‘Reemplazante’, el último disco de Mueran Humanos, o cómo armar conversación desde lo horroroso

El dúo postpunk argentino vuelve con un álbum plagado de sordidez y contrastes sonoros y estéticos

Por  PAZ AZCÁRATE

junio 10, 2024

Foto: Cristina del Barco

Mueran Humanos dedica tiempo a los procesos. Desde su álbum debut en 2011, todos sus discos tuvieron intervalos de cuatro años, a excepción de las remezclas de Hospital Lullabies, editadas al año siguiente del lanzamiento del álbum original. Tras presentar aquellas remezclas, durante la pandemia, el dúo argentino se permitió volver a jugar.

A comienzos de 2020, compusieron una serie de tracks con un pianito de juguete de Carmen Burguess y un equipo de bajo que Tomás Nochteff se encontró en las calles de Berlín, la ciudad donde ambos residen actualmente. Ese proceso emparentó más sus nuevas canciones con la primera etapa de la banda, cuando el proyecto indagaba caminos más inciertos, recién empezaba a tomar forma y estaba entregado a la experimentación.

Las grabaciones pandémicas de Carmen y Tomás luego se regrabaron con la instrumentación habitual del dúo (sintetizadores, cajas de ritmo, bajo y voces) y dieron como resultado los ocho temas que componen la atmósfera postpunk (aunque llena de matices) de Reemplazante, presentados a mediados de marzo pasado.

Cierta sordidez forma parte de un estado de ánimo en estas canciones, encaradas con estrategias muy distintas entre sí. “Desastre personal” tiene un patrón de ritmo industrial, ligeramente agresivo, bailable, sobre el que Nochteff canta: “Cuidado con llegar, aquí no queda amor”. Parte advertencia de un universo personal, parte saludo de bienvenida a esa identidad tan particular del dúo, que por momentos destila una sensibilidad exacerbada y por otros una más llana misantropía.

También a nivel sonido, ese tipo de contrastes es uno de los fuertes de Mueran Humanos, como en el nostálgico “Cadenas de la infancia”, donde la voz de Carmen, sostenida con delicadeza y elegancia, se apoya sobre la frialdad del sonido maquínico.

En otros momentos de Reemplazante hay líneas de bajo combativas, puestas al frente, como en ese repelente para la alienación que es “A un lugar cerebral”. “¿Dónde me querés llevar? ¿A un lugar detenido, a un lugar aburrido, a un lugar cerebral?”, canta Burguess y plantea una forma de armar conversación alrededor de lo horroroso, que es de lo más atractivo que tiene Mueran Humanos.