Desde la operación mediática que se generó alrededor del accidente en monopatín de Min Yoon-gi (SUGA de BTS) hasta la última denuncia por abuso sexual de Moon Tae-il (Taeil de NCT), la industria del K-Pop está en el ojo de la tormenta. Tanto que muchos anuncian un futuro algo sombrío para este género que supo adueñarse del mundo: ¿cuál es la mirada de los especialistas?
Así como otras industrias culturales, no hay dudas de que el negocio de la música se ve fuertemente influenciado por diferentes tendencias mundiales que potencian y dan mayor visibilidad a determinados géneros y artistas que ganan fama internacional. Con sus primeras oleadas en 2016, el concepto de hallyu fue el que se utilizó para explicar el enorme impacto que la cultura coreana estaba teniendo de manera internacional: desde sus productos de belleza hasta su series de televisión, para llegar a la cultura idol en donde el pop es el gran rey de la fiesta. Y si bien hoy todos hablamos de BTS como una de las bandas más importantes del mundo, es importante no olvidar que los chicos son parte de la tercera generación de K-Idols, junto a otros grupos como Seventeen, Monsta X, Blackpink o Velvet. Una generación a la cual le siguió otra oleada de bandas que, sin dudas, se encontraron con un mercado muchísimo más competitivo, atento a cada movimiento y listos para compararlos con los artistas ya consagrados. Pero quizá lo más grave es que se enfrentaron a un ecosistema que también empezó a ponerse algo más complejo con los anuncios de enlistamiento al servicio militar obligatorio, con la competencia desleal y peleas entre los líderes de las agencias más influyentes (la última, entre Bang Si-hyuk —HYBE— y Min Hee-jin —exADOR—) y con los escándalos alrededor de los artistas (desde la operación mediática alrededor del accidente con el monopatín de Min Yoon-gi, SUGA de BTS, hasta la última denuncia por abuso sexual de Moon Tae-il, Taeil de NCT, y la acusación hacia la agencia por intentar ocultarlo).
Es frente a este escenario que no resulta extraño que muchos especialistas se estén preguntando si todos estos hechos no son una sintomatología de la muerte del K-pop o, para ser menos drásticos, de la necesidad de transformación y nuevas propuestas por parte de la industria coreana.
Yoonha Kim sobre la constante idea de que el K-pop va a desaparecer
Considerada una de las voces autorizadas más importantes del K-pop y con una mirada crítica hacia los costados menos felices de esta industria, con más de 20 años de experiencia, Yoonha Kim es una de las críticas de música más importantes de Corea del Sur. “El K-pop es Corea”, sostiene Kim y me explica: “Por ejemplo, una de las características del K-pop son los bailes sincronizados que están inspirados en elementos de la educación de nuestro país como es la búsqueda de no ‘resaltar’ pero también poner énfasis en el trabajo duro. Y así como quizá es algo difícil de aprender para otras sociedades, está muy conectado a cómo la sociedad coreana pone tanto énfasis en la sobreeducación de nuestros niños”. En este punto Kim aprovecha para hablar sobre uno de los puntos más debatidos alrededor del K-pop que es la salud mental de los artistas: “Corea es uno de los países con la tasa de suicidios más alta. Personalmente, odio y amo a Corea por igual. Es un país que tiene muchísimas cosas positivas, pero también muchas negativas y los problemas que suceden en la sociedad… por supuesto que se reflejan en el K-pop”.
Pero es frente a la creciente crítica hacia el K-pop y que muchos colegas empiezan a cuestionar si la cuarta generación está trayendo algo nuevo a la industria, es que Kim sostiene que hay K-pop para rato: “Una de las novedades más interesantes de esta nueva generación es que varias de las bandas más importantes están lideradas por mujeres como New Jeans o que, cada vez más, vemos más bandas con artistas internacionales. Y si bien la brecha de género es una problemática real en todas las industrias del país, otra de las grandes novedades del mundo del K-pop es que muchas bandas empezar a usar lenguaje inclusivo en sus canciones” y agrega: “Creo [todo esto demuestra] que una de las principales características del K-pop es que siempre está en movimiento y cambiando... pero también creciendo. De hecho las personas dicen que el K-pop va a desaparecer en 5 o 10 años, pero personalmente creo que es otra de las características del K-pop que tiene etapas en las que parece que va a desaparecer pero nunca sucede, porque se transforma y cambia”. Idea que toma aún más fuerza luego de ver cómo Stray Kids se adueñó del line-up de Lollapalooza de Chicago y dio uno de los recitales más icónicos de la temporada.
