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Yahritza y Su Esencia revitalizan el regional mexicano

Yahritza, Jairo y Mando demostraron su talento a través de TikTok. Hoy destacan como el trío emergente más popular del género, mientras persiguen el sueño de encontrar su propio lugar en la escena y se alejan del concepto de la fama

Por  KARLA LEÓN

febrero 7, 2023

Cortesía Sony Music

Una canción sobre desamor cambió la vida de los hermanos Martínez. En febrero de 2022, en pleno apogeo de las redes sociales como plataforma para impulsar nuevos talentos, comenzó a resonar una voz sensible y jovial que, arropada por la calidez del requinto y la esencia del sierreño, se viralizó rápidamente y se incorporó a las listas de Billboard. En un abrir y cerrar de ojos, la atención se postró sobre sus autores: Yahritza, Jairo y Mando, quienes pausaron su cotidianidad sobre los valles agrícolas de Yakima, Washington, para convertirse en los nuevos íconos de la música regional mexicana. 

Cortesía Sony Music

«Escribí ‘Soy El Único’ cuanto tenía 13 años», cuenta Yahritza a Rolling Stone en Español. «En un principio, no quise mostrársela a mis hermanos porque creí que iban a pensar que estaba en una relación. Tiempo después se las enseñé y les gustó. Me preguntaron si tenía experiencia con esto, pero, más bien, noté que en TikTok las personas estaban tristes, así que hice una canción con la que se pudieran identificar. Solo quería contar sus historias», confiesa. 

El trío tuvo su primer acercamiento en la música gracias a su papá, quien los involucró en la dinámica de una banda familiar, a la que Mando se unió con tan solo diez años. «Él me acercó mucho a la música. Tenía un grupo con sus hermanos y comenzó a llevarme a los ensayos. Uno de mis tíos me enseñó a cantar y a hacer la segunda voz, y otro me enseñó a tocar el piano. Hace unos años, aprendí a tocar la guitarra por YouTube», narra. 

Para Jairo, quien recuerda a Los Bukis y Los Temerarios como los grupos que se escuchaban en casa, la historia fue similar: «Me gustó esa música desde pequeño; pasaron algunos años y Mando comenzó a tocar en un grupo y un día trajo un bajoloche (bajo acústico) a la casa y me enseñó a tocarlo. Antes, trató de enseñarme la guitarra, pero me estresaba porque mis dedos estaban muy tensos. Al final, el bajoloche se convirtió en mi instrumento». 

Cortesía Sony Music

Yahritza siguió los pasos de sus hermanos y aprendió a cantar y a tocar la guitarra bajo la guía de Mando. De actitud noble, la joven música no solo se impuso como una voz propositiva para el género, al que cantantes como Natanael Cano dotaron de nuevos aires en los últimos años; además, tomó su lugar para sumar procesos tan introspectivos como plasmar y evocar emociones en la letra de una canción. 

«Cuando escribo, me gusta apagar la luz, encerrarme en mi ambiente y permanecer sola en mi habitación. No me gusta escribir cuando hay personas a mi alrededor porque siento que no puedo concentrarme en mis ideas, así que prefiero mantenerme en mi zona: a solas y a oscuras, aunque algunas veces llegan cosas cuando está encendida», explica. 

Pronto, Yahritza y Su Esencia lanzó Obsessed, su álbum debut, y realizó una colaboración junto a Iván Cornejo titulada: “Inseparables”. Este año, en medio de una rutina que implica asistir a la escuela, viajar, componer nuevas canciones y entrar al estudio, la agrupación estrenó “Cambiaste”, tema que explora una ruptura amorosa, así como el dolor y la vulnerabilidad de las despedidas.

«Esta canción la escribí inspirada en la relación de una de mis seguidoras. Me escribió en Instagram, me contó su historia y me dijo que podía hacer una canción sobre eso. No todo fue acerca de lo que vivió, también hay cosas relacionadas con cómo un día alguien puede demostrar su cariño y al otro día no dar el mismo amor», dice Yahritza, mientras Mando señala los caminos creativos que los llevaron a la instrumentación y arreglos de este tema.  

«Hicimos una versión con requinto, pero ahora estoy aprendiendo a tocar la guitarra eléctrica, así fue como los tres decidimos que se escuchaba mejor; la incorporamos en la canción y sonó bien. Cuando Yahritza tiene una nueva canción, o cualquiera de nosotros, hacemos videollamadas o nos juntamos, la revisamos, agregamos el requinto, adecuamos tonos. Básicamente experimentamos».

Cortesía Sony Music

Bajo la expectativa de llegar a diversos escenarios en Washington, California y Las Vegas, la agrupación no descarta la posibilidad de hablar sobre otros temas, pues reconocen que el mensaje de su música no solo se extiende a aquellos que se identifican con historias sobre corazones rotos, sino también, a los jóvenes y a la comunidad hispana. «Platicamos con todo el equipo sobre el lanzamiento de algunas canciones mías; serán con otro estilo, y estamos pensando lanzar unos corridos», detalla Mando, quien, próximamente, unirá su voz a la de Yahritza en un nuevo tema. «Es la canción que más me entusiasma sacar, es una colaboración entre los dos y me encanta», afirma la cantautora, mientras reflexiona sobre su papel como mujer en la música. 

«Me gustaría abrirles las puertas a los adolescentes. Yo nunca me vi chiquita para hacer esto. Empecé a cantar cuando tenía siete u ocho años y Mando me decía que no gritara o que no cantara de cierta forma. Quiero que se motiven a hacer lo que se les venga a la mente: tocar la guitarra, cantar, bailar, no importa la edad o lo que sea. Se puede lograr porque no hay límites para hacer lo que te dice tu corazón». 

Nombrada por muchos como “la nueva reina de los corridos tumbados” y, junto con sus hermanos, nominada en dos ocasiones a los Latin GRAMMY, Yahritza es parte de las figuras que marcaron un antes y un después en la escena del regional mexicano, por el hecho – lejos de las estadísticas y los números que acumula a su corta edad – de abrirse paso en un género acostumbrado a voces masculinas. 

«La verdad es un honor que muchas personas me digan que de alguna manera les salvé la vida con mis canciones; eso me motiva a escribir más. Me inspira el amor y el apoyo que nos dan y quiero regresar ese mismo cariño. Nunca imaginé todo esto y todavía lo sueño. Miro a todos los que nos apoyan en nuestros shows y solo hay cariño y agradecimiento para ellos. No lo percibo como si tuviera fama, únicamente siento el apoyo de las personas en lo que más me gusta hacer y es una bendición», asume con naturalidad.

«Nunca pensamos que podríamos llegar a este momento», suelta Jairo. «Para mí, la vida cambió mucho porque también voy a la escuela. Para hacer música, practicar, componer y grabar tengo que salir pronto de ella. Todo pasó muy rápido y es muy grande para nosotros, no lo esperábamos», menciona y agrega: «Un día puedes estar en lo más alto y otro en lo más bajo».

De alguna manera, el éxito inmediato de Yahritza y Su Esencia permitió que los hermanos encontraran su propósito en la música, sus propias historias, su sonido, y conectaran con una comunidad que ya los percibe como el conjunto adolescente que está dispuesto a cambiar las reglas de la música, únicamente, con el poder de sus letras y melodías, y alejados del concepto, ahora tan efímero, de la fama y las etiquetas impuestas. 

«No tomamos la fama en cuenta, no es nada para nosotros. Lo tomamos como si fuera gente que nomás nos apoya. Mi mamá, mi papá y mi hermana mayor siempre nos aconsejan eso porque es lo que nos va a ayudar a mantenernos humildes y con los pies en la tierra; para que no se nos suba eso tanto a la cabeza», hace una pausa y continúa. 

«Antes, me dedicaba a cortar el cabello y ahora ya no trabajo en eso, dedico todo mi tiempo a la música, a escribir canciones, junto a Jairo y Yahritza. Queremos que las nuevas generaciones crean en sus sueños, ese es el mensaje que queremos aportar. En la parte musical, queremos tener nuestro propio lugar y que no nos encasillen o definan. Los corridos tumbados son del compa Natanael Cano y queremos ser nombrados en algo que sea de nosotros, que nos conozcan porque nosotros lo hicimos y no otra persona».

«Yo lo tomo como si la fama se pudiera terminar de un día a otro, pero el apoyo nunca, así lo veo», suma Yahritza; y mientras la complicidad de los hermanos Martínez se extiende fuera y dentro de los escenarios, ya reconocen cuál es su esencia musical. «Nuestra esencia es ser nosotros, de manera orgánica y natural, en familia. Todo viene de nuestro corazón y nos estamos divirtiendo, no lo vemos como trabajo», indica Yahritza. 

«Yo lo veo como trabajo, pero nos divertimos en el momento. Así es como debería ser, sentir que no estás trabajando. Somos familia, todo el equipo que tenemos es familia y creo que eso es lo que nos hace diferentes», concluyen Mando y Jairo, quienes, junto a Yahritza, continúan trazando su camino para revitalizar la música regional mexicana. 

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