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Nayib Bukele sale vencedor en las elecciones presidenciales de El Salvador

Su victoria supone su segundo mandato en el país centroamericano.

Por  VALENTINA VILLAMIL

febrero 5, 2024

Bienvenido Velasco/EFE.

Nayib Bukele ha logrado un triunfo arrollador en las elecciones presidenciales de El Salvador. El respaldo abrumador que ha recibido en las urnas, con más de 1.600.000 votos contabilizados hasta el momento y un apoyo que supera el 85% según sus propias estimaciones, ha dejado en una posición marginal a sus competidores más cercanos, evidenciando una polarización política sin precedentes en el país.

El impacto de esta victoria no se limita simplemente a la presidencia. Con una mayoría en la Asamblea Legislativa, su partido Nuevas Ideas ha asegurado el control casi absoluto del gobierno, lo que le otorga un poder como nunca antes visto en la historia reciente de El Salvador. Esta configuración política, con un ejecutivo y un legislativo alineados bajo el liderazgo de Bukele, plantea interrogantes sobre el equilibrio de poderes y la capacidad de la oposición para ejercer un contrapeso efectivo en el sistema democrático del país.

Su reelección  supone el segundo mandato de Bukele, siendo así el primer presidente en gobernar el país centroamericano por segunda vez consecutiva luego de que en 1983 se promulgara la prohibición de la reelección inmediata en la Constitución actual. 

Salvador Melendez/ AP.

La narrativa de la victoria, construida sobre la idea de un cambio radical y una ruptura con el pasado político del país, se ha convertido en el sello distintivo de la presidencia de Bukele. Su estilo de liderazgo personalista y directo ha generado tanto fervor como críticas, polarizando a la sociedad salvadoreña en torno a su figura y a los ideales que promueve.

Uno de los pilares fundamentales de su gobierno ha sido su enfoque en materia de seguridad. Durante su primer mandato, Bukele implementó una estrategia agresiva contra las pandillas y la delincuencia organizada, logrando reducir los índices de violencia a niveles históricamente bajos. Sin embargo, esta política de “mano dura” también ha sido objeto de controversia, con denuncias de abusos contra los derechos humanos y detenciones arbitrarias por parte de organizaciones internacionales y grupos de derechos humanos.

En su discurso de victoria, Bukele no escatimó en críticas hacia aquellos que cuestionan su gestión, desafiando a la prensa nacional e internacional y a las organizaciones de derechos humanos para aceptar el respaldo contundente que ha recibido de la población salvadoreña. Esta postura confrontacional refleja la confianza que tiene en su base de apoyo y en la legitimidad de su liderazgo, pero también plantea preocupaciones sobre su disposición para escuchar críticas y mantener un diálogo abierto con sectores de la sociedad que puedan discrepar con su visión política.

“Dicen algunos que no viven en nuestro país que los salvadoreños viven oprimidos, que no quieren el régimen de excepción, que viven con miedo al gobierno (…). El pueblo salvadoreño habló, no solo fuerte y claro, sino de la manera más contundente en toda la historia de la democracia”, exclamó.. “Si eso no los convence, señores periodistas, señores de las ONG, de los organismos internacionales, de la ONU, la OEA… si eso no los convence, nada los va a convencer”.

En cuanto al futuro de su gobierno, Bukele ha prometido seguir impulsando cambios radicales y demostrar al mundo el potencial transformador de El Salvador. Sin embargo, las incógnitas sobre la dirección exacta de su segundo mandato persisten, dejando espacio para la especulación y el debate sobre el rumbo que tomará el país en los próximos cinco años.

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