A pesar de la prohibición del Instituto Nacional Electoral (INE) de compartir promesas de campaña, el aspirante a la candidatura de Morena y ex secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard ha lanzado su propuesta de combate a la violencia e inseguridad: el Plan ANGEL, cuyas siglas significan “Avanzadas Normas de Geolocalización y Seguridad”.
“Vamos a disfrutar del México más seguro de la historia“, declara Ebrard y busca asegurarlo a través de las ocho tecnologías que componen su plan, las cuales dice ha “viajado por todo el mundo” para conocer y comprobar su efectividad.
Pero, ¿en qué consiste el Plan ANGEL?
El proyecto de Ebrard para combatir la delincuencia se divide en 8 puntos clave: el reconocimiento facial en vías públicas, identificadores exactos sobre dónde se disparó un arma, detectores de armas, reconocimiento morfológico de delincuentes por la forma de caminar, rastreadores de marcación y seguimiento de vehículos, drones de seguimiento y rastreo, así como cámaras inteligentes para elementos de la Guardia Nacional.
En un video compartido a sus redes sociales, Ebrard resaltó que “todos los sistemas estarán conectados a la base de datos que operará con Inteligencia Artificial por lo que no pueden ser corrompidas ni cometer errores humanos”.
Los riesgos: críticas y dudas
La publicación del plan del aspirante a la presidencia ha tenido una recepción bastante controversial. Algunos expertos aseguran que aunque Ebrard afirma que el uso de las tecnologías está inspirado por sus viajes y encuentros con líderes del mundo, las prácticas estipuladas en su plan son prohibidas en Estados Unidos y la Unión Europea, además de que son empleadas en países autoritarios como China.
El director ejecutivo de la Red en Defensa de los Derechos Digitales, Luis Fernando García, ha advertido acerca del uso de las tecnologías. Según sus investigaciones, la vigilancia masiva con reconocimiento facial es altamente susceptible a identificar erróneamente a personas, lo que ha provocado múltiples casos de detención de personas inocentes.
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Asimismo, se ha podido comprobar que esta tecnología perpetua la discriminación hacia grupos vulnerables de la población como las mujeres, adultos mayores, personas racializadas y personas trans/no binaries. Además, las prácticas han sido utilizadas con gran frecuencia para fines autoritarios tales como “la persecución de manifestantes antirracistas en Estados Unidos, grupos feministas en la Ciudad de México, activistas prodemocracia en Hong Kong, periodistas y opositores en Egipto”.
Por otra parte, Jan-Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), expresó su preocupación ante los riesgos que el proyecto podría presentar para los periodistas debido a los antecedentes de espionaje de agencias del gobierno contra periodistas. “Las implicaciones de este plan para la libertad de expresión en México, considerando todo el espionaje ilegal por parte del estado durante las últimas décadas, son bastante preocupantes”, externó Hootsen a través de sus redes sociales.
Las tecnologías de Ebrard podrían parecer ficción, pero traerlas a la realidad mexicana podría representar una agudización de los problemas sistemáticos en la población.
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