Desde que el régimen de los talibanes tomó el control de Kabul, capital de Afganistán, a mediados del 2021, los derechos de la gente afgana se han visto gravemente afectados.
En diciembre de 2022, el gobierno del régimen talibán dio la orden de revocarle a las mujeres el acceso a la educación superior. Otra de las restricciones que impuso el régimen es la de reproducir música en público.
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Ahora, en la provincia de Herat, el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención de Vicio de Afganistán (que llegó a sustituir al Ministerio de la Mujer) quemó una gran cantidad de instrumentos musicales para “salvar a los jóvenes de la corrupción”. Muchos de los instrumentos fueron incautados en lugares en los que se celebran bodas.
Ahmad Sarmast, el fundador del Instituto Nacional de Música de Afganistán, condenó los hechos, afirmó que al pueblo de Afganistán se le ha negado la libertad artística y agregó que se trató de un “genocidio cultural” y de “vandalismo musical”. Un representante del Ministerio dijo que la música haría que “que los jóvenes se desviaran”.