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Reik, en constante evolución

La banda mexicana ha sabido transformarse y revolucionar su sonido, y hoy sigue más vigente que nunca

Fotógrafías por Boe Marion @boe_marion

noviembre 28, 2023

El éxito de Reik es innegable. La banda mexicana que surgió en Mexicali, Baja California, en 2003, ha creado algunos de los éxitos más grandes del pop mexicano y latinoamericano, pero también ha sabido reinventarse para mantenerse vigente en una época de constante cambio en las tendencias, formatos y prácticas del mundo de la música.

Jesús Alberto Navarro Rosas y Julio Ramírez Eguía, amigos de toda la vida, se juntaron en 2004 con Bibi Marín, y comenzaron a crear canciones románticas que marcaron a una generación. Así nació Reik.

Un demo que dio vida a ‘Levemente’ y ‘Ahora sin ti’ los llevó a firmar un contrato discográfico muy temprano en su carrera. Reik se juntó con los productores Abelardo Velazquez y Kiko Cibrian, y así nació su álbum debut, con inconfundibles temas como ‘Yo quisiera’, ‘Noviembre sin ti’, ‘Niña’ o ‘Qué vida la mía’. Desde ahí, la voz de Jesús, acompañada de las guitarras de Julio y Bibi, forjó un sonido inconfundible y comenzaron el camino hacia la cima.

“Jesús y yo empezamos en el 2003, si no me equivoco, porque él y yo nos conocemos de toda la vida”, recuerda Julio durante una entrevista con ROLLING STONE en Español. “Yo tocaba la guitarra y él cantaba. Tuve mis bandas de punk rock en las que creíamos que sabíamos cantar, pero un día Jesús me invitó a los 15 años de su prima hermana en Tijuana. Iba a cantar el Ave María y me acuerdo que cuando abrió la boca yo no podía creer lo que estaba escuchando. Me di cuenta de que no sabíamos cantar, él sí sabía cantar. Fue impresionante”, relata.

Bibi se unió a Reik a inicios de 2004, y aportó una paleta de sonidos más amplia, pues sus gustos eran más cercanos al rock angloparlante creado por grandes como Thom Yorke o Brandon Boyd. “Él era mil veces mejor guitarrista que yo”, admite Julio. “Porque yo tocaba lo básico, pero Bibi ya sabía tocar la guitarra eléctrica. A él ni le gustaba lo romántico, escuchaba cosas como Incubus y Radiohead, entonces, fue buena la mezcla porque nos aportó esa parte que no teníamos”.

“Cuando empezamos éramos unos niños”, recuerda Jesús durante la plática.  “Yo no tenía la capacidad de hacer mucho análisis ni conceptualizar, pero me moría de ganas por cantar y se volvió una realidad. Ni siquiera me cayó el 20 en los primeros años que [esto] se podría volver lo que haría por el resto de mi vida adulta”.

La idea era simple. Una voz, una guitarra eléctrica y una acústica. Cuando comienzan a grabar demos en Mexicali eso es lo que querían destacar. Como dice Julio: “Todo ese primer disco se trató de mostrar lo que éramos nosotros: el cantante, la guitarra acústica y la guitarra eléctrica. Era muy simple, romántico y muy ad hoc a nuestra edad”.

Depende de cómo se mire, claro está, pero dos décadas no son una eternidad. Sin embargo, si volteas a ver la industria de la música latina hoy, y la comparas con esos días en los que se gestaba esta banda, parecería que han pasado siglos. Las fronteras musicales estaban mucho más marcadas, las colaboraciones no eran el pan de cada día, comenzaba a darse el cambio entre los formatos de escucha, los géneros estaban mucho más definidos, y vendrían muchos otros cambios. Por nacer en una época de transición, la banda se enfrentó a diversos retos. Al tener que trabajar con pocos recursos, forjaron una ética de trabajo que hasta el día de hoy los lleva a grandes lugares.

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“El panorama era un mundo mucho menos globalizado”, explica Jesús. “Estaba el mercado latino de Estados Unidos y en un mundo muy aparte el mercado mexicano. El mercado mexicano permeaba en Suramérica, pero había que trabajar cada región una por una, hacer radio, entrevistas y televisión país por país para poder trabajar”.

“Empezamos justo en el momento en el que las disqueras se estaban muriendo de hambre”, agrega el vocalista. “Acababan de empezar los servicios de file sharing, no se estaban vendiendo discos, y empezaba el tema de la música digital, pero no habían encontrado la fórmula para hacer que la gente pagara por la música que estaba consumiendo. Había muy poco presupuesto, las disqueras cerraron, era un esfuerzo gigantesco por relativamente poco dinero. Todo lo que hacíamos era con presupuesto superlimitado, me refiero a videos, fotos. Nosotros no teníamos experiencia, entonces, hacíamos lo que podíamos con lo que alcanzaba, así nos tocó”. “Estaba todo el streaming ilegal, desde Napster, LimeWire y demás. Todavía era ilegal, y nuestra música se empezó a compartir”, agrega Julio.

Hoy estamos viendo una especie de renacimiento del pop mexicano. Artistas que en su momento fueron considerados poco genuinos son ahora celebrados incluso por las nuevas generaciones. El vocalista explica que cuando comenzaban sufrieron algo de discriminación a su proyecto. “Porque no éramos ‘los genuinos’. Éramos los poperos, no éramos Zoé o Café Tacvba, no teníamos credibilidad”, dijo Jesús. Hoy incluso bandas que ya se habían separado se han visto obligadas a volver por tal demanda de sus canciones, como el caso de Belanova o RBD, sin embargo, Reik no tuvo que volver, porque nunca se fue.

También vivimos en una era de solistas. Las bandas se ven en géneros como el rock, y cada vez son menos las que logran ser enormemente populares en el mainstream, pero en géneros como el pop cada vez son más comunes los artistas con trayectorias en solitario. A inicios de la década de los 2000 las agrupaciones que creaban música en estos estilos eran más comunes. “Ciertamente había más bandas”, dice Bibi. “No sé a qué se deba puntualmente, si es un fenómeno en el que estén involucradas las redes sociales, que no son tanto de grupos, sino de individuos. Si se lanzan al estrellato a través de ahí, entonces ya cuando están en el ojo del público, pues ya son alguien y se siguen de largo. Afortunadamente, para nosotros, es el funcionamiento al que hemos estado acostumbrados desde siempre”. Bibi reflexiona también que, aunque son un trío, Reik es un proyecto que puede verse de alguna manera como solista. “Me refiero con esto a que la voz de Jesús es inconfundible, muy particular y nuestro sonido como banda es muy actual, se ha ido adaptando a la actualidad desde los años que tenemos activos. Yo creo que eso ha funcionado mucho a nuestro favor”, agrega el guitarrista.

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Para Julio, la razón de este cambio se debe a las nuevas herramientas que cada vez dan más accesibilidad a las personas para crear música sin necesidad de otras personas. “Sí existía mucho el pop de agrupaciones, se acompañaban el uno al otro con los instrumentos, la composición de un sonido muy crudo. […] mucha gente ya está en su cuarto con una computadora, arman un track y encima de eso con un micrófono empiezan a tirar ideas y a componer y grabar sobre eso”, dice.

Como menciona el músico, Reik se inspiró en agrupaciones de la escena romántica en español, como Sin Bandera, que para él sonaba más “meloso y adulto” y lo adaptó a un sonido pop más fresco, inspirado en bandas angloparlantes como Maroon 5. “Agarramos todos esos elementos de Estados Unidos y los adaptamos a la música en español romántica”, dice. “Creo que llenamos un huequito que a lo mejor no estaba ahí todavía. Sí había español romántico, pero era más serio, más adulto, y de repente llegan un wey de 16 años, uno de 18 y otro de 21 con un cantante increíble, arreglos frescos, canciones pegajosas… yo creo que eso fue lo que despertó interés, porque nos firmaron con nuestros demos”.

Después de lanzar en 2005 ese álbum debut que se ha convertido en uno de los más icónicos del pop mexicano de los 2000, la banda siguió creciendo. Un año después llegaron con su segundo material de estudio, Secuencia, en el que una vez más contaron con una impecable producción de Kiko Cibrian, y contenía canciones como ‘Sabes’ o ‘Me duele amarte’.

Dos años después llegó Un día más que, entre muchas canciones memorables, tiene ‘Inolvidable’. Con ese material, la banda ganó el premio Grammy Latino al Mejor Álbum de Pop Vocal por un Dúo o grupo en 2009. Además, comenzó el camino de las colaboraciones que se harían parte de su ADN más adelante, pues el disco tiene una canción con Maite Perroni, de RBD.

En 2011 llegó Peligro, un material en el que incluyeron un sencillo homónimo que significó una decepción para Navarro y sus compañeros. El vocalista cuenta que, cuando salió, en un gran momento del pop angloparlante con el auge de artistas como Katy Perry, todavía el mundo era mucho más segmentado. “No estábamos globalizados, y había un rango muy limitado de cosas que podías hacer si querías pegar. El público estaba acostumbrado a ciertas cosas, pero también era porque las ventanas para compartir tu música eran la radio y la tele, y esos mismos espacios eran administrados por personas que de pronto te decían: ‘No, esto no funciona, no estés inventando. Dame una balada’ o ‘Necesito esto de ti, y punto’”, dice Navarro.

“Entonces, teníamos este sencillo llamado ‘Peligro’, que para el momento nos parecía propositivo y emocionante. Estábamos todos bien emocionados, pensábamos que iba a ser la canción que nos cambiara la carrera, que iba a ser el madrazo más cabrón de nuestras vidas, y no lo fue. No lo fue en absoluto, para nada. La gente no conectó con esa rola, pero ni tantito. Fue bastante rápido el darnos cuenta de que no jala. O sea, fue un ‘evidentemente en el panorama mundial estamos subiendo este tipo de música, pero no la queremos oír de ustedes’”.

“Eso dolió”, recuerda el cantante. “Pero también son aprendizajes. Y la neta es que yo agradezco bien cabrón la posición en la que estamos ahora, podemos con más facilidad sacar rolas, que no peguen, y no pasa nada. Ya tenemos un catálogo de 40 canciones, ya tenemos dos horas de show siempre para tocar porque llevamos un chingo de tiempo ahí, dando lata y al pie del cañón. Entonces creo que es un momento donde podemos darnos el lujo de arriesgarnos”.

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El arte de la reinvención

Fue entonces que, en el siguiente material, Reik dio un paso complicado de tomar en el momento, pero que les valió la permanencia. “Yo recuerdo estar teniendo una junta y primero decir que no”, recuenta Julio sobre esa propuesta en la que la banda y su equipo medían las aguas de empezar a meterse en otros géneros. “Nos decían: ‘Yo intentaría con Nicky Jam porque es muy romántico, su reggaetón, su urbano’. Creo que acababa de sacar la canción de ‘El perdón’ donde se sumó Enrique Iglesias. Entonces escuchaba la letra y sí tenía sentido; ‘Pues bueno, vamos a darle’”, recuerda.

La banda lanzó una versión urbana de ‘Ya me enteré’ en colaboración con Nicky Jam, para cerrar su álbum Des/Amor, de 2016, y les abrió el camino para seguir realizando este tipo de experimentos.  “A Nicky Jam le dijimos: ‘Oye, fíjate que tenemos una balada que se llama ‘Ya me enteré’ que estamos por sacar, ¿por qué no nos ayudas a hacer una versión en urbano?’. Y él, superhábil, de volada nos ayudó, y creo que el hecho de que haya sido así al principio, con una canción que venía de nuestro lenguaje y mundo, la transformó al suyo, nos ayudó mucho, y de ahí empezó la historia”, recuerda Julio.

“Conocimos a Nicky, y la verdad es que nos pareció bien cool lo que hace y cómo se dio. De pronto estábamos ahí, encerrados en un estudio, trabajando en música nueva, y la combinación se dio bien padre. Ojalá que a la gente le guste”, expresó en su momento Jesús a la prensa. Reik aprendió entonces la lección más importante: renovarse o morir, siempre manteniendo su esencia.


“Creo que lo más importante es ver eso, como artista analizar: ¿Qué rumbo tomo? ¿Quiero seguir siendo fiel 100 % o estoy dispuesto a tomar ciertos riesgos y fusiones musicales o no? ¿Me peleo con mis compañeros de banda y nos separamos o no? Al final de cuentas, independientemente de en qué esté la industria, es lo mismo: renovarte o morir”- Bibi Marín.


Jesús asegura que a pesar de la evolución siempre están buscando la forma de mantener su identidad; “Alguna cosa que sea identificable como nuestra, y así poder seguir brincando de cancha en cancha y jugando en diferentes arenas, sin perder nuestra esencia, y sin perder lo que nos hace nosotros”, agrega.

Después de la colaboración con Nicki Jam, Reik se abrió una puerta y comenzó a trabajar con una infinidad de artistas de distintos géneros, como Ozuna, Wisin, Sebastián Yatra, Maluma, J Balvin, Yandel, Lalo Ebratt, Farruko, Camilo, Aitana, TINI, Morat, Grupo Firme, Christian Nodal, Ana Mena, Rauw Alejandro, Jay Wheeler, y Santa Fe Klan, entre otros. 

Obviamente, el cambio viene con retos importantes. Y pasar de baladas románticas al género urbano no fue fácil, tanto en lo mediático como en lo técnico. “Se necesitó mucha disposición, porque no te voy a decir que no es un reto”, admite Navarro, reconociendo que no tiene arraigo con cierto tipo de música, no siente que sea componente de un género o un movimiento. “Creo que nos ha tocado ser parte de muchos a lo largo de los años”, dice. “Tomando nuestra experiencia con el mundo urbano, cuando nosotros veníamos del mundo de los Sin Bandera y de la balada pop, que se trataba de un chorro de cantar y ver quién canta más. En el mundo del urbano no se trata de cantar, se trata del flow y yo no tengo pinche flow”, asegura entre risas.

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El cambio (y sobre todo el cambio en el ojo público) puede venir cargado de inseguridades, y los músicos no fueron ajenos a ellas. Para Bibi, este dilema de renovarse o arraigarse a un sonido se le llegó a presentar repetidamente. “Me ha pasado en muchas ocasiones”, dice. “Llámese el sonido urbano, reggaetón o cualquier otra cosa. Yo creo que justo ahí está el ejercicio de adaptación. Una cosa es: ‘Mis influencias siempre fueron estas, entonces yo quiero sonar así’, o ‘Nuestro sonido ha sido este, entonces tenemos que seguir sonando así’. Cuando le cambiamos, a lo mejor se siente que estás saliendo de donde deberías, no tanto de donde quisieras, sino de donde deberías. Es cuando entra ese dilema de quedarse y continuar un camino, o cambiar y permanecer en el ojo público”. 

“Por primera vez me tocó tener que ensayar canciones y pedirle a alguien más que me grabara lo que íbamos a hacer para poderlo escuchar, estudiar y copiar, pero me encanta”, agrega Chui. “Me hace muy feliz tener un reto, y tener que buscar cómo le hago para adaptarme y cuál es mi lugar en esta nueva alberca a la que nos estamos echando.  Para mí, como cantante, es mucho más fácil adaptarme, yo siempre he dicho que, para bien o para mal, yo soy medio una prostituta de la música. A mí me gusta cantar, y genuinamente me hace feliz brincar de género en género, probar con diferentes productores, diferentes formas”.

Sin embargo, para Julio o Bibi, significó un cambio más complicado, pues en géneros y producciones urbanas no muchas veces existe un lugar para dos guitarristas. Incluso lo dice Jesús: “Los que la tienen más complicada son el Bibi y el Julio, que de pronto les toca ver cómo se adaptan a lo que está sucediendo musicalmente ahorita”.

“Sí, la verdad sí fue complicado”, contesta Bibi.  “Pero sobre todo fue un reto porque al sentarnos con los artistas, productores o compositores, nos decían: ‘Las canciones urbanas tradicionalmente suenan así, se arman con beats en la computadora y todo se programa y listo’. Y nosotros decíamos, ‘Bueno, pero ¿en qué momento vamos nosotros?’. O sea, ¿cómo le vamos a hacer no solamente para participar sino también para mantener nuestro sello?”, reflexiona.

Una vez más, la lección que aprendieron fue la de adaptarse. “Desde el principio decíamos que nuestro sello eran las guitarras y la voz, después yo creo que se tuvo que ir transformando y adaptando, pero sobre todo ir descubriendo que nuestro sonido no dependía exclusivamente de las guitarras. Entonces sí, en algunas canciones sí metimos algunas guitarras, haciendo el ejercicio creativo de ver cómo acomodarlas, dónde sonaban bien, dónde no sonaban tan bien, etcétera. En otras, la canción sonaba bien así como estaba, con un arreglo que no incluye un instrumento acústico o cualquier otra cosa. El reto vino muchas veces en el show en vivo, no tanto en la canción. La canción puede sonar de una forma en la grabación y de otra forma en vivo, donde le podemos meter lo que queramos. Fue un proceso interesante”, asegura Marín. “Fue un shock cultural durísimo”, agrega Julio.

¿Cuál es la clave para reinventarse? “Yo creo que es la apertura, la disposición y literalmente ‘chamba’, meterle huevos”, dice Jesús. “Es buscar la forma de seguir haciendo música y estar dispuesto. Es que te digan: ‘Oye, este artista te está buscando para colaborar’, ‘Oye, resulta que este productor se acaba de ganar un par de Grammys y está haciendo cosas bien chingonas. No tiene nada que ver con lo que haces tú, pero ve qué pedo y siéntate con él’. Sí, claro, nos sentamos en el estudio un par de días y yo creo que es eso. Así es cómo salen las nuevas oportunidades, la nueva música, y de pronto uno que otro éxito”.

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Sin embargo, extrañamente, esa discriminación que sufrieron al inicio por falta de autenticidad al hacer pop desapareció y ahora eran vistos como los genuinos en un género que para algunos no lo era. Esto dejó a Navarro con una importante lección sobre la “legitimidad” que te da el público: “Al principio, nos discriminaban a nosotros, y ahora, en el mundo del urbano, de pronto éramos los que teníamos credibilidad y los que hacíamos arte. Los primeros años sí resentía que se menospreciara lo que hacíamos, pero lo logré acomodar en mi cabecita y en mi alma, y genuinamente llegó un punto donde me puedo pasar por los huevos el tema de la legitimidad. Nosotros hacemos nuestra música, escribimos, tocamos, cantamos, hacemos lo que se supone que estamos haciendo. Y yo con eso estoy feliz”, asegura.

Otra cosa que resaltar de esta banda mexicana es la relación que durante décadas han sabido mantener. Obviamente en una relación laboral y de amistad, a la que le agregas fama, éxito, viajes y la toma de decisiones, no pueden faltar los altibajos; sin embargo, estos mexicanos han sabido sobrellevar las adversidades. Los tres miembros de la banda están de acuerdo en la razón. “Ahí sí, para que veas, creo que tiene mucho que ver la suerte”, argumenta Jesús. “La suerte de que los tres somos vatos decentes. Ninguno de los tres es ninguna perita en dulce, tenemos nuestras cosas, caracteres y opiniones, pero, al final, creo que ninguno de los tres es un cabrón. Dentro de lo que se puede ser en la vida, somos gente buena y, por otro lado, también nos tocó hacernos adultos juntos. Siempre hemos buscado la forma en que todos estemos bien, pero también literalmente nos conocemos lo bueno, lo malo y lo feo. Sabemos bien cabrón cómo somos cada uno, qué cosas nos molestan y qué cosas no”.

“La verdad es que tenemos la fortuna de ser tres tipos decentes”, dice también Julio. “Sí ayuda que somos de la misma ciudad, tenemos un rollo cultural muy similar los tres. Me acuerdo mucho de los momentos cuando Jesús y yo éramos más inmaduros, no estoy diciendo que Bibi nunca fue inmaduro, todos hemos sido, pero yo tenía 17 años y Jesús 19, Bibi ya por lo menos 21 o 22, o sea, en ese momento sí siento que hay una diferencia [Risas]. Nuestros managers, también seguramente con experiencia con otros grupos, en el momento que vieron que había cierta fricción, nos enseñaron a platicar con respeto las cosas. Me atrevería a decir que ya nada es incómodo de platicar. Se hizo costumbre platicar cualquier duda, la democracia es padrísima”.

Para el vocalista, “hay un chorro de momentos difíciles y ratos donde sí la pasas muy mal, pero en general es una chulada de trabajo.  El tema del acceso que te da para conocer a tantas personas talentosas e interesantes, la fortuna de poder conocer el mundo es muy cabrón”, reflexiona. 

Ropa: Gucci “Bibi”: Cinturon: Torenero; Anillos: The Boveda; Pulsera : Gucci / “Chui”: Collar: Toronero; Anillo: Cartier; Broche: The Boveda / “Julio”: Pañuelo: Jil Sander

Sin embargo, en la memoria lo que queda más impregnado son los buenos momentos, y los miembros de Reik han tenido muchos. Sin embargo, Jesús Navarro resaltó uno de los más especiales que le ha otorgado esta carrera. “Me acuerdo mucho de trabajar con Juan Gabriel. Es una de las experiencias más lindas que hemos tenido, pasamos un día entero con él en su estudio en su casa, y grabamos una canción y un video. Estuvimos platicando con él de la vida y de la experiencia de hacer música en sus tiempos y en los nuestros. Resulta que era superconocedor del horóscopo chino. A mí me dijo que en el horóscopo chino soy tigre y él era un búfalo, y me dijo algo así como, ‘En la naturaleza, el búfalo camina y le abre el paso al tigre para que pueda llegar y hacer su gran casa. Un poco eso es lo que yo hice por ustedes’. Me pareció superlindo y superfuerte”, recuerda el músico con cariño.

“Hay una magia muy cabrona de ser superfan de alguien y de repente tenerlo enfrente y poder platicar con ellos”, agregó. “Está bien loco, y yo por lo menos todavía no me acostumbro. Me sigue volando la cabeza que de pronto alguien que yo amo desde que estaba morrito, le puedo dar la mano y me diga: ‘¡Wey, qué chingón cantas!’. Y yo digo: ‘¿Cómo? ¿Tú sabes que existo? ¡Qué cabrón!’. Subirte a un pinche escenario todos los días es muy cabrón, es una chulada. Pasa después de una gira de 60 shows, que estás cansado y estás valiendo madres, pero la neta, cuando estás en el escenario, siempre es una maravilla”.

Reik no se va a ir a ningún lado. La banda asegura que en su futuro hay nuevos conceptos creativos que los mantendrán con estas ganas de renovarse y ponerse nuevos retos en el horizonte, por ahora, esto se manifestará en un nuevo material de estudio. “Este disco que viene es muy personal, un experimento”, explica Jesús. “Es nuestra interpretación de nuestro nuevo pop. Hay algo de comodidad en tener un lugar, ya le pedaleamos un buen rato a la bici, entonces ya traemos algo de inercia. No nos confiamos, porque hemos visto a proyectos mucho más grandes que nosotros desaparecer por no echarle ganas. Sabemos lo importante que es seguir ahí, presentes e involucrados, pero también tenemos mucho menos miedo de experimentar y trabajar, porque sabemos que, si algo no funciona o no pega, te sigues moviendo, trabajando y proponiendo, y en algún momento algo te va a pegar. Yo lo que creo es que justo seguiremos así, ojalá que la vida nos lo permita y el público también, que no se harten de nosotros. Por nuestra parte, por experiencia y por historia, vamos a seguir ahí, vamos a seguir buscando formas de compartir música, de conectar, de poder seguir haciendo shows para mucha gente”.

Julio: Jacket: Emporio Armani; Camisa: Jil Sander; Faja: Zegna Pantalones: Zegna / “Bibi”: Blazer: MEYER; Camiseta: Calvin Klein; Pantalones: None of my Business; Faja: Vintage Maison Margiela / “Chui” Jacket: MM6; Camisa y Moño: Charvet; Pantalones: COS

Recientemente, Reik subió al escenario de los Premios ROLLING STONE en Español para cantar su más reciente colaboración, ‘El correcto’, con otro de los grandes músicos mexicanos del momento, Carin León. Esa es solo otra de las tantas evidencias que muestra cómo la carrera de Reik nos enseña que, para lograr mantener la creatividad, hay que salir de la zona de confort.


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