Los Iniciados es una cinta colombiana confeccionada a partir de la imaginación y los universos creados por el escritor Mario Mendoza (Satanás, Kaópolis) y que se estrena en Prime Video. La película parte de personajes y situaciones de Lady Masacre, La Melancolía de los Feos, Diario del Fin del Mundo y Akelarre y el director Juan Felipe Orozco (Al final del espectro, Saluda al diablo de mi parte) se ha encargado de llevar a la pantalla esta historia noir de ficción distópica, desarrollada en una ciudad en un futuro cercano, en la cual el agua está racionada y constantemente cae lluvia ácida. Su protagonista es Frank Molina (Andrés Parra), un periodista alcohólico y bipolar que investiga un asesinato (este personaje conecta los cuatro libros de Mendoza). Frank descubrirá una conspiración que involucra a Ignacio Pombo (Juan Pablo Urrego), un joven político; a su padre Augusto (Jorge Cao); y a Gaby López (Aria Jara), la luchadora enmascarada conocida en la arena como Lady Masacre.
Estuvimos conversando con el elenco de Los iniciados y con su creador, Mario Mendoza, sobre este universo ciberpunk, atípico en el cine y la televisión colombiana.
ROLLING STONE: ¿Si yo quisiera iniciarme en el universo que usted confeccionó desde lo literario, por dónde entraría?
MARIO MENDOZA: Te recomendaría a Edgar Allan Poe, el escritor de comienzos del siglo XIX, al cual le debemos el primer detective de la historia de la literatura: August Dupin. Sabemos que Poe era un necrofílico, además de bipolar. Es decir, el origen de la literatura policíaca se la debemos a un paciente psiquiátrico, a un escritor bipolar y necrófilo. Poe le pagaba a la gente que cuidaba las morgues para que lo dejaran ingresar, aunque fuera brevemente. Y vio la belleza que existía en el horror. Es la belleza que, de alguna manera, se encuentra en lo policíaco. Como buen necrófilo, solía leer los apartados de la crónica roja de la época. Y los leía con una fascinación perversa, extraña y rara. Eso da origen a un todo un universo que nos llega hasta el día de hoy y del cual soy heredero con mucho orgullo y que intento trasladar a lo que sería América Latina y particularmente a Bogotá. Esa sensación, ese temblor…
Estaba pensando cuando estuvimos en la presentación de Los iniciados en el ciberpunk y en el noir. Pensé en Blade Runner y en Días extraños.
MARIO MENDOZA: ¡Absolutamente! Porque fíjate que Blade Runner tiene una particularidad. Es una película policíaca con un detective y, al mismo tiempo, es una película de ciencia ficción ¿verdad? Nosotros compartimos ambas cosas en Los iniciados. Es un thriller policíaco, pero con un toque de anticipación apocalíptica. Luego, la relación es obvia. Había otra película que también tuvimos en el imaginario y con la cual sentíamos una identificación muy profunda, que era Se7en. Esa atmósfera en donde hay una ciudad donde siempre llueve, en donde los personajes van detrás de una zona de sombra. Eso nos parecía maravilloso para trasladarlo a Los iniciados…
Andrés, yo todavía no puedo olvidar a ese a ese villano maravilloso que encarnaste en La odisea de los giles. Fuiste también el infame Pablo Escobar. ¿Qué se siente ser ahora el antihéroe y no el villano?
ANDRÉS PARRA: A mí me encanta, porque es una búsqueda que llevo a cabo hace un tiempo. Esa vulnerabilidad de ese ser humano roto, esa oscuridad, esa penumbra, esa sombra que quería mostrar, y que la personas estamos todo el tiempo tratando de ocultar y filtrar. Cuando uno lee la descripción de Frank, que es la de un periodista bipolar alcohólico drogadicto, uno ya sabe que el viaje va a ser intenso. Para mí fue una dicha y todo un deleite. A mí me atraen los personajes que hablan poco, que caminan como judíos errantes, que no saben como conectar. Eso es muy rico, esas secuencias de él inmerso en esa soledad, esa pensadera, esa introspección tan visceral. Entrar en esa mirada, el silencio, la pausa, la contemplación. Eso es muy rico de hacer.
Estaba pensando en lo que Mario nos decía sobre la enfermedad mental y la genialidad. Hablamos de un necrófilo que a la vez es un genio, pero también estaba pensando en un Sherlock Holmes adicto y con TOC. ¿Tú crees que para ser un gran reportero o para ser un gran detective es necesario tener algo de enfermo?
ANDRÉS PARRA: Yo creo que para uno realmente dedicarse a algo tan a fondo y para atreverse a tanto, en eso puede ayudar la enfermedad. Ella de todas maneras te saca, te vuelve una persona que está en otro plano, en un plano donde no hay tanto que perder realmente ¿no? Es el sistema el que te encapsula y la enfermedad mental te saca. No eres bienvenido ya. No te invitan. Eres un excluido. Entonces, desde ese lugar, creo que le debes tener un gran agradecimiento a la enfermedad, quizás porque es la que te llevó a un allá y a poder ver desde allí las cosas, pues se ven muy distintas. Ya se tiene una relación distinta con el entorno y con todo. Entonces yo pienso que sí hace falta un poco de locura. La locura abre lugares y grietas en uno que, de otra forma, no sería posible desde el lugar en el que nos movemos.
Jorge, pensando en tu personaje me venía a la mente el Lex Luthor de Superman. No podía evitarlo. Estaba allí una persona con un gran poder, al que no le importan los demás, un sociópata. Pero también estaba pensando en el personaje de John Houston en Chinatown. El agua como elemento codiciado.
MARIO MENDOZA: ¡Exactamente!
Jorge ¿Para construir a tu personaje utilizaste alguna referencia real o de la ficción?
JORGE CAO: Realmente no. La referencia es la vida, lo que observo constantemente. Yo creo que esos personajes están en todas partes, no solo en la ficción sino en la realidad del mundo que nos rodea. Son ese tipo de gente que sigue imponiendo las pautas y que nos conducen al desastre definitivo y que muchas veces, no sabemos quiénes son, aunque intuimos quienes pudieran ser. Entonces, en ese sentido, me interesó a mí, a Jorge Cao, poder llegar a plasmar un espíritu con esa línea de pensamiento, porque me pareció sumamente contemporáneo y peligroso esa manera de ser retrógrado con relación a las posibilidades, a las libertades y a las necesidades que puede tener el ser humano, ser esa mano oscura.
Traté de buscarlo y de conseguirlo, de experimentar en mí mismo, hasta que fui como un crochet, construyendo su actitud, su estado mental, sus relaciones humanas, sus propósitos y, sobre todo, poder narrar sobre ese poder ilimitado que puede pasar por encima de cualquiera. Como bien tú dijiste, te das cuenta inclusive hasta por las únicas cosas que pueden humanizarlo, que sería el amor filial. Sí, entonces llegas a este extremo. Está bastante cerca de la bestia. Entonces, también jugué con eso y tengo algunas escenas que prácticamente dan cuenta de la bestia, de un ser monstruoso que tiene que ver con la enfermedad, pero también en sí mismo. Es un poco el reflejo de la sociedad que vivimos. Es decir, se está desbaratando a pedazos. Me fui por ahí un poco a la hora de tener motivaciones y justificaciones para poder crear a un ser humano creíble y que sea a la vez representativo de todo esto que uno observa en el mundo que nos tocó vivir.
Lo inquietante de Los iniciados, tiene que ver con la anticipación. Los recursos se están acabando. Dentro de 20 años, ¿quién sabe qué va a pasar? Eso nos lo están diciendo una y otra vez las Naciones Unidas, los científicos expertos. Las guerras y los conflictos tienen que ver con eso. A medida que faltan recursos, la situación se hace cada vez más macabra.
JORGE CAO: Y la ambición. La ambición del poder está ahí todo el día, te das cuenta de que está muy presente y esa gente nos pone en peligro a todos. ¿Cómo se puede pensar en una guerra en Rusia en este momento después de una pandemia donde todavía no nos hemos recuperado ni física, ni mental, ni económicamente? Vamos directamente a la destrucción total. Yo creo que todo eso de una u otra manera está en el aire que se respira, está en la atmósfera. Y está en la fotografía, en el color de la película. Por eso me parece que es una película de muchos logros para la cinematografía colombiana y que va a tener una gran posibilidad de comunicación con otros públicos, porque esas esencias que están en esa película la pueden entender cualquier ciudadano de cualquier parte del mundo. Yo creo eso, ojalá que no me equivoque y tu diste en la clave. Creo que es una película atmosférica que nos está hablando sobre lo que va a pasar o lo que está pasando. ¡Claro!
Curiosamente esta mañana estaba hablando con solo solo Maridueña, el protagonista de Blue Beetle y hablábamos de cómo los verdaderos superhéroes latinos, con el perdón del Chapulín Colorado, son los luchadores. Yo crecí con El Santo y Blue Demon. Aria, cuéntame sobre Lady Masacre. ¿Cómo te preparaste para ese papel de luchadora?
ARIA JARA: Bueno, la preparación para ese papel de luchadora fue bastante intensa, pero muy divertida. Tengo vídeos de los ensayos de esas coreografías. Yo creo que duró casi un mes antes del inicio del rodaje. Prácticamente todos los días, o día de por medio, tenía un entrenamiento físico muy arduo. Primero tuve que entender cómo se pone la mano, cómo das el golpe y cómo reaccionas al golpe. También como hacer esta coreografía porque es como una danza. Todo esto es un arte increíble y fue mucho trabajo. Fue un esfuerzo muy bonito que, de hecho, ya a lo último, estaba tan metida en mi papel de luchadora, que uno de los días, el último día de grabación de las luchas, no quise parar, a pesar de que en producción me estaban diciendo “Aria, tómate tu tiempo”, pero yo no. Yo ya estaba metida en el papel y resulté desmayándome al final por no hacer caso.
Pero fue muy interesante y mágico. Fue algo catártico meterme en la piel de esa luchadora. Yo jamás en la vida me hubiese imaginado llegar a hacer o quizás a interpretar a alguien así. Fue muy interesante y enriquecedor. Aparte, ver las secuencias en la pantalla grande fue una experiencia mágica, que si te soy sincera todavía cada vez que las veo lloro.
Te preguntaba precisamente por eso, porque aquí en nuestro país el cine de acción es tremendamente escaso, por no decir nulo, y verte a ti en esas secuencias de acción, pues me pareció conmovedor. Por fin en Colombia estamos viendo peleas en cine bien logradas.
ARIA JARA: Imagínate que de hecho hay algo muy especial en tu comentario, y es que yo soy una gran fan de los superhéroes. Yo soy fan de DC y de Marvel. Soy hiperfan de Wonder Woman, la Mujer Maravilla. Y en un momento, en conversaciones con Juan Felipe Orozco, el director de la película, yo justamente mientras estaba en el proceso de preparación del personaje, estaba muy entregada a Marvel y estaba obsesionada con Black Widow. Ella tiene ese movimiento icónico, en donde al caer da una vuelta característica. Yo le dije a Juan Felipe: “Yo quiero hacer este movimiento” y Pipe, en su libertad, porque fue muy permisivo conmigo, tengo que admitirlo, me dijo “Dale, hazla a ver cómo sale” Y yo creo que en la primera vez que vi la película – porque ya la vi tres veces – La primera vez que vi la película y noté que había quedado esa escena, pues fue muy, muy bonito, porque me sentí como Black Widow, como esa Viuda Negra, como toda una superheroína ¿eh? Y eso es una vaina muy chévere, sí.
De hecho, estaba pensando en que este personaje podría tener su propia película, un spin-off. Yo pensaba en llevar la historia de los detectives y el noir a un homenaje a esas películas con las que crecimos de lucha libre, que creo que por ahí está el encanto de lady Masacre. Porque, a excepción de la olvidada Karla de los años setenta, en esas cintas no había mujeres luchadoras. Era un mundo masculino. Si había mujeres en esas películas, eran las damiselas en peligro y las villanas.
ARIA JARA: ¡Uy! ¡Ojalá!
Juan Pablo, tú eres en Los iniciados como la cara, el rostro de la esperanza. Eres el que quiere cambiar, pero pues, tienes a un padre que maneja los hilos. Quiero que me ayudes a tratar de entender a tu personaje. ¿Por qué esa pasión por la lucha libre y por lo clandestino? ¿Por qué trata de hacer las cosas bien y no puede?
JUAN PABLO URREGO: Yo pienso que a Ignacio y a Gaby (Lady Masacre) los une algo y es que los dos están resistiendo. Ignacio desde el lugar que le corresponde y también a su manera, está resistiendo. Se resiste a su padre, se resiste a ese poder tan fuerte y, como tú lo acabas de decir, él quiere hacer las cosas bien, tiene buenas intenciones e inocentemente cree en que lo va a poder hacer. Entonces por eso hay una escena donde su padre le dice que redacte una ley y él le dice que no, que no lo puede hacer. Pero después su padre lo manipula con unas fotografías y cede. Entonces es triste ver cómo ese satélite que está ahí arriba de Ignacio es más fuerte que él.
En la vida, yo creo que pueden pasar cosas similares. Personas que llegan a hacer algo y que tienen buenas intenciones con el pueblo, con la gente más desfavorecida, con los más necesitados. Y por A o por B no logran el cometido. No lo pueden hacer porque hay alguien más poderoso que ellos que no los deja. Hay alguien que está ahí detrás al que no le interesa eso, que tiene otros intereses y que está detrás de lo suyo. Entonces a Ignacio le pasa esto un poco y yo creo que de ahí surge esa unión entre Gaby e Ignacio. Como esa resistencia.
¿Y habrá algo más? Porque Ignacio tiene a su esposa que de hecho lo apoya, pero hay una atracción por un mundo que es diferente al que vive. Estamos hablando de la lucha libre ¿Qué pasa allí?
JUAN PABLO URREGO: Sí, yo creo que Ignacio se siente muy cómodo en la Kasbah (el barrio marginal abandonado por los que tienen el poder). Tenemos una escena donde se nos muestra a Ignacio en un lugar al que va desde hace mucho tiempo, donde puede entrar al bar y se le sirve una cerveza y conversa con la dueña del lugar. Creo que él se siente muy cómodo ahí en la Kasbah y en el escenario de la lucha, porque de alguna manera es libre. Y obviamente, pues ahí está Lady que es su gran amor. Un amor oculto y clandestino y pues, también eso me lleva a preguntarme ¿por qué no termina de soltarse? ¿Por qué no manda todo al carajo? También podríamos decir que no quiere soltar el poder. Que también se siente cómodo en ese lado, en esa parte oscura, en ese mundo de Augusto, su padre. Él se siente cómodo allí y también se crió allí. Entonces no lo quiere abandonar del todo. Por eso al final su padre debe ponerlo en jaque y lo pone a tomar una decisión. Y él no toma la decisión que él tomaría. Entonces creo que el talón de Aquiles de Ignacio es el poder.
MARIO MENDOZA: Sobre Ignacio me quedé pensando en que quizás su tragedia es algo que se me ocurrió ahora, mientras ustedes conversaban. Está en la aporofobia. Ignacio lucha para no ser un practicante de la aporofobia, o sea, alguien que siente fastidio por la pobreza y la miseria, pero qué es lo que todos sentimos en Colombia. Un deseo profundo de mezclarnos con lo popular, pero nos gana la aporofobia. Finalmente, eso se traduce en el arribismo y el clasismo. Yo creo que es el personaje más trágico de la película por designación.
Sí, yo también lo pensé así. Es el personaje más trágico de todos. Para terminar, tengo curiosidad sobre Los iniciados. ¿Se piensa en una trilogía? ¿Todavía es muy temprano para pensar en secuelas?
MARIO MENDOZA: Sí, es muy temprano. Yo creo que, por ahora, estamos concentrados en esta primera. Pero ojalá se dé. También depende del público que la vea, que se enganche y que la recomiende.