Casi 20 años después de que el joven artista boricua se conociera con Luny Tunes, el dúo de productores dominicanos que llevó el género urbano al reconocimiento internacional, y luego de una larga lista de hits que le han dado la vuelta al mundo, Tainy, sin titubear y con una gran destreza técnica y artística, ha conseguido sobrepasar su propio legado de canciones con el lanzamiento de su álbum debut como solista, Data.
En la suite de su hotel en la Ciudad México, la conversación gira en torno al impacto y desarrollo de su carrera, el reconocimiento mundial de su álbum, y sobre su rol como empresario independiente en el negocio de la música.
Tainy es elocuente, pausado, y piensa cada palabra antes de construir oraciones que sostienen su éxito a lo largo de dos décadas.
Sin lugar al triunfalismo, Marcos Efraín Masis Fernández (su nombre de cuna) ha alcanzado todo lo que en algún momento soñó desde que era un adolescente que hacía música en Puerto Rico. “Te puedes imaginar que el reggaetón no era algo que se escuchara en mi casa”, dice luego de hablar sobre la importancia que la iglesia tenía en su familia. Y fue justo allí donde, siendo muy joven, conoció a Nely, el Arma Secreta, un legendario productor que llevaba ya algunos años en el reggaetón. “Él fue mi primera puerta hacía la producción, siempre traté de seguir sus pasos”, afirma con certeza. Su cercanía con Nely, sumada a una enorme confianza en sus destrezas detrás del ordenador, lo llevaría posteriormente al estudio con Luny Tunes.
Aunque Tainy comenzó escuchando artistas de hip hop, su interés por la producción y el sonido empezaron a ser su verdadera pasión, más allá de las líricas y los MC. Sus influencias estuvieron marcadas desde el inicio por productores como Timbaland, The Neptunes y Dr. Dre. A partir del trabajo de ellos pudo extraer y entender el rol del productor en el hip hop. Desde muy joven, con unos 14 años, arrancó un proceso de experimentación en herramientas básicas como Fruity Loops, en donde dio inicio a sus primeras ideas; “Sentí la conexión, y me di cuenta de que era lo que quería hacer el resto de mi vida”, cuenta, recordando anécdotas de la época. “Al inicio ni siquiera tenía una computadora”.
El hecho de haber nacido en Puerto Rico es concluyente en el espectro sonoro y artístico de Tainy, en gran parte por la riqueza y diversidad musical del Caribe, pero también por el ambiente que se vivía en su propia casa. Su padre es de Costa Rica, y su madre —con quien se crio— es dominicana; por eso gran parte de la música que se escuchaba en su casa era merengue, baladas pop, bachatas. “Mi mamá tiene tres hermanas, y cada una tenía un gusto diferente”. Artistas como Juan Luis Guerra, Selena o Maná hicieron eco en su niñez. “Había un poco de todo, yo siento que por ahí empezó un poco lo que es música para mí”, recuerda Tainy.
Con el tiempo, entre su grupo de amigos fueron oyéndose cada vez más géneros como el hip hop y el reggae, pero en su casa no podía escuchar este tipo de música, y tenía que resignarse con el alto volumen de sus vecinos. Don Chezina, Sir Speedy o Alberto Stylee retumbaban en su barrio y terminaron siendo sus primeras influencias; sin embargo; el primero en despertar su gusto por el género urbano fue Vico C, quien, además, tenía mensajes positivos y letras poco explicitas, por eso pudo escuchar su música en casa. No obstante, la ola de rap norteamericano fue llegando a la isla, y al poco tiempo empezó a entender y conocer un poco más del hip hop de los Estados Unidos, y artistas como Eminem le influenciaron desde un punto de vista estético y sonoro.
Trabajando con Nely empezó a conocer en profundidad lo que era producir tracks para canciones de hip hop y reggaetón; “El me pedía ajustes, ‘Cambia esto’, ‘Esto está fuera de tono’, ‘Esto no está en tiempo’, ‘Esto está chocando con esta frecuencia’”. Mientras aprendía de él, intentaba impresionarlo con sus pistas, por eso cada domingo las llevaba a la iglesia en una USB, y en una combinación entre suerte y talento, al productor le gustó una de ellas; “Así es como empieza la historia y mi carrera”. La siguiente semana conoció a los Luny Tunes, quienes le pidieron hacer un instrumental en caliente, en frente de ellos. “Creé algo con todos los nervios del mundo”, recuerda. Inmediatamente decidieron firmarlo.
En ese punto ya había demasiados productores establecidos, y su estrategia fue apartarse de todo lo que ellos estaban haciendo. Fue directo a sus influencias del hip hop en rítmica y melodías; del rock en distorsiones y matices; y del pop en las atmósferas electrónicas. Poder unir todos esos elementos fue la clave para definir su sonido y llamar la atención de los grandes artistas que rondaban el estudio. En ese momento resultaba revolucionario, porque cuando algo está funcionando nadie quiere cambiarlo. Y Tainy no quería dejar de impresionarse a sí mismo. Es probable que el éxito que recoge ahora tenga que ver con un respeto genuino por el arte y la forma en que este puede ser el núcleo de la música pop. Con el tiempo ganó la confianza de artistas como Wisin y Yandel o Hector el Father, quienes lo acogieron como el productor de sus discos más grandes, e inició un camino dentro de la industria de la música en español.
Hasta ese momento, no existían temas que destacaran precisamente por la grandeza de sus pistas, pero en 2004, canciones como ‘Pam pam’, de Wisin y Yandel, y ‘Gasolina’, de Daddy Yankee consiguieron que el reggaetón, por primera vez, marcara en las listas de la música pop en toda Latinoamérica, y el género empezó a escucharse alrededor del mundo.
Por otra parte, artistas como Tego Calderón tenían un espacio más relevante dentro del hip hop latino que dentro del reggaetón; “Poco a poco, el fenómeno fue creciendo y aprendiendo, no solamente los artistas sino nosotros, los productores”, asegura. El género urbano asumió el uso de samples, y productores como Tainy trajeron vanguardia y sonidos de otros géneros, que aún no se habían mezclado con el dembow clásico y el reggaetón.
Los factores principales del éxito a inicios de siglo tienen que ver con las diversas características de los pioneros en el género; artistas como Don Omar, Tego, y Daddy Yankee eran diferentes todos entre sí; sin embargo, el punto de quiebre puede deberse a la robustez de la producción que productores como Luny Tunes, y posteriormente Tainy, inyectaron en el género. Hasta ese momento, el reggaetón era visto básicamente como música para discotecas por su carácter rítmico y pegajoso, pero con canciones como ‘Noche de entierro’ —que además contaban con la colaboración de varios artistas— estaba diciéndole al mundo que se consolidaba como género, y que tendría un futuro prominente.
Para Tainy, conectar y empezar a trabajar con Luny Tunes fue un punto de inflexión y partida de su carrera. “Teníamos un teclado, el Yamaha Motif, y era icónico, porque definió el sonido de Luny Tunes”. Sin embargo, la necesidad de distanciarse del sonido establecido por los dominicanos dio paso a la posibilidad de encontrar su propia identidad. Empezó a experimentar con sintetizadores y atmósferas del pop, trayendo a la mesa sonidos vanguardistas y futuristas para ese momento.
“Ese contraste siempre me gustó, pensar en sonidos que me hicieran sentir como si fuese una película del futuro”, afirma, y es congruente con lo que ha estado haciendo en la industria de la música durante los últimos 20 años. “Siempre me gustó ese contraste entre lo clásico y los sonidos nuevos, ver cómo puedo crear algún sonido o sentimiento diferente”, añade. En ese punto, la visión de Gustavo López y Machete Music, buscando llevar al género hacia todo el mundo, terminó siendo una apuesta segura, pero necesitaban que esos productos tuvieran la calidad musical mínima para sonar en los Estados Unidos.
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Tainy está en el camerino del Fillmore Theater, horas antes de su presentación en vivo en los Premios Rolling Stone en Español. Lo acompaña Álvaro Díaz, el MC con mayor proyección en la industria actual del género urbano, y un entourage de cinco personas.
Su rol como productor se ha transformado durante dos décadas: “Antes, mi labor solamente era entregar un CD con cinco instrumentales, y si escogían uno, pues súper, pero hasta ahí”. Poca opinión e intervención tenía dentro del desarrollo de una canción. “No me sentía un verdadero productor”. Su objetivo era encontrar el rol del productor que podía dirigir todo un proyecto musical desde los diferentes frentes, y lo fue encontrando poco a poco. “Ahora se trata de tener un intercambio creativo. Siento que eso es lo más importante, ese es el verdadero éxito de una canción”, asegura. Y tiene sentido cuando una canción que trasciende está conectada en cada elemento y detalle para que pueda ser diferente de las demás.
“Teníamos un teclado, el Yamaha Motif, y era icónico, porque definió el sonido de Luny Tunes”. sin embargo, la necesidad de distanciarse del sonido establecido por los dominicanos dio paso a la posibilidad de encontrar su propia identidad.
Al madurar en su proceso, y al ganar experiencia como productor, recordó que desde siempre tuvo en mente hacer proyectos que él pudiera dirigir en su totalidad, y fue algo que aprendió de gente como Timbaland y Pharrell Williams, Calvin Harris o Skrillex, quienes configuraron proyectos en solitario e invitaban a varios artistas para que formaran parte de los procesos en los que ellos tenían un rol protagónico. “No es muy bueno que siempre te tengan que buscar en los créditos”, dice. Sin embargo, esta clase de proyectos perdió el interés de la industria discográfica por mucho tiempo. “Por mucho tiempo estuve solo”, refiriéndose a la falta de un equipo de trabajo. “Yo hacía música, pero también tenía que bregar con el negocio”. Y no es lo ideal que un artista tenga que mezclar la creatividad con las finanzas. Luego, al mudarse a Miami conoció a su socio y manejador, Lex Borrero, quien desde ese momento se encargó de la parte administrativa y financiera, para crear una sociedad con objetivos claros.
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“Estoy supercontento de tomar este tipo de riesgos”, afirma refiriéndose a DATA. “Es increíble porque me permite desarrollar las ideas y muchas cosas que quiero dejar en el mundo”, agrega, siendo consecuente con la naturaleza de este disco, que fue creado sin mayores pretensiones, y termina siendo el disco en español más importante del 2023. “Se trata de, por lo menos, dejar algo que pueda influenciar a cualquier otro creativo”. Neon16, su agencia de talento e incubadora de ideas, le apostó al riesgo manteniéndose independiente, y logró, con creces, superarlo todo en una industria latina acostumbrada a enaltecer la mediocridad.
Neon16 nació al entender el espacio que hay en esta nueva generación para la música latina, y al “tener la mentalidad abierta para embarcarte en otros géneros, querer proponer, crear nuevos sonidos y una identidad diferente”. Lex y Tainy se trazaron un plan de trabajo a largo plazo con el propósito de abrir nuevas puertas para la comunidad y la música latina, para productores latinos o del género urbano. “Aunque no sea usual, lo hacemos porque tenemos las ganas y las ideas. Queremos proponer algo nuevo”, señala, y su afirmación está ligada al objetivo principal de su compañía, que ha sido abrir camino para una nueva generación de artistas y creadores en una cultura que se negó por años a reconocer el hip hop latino como música popular y la mantuvo marginada de las posibilidades de hacer dinero.
“Siendo latino y creciendo en Puerto Rico, había muchas cosas que yo creía que no eran posibles para un productor como yo; sentía que solamente los norteamericanos tenían ese tipo de oportunidades”. Y claro, aunque no podemos comparar el desarrollo de industrias maduras como la norteamericana y la británica, con una insípida y nueva como la latina, está claro que no es un tema de capacidades artísticas o creativas, y ha tenido más que ver con la ausencia de estándares y educación en torno al negocio de la música. “Como latino lo das todo, pero sentíamos que había cierto límite en lo que se podía hacer”. Sin embargo, Tainy y Lex han trabajado incansablemente en demostrar que estos limitantes se han podido vencer mediante la perseverancia y el deseo claro de poner al arte por encima del negocio.
Y es cierto que los límites han empezado a desaparecer en tiempos en los que para cualquier artista hispano ahora resulta más imaginable convertirse en un fenómeno mundial. “Queríamos despertar eso en los latinos. Podemos ser lo que queramos en la música y en cualquier tipo de arte”, declara.
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Pablo, el manager de Tainy, revisa las pantallas en el ensayo de la presentación de Tainy y Álvaro Díaz, su equipo es meticuloso y no escatima en los detalles técnicos y artísticos. Mientras tanto, Tainy revisa las cámaras desde su celular en el camerino. Pocas veces, en un show de televisión, un productor tiene el privilegio de hacer un medley, por lo tanto, ponen toda su atención en presentar un show en donde prevalezca la música. “Para mí es increíble ver que el disco salió, y que el publico ha conectado con diferentes aspectos. Es un sueño hecho realidad”, anota cuando retomamos la conversación sobre el impacto de su disco.
DATA, publicado en julio de 2023, termina siendo —sin querer queriendo— una declaración de principios artísticos que redefine el éxito de los artistas latinos de la última década. “El propósito del disco era enseñar y demostrar el crecimiento desde el principio a lo que soy hoy”, confiesa. En este álbum, Tainy pudo explorar todas las facetas del arte que representa hacer un disco propio. Elementos como la estética, el arte visual, el anime, son elementos que nunca había teniendo en cuenta a la hora de trabajar con otros artistas. “Japón es un lugar que me influenció demasiado en este proyecto en particular, y tiene que ver mucho con ser perfeccionista, con el respeto el arte”.
“Yo tengo mis pioneros, artistas que me influenciaron y me hicieron ser lo que soy. Ahora tener mi nombre con productores que vinieron después de mí, y verme como pionero e influencia para ellos es un honor. Es un galardón increíble”, reconoce.
En este disco, el boricua tuvo un enfoque diferente a lo que venía haciendo con otros artistas, pues, en un principio, no nace de la necesidad de crear hits. En DATA ninguna canción tiene la responsabilidad de crear millones de streams, más bien cumple con una función específica dentro del disco. “Una canción pegajosa ya no es suficiente para mí. Quería desarrollar todas las ideas en las que nunca había podido trabajar”. La magia de este disco radica en los diferentes matices que artistas de diferentes géneros, movimientos y ondas sonoras traen a la mesa, y crean un universo único y diverso. “La temática no es constante porque todos ellos son diferentes. La única constante durante el disco, soy yo”, explica Tainy.
Y aunque DATA no nace con el deseo de competir al establecimiento de la industria en español, es evidente que el disco fue hecho con el propósito de hacer un formato que no se había hecho antes en la industria latina. “Todo artista en el mundo debe tener ese respeto por un disco, de trabajar cada canción con la misma pasión y respeto, así sea la última”. Sin mayores ambiciones creó una obra maestra en torno a todos los diferentes matices de la música latina actual, capturando la esencia de cada uno de los artistas invitados, pero imponiendo su visión vanguardista en todas las colaboraciones. ‘Sacrificio’, junto a Xantos, es un rap sobre un piano que no tiene precedente alguno en el género y rompe con todo lo establecido; ‘Desde las 10’, en colaboración con Kany García, aterriza la necesidad del pop y la melodía en el ámbito urbano; y muestras de maestría como ‘Paranormal’, con Álvaro Díaz, definen el sonido del género urbano en los próximos años, un universo en el que ya no hay lugar para sonidos homogéneos. La riqueza del Caribe y de los ritmos folclóricos latinos se suman a la grandeza de los cantautores para prevalecer en el tiempo y reclamar lo que es suyo. A estas colaboraciones se suman grandes figuras, como Bad Bunny, Myke Towers, Arca, Daddy Yankee, Feid, Rauw Alejandro y Julieta Venegas, entre otras.
DATA deja este año un mensaje muy interesante en la industria en español. Un álbum independiente, hecho por un productor en su debut como solista, logra superar a proyectos superconsolidados de grandes artistas que llevaban años siendo los líderes, y que, de repente, dejaron de funcionar. “Tal vez yo no veo la gravedad completa de lo que eso significa y, no te voy a mentir, me encanta el hecho de que el mundo pudiera entenderlo”. Y aunque en las listas continúen marcando otras propuestas que tienen inversiones de marketing astronómicas, DATA se posiciona, indiscutiblemente, como el mejor disco del año en español y uno de los mejores en el mundo, sin competencia, y demostrando que la popularidad de la comunidad latina va más allá de la suerte, la moda o las tendencias de turno.
Es un momento importante para la música en español. Por primera vez, artistas emergentes, y los no llamados al éxito comercial, están marcando la diferencia y definiendo los patrones de fanaticadas inmensas en todo el continente. La diversidad de las músicas hispanas, que trae raíces muy profundas y arraigadas, ha demostrado que para perdurar en la cima, se requiere de sustento técnico, artístico e histórico. “Ahora las puertas están abiertas para los artistas emergentes que traen algo diferente que decir”, dice Tainy sobre el futuro de la música en español. “Proponer algo diferente, seguir trayendo cosas diferentes, aunque no sean del género que esté marcando el momento. Es tener esa diversidad y no quemarnos con una sola que funciona. Ahora hay demasiado talento y demasiadas ideas para poder seguir caminando hacia lo próximo”.
El sonido de Tainy es único y especial. Navegando entre sonidos avant-garde ha definido el sonido del género en las ultimas dos décadas, y, desde sus inicios, puso las pautas para todo el gremio de productores en la industria. Su visión futurista ha sido responsable de la masificación del género globalmente y del éxito de más de una docena de artistas que se ha proclamado como los reyes del urbano con canciones que han pasado por la mente maestra del genio y pionero, convirtiéndolo en la próxima superestrella latina. Su memorable obra lo pone al lado de grandes productores en el mundo; el carácter del sonido único de Timbaland, la genialidad de Kanye West o la diversidad artística de Rick Rubin.
Este año, Tainy recibió el reconocimiento como Pionero en los Premios Rolling Stone en Español, un tributo a su trabajo como agente y líder en la comunidad hispana. Su aporte a la música hispana es inigualable y sentó las bases para que un género se expandiera por todo el mundo. “Yo tengo mis pioneros, artistas que me influenciaron y me hicieron ser lo que soy. Ahora tener mi nombre con productores que vinieron después de mí, y verme como pionero e influencia para ellos es un honor. Es un galardón increíble”, reconoce. En ese momento, Tainy, con su voz tímida y alegría genuina, expone su propósito más auténtico como artista: “Para eso es tu tiempo en esta Tierra, para seguir tratando de descubrir nuevos caminos y causando cosas diferentes; siento que Rolling Stone se basa en eso, en cambiar lo normal y ser la diferencia. Poder tener mi nombre alrededor de eso es algo inolvidable y maravilloso”.