A principios del año pasado, el futbolista brasileño Dani Alves fue acusado de agresión sexual por una joven de 23 años a causa de los hechos ocurridos la noche del 30 de diciembre del 2022 en la discoteca Sutton, en Barcelona. Poco después, el deportista fue detenido por las autoridades e ingresado en un centro penitenciario.
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Desde entonces, el futbolista ha intentado recuperar su libertad en vano. Su juicio se llevará a cabo la primera semana de febrero, pero la duda permanece: ¿Qué versión de los hechos defenderá Alves? Ya que el brasileño ha cambiado su relato cinco veces hasta la fecha.
Hace más de un año, su versión inicial fue negar conocer o haber tenido algún tipo de contacto con la víctima. Luego, admitió haber coincidido en el baño donde la joven afirma se llevó a cabo la agresión, pero sosteniendo que no había ocurrido nada. Después, llegó una tercera versión en la que confesó ante el Tribunal haber interactuado con la joven y participado en un acto de sexo oral. En su cuarta versión, y después de que la policía encontrara restos de semen en un análisis de ADN, Alves reconoció un acto sexual con penetración pero insistió en que hubo consentimiento.
Continúan los cambios
Ahora, con el día de su juicio cada vez más cerca, el brasileño ha cambiado su versión nuevamente para declarar que se encontraba “gravemente perjudicado por el consumo de alcohol” y eso comprometió sus “capacidades”.
Presuntamente, Alves trató de ocultar el acto sexual en un intento por esconder la infidelidad de su entonces esposa, la modelo Joana Sanz, quien la defensa ha afirmado que será una de las personas que subirán al estrado para brindar su testimonio.
El caso se ha complicado aún más después de que la madre de Alves difundiera un video de la víctima, ignorando los principios judiciales que ordenan no revelar información que permita identificar a la denunciante en casos de delitos contra la libertad sexual. La abogada de la joven ha anunciado que comenzará acciones legales contra la madre del brasileño, que podría enfrentar penas de prisión.
La Fiscalía de Barcelona pide nueve años de prisión para el deportista, además de diez años de libertad vigilada y una indemnización de 150 mil euros para la víctima.