En Afganistán continúan las violaciones a los derechos humanos y esta semana el gobierno del régimen talibán dio la orden de revocarle a las mujeres el acceso a la educación superior. En una carta enviada por el Ministerio de Enseñanza Superior, encabezado por el ministro Neda Mohammad Nadeem, se le pidió a las universidades públicas y privadas que la prohibición comenzara a regir de inmediato y se extendiera “hasta nuevo aviso”.
La llegada de la medida había sido fuertemente especulada desde que los talibanes retomaron el poder del país asiático, cuyos centros educativos han sufrido reformas cuestionables desde entonces. El año pasado, las niñas y adolescentes afganas se vieron forzadas a dejar de asistir a las escuelas secundarias hasta que los contenidos que se imparten fueran “adaptados” a la ley islámica, la sharia. Y pese a que en marzo las autoridades habían anunciado que reabrirían los colegios para ellas, hasta este momento la promesa no se ha cumplido.
La historia ahora continúa con las universidades que hace algunos meses comenzaron a segregar por género en sus aulas, además, las mujeres solo podían recibir clases impartidas por profesoras o profesores mayores. “La pasada noche y hoy fueron los días más oscuros de mi vida, perdimos la última esperanza de nuestras vidas”, le dijo una joven estudiante llamada Nooria a la agencia de noticias EFE. “No hay una única y pequeña indicación para prohibir la educación femenina en el Islam, mientras que hay muchas pruebas claras y sólidas de que tanto hombres como mujeres deberían estudiar”.
A decenas de universitarias les han sido cerradas las puertas en la cara al llegar a sus instituciones educativas, por lo que se han desencadenado protestas a sus afueras en diferentes puntos del país. Incluso, hombres estudiantes se han solidarizado con sus compañeras y se han unido a las manifestaciones en donde gritan, “¡O todos, o ninguno!”.
Tras conocerse la prohibición, la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) le ha pedido a las autoridades que “revoquen inmediatamente la decisión”, que reabran las escuelas para las niñas y que eliminen todas las medidas que les impiden a las mujeres “participar plenamente en la vida pública cotidiana”.
“Se trata de otro golpe atroz y cruel a los derechos de las mujeres y niñas afganas y un revés profundamente lamentable para todo el país”, expresó el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk. “Además de la prohibición de que las niñas asistan a la escuela secundaria, basta pensar en todas las doctoras, abogadas y maestras que se han perdido, y que se perderán, para el desarrollo del país”.
Desde que los talibanes tomaron el Gobierno, las mujeres han sido retiradas de empleos públicos o han recibido pagos injustos para permanecer en sus casas. Por si fuera poco, tampoco se les permite viajar solas sin un familiar masculino, no pueden acceder a los parques de Kabul y si salen a la calle, deben hacerlo vistiendo una burka.