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P&R: Santa Fe Klan

El rapero mexicano, emblema de autenticidad, humildad y mezcla de ritmos y emociones, está en camino a la cima, pero se mantiene fiel a sus valores y a su gente

Por  PABLO MONROY

agosto 31, 2022

CORTESÍA SANTAFE KLAN

Ángel Jair Quezada Jasso nació en noviembre de 1999 en Santa Fe, Guanajuato, México. Como Santa Fe Klan se ha vuelto un referente del rap mexicano por el gran uso de varios géneros musicales en sus composiciones, desde hip hop hasta regional mexicano, corridos y cumbia. Ha colaborado con artistas como Camilo Lara (Instituto Mexicano del Sonido), el colombiano Nanpa Básico y Gera MX. Quizás su colaboración más destacada sea la de ‘Grandes ligas’, en la que acompañó a Snoop Dogg, Alemán, Lupillo Rivera y B-Real (Cypress Hill).

Recientemente, se anunció que el tema ‘Soy’ del mexicano hará parte de la banda sonora de Black Panther: Wakanda Forever, de Marvel. “¡Viva México!”, canta Santa Fe Klan en la canción.

Pero su éxito y estilo musical no son lo que más caracteriza a Santa Fe Klan, el músico de 22 años ha sabido mantenerse fiel a sí mismo y a sus valores. Su humildad y honestidad lo acompañan en su camino hacia la cima. Para él es muy importante mantenerse cercano a su barrio y a las personas que desde el inicio han estado a
su lado.

Platicamos con Santa Fe Klan unos días antes del lanzamiento de su más reciente y esperado material de estudio, titulado Mundo, en el que plasma en una serie de temas acústicos sus recientes vivencias, su dolor y su gran sensibilidad y creatividad.

¿Cómo te mantienes fiel a ti mismo y a tus valores, al experimentar el éxito y la fama?

Pues nada más recordando siempre quién soy, escuchando música que escuchaba cuando era niño, que escuchaban mis papás, yendo a mi barrio a cada rato. Siempre ando con mi gente, con mi familia. Y creo que eso es lo que me mantiene aquí, porque aquí nos conocemos todos, y todos sabemos qué onda aquí. No hay lujos, no hay nada. No hablamos de cosas que no sean de trabajo. Aquí siempre andamos dedicados en hacer más música, y creo que no hay chance ni para andar ahí de creído. Aparte, me cae mal la gente creída [Risas]. A toda mi raza nos cae mal, yo soy agradecido con toda mi raza.

¿Cómo te sientes al formar parte de algo tan grande e importante como una película de Marvel?

Estoy bien agradecido con la gente que me invitó a participar en el proyecto. Les mando un saludo a Camilo Lara y a todo mi equipo, a toda la gente que estuvo ahí detrás de todo ese rollo.

¿Cómo fue el proceso de creación de ‘Soy’?

Camilo me invitó al estudio, y ahí estaba el productor de la película. De hecho, la pista, la instrumental, es del productor de la película. Es el productor que estaba trabajando todo eso de la música, y se juntó con Camilo, y le dijo que me iba a invitar. Entonces ahí nos presentó el Camilo, y me enseñó como unas cuatro pistas, agarré la primera que me enseñó, y le dije, “Esa mera”, y en un ratillo ahí nos pusimos a escribir. La terminé como en unas tres, cuatro horas, más o menos. Toda, la escribí y la grabé y todo.

CORTESÍA SANTAFE KLAN

¿Cuáles fueron esas experiencias que inspiraron las canciones de tu nuevo álbum, Mundo?

Pues a lo mejor todo este éxito, y todo esto que está pasando con mi música. A lo mejor todo eso es lo que me ha inspirado, o es lo que me ha hecho pasar por eso que pasé. Casi todas las canciones de este disco son como cosas que me están pasando ahorita. Y como yo quería darle a la gente canciones así, acústicas, porque me di cuenta de que ‘Te iré a buscar’ le gustó mucho a la gente, la de ‘Debo entender’ también, y saqué un disco de puras así. De hecho, volví a meter la de ‘Te iré a buscar’ y la de ‘Debo entender’ al disco. Pero las volví a grabar, otra vez las volvimos a hacer.

Y también trae un mensaje como de unión, ¿no? ¿Quieres que sea un disco para todos, para el agrado de todo el mundo, de todas las edades?

Sí, y más que nada, como para todos los géneros. Haz de cuenta que cualquier canción, de cualquier género, se puede escribir con una guitarra. O sea, eso que yo estoy subiendo, quisiera que cada quien lo hiciera en su país, a su manera, o que le pusieran algún ritmo o lo que sea. Pero siento que es algo como para todo el público, para toda la gente, para todos los géneros. Son canciones que solamente traen guitarra, entonces se pueden hacer cumbia, o norteña, o banda, o rap o lo que sea… salsa, no sé, lo que sea se puede hacer con eso. Entonces, también se lo pongo ahí a todos los productores, a todos los DJ, pa’  que hagan con ese disco lo que quieran y le pongan el ritmo que quieran.

¿Cómo has ayudado o te gustaría ayudar a la gente de tu barrio?

Pues ya tenemos ahí tienda de ropa en mi barrio, en mi casa; barberías, tenemos también tatuajes; puse dos estudios de grabación ahí en mi cantón. Ya estamos ahí haciendo una fundación para ayudar a la gente enferma, a todos los niños malos, a los jóvenes, a los señores; a todas las edades, pues. Solo quiero que se registren ahí en mi fundación y yo los voy a apoyar con todo. Ese es el plan, apoyar a la banda y quiero poner también una de las escuelas en el estudio, para que les enseñen todo lo de la música y todo lo de la industria, lo de los impuestos, que sepan cómo mover su dinero y cómo mantenerse ahí siempre al 100.

A los 12 o 13 años que empiezas a rapear, tus amigos te enseñan a rimar, a grabar, etcétera, ¿qué tan importante para tu carrera fue esa etapa para el artista que eres hoy?

Creo que es lo que ahora provoca que yo ya no tenga miedo de nada. Yo puedo grabar en un camión, puedo grabar en un hotel, puedo grabar en donde sea. No necesito lujos para darles algo chido o algo real. Creo que eso que viví de niño me ayudó a saber qué se siente venir desde abajo, y así la hicimos y así la hemos seguido haciendo. Yo ahí traigo un micrófono en la maleta, y si se me ocurre ahorita algo, ahí lo grabo. Así grabamos la de ‘Debo entender’, en un hotel. Me puse a escribir ahí con esos carnales. Pero pues así es, como que esas vivencias y esa experiencia que viví de niño en el barrio, con todos mis carnales, pues me trae bien fuerte y bien entrenado.

Ahora que estás en una etapa en la que colaboras con artistas muy importantes, ¿mantienes esa actitud de siempre querer aprender cosas nuevas?

Sí, siempre sigo aprendiendo. A veces de quien uno menos espera es de quien uno aprende. Me ayuda a saber mezclarle más a mi música; saber cómo escriben ellos, diferentes tiempos de la música, ¿no? No es el mismo tiempo de una canción de salsa que una canción de norteña o una de rap. Todo eso lo estoy aprendiendo. La verdad, yo no sé nada de música, ni de tonos musicales, ni del do, re, mi; la neta no me sé nada. Yo nada más con el puro oído. Y así quiero seguir. La neta puedo ir a clases y pudiera traer aquí un maestro, pero siento que yo soy así. Es natural, y nada más aprendo las mañas de los artistas y de los músicos, productores, pero no me clavo en ser tan perfecto.

¿Cuándo o cómo te das cuenta de que podías mezclar géneros como el rap y la cumbia y de que le gustaba a la gente?

Pues yo creo que desde que estaba morrito, desde que tenía como 13 años. Haz de cuenta que yo escuchaba las canciones… Yo veía qué escuchaba mi mamá, discos que ella ponía, de Leo Dan, de Los Terrícolas, y así; yo los descargaba y convertía las canciones en rap. Pero las hacía bien lentas. Creo que desde ahí empecé como a combinarlo, porque yo les ponía el ritmo como si fuera una cumbia; las hacía muy lentas, y les ponía el ritmo. Las hacíamos como si fuera una cumbia, con una canción antigua, pero era una de rap. Y ya después, como a mí siempre me ha gustado tocar el acordeón y todos los instrumentos, empecé poco a poco a meterle a mi música instrumentos. Y fue ahí donde aprendí que todo tiene un tono. Porque a veces yo quería meterle un acordeón a una pista, y no le quedaba, y yo decía, “¿Por qué no le queda?”. He ido aprendiendo, ahorita ya agarro más instrumentos, pero ya ubico más. Entonces, desde morrillo empecé a combinar todo lo que escuchaba ahí.

Desde niño fuiste muy musical, ¿verdad? 

Sí, hacía baterías con las cazuelas de morrillo, con mis primas. Siempre como que quería tocar el piano, el acordeón, ahorita también agarro la guitarra. Compré un ukelele hace días, y también ya aprendí ahí dos-tres.

“ESE ES EL PLAN, APOYAR A LA BANDA”: Ángel se mantiene cercano a su gente y a su barrio. El artista está trabajando en abrir una fundación para ayudar a personas enfermas en Santa Fe, Guanajuato.
CORTESÍA SANTAFE KLAN

¿Te fluye fácil la creatividad o te bloqueas en ocasiones? 

No siempre… Por ejemplo, ahorita traigo ideas de canciones que quiero grabar. Varias ideas, ahorita ya estoy terminando otro disco. Ya voy a sacar el de Mundo, pero tengo casi terminado otro disco. Y así, así me la paso. Y traigo más ideas. Yo, ahorita, si me encierro en un estudio de grabación, pues escribo lo que siento ahorita. Y siempre voy a poder escribir, pues, siempre voy a tener algo nuevo.

¿Cómo dirías que has usado el dolor de tu pasado para convertirlo en música?

A lo mejor, primero aceptando mis errores y la realidad. Y ya después, creo que mi dolor ahí está en mis canciones. Y ahí siempre va a estar. A lo mejor un día no voy a estar, pero mi dolor sí, ahí se va a quedar siempre, y todas mis vivencias también.

Has dicho que te identificas mucho con la muerte y usas mucho esa temática en tus letras, ¿de dónde nace eso?

No, pues siempre. Como que desde niño he sido así, he pensado mucho en eso. Pero me ha ayudado, la neta, me ha ayudado a valorar la vida y a hacer lo que tenemos que hacer y no estar esperándolo, la vida nada más es una; un día se va a acabar, y siempre he traído eso, ese mensaje bien claro en mi mente de que un día todo se va a terminar, que solamente es hoy, y hoy lo tengo que hacer.

¿Cómo dirías que la música ha salvado tu vida?

Si no cantara, quién sabe qué sería de mí. Me gusta jugar futbol, andaría ahí en el barrio. Quién sabe, la neta, qué hubiera pasado. Yo le doy las gracias a toda la gente que siempre ha estado ahí apoyándome, a todo mi equipo, que siempre ha estado detrás. Porque si no fuera por la música o si no me hubiera dado cuenta de que yo podía escribir lo que siento, no sé cómo me desahogaría de todo lo que me pasa y de todos mis problemas. Qué chido que me puedo desahogar de esa manera. Y me fui enseñando, me fui enseñando. Desde los 13 años tengo escribiendo. Tengo 22 y no he dejado de escribir, casi escribo diario, ‘toy bien loco [Risas].

Has mencionado a Celso Piña como tu ídolo, si lo tuvieras enfrente, ¿qué le dirías? 

Pues que me enseñe a tocar el acordeón [Risas]. Sí lo conocí; un día fui a verlo a uno de sus conciertos, que fue en Guadalajara. Tenía como 16 años o 17, y me lancé yo solo. Pagué mi boleto y todo. Andaba yo ahí bailándole solo. Pero no pude saludarlo ni nada. Le diría que quisiera un día tocar como él, y que cuando yo toque mi acordeón y me ponga a cantarles las cumbias, la gente recuerde cómo el Celso los ponía a bailar.

¿Cuál crees que sea tu presentación más icónica hasta ahora?

Creo que el Vive Latino estuvo de las más chidas. Pero acá en Estados Unidos también, todas ya casi están llenas, ya no hay boletos. Y aunque sean lugares más chiquitos, creo que también es chido, porque yo no sabía que acá me conocían. Voy a lugares bien extraños, ni siquiera los sé pronunciar, y sale gente de todos lados. La gira de acá de Estados Unidos es otro rollo. Está bien chido acá.

De tus proyectos actuales, ¿cuál es el que más te emociona?

Pues lo que me trae así emocionado, haz de cuenta que escribí como unas 27 o 30 canciones de puras norteñas, puros corridos, canciones de banda, de mariachi. Hacia todo el regional, un disco así. Pero lo quiero combinar con algunas cumbias, también tengo escritas cumbias. No sé, a lo mejor eso es lo que me trae emocionado. Y un día quiero solucionarlo, llevarme a mis conciertos la banda, llevarme los mariachis, llevarme la gente que toque cumbia, trompetas, de todo, la tuba, darles un show completo. Y creo que un día no me puedo parar a cantar cinco horas, pero, yo por mí las canto; a lo mejor algún día voy a tener que salir a cantar pura cumbia, y al otro día puras norteñas, y al otro día puro rap. Porque cinco horas, seis horas, ¿cómo los voy a tener ahí? Se van a cansar [Risas].

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