla sobre el valor de la vida como ‘Polvo de estrellas’, encapsular ese dolor y esa preocupación, salir del escenario y volver a entrar para hacer el concierto desde cero. No pude en una circunstancia así hacer como que no pasaba nada, nunca he podido hacer. Nunca he sabido callarme la boca. Muchas veces no lo he hecho con el mayor acierto porque a uno siempre le gustaría poder pensar y reestructurar las cosas que dice en público como si fuera un guión, pero algo tan doloroso no hay manera de decirlo bien muchas veces. A mí me parece además a veces más valioso decir lo que uno piensa tal como lo piensa aunque sea imperfecto.

Hay que pensar que el escenario es una experiencia absolutamente vertiginosa y dinámica. Hay 12,000 personas esperando que tú salgas a hacer un concierto y tú no puedes cantar. Tienes la garganta completamente bloqueada, el corazón destruido y tienes que buscar una estrategia para dialogar con eso. No me parece una opción en ese momento no cantar. Me parece que hay que salir, sobre todo cuando estamos hablando de un repertorio que incluye muchas canciones que reflexionan sobre eso. Me parece más importante que nunca recordar algunos valores humanos básicos y aprender el valor de la vida de ambos lados. Es una cosa que siempre se tiende a olvidar de algún lado.

Pasando a temas más alegres, cierras la gira de Tinta de tiempo en México. Estamos casi exactamente a un año de ese Auditorio Nacional. Lo iba a llamar el concierto más grande de tu vida, pero lo superaste posteriormente. ¿Cómo has asimilado esa noche o cómo la recuerdas?

Sí que fue el concierto más grande de mi vida en lo que respecta a un teatro. No es lo mismo tocar en un teatro que tocar en una arena. Es cierto que hemos hecho arenas donde había más gente, pero esa sensación que transmite el Auditorio Nacional de estar en un mega teatro, pero que sigue siendo un teatro. Sigue teniendo una estructura donde el sonido sale de una parte y va hacia adelante, hay una sonoridad de teatro, hay una proximidad de teatro. Es un edificio absolutamente prodigioso, es un prodigio de arquitectura aplicada a las artes escénicas. El que lo diseñó tenía muy claro qué es la comunicación de un concierto y cómo debe situarse la audiencia para escucharlo, tenía muy estudiado el modelo del teatro griego, el anfiteatro, y cuáles son las distancias dentro de las cuales se percibe la intimidad. Tiene un carácter íntimo a pesar de la enormidad, es muy difícil de explicar. Cerrarlo además con los amigos y las amigas que vinieron desde Veracruz a cantar esa décima improvisada jarocha, que me parece uno de los prodigios de nuestra lengua y de la cultura mestiza, me pareció como un broche de oro maravilloso. Tengo un recuerdo soñado de esa noche.

Se siente el entendimiento con tu banda, que por cierto son todos unos grandes músicos, ¿cómo piensas seguir con estos shows en el futuro? ¿vas a cambiar un poco el formato? 

Muchas gracias por el elogio a mi banda. Yo soy el primero en reconocerlo. Nos han dado en España el premio al mejor show en vivo del año y España es un país con un nivel muy alto de espectáculos en vivo. Es muy loco que se lo den a un uruguayo. Estoy muy orgulloso de mi banda y de mi equipo técnico. Estas siete fechas que vamos a hacer en México no es el mismo que el concierto que vieron en el auditorio. La banda ha aumentado. Tenemos una percusionista nueva Argentina que ha llegado a reforzar. Ahora me acompañan cuatro mujeres y tres hombres en escena. Hemos remodelado el repertorio y agregado todo un sector intermedio que no estaba antes, además de cambiar el orden de las canciones para que el concierto se pueda vivir de manera diferente. Hicimos más de 100 conciertos en más de 25 países. Fue una locura, dos años maravillosos de coexistencia con una banda que se ha vuelto mi familia y donde todos hemos vivido cosas muy intensas estos años y estamos muy emocionados con el hecho de cerrar este proceso. Me parece que México es un lugar muy bueno para hacer un cierre de gira y celebrarlo a la mexicana.

Va a ser una gira celebratoria, cada concierto tendrá una fiesta de fin de gira y estamos todos esperando que llegue ese momento. Después me iré solo con mi guitarra a tocar por Europa que es más cerca de donde vivo aquí en Madrid. Tendré que cambiar todo, la visión, el formato, todo lo que pueda pasar en ese momento. Extrañaré muchísimo esta banda, pero también me gusta tocar solo. Los conciertos solos tienen un encanto especial.

Silvia Poch

Diste un concierto enorme en Uruguay hace unos días. Leí que decías que necesitabas una reconexión gradual con tu país. ¿Cómo fue esa noche especial y por qué? ¿Por qué crees que necesitabas esta reconexión?

Fue de todo menos gradual, fue de golpe hacer el concierto más grande que hice en mi vida en Uruguay. Me parece una absoluta locura convocar ese nivel de gente y me hace muy feliz que sea mi país. Para todos los músicos es muy conmovedor tocar en tu propio país. Como decía Caetano Veloso que tocar en Bahía para él significaba que la gente te conocía desde chico, cuando la audiencia está llena de amigos, ex novios, ex novias.

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Cantar en tu propia tierra tiene algo como de reconciliación contigo mismo que es muy bonito. Lo que pasó es muy sencillo y es muy fácil de explicar. Yo al principio solo tocaba en Uruguay, después pasé a tocar en España después durante muchos años solo toque en Uruguay, luego empezó a abrirse a Argentina, Chile, México, Perú, Colombia, Venezuela, Estados Unidos… ya podía dedicarle menos tiempo. Empecé a espaciar más las visitas a Uruguay, nunca dejé de ir al menos tres veces al año. Ahora llevo un tiempo que siento que necesito que esa reconexión se fortalezca. Esto de haber hecho seis conciertos en enero en Uruguay es parte de ese movimiento, ¿no?

¿Qué más te emociona actualmente?

Hoy me tiene tan feliz que El David Aguilar, uno de mis compositores favoritos en lengua hispana, mi admiración no tiene límites para el talento que tiene mi amigo y admirado, acaba de sacar una canción en la que ha tenido la gentileza de invitarme a colaborar. Se llama ‘Tuyo’, una preciosa canción llena de esos juegos de palabras, ese manejo inteligentísimo que tiene del lenguaje. Estoy muy orgulloso de estar ahí, es una hermosa canción de amor cantada por dos hombres y me parece precioso estar cantándola con él.

No es casualidad que salga ‘Derrumbe’ estos días también, que es una canción que tiene mucha influencia de canción formal como género artístico. No quiero compararlo con otras canciones porque sería una blasfemia. De repente la canción tiene un lado cinematográfico que una vez que se desarrolla se empieza a caer a pedazos la armonía, la melodía, el ritmo y empiezan a aumentar el número de las imágenes y el caos de lo que se va describiendo para que no sólo se escriba explícitamente en el texto lo que pasa sino que también se perciba la sensación de que algo se cae y se derrumba.

Lo he aprendido del gran maestro y David Aguilar que manejan esos códigos también formales muy marcadamente. Esto es una manifestación artística, estoy probando una manera de escribir, no tiene estribillo, no tiene un gancho melódico. Es un ejercicio estructural de contar algo y desmoronarlo, conceptual y estructuralmente, dentro de la canción. Esas canciones probablemente desconcierten al algoritmo porque no es lo que uno espera. Sin embargo son las que te permiten reafirmarte por qué es que estás en el género canción y qué es lo que te interesa desde el punto de vista artístico además de mediático. Fue escrita a instancias de una invitación de Diego Luna en un capítulo muy angustiante, por eso la canción tiene ese punto de angustia. Por eso yo espero que les duela bonito la canción. Como en la gastronomía al comer algo que pica con satisfacción y las cosas en México duelen bonito. Esta canción en ese sentido es muy mexicana, no me había dado cuenta. Es la primera vez que lo veo. Es una canción de amor al mismo tiempo que es una canción de derrumbe, de amor y desamor al mismo tiempo.