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El amor después del amor, cuando los genios hacían pop

Hablamos con Juan Pablo Kolodziej Showrunner de la serie que se adentra en el universo musical del legendario Fito Páez para transmitir una historia de superación y esperanza

mayo 3, 2023

Cortesía Netflix

La nostalgia se ha convertido en un lugar común en el que los vendedores desesperados encuentran puntos de conexión con sus clientes, tras visitar el universo de Fito Páez a través de los ojos de Juan Pablo Kolodziej nos queda claro que las obras de los genios trascienden la nostalgia, en el caso de Fito nos lleva también a cuestionar cómo los nuevos tiempos han cedido los principales espacios culturales a figuras que no tiene el peso para llenar un escenario o tocar el alma de las personas sin presionar el boton del autotune. Esta conversación nos permitió reconocer una historia de esperanza y superación que trasciende el tiempo.

¿Qué momento viene a tu cabeza cuando piensas en ti como fan de Fito? De esa historia que finalmente terminó estando muy cerca a la tuya.

Yo, en la época en que Fito hizo el “Amor después del amor” era niño, tendría entre 10 y 12 años. Entonces digamos que todo ese proceso me agarró entrando en las vísperas de la adolescencia. De alguna manera es una música que a todos nos acompañó. Esa pre adolescencia y adolescencia. “Euforia”, que fue un gran álbum, mucho más antes. Fue un álbum hermoso, distinto a lo que había en el momento. Entonces mi condición de fan viene desde el lugar de un artista y la música, junto con otros que me acompañaron en un crecimiento en donde vos estás definiendo muchos aspectos de tu personalidad y tu futuro. Así que bueno, use esta historia, por supuesto, tiene también un grado de exigencia en la objetividad.

En la manera en la que uno lo cuenta. En esos momentos hay que abstraerse de esa condición personal para que pueda llegar al público. Por otro lado, algunos de esos elementos de esa parte personal, son justamente lo que hace que la historia esté conectando con la parte personal de mucha gente.

¿Sentiste miedo al pensar en el hecho de que al contar la historia de alguien tan amado podrías herir la suceptibilidad de tantos fans?

Nosotros le propusimos hacerle esta historia a Fito en el año, creo, 2018. Siempre me había gustado Fito, pero nunca había tenido un acercamiento a su historia personal. Con lo cual, cuando me enteré cómo era su historia, los altibajos tan enormes que ha tenido en su vida y en su carrera. Finalmente, es una historia de superación porque es una persona que cada vez que se cayó se levantó y con más fuerza. Le propusimos contar esta historia justamente desde ese lugar.

En realidad, no hay miedo, nunca se fue hacia el miedo, sino un enorme sentido de responsabilidad. Porque, por un lado, esa historia de él, respetarlo a él y lo que significa. Tanto para el público, como para el mismo. Yo no me imagino que a uno le cuenten en una pantalla la historia de su vida y de una forma tan masiva como son las plataformas. Con lo cual hay un enorme sentimiento de responsabilidad hacia él. Por otro, y no es menor, el enorme sentido de responsabilidad hacia el público. Porque el público, sobre todo el fan, construye una imagen idealizada de lo que significa el artista para ellos. En definitiva, lo que uno hace en este tipo de historias es poner al artista, bajarlo de ese lugar idealizado donde está y ponerlo como un ser humano. Con sus miedos, amores y desamores. Entonces lograr ese equilibrio sin decepcionar al público y sin ningún momento que se dé un lugar de caricatura, es un norte y una, no diría una preocupación, pero sí una ocupación que tuvimos permanentemente hasta que terminamos el último capítulo y lo entregamos a la plataforma. Intentamos cuidar cada detalle en ese sentido porque la responsabilidad era hacia estos dos verticales que te comentaba.

¿Hubo mucho feedback de parte de él con respecto a lo que sucedía en la pantalla o qué tan trazada estaba esa distancia?

Fito estuvo muy involucrado en toda la gestión inicial del proyecto y en el desarrollo de los libros, de los guiones. Nosotros empezamos a trabajar en el año 19, en el desarrollo de esta historia. Después, la pandemia interrumpió todos los procesos, pero no interrumpió que el presentase su autobiografía. Eso hizo que después, cuando llegamos a los libros finales, la autobiografía fuera como la biblia en la que se basaron los cuentos. Fito tuvo una gran participación con los guionistas, sobre todo en entrevistas, asesoramiento. Prácticamente, hasta antes de comenzar el rodaje. Además, como bien decías, Fito es director de cine, tiene una enorme pasión por el cine y sabe de cine. Con lo cual Fito fue muy bueno, porque nunca se privó de contar nada, ni nunca puso algún bloqueo para que no se hable de algo, todo lo contrario. Él siempre se puso a disposición y abrió de verdad su corazón para que esta historia se contara de la mejor manera posible, sin censurar absolutamente nada. Porque también, en ese sentido, su historia es como si fuese una película. Eso la verdad que el proceso lo hizo, un proceso largo y difícil, te diría que lo menos difícil de todo fue contar esa historia.

¿Dirías que ese es el espíritu de resiliencia de Fito guía todo el proyecto o cómo definirías ese espíritu que los llevó a sacar todo adelante?

Si la vida de Fito fuese una obra literaria, tendría una historia que es la del camino del héroe, que aparece en la literatura. Es una persona que va superando los obstáculos, las tragedias y los empastes que le va poniendo la vida. Se reconvierte y cuando se reconvierte se vuelve más fuerte que antes. Hay poca gente con la fortaleza que tiene Fito Páez para sobreponerse a salir adelante. Cuando supe su historia y cuando le propusimos fue con ese objetivo.

Olvidémonos que es Fito y lo que significa, aun así, es una gran historia. Y al público, la audiencia, le gustan las historias de superación. Vivimos en un mundo que permanentemente nos pone obstáculos, hay mucha maldad y permanentemente, tenemos que superar los obstáculos. Mucha gente no logra hacerlo, por lo cual cuando obtienen un ejemplo de personas que lo logran es una gran ilusión, una gran esperanza. Finalmente, la historia de Fito, si la tengo que sintetizar, es una historia de superación y esperanza. Por eso es que siempre mantuvimos ese espíritu a lo largo de los libros, desde el enfoque de tono y del concepto de la producción. Justamente de los comentarios que están habiendo de la historia, toda la gente dice que la historia la hace llorar. Nosotros nunca nos propusimos que la gente llore.

A mí me hicieron llorar un montón.

Bueno, eso fue algo hermoso. Yo creo que hay una parte en la que uno se puede emocionar y llorar por las tragedias, pero creo que hay una parte que tiene que ver con la esperanza.

La forma en la que su papá se relacionaba con él sin ser tan expresivos es muy de nuestro tiempo. Esos momentos en el bosque me parecieron preciosos.

Es que sí. Algo que nos planteamos cuando estamos en la mesa de preproducción, cuando estamos haciendo el casting, la discusión era; ¿quién no tiene una relación en algún momento, con un padre y quién en algún momento no se siente arrepentido de no haber pasado el tiempo suficiente con el padre como hubiese querido? Acá, justamente el padre, como me estás comentando, pero la historia está llena de esos detalles que nos unen a él como persona. A la vez, por supuesto, dentro de un universo musical y artístico, que a varias generaciones no tocó y que nos sentimos identificados con este universo. Eso por supuesto nos toca una fibra emocional, que yo creo que eso es lo que está haciendo llorar al público y el combo de esas cosas.

¿Cómo fue esa parte, la mirada y el respeto por la música?

A ver, toda la parte musical fue un enorme desafío. Porque lo que queríamos es que todo lo que es música en vivo, las composiciones, tanto el show como la sala de ensayo sonarán reales. Desde el primer momento nos hicimos un planteo con los directores y quienes nos hicieron la producción musical de la serie. Intentar que sonara bien, para que el público disfrutara esos momentos musicales. Porque finalmente uno está viendo una historia, con momentos agridulces, pero los momentos musicales son los que nos iluminan fuertemente a veces la oscuridad. En una película y en la vida. Entonces, desde lo musical, lo categorizamos; toda la parte de Fito y los vivos. Después todos los artistas que no eran Fito, pero que hacían cameos como Charlie García, Fabiana, Don Cornelio, etc.

Además de ser una serie sobre Fito también es un lindo homenaje a la música argentina de esos tiempos.

Sí. Estos señores que generaron esta cultura musical en los 80s, eran verdaderos poetas que venían de una dictadura. Esta fue la explosión creativa de los primeros años de la democracia argentina. Yo no viví la dictadura, pero para la gente que vivió la dictadura los marcó. Esta música era un símbolo de libertad, la música es libertad. Esta música en ese momento especialmente lo era. Entonces fue como una explosión cultural, musical que lo marcó. Entonces también, como bien decís, no solo es la historia de Fito, también la historia de Fito es la excusa para encontrar ese universo y esas personas de esa época. Nos hubiese gustado poner muchos más, pero como ya viste hay demasiada música, No sé si demasiada, pero sí un montón. Para que la gente, cuando está viendo la serie, se sienta dentro de ese universo. Por eso también le pusimos mucha atención al arte y al vestuario. Estuvieron hasta en el más mínimo detalle de una marca de galletas que va en una mesa, hasta ese detalle. Porque el conjunto de esos detalles hace que se construya un universo y ese universo llegue al público.

Así que bueno, la música fue parte de eso y después tuvimos una selección musical para que todo lo que es la música más incidental, que no es ni de Fito ni de los artistas. En el capítulo 1 aparece Canción para mi muerte, que es la canción original de Charlie García. Es un momento en la serie de oscuridad, pero aparece Canción para mi muerte y entra un rayo de luz que es tremendo en la historia. Los comentarios que me llegan por mensaje, todos agradecen esos tipos de momentos en la serie. Porque son realmente muy sensibles.

Además, creo que también hay algo con la imagen. Como que exploraron mucho cada época. Estaba muy bien demarcada. Siento que la dirección de fotografía, el movimiento de cámara, la puesta en escena, tiene ese mismo rigor. El cine argentino ha llevado una gran delantera y percibimos que siempre están llegando talentos haciendo cosas asombrosas.

Argentina viene hace años demostrando que se puede hacer un cine con identidad Argentina pero con vuelo internacional de altísima calidad. Pablo Trapero, Santiago Mitre, que acaba de hacer Argentina 1985, también Szifron. Está Lucia Puenzo que está haciendo películas hermosas. Hay toda una generación.

Y de todos los espectros. Lucrecia Martel, Perrone…

Exacto, hay todo un universo de artistas argentinos cinematográficos que es excelente y nosotros en esta serie nos planteamos desde el principio que queremos que más que sea un lenguaje televisivo, que sea una película larga. Una película partida en episodios. De hecho, está contada así. Trabajamos con, Diego Guijarro, que fue el director de fotografía, un director de foto español muy bueno.

Y no tiene tanto esa estructura de serie de gancho y crisis. Sentí algo en la estructura diferente.

Sí, totalmente. Esto fue planteado como una película larga, porque también es una historia que permanentemente están sucediendo hechos distintos. Donde hay cambios de locaciones, de género cinematográfico. Porque pasamos del drama, la romance, del romance al biopic musical, de ahí al crimen. Entonces, para hacer eso, necesitamos contarlo de una manera que no fuera estrictamente episódica y formal como es una serie de televisión. Si no, pensar más en un concepto que sea más similar a una narrativa, lo que es una serie de HBO. Que son series, como películas que duran una temporada.

Eso lo planteamos desde los libros y después lo remarcamos fuertemente durante todo el proceso del rodaje. Tuvimos un director de fotografía que él solo hizo toda la dirección de fotografía de la serie.

En un momento sentí que tomaba colores de las portadas de los discos y con eso desarrollaba escenas.

Es que fue planeado así porque lo que hicimos previamente fue un archivo enorme de documentación. De las épocas, fotos públicas, del archivo personal de Fito de la familia. Entonces intentamos imitar la colorimetría de cada época, lo mejor posible, las modas de cada época. Tuvimos arriba de tres mil cambios de vestuario en toda la serie. Hubo vestuario que tuvimos que mandar a fabricar porque no existía, con lo cual hay un cuidado estético que para nosotros era tan importante como la elección de un protagonista. Y Diego, que es un chico joven que, si bien es español y no conocía tanto a Fito, se apasionó por la historia. Que eso también se dio con todo el equipo, incluso con Felipe, con Gonzalo, con los directores. Todos más allá de pensar que estamos haciendo una serie. Así que nos abanderamos del contenido y de Fito. Justo ahora, a medio día, estuve almorzando con ellos, y hablamos de la parte humana que tuvo esta serie con el equipo. Que fue muy importante para tener el resultado que se está viendo en la pantalla.

Se siente.

Sí. O sea, de verdad toda la gente involucrada le puso mucho cariño a la serie, mucha pasión, sobre todo.

Ya para cerrar ¿cómo es tu relación con los biopics?

Hay artistas muy grandes y quizá tienten historias que son menos interesantes al momento de contarlas en una pantalla. Hay artistas que han tenido mucha suerte y les han salido todas las cosas bien. Que han hecho una carrera y las biopics, finalmente no dejan de ser un cuento que le están contando al público sobre un personaje. Como el camino del héroe, una persona que tiene un objetivo, que ese objetivo tiene permanentes obstáculos y uno acompaña a ese personaje que logra algo. Entonces eso depende, siendo puntual a tu pregunta, creo que depende del artista y la historia, que es lo principal. Yo tengo con las biopic una relación, a mí me gusta muchísimo. Para esta serie nos inspiramos en The Doors de Oliver Stone en algunos momentos. En otros momentos fuimos más al universo de Bohemian Rhapsody, que son dos tonos totalmente distintos. Después está, a mí me gustó muchísimo la película de Elvis, de Baz Luhrmann. Sin embargo, es una película que es un videoclip hermoso. No es una película que entre en cuestiones muy personales. Si no que hace un sobrevuelo en toda la tragedia de la vida de Elvis. Su vida personal, su vida musical y está muy bien. Entonces eso depende del tono que tenga puesta la biopic. Después hay otras que, por supuesto no me gustaron, no voy a decir cuáles son, pero creo que siempre los artistas tienen una cualidad, que mencionaba antes, de esperanza.

Los artistas son personas idealizadas por el público, siempre. Si uno tiene buenas historias y buenas historias de superación, que a mí me interesa particularmente como realizador, y que sea un cuento que originalmente le gusta a la gente, le hace bien y le entretiene, tiene un personaje que va superando sus obstáculos, finalmente llegue o no llegue a algo. Creo que ese es el tipo de personas que me gusta, que son el concepto de la catarsis de las tragedias griegas. En fin, esa es mi relación. Creo que es un género hermoso. A ver, la biopic de Luis Miguel me pareció fantástica y creo que es de los mejores biopics que se han hecho.

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