Future of Music: Yami Safdie, de los covers en Instagram a grabar con Santaolalla

Nacida en el oeste bonaerense y criada en las redes sociales, Yami dio un paso consistente a las canciones propias y a un estilo personal con influencia marcada de la música popular argentina

Por  JUAN FACUNDO DÍAZ

abril 11, 2024

Foto: Fernando Gutiérrez

Yami Safdie es la perfecta representación de la movilidad artística ascendente de la generación Z: construyó una carrera con destino de grandes escenarios internacionales gracias a las redes sociales. Por eso, y más, este mes es una de las figuras destacadas de la producción Future of Music, con artistas emergentes, de Rolling Stone Argentina.

Nacida en Haedo, desde su adolescencia supo aprovechar los diferentes formatos que cada plataforma propiciaba para generar interacciones y así nutrir, post a post, contenido a contenido, una base firme de público que llegaba por un viral y se quedaba por su talento, su versatilidad y su voz. Luego de los reels con covers llegaron las canciones propias y dos discos con un estilo que trasladó, desde los matices más cercanos a lo urbano, hacia la música tradicional y popular argentina.

Después fue la firma con una compañía discográfica y colaboraciones con artistas como Milo J, L-Gante y hasta Gustavo Santaolalla. También teloneó a Luis Miguel en sus presentaciones en el Movistar Arena, tocó en Primavera Sound, Cosquín Rock y más. Todo esto en tan sólo unos años. Vértigo puro.

“Esto es algo que traigo desde que nací”, dice Yami mientras mira una foto de su infancia. Allí sostiene un micrófono de juguete y una boa de plumas le rodea el cuello para completar el look de diva. “Jugaba a cantar, bailar e inventar canciones. Obligaba a toda mi familia a verme”, recuerda. “Mi referente era Caramelito. Cuando me preguntaban qué quería ser de grande, quería ser como ella”.

A sus 9 años comenzó a estudiar teatro musical mientras crecía con las bandas sonoras de las películas de Disney. Sin embargo, como en todo crecimiento, hubo un punto de inflexión donde debió decidir si quería conservar su relación con la música dentro del ocio o dedicarse, finalmente, de lleno y en serio. “Ahí dudé”, admite.

“Había mucho, mucho prejuicio con el ser artista y de qué vas a vivir y cómo vas a hacer. Empecé a estudiar la carrera de producción, pero duré menos de un cuatrimestre. Ese tiempo me sentí bastante frustrada, porque no estaba haciendo lo que quería hacer. Ahí decidí meterme en las redes a subir covers y bueno, acá estamos”, resume.

Eso que, en la teoría, parece sencillo, fue un proceso de prueba y error. Por su edad, Yami habitaba las redes sociales de una forma natural. Sin embargo, en un punto entendió que eso mismo que aprovechaba para compartir su vida podía funcionarle como plataforma de despegue para su faceta artística. “Un día me empecé a dar cuenta de que en la lupita de Instagram me aparecía gente que subía videos, tenía un montón de vistas y llegaba a un montón de gente que lo escuchaba”, recuerda.

“Esto es algo que traigo desde que nací”, dice Yami Safdie. (Foto: Fernando Gutiérrez)

“Ahí dije: ‘Acá hay algo’. En ese momento no sabía por dónde arrancar y fue como ‘bueno, tengo el celular y un ukelele. Voy a empezar a subir videos y ver si funciona’. Pero lo hice consciente, como un experimento que me propuse”. Los seguidores crecieron, la gente comentaba pidiendo que tocara ciertas canciones y sus videos comenzaron a compartirse y acumular reproducciones.

Otro punto de inflexión fue el momento en el que decidió dejar de lado los covers y empezar a compartir canciones propias. El primer paso se llamó “Tan fuerte”, una letra sobre el movimiento #NiUnaMenos. “Sentía que tenía un mensaje que estaba muy bueno para compartir. Era algo que quería decir. Un montón de mujeres se sintieron identificadas”, recuerda. “Después publiqué ‘De nada’ y se hizo viral. Ahí ya no hubo vuelta atrás”.

Las redes, de esa forma, se transformaron en una herramienta que le permitía tener un termómetro instantáneo de la reacción del público con su música. “Tenés a la gente ahí mismo diciéndote qué le gusta, qué no, con qué conectan, con qué no. A mí me hacen reír. Me dicen cosas como que leí sus diarios íntimos, o ‘Yami, no te di permiso para que contaras mi historia’ o ese tipo de cosas. Es lindo, te hace sentir que vale la pena”.

Yami Safdie: “Sentía que tenía un mensaje que estaba muy bueno para compartir”. (Foto: Fernando Gutiérrez)

Desde allí, el perfil que supo construir es difícil de encasillar. Si en su niñez la referente fue Caramelito, a la hora de encarar una carrera musical aparecieron faros como Taylor Swift, Nicki Nicole, Rosalía, María Becerra y tantas otras. Y desde esa misma variedad es donde se erige su versatilidad. “Yo soy una artista pop”, resume. Dije que no me iba a enamorar, su disco debut de 2022, son todas las influencias que traía encima. “Es más experimental desde el sonido. Es bastante ecléctico, estaba en búsqueda de un estilo. Bah, todavía estoy”, dice.

Yami se pasea por una especie de R&B light, cercanías al hip-hop tristón y cuestiones más bailables. Todo mientras abraza el storytelling y cuenta historias en cada canción. “Sur, el segundo, ya es conceptual”, advierte y asume el riesgo. “La idea era fusionar la música pop y urbana con sonidos más tradicionales latinoamericanos”. El disco, entonces, es una especie de acercamiento a la música popular. “Tiene una especie de samba, una especie de chacarera, una especie de salsa, una especie de tango”, cuenta.

Fue en ese acercamiento a los sonidos tradicionales cuando Yami recibió una gran bendición: sumadas a las colaboraciones con músicos como Milo J o L-Gante, el tema que cierra su álbum es con Gustavo Santaolalla. “Fue la confirmación de que eso que estuvimos haciendo valió la pena, estuvo validado por una figura increíble. Estoy super agradecida y feliz”, dice. Pero lo curioso fueron los mensajes de felicitaciones. “Muchos artistas que admiro me escribieron: Julio Iglesias, la Sole o Camilo”, dice con una sonrisa. Y es que esa niña que empezó en el living de la casa como un juego, hoy promete giras por todo el país y mucha música más.

“¿Qué le diría a esa nena de la foto? -dice Yami, mirando aquel retrato de chiquita- Que lo está haciendo genial. Que siga así, que no deje que la hagan sentir avergonzada o que la humillen. Que nunca se cuestione, que se siga divirtiendo. Porque ahora me estoy divirtiendo un montón”.