Cómo suena el nuevo álbum de Mi Amigo Invencible: pop clásico, melodías directas y versos dark en ‘Arco y flecha’

La banda oriunda de Mendoza acaba de editar el noveno disco de su carrera: así suena el último álbum de Mi Amigo Invencible

Por  MARTÍN SANZANO

junio 13, 2024

Mi Amigo Invencible editó su noveno álbum de estudio, 'Arco y flecha'

Foto: Nora Lezano

Arco y flecha, el nuevo disco de Mi Amigo Invencible, arranca con el galope repiqueteado de “Caballos”. La referencia equina es bastante obvia, sí, pero no por eso menos efectiva. Al igual que el guiño a Arcade Fire en las teclas que construyen, nota a nota, la primera melodía que se puede escuchar en el álbum. Una bien simple y directa, por cierto. Fácil de entender y de tararear. En definitiva, la síntesis perfecta del espíritu del noveno trabajo discográfico de la banda de origen mendocino. 

La tapa de ‘Arco y flecha’, el último disco de Mi Amigo Invencible.

Todo comenzó con un piano. Por esas idas y vueltas que tiene la vida, un día, a Mariano Di Césare —también conocido como El Príncipe Idiota—, el autor de la mayoría de las canciones de MAI, le llegó un piano a su casa. No estaba en buen estado, pero se encargó de hacerlo afinar y ponerlo en condiciones. En cuanto apoyó los dedos sobre las teclas y pudo armar los primeros acordes, lo supo: tenía que hacer un disco. 

La banda se puso a las órdenes del productor Mariano Otero y, después de un año de mucho trabajo, completó esta obra de 10 canciones que recorren un nuevo universo invencible. Uno que suena bastante familiar, es cierto. Porque, al igual que en Isla de Oro (2022), en Arco y flecha, MAI persiste en su búsqueda por la melodía clásica, siempre vestida por los versos juguetones de Di Césare: “Recuerdo mi casa natal/eras mi amigo caballo/una mañana desperté/y te habías escapado”, canta en el tema inicial, mientras subvierte los acentos en cada sílaba.

Lucila Pivetta, Leonardo Gudiño, Mariano Di Césare, Nicolás Voloschin, Arturo Martín y Pablo Di Nardo. (Foto: Nora Lezano)

Para seguir con los animales, el segundo track del disco se llama “Pantera” y cuenta con un bajo —la bajista, Lucila Pivetta, es una de las protagonistas de Arco y flecha— que hace moonwalking sobre un pop sintético y nocturno: “Una pantera en la terraza/corta la luna sobre la chapa”, casi que murmura Di Césare. Lo más interesante ocurre en el estribillo, cuando los sintetizadores en modo fiesta y esa melodía tan pegajosa contrastan con lo dark de la letra: “¡Ey! Te esperaba por aquí/y ahora me quedé pensando en vos/Tocame la herida que está comenzando a arder”. 

“Colinas”, el tema que sigue, es una canción de fórmula netamente invencible. Y, no por nada, una de las favoritas del grupo. Para componerla, Di Césare recurrió a la ayuda de su amigo Diosque, el músico tucumano que trabajó con artistas tan variados como Julieta Venegas, Dani Umpi, Violeta Castillo o Molly Nilsson. Con algunos rasgueos suaves de guitarra y la armonización de voces típica del grupo, cuentan la historia de un romance que llegó a su fin. 

El brillo que ilumina la primera tríada del disco se intensifica aún más en “Jinete del atardecer” (¡otra vez lo equino!), en donde MAI suena lo más clásico posible. “A donde vamos no importa/¿a dónde va la corriente?”, se preguntan, pero también se entregan y fluyen: “No depende de mí”.

La participación de Juan Saieg —también conocido como Juan Mango—, de Usted Señalemelo, llega para cortar Arco y flecha a la mitad. Di Césare revela que las tomas de ese arpegio uniforme que suena en “Reflejo” son las que se hicieron durante la composición. Y que, a partir de esos primeros cimientos, fueron armando la montaña sonora que crece y crece, como un himno del corazón. 

Si las teclas de “Caballos” recuerdan a “The Suburbs”, las de “Llamada perdida”, sin dudas, remiten a The Cure. Después de la introspección, llega el sexto track del álbum, donde la banda retoma los principios básicos para encarar el último tramo del recorrido. Como su nombre lo indica, “Llamada perdida” es un poema propio de estos tiempos de liquidez tecnocrática. “Ctrl + Z en la tierra/hasta llorar y perdonar”, canta Di Césare. Y, en diálogo con ROLLING STONE, confiesa que es su tema favorito. Al menos por ahora. 

Lo que continúa es lo que MAI ya había ido presentando en los últimos meses: “Beso relámpago”, el featuring con Juliana Gattas, es un pop más que apto para la pista de baile; “Lejos de todo”, otro tema bien invencible, suena a confesión beoda de alguien que quiere escapar de la realidad; “Acto de fe”, con su estribillo tan biónico, es el salto al vacío de alguien que necesita un cambio; y, por último, el single que sirvió como disparador de esta nueva aventura de la banda, “Todo lo que tengo”, una semblanza para todos aquellos que siguen buscando amor en medio del infierno. De este infierno.

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