La despedida de Ratones Paranoicos desde adentro

Rolling Stone se metió en los camarines del grupo mientras se preparaban para el concierto más importante de su Última Ceremonia Tour, en el estadio de Vélez Sarsfield

Por  SEBASTIÁN RAMOS

septiembre 18, 2024

FOTO: AGUSTÍN DUSSERRE

El fin de semana Ratones Paranoicos pasó por el estadio de Vélez Sarsfield con su gira despedida Última Ceremonia, que coincide con el cuatrigésimo aniversario de sus inicios arriba de los escenarios. Con entradas agotadas, en Liniers se vivió una fiesta paranóica con más de dos horas de hits de la banda de Juanse, Sarco, Pablo Memi y Roy. Rolling Stone fue testigo de la previa, en camarines, de lo que fue el concierto más importante del tour (que por el momento tiene dos paradas más: el 2 de noviembre en Mendoza y el 29 en Rosario) para retratar las últimas postales de un grupo que marcó a toda una generación en el rock argentino.

FOTO; AGUSTÍN DUSSERRE

Juanse esparce polvos mágicos antes de salir a escena para la buena vibra. La noche del sábado, en camarines, se vivió con mucha alegría y distensión. Un año después del anuncio de esta gira despedida (durante un show de Juanse solista en el Luna Park y con el resto del grupo como invitados), los músicos, sus familias y un reducido grupo de amigos cercanos disfrutaron de las ocurrencias de un Juanse histriónico y de lo más relajado. Lejos de una triste despedida, el clima interno fue una fiesta.

FOTO; AGUSTÍN DUSSERRE

A diferencia de otros conciertos, la banda decidió que esta ceremonia, la última, no incluya demasiados invitados. Una suerte de encuentro íntimo para los cuatro integrantes originales. Entre las pocas visitas al backstage estuvo sí el conductor de radio y televisión Bobby Flores, amigo de la casa encargado de presentar al grupo antes de subir a escena: “Vamos a tener una noche especial todos… ehhh… Me olvidé todo lo que iba a decir porque estoy pasado por encima… Solo esto, hoy todos somos Ratones Paranoicos”, dijo para abrir la noche. En la foto: Bobby, Roy y Memi observan a Miguel Ángel Tallarita y su mágica trompeta.

FOTO; AGUSTÍN DUSSERRE

El único invitado a cantar arriba del escenario fue Facundo Soto, líder del grupo platense Guasones y gran amigo de la banda. “Yo le produje sus primeros discos”, contó Juanse antes de anunciarlo. Soto subió y cantó “Una noche no hace mal”. En bambalinas, el cantante paranoico bromeó con armar un grupo y bautizarlo: “Los Guatones”.

FOTO: AGUSTÍN DUSSERRE

Minutos antes de subir al escenario armado en el estadio de Vélez Sarsfield, Juanse, Memi, Sarco y Roy (con su mánager Fernando Szereszevsky de espaldas) ajustan detalles de cómo será el inicio del show. La banda antes de ponerse a tocar, finalmente caminaron por la pasarela que llegaba hasta casi la mitad de la cancha y saludaron a su público como si se tratara del final de un concierto. Luego sí, volvieron a sus puestos y arrancaron con “Isabel”. De allí en más, como certifica la lista de temas, hit tras hit para poco más de dos horas de rock and roll.

FOTO: AGUSTÍN DUSSERRE

Juanse y Roy encabezan contentos la procesión desde los camarines al escenario. Detrás, Sarco, y un poco más atrás aparece también Denise “Dedé” Romano, gran amiga de Juanse (que últimamente se la pudo ver en la miniserie Ella-Cris Miró) que sobre el final del concierto subiría para hacer coros en tres canciones.

FOTO: AGUSTÍN DUSSERRE

Ratones en acción. La banda no necesitó de fuegos de artificio ni grandes puestas escénicas. Bastaron una pantalla circular en el medio y cuatro pantallas rectangulares en los costados que se concentraron en mostrar cada una a cada integrantes del grupo durante toda la noche.

FOTO: AGUSTÍN DUSSERRE

Sobre el final del concierto y tras un video que recorrió toda la carrera de la banda, Juanse se quitó la remera como cuando era un showmen veinteañero. No saltó para que el público lo ataje, pero sí se animó a subir un par de metros de los andamios de armado del escenario, como solía hacerlo en épocas doradas. “¡Cuidado Juanse!”, fue el grito que más se escuchó en esos instantes y, luego sí, los aplausos para este hombre de 62 años que se sigue viendo como un niño travieso.

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