El primer debate presidencial en Estados Unidos fue un caos para los demócratas que eventualmente obligó a Joe Biden a retirarse de la carrera. Después del debate del martes entre Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris, la preocupación podría estar del lado republicano.
A lo largo de 90 minutos, Harris desestabilizó al expresidente con ataques que lograron desviarlo de su mensaje. Sus comentarios empujaron a Trump a una postura defensiva, y fue un éxito. Cuando la vicepresidenta mencionó la condena criminal de Trump o cuando sugirió que sus mítines eran aburridos, el candidato se mostró descontrolado.
Harris utilizó la primera pregunta para inclinarse hacia su plan de una ‘economía de oportunidades’, presentándose como candidata de la clase media y llamando a Trump un recortador de impuestos para las corporaciones: “Yo crecí como una niña de clase media, y en realidad soy la única persona en este escenario que tiene un plan destinado a elevar a la clase media y a los trabajadores de América”.
Por su parte, Trump buscó pintar a la candidata como una continuación del presidente Biden. Criticó la economía bajo el gobierno de Biden-Harris, alegando que “nunca he visto un periodo de tiempo peor”. Además, acusó a la vicepresidente de copiar sus políticas: “Le iba a mandar una gorra de MAGA”.
Sobre inmigrantes que cruzan hacia Estados Unidos ilegalmente, Trump asevero que “estas son las personas que ella y Biden trajeron a nuestro país y están destruyéndolo. Son peligrosos”. Acusó a Harris de planear convertir al país en una “Venezuela con esteroides” y llamó a Estados Unidos una “nación fallida”. Con una referencia a la teoría conspirativa de que inmigrantes de Haiti se han estado alimentando de mascotas domésticas en una ciudad en Ohio, Trump se defendió después de que Harris lo criticara por hundir el proyecto de ley de inmigración: “Se están comiendo los perros, las personas que llegaron, están comiendo los gatos, están comiendo las mascotas de las personas que viven allí”. Harris, quien se viralizó por sus expresiones, lo miró desconcertada, pero rara vez replicó.
En el tema de la guerra en Palestina, ambos eludieron las preguntas acerca de qué harían de manera diferente para poner fin a la guerra de Gaza. Cuando fue cuestionado, el candidato republicano citó su muy repetido argumento de que el ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel nunca habría sucedido bajo su mandato. “Ella odia a Israel”, continuó Trump, “si ella es presidenta, creo que Israel no existirá dentro de dos años”.
El expresidente habló con pasión acerca de la guerra en Ucrania y dejó claro su deseo de que concluya. Sin embargo, evadió dos veces la pregunta de si quiere que Ucrania, aliado de Estados Unidos, gane la guerra. “Es una pregunta muy sencilla: ¿quieres que Ucrania gane esta guerra?”, le preguntó el moderador a Trump. “Quiero que la guerra se detenga”, respondió, “quiero salvar vidas”. Continuó afirmando falsamente que “millones” de personas estaban muriendo en el conflicto.
“Si Donald Trump fuera presidente, Putin estaría sentado ahora mismo en Kiev”, afirmó Harris.
“He viajado por el mundo como vicepresidente de Estados Unidos y los líderes mundiales se ríen de Donald Trump”, dijo Harris, con la intención de poner en duda el prestigio de Trump en el escenario internacional, “he hablado con líderes militares, algunos de los cuales trabajaron con usted, y dicen que es una desgracia”.
Cuando a Trump se le preguntó sobre su cambiante postura respecto al acceso al aborto, se atribuyó el mérito de revocar el fallo Roe v Wade y repitió una de sus falsedades habituales: que los abortos se llevan a cabo en el noveno mes de embarazo. Aclaró que cree en excepciones como casos de violación, incesto y amenazas a la vida de la madre, pero también sugirió, en múltiples ocasiones, que los abortos se realizan después del nacimiento. Algo que sería infanticidio, y es ilegal en los 50 estados del país.
El debate abarcó temas diversos, siendo marcado por los tensos intercambios entre los rivales. Harris se presentó como una estratega preparada que logró desestimar a Trump, quien no pudo evitar engancharse en los ataques y desviarse hacia algunas teorías conspirativas.
A dos días de su primer debate contra Harris, Trump ha declinado la idea de un segundo debate, alegando una “clara” victoria de su parte. “Cuando un boxeador pierde una pelea, las primeras palabras que salen de su boca son: ‘quiero una revancha’”, escribió en una publicación en Truth Social, “Kamala debería enfocarse en lo que debería haber hecho durante casi cuatro años”. Poco después de la publicación de Trump, Harris subió al escenario en un mitin de campaña en Carolina del Norte, donde expresó su deseo de debatir nuevamente con el expresidente: “Creo que le debemos a los votantes tener otro debate porque esta elección y lo que está en juego no podría ser más importante”.
Las encuestas apuntan que los dos candidatos están en una competencia sumamente reñida. Muchos han argumentado que Trump declina la idea de repetir un enfrentamiento en el que se mostró fuera de control ante una Harris preparada.