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Un futuro más equitativo para las mujeres en la música

Lo que el futuro traiga para las mujeres en la industria musical tendrá que considerar no solo mayor representación, sino entornos seguros y libres de discriminación y violencias.

Por  LAURA VÁSQUEZ ROA

mayo 7, 2024

Ruidosa Fest

La igualdad para las mujeres en la industria musical está lejos de alcanzarse. No es tan sorprendente que en la música se replique la desigualdad que se vive en otros campos. Las cifras lo respaldan. Una revisión reciente de más de 1000 canciones populares hechas en inglés mostró que la composición estuvo en un 86.8% a cargo de hombres y tan solo un 12.8% fue hecha por mujeres. El estudio ¿Inclusión en el estudio de grabación?, liderado por la investigadora Stacy L. Smith, es la confirmación de una porción de la realidad de este presente problemático y desigual. ¿Qué esperar entonces del futuro de las mujeres en la música? 

El reclamo por mejores condiciones de participación para las mujeres en toda la cadena de la música está más vigente que nunca, tal vez porque hasta hace muy poco el debate por la igualdad de género permeó realmente las industrias culturales. Y es que el mundo cada vez se hace más preguntas sobre la igualdad de género, no solo como un asunto de derechos humanos, sino como un elemento “esencial para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible”, como lo consignan los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

Al ritmo actual, las Naciones Unidas calcula que faltan 140 años para que las mujeres estén representadas de forma igualitaria en puestos de poder y liderazgo en sus campos laborales. En el caso de la cultura, la UNESCO ha dicho que es necesario fomentar políticas públicas enfocadas en alcanzar la paridad de género en las industrias creativas, lo que implica superar barreras que a veces parecen invisibles, pero que niñas y mujeres conocen bien. A pesar de que ante la ley hay una igualdad más o menos generalizada en el mundo, se sabe que esto no es garantía para la igualdad real. Las barreras sociales, económicas y culturales juegan un papel muy importante a la hora de permitir el goce y la creación de la cultura en condiciones igualitarias. 

Del estudio de Smith, fundadora además de la Iniciativa Annenberg para la Inclusión que analiza esta y otras industrias culturales, se desprenden varias cifras de la desigualdad en la producción musical. Por ejemplo, los roles creativos en la industria tienen poca representación de mujeres. Del total estudiado las mujeres representan el 22.3% de los artistas, 12.8% son compositoras y solo 2.8% son productoras. De hecho, es más evidente la ausencia de mujeres en cargos de productoras o ingenieras de sonido. La situación es aún más desigual para mujeres racializadas, pues en los créditos de 1756 canciones, únicamente 17 corresponden a mujeres no blancas. 

Estos datos, aunque importantes, no hablan de todo el universo musical que se produce en otras regiones del mundo y otros idiomas. Tampoco recoge otros puntos de la industria, como lo son las presentaciones en vivo. El Ruidosa Fest, una iniciativa latinoamericana por visibilizar a las mujeres en las tarimas musicales, lleva ocho años tratando además de llenar vacíos de información al respecto. Han encontrado, por ejemplo, que las mujeres representan menos del 10% de las presentaciones artísticas de los festivales. Es así como los proyectos de mujeres no superaron la cuarta parte de todos los carteles de música entre 2016 y 2018, periodo en que enfocaron su estudio. 

Un futuro con representación, pero también digno y seguro

El camino por la paridad de género en la música es largo y definitivamente tendrá que ser distinto en el futuro. Aunque hay un aumento en la presencia de mujeres en varias partes de ese complejo ecosistema de la creación, producción, distribución y presentación en vivo de la música, esto no solo es poco, sino que no todo se trata de representación. Según el estudio Las mujeres en el arte y la cultura en México, en algunos países el crecimiento del sector cultural está directamente relacionado con el empleo artístico femenino. Sin embargo, discutir las condiciones de pagos igualitarios por igual trabajo, la participación en espacios de producción e industria en general, así como hablar de si esos son espacios seguros y libres de acoso para las mujeres, son otros temas pendientes.

La discriminación permanece para las mujeres que se dedican profesionalmente a las artes, pues muchas se ubican en trabajos informales, lo que genera incertidumbre laboral en la contratación y la seguridad laboral. Como opina Nathalia Guerrero, cofundadora del medio feminista Manifiesta Media, desde donde han cubierto la participación paritaria en la música, un futuro para las mujeres en la música debería estar libre de la precarización que aunque es vivida por muchos artistas, son ellas las que se enfrentan a abusos económicos con gran frecuencia. 

Para la cantante colombiana Pedrina, la falta de reconocimiento es un obstáculo importante que tarda mucho en superarse: “Las mujeres luchamos por ser tomadas en serio en roles técnicos y de liderazgo. Enfrentamos estereotipos arraigados y prejuicios de género”, dice. Otra barrera significativa está en la ausencia de oportunidades y recursos para un amplio sector, así como la escasez de financiamiento y espacios inclusivos que, para Pedrina, terminar por limitar el potencial de las mujeres para avanzar en sus carreras musicales y alcanzar su pleno potencial creativo.

El acoso y la discriminación son para Pedrina una gran preocupación, pues además de afectar a un nivel individual, también crea un entorno laboral hostil y poco seguro para todas. En este aspecto, Guerrero coindice e incluye los espacios de fiesta o los festivales donde la seguridad muchas veces está en riesgo pues la ganancia prima por encima del cuidado de quienes asisten. Para ella, ese futuro sería diferente si desde la creación de los eventos hubiera cambios en todo ese ecosistema donde se priorice el cuidado y donde más mujeres participen en el diseño de los eventos, “Me gustaría que dejara de ser una mentira esa idea de cuidado en las fiestas, que existan protocolos de cuidado, de no discriminación y que eso sea verdad. La fiesta se tiene que pensar como una comunidad desde quienes la organizan hasta quienes asisten”.  

Pensar justamente en espacios más diversos y cuidadosos es uno de los aspectos que la cantautora Briela Ojeda ve como una necesidad latente. Esa diversidad debería cubrir no solo el line-up de un festival, sino los equipos tras bambalinas que están conformados en su mayoría por hombres. “Me encantaría que la apertura de los hombres a esta diversidad fuera real y encontrar un diálogo para que no haya una predisposición, sino para tener mejores vínculos. No es solo rebelión sino entendimiento”.

¿Qué sueñan las mujeres para los escenarios musicales del futuro? 

Para algunos puede ser curioso que al hablar de música y futuro no se concentre la conversación en mencionar los sonidos, los avances tecnológicos o las predicciones del negocio musical. Aunque eso es evidentemente un aspecto importante para las mujeres que se dedican profesionalmente a este sector, la respuesta a esta pregunta fue la oportunidad para hablar de los problemas del presente, esos que ya por fin deberíamos superar.

María Triana, ingeniera de sonido colombiana radicada en Europa y experta en masterización, sueña con cosas que parecen básicas, pero que todavía no están garantizadas: “Mi sueño es que no tengamos que tener una sección diferente en la revista. Me encantaría que fuéramos muchas más, que haya igualdad de oportunidades, más educación, más representación, salarios equitativos y, sobre todo, apoyo para las mujeres que quieren ser madres, o para quienes desean tener una familia y trabajar en el medio. 

Triana, que ha remasterizado y restaurado obras de los artistas más grandes de la historia musical reciente, menciona una disyuntiva que muchas profesionales han enfrentado en sus carreras. El conciliar el deseo de la maternidad con una carrera exitosa representa esfuerzos enormes, como ella misma lo cuenta: “La idea de ser madre influyó en la decisión sobre mi profesión. El estar ausentarte por solo tres meses de maternidad puede acabar con tu carrera. Yo igual me lancé y perdí discos que me hubiera encantado hacer, pero mis circunstancias fueron muy distintas y tampoco dependo de mi apariencia para mantener mi carrera”.

Mientras tanto, Pedrina ve un gran potencial en el futuro para las mujeres en la industria de la música en Colombia y Latinoamérica. “Veo cambios significativos gracias a la lucha feminista de los últimos años. A medida que avanzamos, hay una presencia cada vez más destacada de mujeres en roles clave dentro de la industria. No solo somos cantantes y compositoras. Somos productoras, ingenieras de sonido, managers, ejecutivas y mucho más. Las mujeres somos protagonistas en todos los aspectos del proceso musical”

Puede que sea a través de las iniciativas colectivas que ya están andando, donde estén las pistas sobre un futuro menos hostil para las mujeres. Desde la recolección de datos sobre la desigualdad de género para visibilizarla, la unión de artistas que colaboraran entre sí, así como aquellas que crean espacios más seguros para la fiesta o quienes se unen para exigir derechos laborales, hay un gran número de rincones desde donde se están construyendo esas transformaciones.

Artistas como Pedrina esperan un futuro donde haya una real igualdad de oportunidades, reconocimiento y respeto. Como explica, esto incluye una paridad total en los festivales, una presencia equitativa de hombres y mujeres en las carteleras, así como en roles de producción, liderazgo y organización. “Quisiera que las mujeres sean representadas de manera justa en los medios de comunicación y en la industria discográfica con una distribución equitativa de recursos y apoyo para sus proyectos artísticos. Sé que seguirá creciendo entre nosotras una cultura de colaboración y apoyo mutuo, generando oportunidades de crecimiento profesional para todas”, dice.

Briela Ojeda, por su parte, se imagina un futuro interconectado, variado y más fuerte. “Me imagino a mujeres representantes de distintos territorios e historias, así como escenarios más dispuestos a escuchar y confiar en tantas mujeres que tienen una gran calidad de música por ofrecer”, opina. Esa diversidad que abre puertas a la música y la pone en el centro, Briela se la imagina como un ramo de muchas flores, “como un popurrí, un entorno rico en música, no solo en el espectáculo”, dice y finaliza riendo: “Ah, y que la última herramienta sea el playback”.