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The Smile demuestra que es mucho más que un proyecto secundario de Radiohead

Thom Yorke y Jonny Greenwood crean una obra maestra discreta en Wall of Eyes, su segundo LP con el baterista Tom Skinner.

Por  JON DOLAN

Frank Lebon

The Smile

Wall of Eyes

El lanzamiento de un nuevo álbum de Radiohead es recibido en ciertos círculos como una especie de ocasión sagrada, un momento para dejar todo lo demás que sucede en tu vida y escuchar.

No hemos sido testigos de un evento tan sagrado desde 2016, cuando Radiohead lanzó A Moon Shaped Pool. Después de tal espera, un nuevo álbum sería bienvenido, sin embargo, a veces es agradable ver lo que los miembros de una gran banda pueden hacer cuando trabajan fuera de expectativas tan importantes. Esa es la historia de The Smile, la excelente banda paralela que el vocalista de Radiohead Thom Yorke y el guitarrista principal Johnny Greenwood han formado con el baterista de jazz Tom Skinner. 

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Tras el debut de la banda en 2022, A Light for Attracting Attention, The Smile están de vuelta con Wall of Eyes, un magnífico segundo LP. Nadie va a convocar una reunión para desentrañar su significado, y eso es parte del atractivo. Esta música va a la deriva y nosotros vamos con ella. “Puedo ir a donde quiera”, canta Yorke contra el jazz rock de la deambulante ‘Friend of a Friend’, y agrega, “solo tengo que darme vuelta”.

En el tema que da título al álbum, Greenwood desenrolla una canción de cuna mientras la voz de Yorke resuena en un arrullo en medio de electroacústica. Y eso es todo lo que sucede durante cinco fascinantes minutos. ‘Teleharmonic’ conlleva una felicidad ambigua, con Yorke cantando en un efecto que casi se siente como un himno. En ‘Under Our Pillows’, la guitarra de Greenwood se contorsiona y la voz temblorosa de Yorke entra y sale de foco hasta que la música se desvanece inesperadamente. Con su retumbar de batería en efecto Doppler, su piano oscuro, cuerdas de arcángel y la envolvente voz de blues de Yorke, ‘I Quit’ se siente implacable y distraída, un perfecto equilibrio de opuestos.

El primer disco de The Smile fue un poco más rockero que el reciente Radiohead. Este es más moderado, pero hay excepciones. ‘Read the Room’ es funky, con las notas de Greenwood sobre el ritmo de Skinner, antes de que la canción despegue hacia una zona sublime.

El pico emocional del álbum es ‘Bending Hectic’, de ocho minutos. Greenwood crea una pequeña galaxia de notas brillantes y distendidas. Yorke presenta una escena en la que conduce por la ladera de una montaña en Italia y luego “suelta el volante”. Skinner empuja el ritmo con tensión, la guitarra de Greenwood ondula siniestramente y Yorke sobrepasa el límite, narrando un momento de pavor y una espeluznante libertad. Las cuerdas crecen y la guitarra de Greenwood explota en reflejo del colapso catártico que Yorke está evocando. Es el tipo de grandeza aterradora que ellos hacen mejor que nadie. 

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