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Little Jesus y la reinvención del presente

La banda mexicana habla sobre su próximo álbum, su relación actual con la música y el futuro.

Por  KARLA LEÓN

agosto 8, 2023

Cortesía Hits Futuros

En el verano de 2012, Little Jesus comenzó a resonar en la escena alternativa de la Ciudad de México. Una distintiva fusión de pop rock y tintes tropicales, junto con letras sobre vivencias personales, nostalgia y libertad, situaron al quinteto como uno de los proyectos más influyentes del país. Un año más tarde, con la salida de Norte, su álbum debut, iniciaron un camino lleno de reinvenciones que le dieron vida a Río Salvaje y Disco de Oro.

“Las cosas han cambiado mucho. Siento que ahora es más difícil mantenerte inspirado después de tanto tiempo”, explica Santiago Casillas, vocalista y líder de la agrupación. “El próximo álbum es como un examen para ver si puedo seguir sacando rolas después de esa trilogía de discos que fue tan bonita y espontánea. Está saliendo muy bien, como siempre, es un disco ecléctico. A veces se nos olvida la razón por la que hacemos esto, qué es divertirnos y espero retomarlo”.

En abril de 2012, ante la incertidumbre por el regreso a los escenarios y el panorama de la industria musical, Little Jesus lanzó el primero de ocho sencillos que revelaron nuevos sonidos y anunciaron la producción de su cuarto material discográfico, sin embargo, luego de sumar colaboraciones con Zoe Gotusso, Jesse Baez, Ximena Sariñana y Elsa y Elmar, decidieron encontrar las historias que definirían el momento que, hoy, viven como banda.

“Aún no teníamos un concepto para el disco y la verdad no nos sentíamos listos. Siento que ahora es el momento para sacarlo, pero he estado cambiando de opinión sobre las canciones que van a formar parte del tracklist, así que todavía no está terminado, pero lo estará muy pronto”, revela.

En marzo de este año, Little Jesus estrenó “Solo”, el primer sencillo de su cuarto material discográfico, con el mostraron sonoridades inspiradas en el techno-dance de la década de los años noventa. Semanas más tarde, “Presente” llegó como un contraste nostálgico que desembocó en “Cabras”, un spoken word de la poeta, Jimena González, que le daría paso a “Hermoso”, el último adelanto, hasta ahora, del álbum.

“El concepto es el presente. Quisimos sacar todo lo que sentimos y lo que se encuentra en nuestra mente, sin filtros. No queremos ponernos límites, queremos hacer todo lo que se nos ocurra, por eso, las canciones han sido muy diferentes. “Solo” tiene influencias de música electrónica noventera, mezclada con indie rock; se siente como una baladita con una onda de Radiohead. “Cabras” es muy diferente, pero creo que es un buen ejemplo de lo que viene en el disco, es decir, cualquier cosa que nos pase por la cabeza. Eso es estar presente, en el momento, en el aquí y el ahora”.

Little Jesus grabó parte de este álbum en Sonic Ranch, el famoso estudio de Tornillo, Texas, al que también acudieron para producir Río Salvaje. “Fue un proceso muy tradicional de grabación, pero hay varias canciones que grabé en mi casa y otras que grabé con mi celular. Es un disco muy espontáneo”, detalla, mientras reflexiona sobre “Cabras”, uno de los temas más distintivos de su discografía.

“Conocí a Jimena por unos audios que escuchó mi novia mientras trabajaba y yo hacía el instrumental de la canción. Se me prendió el foco y pensé: “Estaría chido colaborar con ella”. Me gustó mucho su trabajo y la forma en la que recita, así que la invité y llegó con ese texto que, desde el día uno, me voló la cabeza. Le pedí que describiera lo que ella sentía y me explicó que es sobre el amor que permanece a pesar del dolor y que busca encontrar la belleza en todo el espectro de emociones que implica el querer a alguien. También dice que es una despedida. Todo eso se siente y nosotros solo fuimos un acompañamiento para poner el mood y que ella se expresara”.

El quinteto reconoce este material como el punto de partida de una nueva etapa, a la que se suma la celebración de una década de trayectoria, con un concierto en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. “Este disco es un renacimiento, no es la continuación de la trilogía, sino un nuevo comienzo. La banda está en un momento muy diferente, estamos cambiando. Cada integrante está saliendo del revolcón de la pandemia; nos estamos volviendo a conocer como banda y como personas. Vivimos caminos diferentes y eso se refleja en la banda. Lo veo como empezar de cero.

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En nuestro próximo concierto vamos a tocar grandes éxitos, rarezas y versiones especiales. Habrá colaboraciones con amigos de todo el país y de otros países que les van a volar la cabeza. Es un placer tocar en este recinto, es el momento correcto y hay que disfrutarlo”, puntualiza Santiago, para quien existe una clara dualidad entre los procesos de liberación que existen dentro y fuera de los escenarios.

“Me gusta mucho tocar las canciones en vivo, pero también me encanta tocar instrumentos solo, en mi casa, y hacer las canciones. A veces pienso que lo que más disfruto es tocar en vivo y, otra veces, disfruto tocar un sintetizador sin que nadie me escuche. Me encanta la energía de la gente en los conciertos en vivo, pero a veces me canso mucho de viajar y todo ese rollo. Cuando estoy componiendo, me falta el público; no hay un proceso completo de liberación, sin el otro. Es un balance; ying y yang”.

Cortesía Hits Futuros

El futuro de Little Jesus

“Antes de la pandemia, llegamos a un punto de consolidación bastante importante. Sabemos que somos una banda casi de culto, que ha influido en la cultura joven y alternativa de México”, reflexiona el músico. Para entender el impacto de Little Jesus, es importante reconocer su papel como una de las bandas que encontraron en la individualidad, la salud mental y la simplicidad de lo cotidiano, una cara subversiva y honesta, para las nuevas generaciones.

“Cuando iniciamos, éramos una banda que invitaba a todo el mundo y jalábamos parejo; no competíamos con nadie. Después, como que nos volvimos más mamones, o más bien cerrados, como que nadie nos entendía, pero no era así. Ahora, preferimos hacer equipo y ser buena onda con todo el mundo. La competencia no existe realmente, puedes jalar parejo y a todos les va a ir bien. Extraño la convivencia con todas las bandas. Nuestra sensación, hoy en día, no sé si esto sea bueno o malo, es que estamos empezando desde cero; quizás fue la pandemia o nosotros mismos, pero me gusta mantener la emoción de ‘volver a empezar’, aunque yo sé que este año nos vamos a consolidar aún más y la gente se va a dar cuenta de ello, incluso, a pesar de tener esa sensación de ser emergente. Solo la tengo, no sé por qué”, añade.

Si bien, la fórmula de Little Jesus mantiene como eje disfrutar la creatividad y alejarse de los procesos negativos, Santiago experimenta altibajos, con respecto a su relación actual con la música. “Es difícil. Tengo una relación rara con el público que nos escucha, porque a veces me siento atrapado, como que no puedo explotar la creatividad al 100% o hacer una canción arriesgada, porque algunos están obsesionados con un sonido viejo que ya fue. Me frustro un poquito por no poder hacer lo que me da la gana, pero eso no es culpa de nadie, más que mía.

Tengo que retroceder, sacar lo que quiero. Pasa que me da flojera la música que ya salió en algún álbum y las personas esperan que saques lo mismo, una y otra vez, no abren la mente para cosas nuevas, diferentes o arriesgadas, por lo menos aquí en México, en nuestra escena musical”, aclara, mientras charlamos sobre los proyectos alternos de los integrantes de la banda.

“Creo que todos quieren explotar su creatividad y salirse, tal vez, del nombre de Little Jesus, para hacer su propia historia. En este caso, yo escribo todas las canciones, casi el 90% o 95%, así que deciden explorar sus propias composiciones y está chido que mantengan viva la creatividad. Es común, no solo en Little Jesus, todas las bandas que llevan un tiempo tienen proyectos solistas y alternos; es algo normal y me da gusto que suceda”.

A lo largo de la década, Little Jesus ha desarrollado plenamente su capacidad para adaptarse a los nuevos sonidos y las escenas que, poco a poco, toman relevancia alrededor del mundo. Esto, como un acto de maduración musical y libertad creativa. “Creo que el género del indie rock está en un ciclo. Todo lo está. Estamos en un ciclo en el que nadie lo voltea a ver; todo mundo lo tocaba y era lo que sonaba en todos lados, pero ahora, verdaderamente a nadie le interesa”, señala Santiago.

“Pero va a regresar; todo regresa. En estos momentos, hay muchas ondas como de post reguetón y pop que me gustan mucho. La otra vez escuché a Latin Mafia y me encantó. La neta yo no soy de los que se cierra a un género, ni se obsesiona con el pasado o el rock. Me gusta que la música evolucione y que refleje el sentir de la juventud, sobre todo, en las rolas; así que yo estoy chido con que ahorita se escuchan corridos tumbados y pop post reguetón. Si me armo una rola con Natanael Cano estaría muy chido, o con quien sea”, narra el músico.

“Si recuerdas divertirte, todo sale mejor. Cuando empieza a sentirse como un trabajo tedioso, te da flojera y te pone de malas. Afortunadamente, tener muchas personas en el proyecto nos ayuda a mantener una buena relación y hemos aprendido a no rajarnos, a mantener la calma y a confiar en lo que nosotros hacemos. Enfrentar las cosas de forma positiva, hace que todo cambie para bien”, finaliza Santiago Casillas.

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