El sábado 30 de abril, James Hetfield, Kirk Hammett, Lars Urich y Robert Trujillo se reencontrarán con el público porteño en el Campo Argentino de Polo. Para acompañar esa celebración, Rolling Stone presenta este mes una edición extraordinaria de su serie de bookazines dedicada a Metallica, para leer haciendo headbanging. Incluye extensas entrevistas al grupo, como la primera nota de tapa que David Fricke les realizó en 1991, acompañando la salida del Álbum Negro, y los encuentros que mantuvo Claudio Kleiman, para RS Argentina, en Hawái e Irlanda. Además, un repaso por todos los conciertos que el grupo brindó en la Argentina, desde Vélez al Estadio Único, la crónica de su histórico show en la Antártida, la reseña completa de toda su discografía, una selección de sus 40 mejores canciones, fotos inéditas y mucho más.
Igual que en los cuentos clásicos infantiles, donde el aspecto exterior de la bestia esconde una personalidad tierna, Metallica tiene una vida interior que excede los patrones del imaginario del heavy metal. Es cierto, a lo largo de las últimas cuatro décadas se erigió como una de las bandas más poderosas del mundo. Sin embargo, detrás de la coraza que comenzaron a construir en los 80 a fuerza de speed-metal, hardcore-punk y riffs potentes, se oculta una intención (y una ambición) que los ha llevado a distintos niveles.
En 1996, con el coletazo aún fresco del apabullante éxito del Álbum Negro (1991), que vendió más de quince millones de copias, Metallica se imponía un cambio de piel. “Este disco, y todo lo que estamos haciendo, trata de explorar cosas diferentes”, le decía el baterista Lars Ulrich a David Fricke. “A veces con James nos da por discutir esta estupidez: ‘¿Esto es Metallica?’. Y mi respuesta es la misma: ‘Si lo hacemos vos y yo, es Metallica’. Fin de la historia”.
De adolescentes descontrolados a copados padres de familia, de los boliches de San Francisco a las playas de Hawái, del sonido machacante a los cruces con orquestas sinfónicas y su colaboración con Lou Reed, la historia de Metallica incluye excesos, adicciones y caídas en pozos oscuros, pero también sesiones de terapia, rehabilitaciones y un estado de redención que pone al grupo por encima de todo.
Ya está en los kioscos, pedíselo a tu canillita.
