Gloria Trevi ha presentado una nueva demanda en la que asegura que sufrió “abusos horribles” a manos de su ex mánager Sergio Andrade, los cuales fueron más intensos al tratarse de su “activo más valioso” en su “sádica” red sexual. La artista dice que la tortura fue tan “grotesca” que la llevó al borde del suicidio.
La respuesta de Trevi, quien era conocida como la Madonna mexicana, fue presentada a modo de contrademanda ante la millonaria acción legal que dos mujeres anónimas interpusieron en contra Andrade y ella el año pasado, la cual incluía acusaciones de abuso sexual. En su caso, la cantante afirma que parte del abuso ocurrió en el condado de Los Ángeles y que su ex representante hizo grandes maromas para ocultarlo. Actualmente, en California existe una ley temporal que permite una ventana de revisión para casos de agresiones sexuales en contra de adultos, pero con la condición de que estos cuenten con acusaciones de intento de encubrimiento.
La artista, que ha negado vehementemente haber atraído a las demandantes anónimas al círculo de Andrade para ayudarle a cometer dichos abusos, dice en su propia demanda que ella también fue su “prisionera”. Asegura que él “le daba puños y la azotaba con cinturones o cables”. También sostiene que la aislaba, la espiaba, abusaba sexualmente de ella y explotaba su “talento innegable” para beneficio personal.
“Hubo muchas más mujeres y niñas que Andrade controló y abusó a lo largo de los años, pero la señora Trevi era su verdadera estrella, por ende, la chica que más necesitaba y quería tener bajo control”, asevera la demanda. Trevi también asegura que él le prohibió hablar “libremente” con otros hombres y se quedó con todo el dinero de sus presentaciones y la venta de sus discos. “En lugar de tener el estilo de vida lujoso que se esperaría de la ‘Madonna mexicana’, la señora Trevi, en privado, solía vestir ropa vieja y en ocasiones era forzada a dormir desnuda durante días sobre el suelo helado de un baño”, señala el documento. “Estaba rodeada por otras mujeres jóvenes y niñas quienes, al igual que ella, eran controladas por Andrade y obedecían sus órdenes de vigilarla y reportar cualquier supuesto acto de desobediencia”.
La cantante afirma que fue sometida a practicar ejercicio extenuante, a pasar hambre y a ser azotada como castigo de las supuestas transgresiones a su autoridad. “Andrade hacía un juego sádico con dichas golpizas: la señora Trevi tenía que recibir en silencio un número específico de azotes, así que si lloraba, suspiraba o mostraba otro signo de molestia, él lo tomaba como otra ofensa y el castigo se reiniciaba. Durante el transcurso de la golpiza en cuestión, la señora Trevi se desmayaba. Cuando recobraba la consciencia, estaba en el suelo y con Andrade encima, abusando sexualmente de ella”, relata la demanda. “Eventualmente, el abuso mental, sexual y de otras índoles infligidos por Andrade impulsó a la señora Trevi a tener un intento de suicidio”.
Respecto al encubrimiento, Trevi afirma que Andrade “embarazó a docenas de jóvenes y niñas” y después, con la ayuda de terceros, las forzó o manipuló para que se practicaran un aborto. La artista asegura que fue obligada a viajar a Estados Unidos para someterse a uno en los 90. “Dichas interrupciones del embarazo estaban motivadas, en parte o por completo, por mantener en secreto sus abusos sexuales”, apunta la acción legal.
La demanda de Trevi incluye acusaciones por separado en contra de Andrade por abuso sexual y agresión, pero también afirma que una de las mujeres anónimas lo ayudó, aunque no da fechas claras. De acuerdo con la primera demanda que se interpuso en contra de la artista, la primera mujer anónima aseguró que tenía 15 años cuando una Trevi de 23 la “atrajo” hacia el círculo de Andrade en 1991 y la manipuló bajo la técnica de grooming para convertirse en una “esclava sexual”. Tanto ella como la segunda mujer, afirman que fue la cantante quién las reclutó personalmente. En su respuesta, Trevi lo niega.
La contrademanda le pide a las demandantes una indemnización, lo que quiere decir que estas serían responsables de cualquier injuria. “La señora Trevi es una sobreviviente de abuso, no una perpetradora del mismo, así que niega alguna responsabilidad en los hechos”, añade el documento.
“Decidí emprender esta acción legal para luchar por la justicia y enviar un mensaje de que ese tipo de vejaciones no deben ser toleradas. Nadie debería pasar por lo que yo pasé y estoy decidida a que los responsables paguen por sus acciones”, le dijo Trevi a Rolling Stone en un comunicado.
“Nuestra clienta, Gloria Trevi, ha mostrado poseer una fuerza inmensa y un gran valor al presentar esta contrademanda. Estamos completamente preparados para presentar nuestro caso y buscar justicia en su nombre”, añadió su abogada Camille Vásquez –quien representó a Johnny Depp en el juicio por difamación contra Amber Heard– en otro comunicado a este mismo medio.
Karen Barth Menzies, una de las abogadas que representa a las mujeres anónimas, respondió resaltando las diferencias de edad y de fama entre sus clientes y las partes demandadas, incluyendo a Trevi. “El abuso de poder es clave en estos casos de abuso y es obvio quién tiene el poder aquí”, le dijo Menzies a Rolling Stone.
La semana pasada, la Corte Suprema del condado de Los Ángeles desestimó la contrademanda de Mary Boquitas, quien fue la tercera persona demandada junto a Trevi y Andrade el año pasado. Boquitas, cuyo nombre legal es María Raquenel Portillo Jiménez, presentó dicha contrademanda por difamación y daño emocional luego de que fuera acusada de ser testigo y partícipe, en ocasiones, del “abuso horrendo” que incluía violación, agresión, ejercicio forzoso y privación del alimento. En la audiencia del viernes pasado, el juez determinó que no tenía fundamentos para su acción legal ya que estaba basada en la demanda original de las personas anónimas, la cual es considerada testimonio protegido. Boquitas se representó a sí misma y se presentó a la audiencia vía telefónica.
Trevi, de 55 años, ha estado enfrentando acusaciones de complicidad en los abusos de Andrade desde que desapareció junto a él cuando surgió una ola de acusaciones de una secta sexual. Las denuncias adquirieron relevancia internacional y mientras Andrade fue visto como un agresor pedófilo serial, se asumió que Trevi era su cómplice. Los dos fueron arrestados en Brasil en enero de 2000 en medio de una persecución internacional que incluyó la distribución de posters de búsqueda con sus rostros en todo México.
Trevi pasó cuatro años en prisión preventiva antes de ser absuelta por un juez que alegó falta de evidencias para respaldar los cargos de violación, secuestro y corrupción de menores que fiscales mexicanos pusieron en su contra. Andrade también pasó el mismo periodo de tiempo a la espera de un juicio y posteriormente fue condenado por tales crímenes. No obstante, únicamente terminó pasando un año más tras las rejas y no ha respondido ante el actual caso civil que se desarrolla en la Corte Suprema del condado de Los Ángeles. De acuerdo con los documentos oficiales, su ubicación en México es “desconocida”.