Paty Cantú manifestó un interés por la música desde temprana edad. Cuando su hermana le presentó a Queen y Michael Jackson comenzó a imaginar su camino hacia los escenarios. A los seis años empezó a crear melodías y a los 14 escribió su primera canción. Artistas como Shakira o Alejandro Sanz la inspirarían a compartir sus historias en forma de letras de canciones. “No solo me dicen algo al cantar, sino que me hablan de sí mismos”, reflexiona.
Hoy la mexicana cuenta con una de las trayectorias más interesantes en la industria. Acompañada, o como solista, se ha convertido en una estrella pop. Ha escrito algunas de las canciones más icónicas de otros grandes artistas. Tiene discos de oro y platino. Cantú siempre está en búsqueda de nuevos artistas para apoyar y de nuevas historias que compartir. En 2021 se integró a la Sociedad de Autores y Compositores de México y actualmente forma parte del Consejo Directivo de la Academia Latina de la Grabación. Siempre ha mostrado un buen sentido del humor, gran carisma y múltiples facetas, incluso es la nueva presidenta de un equipo de futbol en La Liga de Todos.
“Yo siendo artista, siendo mujer, mexicana y prácticamente la única persona de mi generación en el consejo, básicamente mi papel es intentar traer la perspectiva de todas esas características a la mesa”, dice sobre su trabajo en la Academia a ROLLING STONE en Español desde Sevilla, en donde se encuentra para los Latin Grammys. “¿Cómo se siente la comunidad artística? ¿Cómo se sienten las mujeres con respecto a la representación? ¿Cómo nos sentimos en el demográfico los mexicanos con respecto a la representación? ¿Qué cosas se pueden sumar también en la generación digital de ciertas cosas?” son algunas de las interrogantes que son de importancia para Paty como parte de ese consejo.
“La gente tal vez se imagina que en el consejo directivo tomamos todas las decisiones de quién gana premios o algo así y la realidad es que no. La realidad es que nos toca juntarnos muchas veces al año, nos toca bloquear muchas fechas del año porque hay gente que se dedica y tiene expertise diferente. Están los que tienen expertise en televisión, en publicidad, en marcas, en finanzas, pero todos venimos a formar una fotografía completa. Yo me muevo mucho con la comunidad artística, saber qué es lo que falta y atañe, siempre falta todavía mucho, pero estamos en camino a estas cosas”, agrega.
Además de su trabajo en apoyo a la industria, actualmente Paty Cantú está lanzando canciones que demuestran sus dotes como compositora y su gran capacidad de conectar con su público. Recientemente lanzó ‘La Otra’, la segunda parte de ‘Prefiero ser su amante’, lanzada hace ocho años. También estrenó ‘Lo que no quieres saber’, una canción emotiva que retrata momentos difíciles en su vida.
Hablamos con ella sobre sus nuevas canciones, de su nueva gira, de su perspectiva de temas como la actualidad en la música latina y el pop mexicano, de cómo cuenta historias en sus canciones y lo que significó publicar ‘Lo que no quieres saber’ una canción muy emocional para ella. Lee la plática a continuación.
Con tus diferentes perspectivas como artista, compositora y parte del consejo de la Academia, ¿qué reflexiones generales tienes del estado actual de la música latina?
Creo que el crecimiento es evidente, tanto en representación como en visibilidad. Incluso lo que podría haberse quedado en algo que aparentaba ser una moda lo hemos llevado mucho más lejos como industria. Han habido ciertos referentes que se han vuelto globales en español y creo que han marcado algo que ya no tiene revés. Te guste o no te guste Bad Bunny, X, Y o Z artista, está representando una cultura, un idioma y las posibilidades artísticas de globalizarse de la música latina. En ese sentido creo que hay un crecimiento muy interesante. En el sentido local, creo que hay un crecimiento curado mucho más interesante en los sentidos locales. Si hablas del movimiento alternativo y cómo empiezan a suceder cosas distintas en México o cómo están pasando cosas distintas y mucho más potentes de lo que ya pasaban de por sí con la cumbia en Argentina o con el hip hop y el urbano en España.
Me parece que los movimientos locales son muchísimo más diversos de lo que se alcanza a ver en esos destellos globales, pero yo espero que nuestra diversidad alcance a tener ese nivel de exportación. Si bien no todo está hecho para ser fenómeno, pues ni que siempre reinen los de siempre ni que solo esté lo que está de moda. Hay toda una cosa en medio entre los de siempre y los de moda. Yo me acuerdo de estar chica y decir: “Wow, yo quiero ser como Shirley Manson, Shakira, Freddie Mercury”, que son tres personajes de tres generaciones totalmente diferentes. Alguna vez me dijo Bruces una de las cosas más bonitas que me han dicho porque además se ha convertido en una de mis mejores amigas: “Yo cuando escuché ‘Goma de Mascar’ encontré a alguien que tenía una voz con la que yo me podía identificar”, sonoramente, aunque su estilo sea totalmente distinto y propio. Si lo reducimos a siete opciones, pues es lo que tendremos el día de mañana.
También me interesa tu perspectiva del pop mexicano y su momento actual. ¿Tú has notado que cambie la recepción del público al género o has notado que sea más aceptado, por decirlo de alguna manera?
Estoy pensando en mi respuesta seriamente. No [Risa], a mí me encanta el pop, me parece la cosa más cool del mundo porque en su definición real es lo popular y es abierto. Para mí una canción pop tiene verso, precoro, coro, verso, precoro, repite partes para que sea aprendible y relacionable. Probablemente va a hablar de alguna situación mundana porque son cosas que nos pasan a todos, pero creo que se fue tergiversando desde hace décadas el significado del pop en español. Creo que en el mundo entero el pop es algo maravillosamente percibido, pero siento que en Latinoamérica se quedó mucho en el tema de que el pop era la música plástica y la música de los que no cantaban de verdad. Se acabó esa generación y entró la generación pop de los cantautores: Sin Bandera, Natalia y todas estas cosas. Después entró esta parte en la que no era cool hacer pop, entraron los géneros urbanos, el alternativo era muchísimo más popular en la radio o lo que era considerado alternativo porque ahora es considerado alternativo lo folclórico con una estructura pop, pero el pop como tal creo que ha perdido un poco la fuerza en su definición.
Es más fácil ver representantes más potentes a nivel internacional, yo pienso que artistas que a mí me gustan mucho hacen pop, como Elena Rose o, me mataría León Larregui, pero creo que hace pop increíble y finísimo, porque los Beatles hacían pop increíble finísimo. Es justo eso, siento que tengo que dar una explicación para que cierto tipo de artistas no digan: “Ay no, yo hago rock”. Ya está todo tan mezclado que difícilmente podrías decir que una cosa es un solo género. Ahora el regional tiene trap y hay muchísimas combinaciones, pero por alguna razón siento que el pop en lugar de ser percibido como una cosa global e increíble que va acoplándose y fusionando conforme el tiempo pasa, creo que el pop se ha quedado en una definición como de “todo lo que no sepas qué es, es pop”. Eso te lo digo desde mi lugar de industria y persona que también compite en premiaciones y cosas.
El pop es algo con una apertura y diversidad magnífica y no siento que esté en su momento más potente. En las mujeres creo que hay grandes referentes ahorita, como Danna Paola y Kenia Os. Sí hay una nueva ola que creo que está haciendo una gran labor de mezclarse más entre sí, sin todos esos prejuicios de antaño y que están redefiniendo el pop de una forma muy merecedora. A mí también por eso me gusta mucho trabajar no solamente con artistas consolidados, sino con artistas de nuevas olas porque realmente conecto desde un lugar orgánico musicalmente porque no tienen miedo.
Creo que también ahora el pop de antes está teniendo un renacimiento. Bandas que antes eran populares como Belanova están resurgiendo, ¿a qué crees que se debe?
Ah, el regreso del pop en ese sentido. Yo creo que había nostalgia por los contenidos. Creo que el pop que surgió de esa época es de la misma época que surgí yo. Nuestra influencia era muy emotiva, por no decirnos emos. El sonido no era dark ni nada, pero la influencia era emotiva, era: “quiero hablar, quiero llorar, quiero contar una historia muy melódica” y justamente llevamos un ratote que la lírica va por la superficie y por la fiesta. Está perfecto, está poca madre, pero yo creo que al final la gente extrañaba tener sonidos y canciones que les remontan a vivencias. “Con esto me puedo enamorar y con esto puedo cortar”, algo más allá que nadar por la superficie, un poquito más profundo. Yo creo que por ahí viene ese regreso [hace un corazón con las manos].
Hace poco reflexionabas que “has tenido muchos altos y bajos en tu carrera”. Para ti, ¿cuáles han sido esos triunfos y esos fracasos?
Los altos han sido ser un adulto que se da cuenta que los sueños de la niñez se pueden cumplir. La primera vez que tomé un vuelo hacia otro país con razón de mi trabajo, me acuerdo ir pensando en el avión: “Wow, esto es lo que yo soñaba de niña, no puedo creer que sí se está cumpliendo”. Un alto grande para mí ha sido la primera vez que llenamos un show en Lu, la primera vez que pasé de “te van a dar carta de retiro” a “no te creas, eres disco de oro con ‘Por besarte’ y todo está bien”. Pasé de no poder pagar mi comida ni dónde quedarme a que de pronto teníamos 13 shows al mes. Poderle decir a mis papás que sí se logró al final, no se preocupen más, pero después lo mismito lo volví a vivir de cero cuando empecé de solista. Cantar ‘Déjame ir’ y que la gente cantara todo después de un mes de que nadie la cantaba porque todavía nadie se la sabía. Yo pensaba que le iba a dar la razón a todos los escépticos que querían que fracasara porque era la niña de Lu, la que no sabía nada.
Hubo un momento largo de mi vida en el que me hacían sentir que nada era un éxito, incluso el éxito era un fracaso porque estaba siempre comparándolo con algún éxito previo. Si el éxito previo era mil o diez mil personas más que el que seguía, entonces era considerado por mi equipo previo un fracaso. Yo me compré mucho eso. Cuando hice #333 estaba queriendo complacer a la industria y empecé a dejar de componer las canciones por la razón original: para sanarme yo, para buscar compañía, para conectar con alguien más.
Recientemente lanzaste ‘La Otra’, la segunda parte de una historia que retomas ocho años después. ¿Por qué decidiste continuar esa historia?
Simplemente porque me dio curiosidad. Hay canciones que las vivo como una de las protagonistas con la demás gente que se siente identificada y hay canciones que las vivo como espectadora. ‘Prefiero ser su amante’ es una canción que viví, gracias a Dios, como espectadora [Risas], digo gracias a Dios porque qué complicado, jamás desde un lugar de juicio. Vi esa situación en otra gente y decidí hacer esa canción. Siempre que compongo una canción para alguien más quiero que le vaya muy bien, pero nunca me imaginé que iba a ser a un nivel de yo misma estar en un concierto, cantarla y de repente ver hasta a niños cantar. Lo que me di cuenta es que era una historia que mucha gente tenía y no sabía dónde desahogar. Eso es lo mágico de la música, lo dices en una canción y es como un pase libre: “Lo puedo decir por fin y no pasa nada”.
Si tanta gente se identificó ya pasados los años, el tiempo, la experiencia y muchas cosas, dije: “Yo creo que esa historia necesita un final, necesita la protagonista como espectadora, necesita una redención, pero también tiene que pagar su karma”. Entonces, decidí contar qué le pasó a la otra ahora que consiguió su máxima meta en la historia de ‘Prefiero ser su amante’ que es ser la oficial. En mi cabeza, cuando llegas a ser la oficial habiendo empezado siendo la otra, dejas el puesto de vacante y lo más normal es que llegue otra y te hagan lo mismo porque tienes una relación con una persona desleal. Lo que sí es completamente opcional es cómo lo quieres tomar: si quieres encabronarte y continuar tu vida o quieres volverle a echar la culpa a la mujer y echarte otro pleito entre mujeres o te vas a mirar al espejo esta vez, que es lo que no hace la otra en ‘Prefiero ser su amante’. En ‘La Otra’, sí se mira el espejo y se da cuenta de: “Esto mismo que estoy sufriendo yo, se lo hice a alguien más. No me va a volver a pasar, no lo voy a volver a hacer. Ojalá pudiera no haberlo hecho. Con permiso, me voy de aquí”. Le quería dar ese cierre al personaje para que también quienes no son personajes y están allá afuera y tienen esta historia, tengan cómo cerrar y darle la vuelta a la página.
Dijiste que tenías ganas de mostrar que “podía hacerse una pequeña película con una canción”. ¿Qué tanto usas ese recurso de crear personajes e historias?
Sí lo uso mucho. Incluso cuando estoy hablando de mí misma, llega un punto en la composición en la que, por ejemplo, si estoy haciendo una coautoría, empiezo a hablar de la protagonista de la canción en tercera persona. Lo empiezo a ver como una película, lo tengo muy visual siempre. El proceso de composición para mí es muy visual y anecdótico. Cuando empiezo una canción ya me imaginé la producción terminada y ya me imaginé el video en una película mental. Me es más fácil. Por eso muchas veces mi composición es más o menos literal y no tan metafórica porque me gusta poner imágenes en la cabeza de la gente para que sea realmente fácil acceder a esa película e identificarte con ella si así lo quieres.
Hablando de ‘Lo Que No Quieres Saber’, es claro que es una canción muy personal para ti, de una época difícil. ¿Cómo ha sido ese proceso de compartirla y mostrar algo tan personal al mundo?
Ha sido raro [Risas]. Llevo toda mi vida siendo muy abierta con mi vida personal. De pronto me dicen: “¿Cómo le haces para balancear tu privacidad con tu vida profesional?” y yo expongo absolutamente toda mi privacidad en las canciones. Por eso cuando la gente se identifica con mis canciones siento que son mis amigos, saben de lo que hablo. A pesar de eso, cada vez que saco una canción siento: “Okay, aquí viene otro pedazo de mi vida personal”. También por eso cuando funciona o no funciona comercialmente hablando, a mí me afecta de forma personal. No porque esté esperando más fama, más dinero o éxito, sino porque lo siento directamente relacionado con mi persona.
Es raro pero con ‘Lo Que No Quieres Saber’ fue especialmente doloroso. Lo voy a confesar porque llevo rato estando en una relación estable, buena y haciendo canciones al respecto. Chistosamente las canciones de felicidad nunca son las más populares. De todas maneras yo necesitaba expresarlas, pero después de que saqué ‘La Otra’, hubo una reconexión muy evidente desde ese lugar de desahogo con los fans. A los 7-8 días de que saque la canción me la estaban coreando toda la gira. Desde que tenía 17 mi mamá opina de todas mis canciones y siempre tiene la razón, me decía: “Hija, estas son las canciones que la gente necesita”. Leía a la gente poniéndome en las redes: “Paty, sabemos que estás feliz, pero danos carnita, danos un poco. Necesitamos ese dolor para desahogarnos nosotros”. Dije: “Bueno, pues venga”. Le enseñé a mi novio y a otras personas esta canción que tenía guardada y escondida en el tintero de los malos recuerdos y me decían: “Se siente súper en serio”.
No me gusta esta historia porque no me gusta saber o admitir que, siendo una mujer inteligente, me puse en un lugar sumamente vulnerable frente a un hombre, esperando literalmente migajas de su amor. Me conformé con lo que dije que no me iba a conformar nunca, incluso hasta en canciones como ‘Déjame ir’, esperando que ese casi algo se convirtiera en las promesas que me había hecho y la historia épica que yo pensaba que iba a tener un día si aguantaba. Aguanté, esperé y las promesas no se volvieron más que palabras. Un día ese casi algo me escribió para decirme que todo lo que dijimos que íbamos a lograr no se iba a poder al final del día. No me dio la cara y cuando lo quise encarar yo, me hizo un poco de luz de gas, me la volteó: “Tú me estás haciendo sentir mal, Paty, por decirme esto. Te pido que por favor pares, porque no es justo para mí”. Yo en ese momento estaba enamoradísima y me quedé callada porque no lo quería hacer sentir mal.
Se puede ser fuerte e inteligente y cagarla inmensamente cuando estás enamorado. No me dejó hablar, entonces salió esta canción. La hice, me dolió, pero yo creo que les voy a mostrar a la gente eventualmente la versión acústica y recién nacida. Tiene mucho más dolor que esta versión producida por Roger y por mí. Cuando la produjimos, yo le dije a Roger: “Estoy muy enojada conmigo por haber aguantado esto y ya no me importa que se sienta mal. Entonces como ya no me importa que se sienta mal, pues que se entere de lo que me hizo”. Esa gente que viene, avienta la piedra, esconde la mano y se van, nos dejan a nosotros con las heridas y se van agustísimo a sus casas porque no nos ven llorar. Que sepan que si el árbol se cae y no hay nadie, sí hace ruido. Le metimos este poquito rock y punk en la parte final que compuse en el estudio unas semanas antes de lanzarla.
Tus fans también te compartieron momentos similares por los que han pasado, supongo que eso también fue un poco de desahogo, ver que no eres la única que cae en esos momentos…
Es muy real decir eso. Siempre parte del desahogo de un compositor es saber, no nada más que tú no eres el único, sino también que como no soy la única, alguien más necesita oír esto para sanar. Tal vez podemos advertirle a alguien para que no le pase. Eso es parte de la motivación de sacar la canción, piensen lo que piensen y digan lo que digan, la voy a poner ahí afuera. La gente me escribía muchísimos mensajes e incluso hicimos una dinámica donde me mandaron muchos mensajes diciendo “Lo que no quieres saber” y completaban la frase. Me contaron historias sumamente personales, les pedí permiso, me dijeron que sí y fui y las pegué por toda la ciudad. Fue como catarsis. No sé si la vieron o no la vieron sus ex casi algo, pero esta canción ya no se trata de que el ex casi algo te oiga o no, se trata de que tú ya te vas a atrever a decirlo. Tú ya vas a entender que tú vas primero y no que no se vaya a sentir mal la persona.
¿Cómo has vivido el Feliz Breakup Tour?
La recepción ha estado increíble. Sold outs inmediatos. Estaba muy nerviosa, no sabía si iba a pasar, tenía tiempo sin armar una gira así. Llegamos una vez más al Metropolitan el 20 de diciembre. Venía de hacer Los 200s Pop Tour que es totalmente otra cosa. No he dejado de sacar música en 10 años, dije: “Tengo que construir una narrativa, construir un show con vestuarios hechos por diseñadores mexicanos, visuales hechos por artistas mexicanos y un momento para que vivas el post rompimiento en sus etapas de duelo”.