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Todos quieren a Daisy Jones

Los verdaderos amantes del Rock quedarán fascinados con este hermoso relato sobre el ascenso y caída de una banda en los años setenta

/ Riley Keough, Sam Claflin, Camila Morrone, Suki Waterhouse, Will Harrison

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía Amazon Prime

En 2021, la escritora estadounidense Taylor Jenkins Reid publicaría su novela de ficción Todos quieren a Daisy Jones, en donde se relata cómo una banda de Rock se conforma, asciende a la fama y se desintegra durante la década de los setenta. Aunque la banda Daisy Jones & The Six jamás existió, está claramente inspirada en Fleetwood Mac, y en el libro se utiliza de una manera elocuente para recrear el “Sexo, drogas y Rock & Roll” que caracterizaron la vida de unos artistas a los que hoy en día se les ve como si se tratara de dinosaurios extintos.

La actriz Reese Witherspoon rápidamente se apoderó de los derechos del Best Seller y ¡Boom! En un abrir y cerrar de ojos, ya tenemos una miniserie de diez capítulos para Prime Video. Ahora la pregunta es sencilla ¿Vale la pena? La respuesta es un sí contundente. Todos quieren a Daisy Jones es un hermoso y nostálgico retrato del ascenso y caída de una banda de Rock, que presenta una estructura muy similar al formato de las comedias The Office o Modern Family, en donde cada uno de los integrantes ofrece su testimonio sobre lo sucedido ante la cámara de una documentalista, cuya identidad será revelada solo hasta el final.  

Mientras vemos a cada uno de los integrantes de la banda comentar desde una mirada crítica obtenida por el paso del tiempo (veinte años después, para ser exactos), los televidentes quedaremos seducidos por una historia de bella factura (la fotografía y el diseño de vestuario son espectaculares) acerca de un grupo de jóvenes talentosos y creativos que se enfrentan a los traumas de su pasado, al alcoholismo y a la drogadicción, a los riesgos generados por la libertad y el hedonismo, a las envidias y resentimientos causados por el ego,  al reportero impertinente de Rolling Stone (¡Ja, ja!) y, sobre todo, a la tensión sexual producto de los intensos intercambios emocionales (al parecer, algunas cosas en la televisión jamás cambiarán).

Tanto las cualidades como los defectos de los seres humanos que conforman a esta supuesta agrupación legendaria, ayudan a la magia y a la autenticidad de su arte (como realmente sucedió con Fleetwood Mac y muchas otras bandas en la historia del Rock). Los showrunners y guionistas Scott Neustadter y Michael H. Weber (500 días sin ella, The Disaster Artist) logran que realmente nos interesemos por unos personajes que jamás existieron y la música compuesta, interpretada y producida por Blake Mills, apoyado por Chris Weisman, Jackson Browne, Marcus Mumford y Phoebe Bridgers es tan buena, que prácticamente nos convenceremos de que son auténticos éxitos de los setenta. Cumplir con estos dos aspectos es una tarea supremamente difícil y esta miniserie supera la tarea con creces.

Los primeros episodios nos muestran cómo Billy (Sam Claflin) y Graham (Will Harrison), dos hermanos originarios de Pittsburg y criados por una madre soltera, luego que el padre los abandonara, arman una banda inicialmente conocida como The Dunne Brothers para perseguir el sueño. Junto a los hermanos se unen los amigos de infancia, el guitarrista (y luego bajista) Eddie Roundtree (Josh Whitehouse), el baterista Warren Rojas (un adorable Sebastián Chacón) y el bajista Chuck Loving (Jack Romano). Más adelante, el grupo se traslada a Los Ángeles por consejo del mánager Rod Reyes (Timothy Olyphant), Loving abandona la banda (y el sueño), y la teclista Karen Sirko (Suki Waterhouse) se suma al cuarteto, para convertirse en un quinteto conocido como The Six (¡!)

Luego vamos a ver cómo Billy sucumbe al alcoholismo y a las infidelidades características de la vida rockstar, para desgracia de la fotógrafa Camila Dunne (una hermosísima y cálida Camila Morrone), su novia de adolescencia y ahora su esposa y futura madre de su hija. El prestigioso productor Teddy Price (Tom Wright), a quien Billy le ruega que los escuche, ve el diamante en bruto que viene siendo The Six y se convierte en su padre putativo. Por consejo de este, Billy se interna en rehabilitación y pone la carrera de la agrupación en vilo, así como su matrimonio.

Entra en escena Daisy Jones (interpretada por Riley Keough, la talentosa nieta del “Rey del Rock” Elvis Presley). Ella es una cantante, compositora y amante del Rock y las drogas (amalgama de Stevie Nicks y Janis Joplin) quien, apoyada primero por su amiga, la también cantante y “pionera del Disco” Simone Jackson (Nabiyah Be), y luego por el mismo Price, termina convirtiéndose en parte integral de la banda liderada por Billy, ahora conocida como Daisy Jones & The Six. Al principio, los egos de Billy y Daisy los llevarán a rivalizar, pero como sucede en la mayoría de las historias de amor, la relación entre los dos sacará lo mejor de cada uno de ellos y se convertirá, al mismo tiempo, en un amor imposible.

Puede que la serie sea demasiado políticamente correcta en comparación con lo que realmente fueron los años setenta (y la vida de los integrantes de Fleetwood Mac) y que a menudo caiga en los artificios y lugares comunes de los biopics sobre las leyendas de la música, pero el magnetismo de sus actores (especialmente Keough y Claflin), la estupenda música creada para la serie y la meticulosa reconstrucción de una época que jamás olvidaremos quienes la vivimos, hacen de Todos quieren a Daisy Jones un verdadero hit.

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