Ralphie Choo es uno de los nuevos referentes que han salido en la capital española en los últimos años, junto a compañeros suyos como Rusowsky o Mori, el español está llamando la atención del público, e incluso de artistas como Rosalía.
Ralphie lanzó uno de los álbumes en español más interesantes del año pasado, SUPERNOVA, en el que mezcla, un collage creativo donde puedes escuchar reggaetón con afrobeats, palmas flamencas, melodías a piano y R&B. Además de géneros, mezcla folklore y raíces con sonidos del futuro.
El nombre de su proyecto se inspiró en Ralph Wiggum, personaje de los Simpson, cuya inocencia identificó en sí mismo cuando iniciaba su proyecto musical. “Yo creo que siempre está, pero porque detrás no hay un interés político justificado o una explicación del porqué de las cosas, sino más una sensación y de ahí parte el concepto de la inocencia, casi también ignorancia de meterse en todos lados, pero no por defraudar a nadie, así ha sido y así sigue siendo”, dice sobre su proceso ante esa inocencia a Rolling Stone en Español.
El madrileño cuenta con una educación musical clásica, pero su proyecto se caracteriza por romper reglas o borrar líneas en lo preestablecido. Al tener esa formación, sería fácil pensar que tener claras las reglas facilita el saber romperlas. “No”, dice Ralphie ante este cuestionamiento. “De hecho creo que cuanto menos sabes, menos miedo tienes de entrometerte en temas que igual no controlas y hay más facilidad para experimentar”.
“Desde siempre me ha gustado”, dice sobre su acercamiento a la música que consiste en crear collages, pero afirma que va más allá de la música. “Lo que pasa es que no lo tenía como en el foco principal hasta que ya estudié la carrera y a partir de ahí se convirtió en mi manera de afrontar la vida, en mi manera de sobrevivir ante todo esto, básicamente casi por necesidad”.
El crear collages, o intentar experimentar con un rango amplio de sonidos, puede ser complicado, pues puede llegar a caer en lo caótico, pero Ralphie Choo se empeña también en que lo experimental no recaiga en lo incomprensible. “Creo que al final no deja de ser entendible por la gente, o eso intento, que le llegara a público de la tercera edad o a un chavalito de 15 años que quiere comerse el mundo. Esa también es la premisa del proyecto, que se pueda entender, que no sólo sea música para frikis, quiero que lo entienda cualquier persona”.
¿Cómo se mantiene Ralphie Choo constantemente en un buen flujo creativo?: “Siempre con la lupa puesta en todos los detalles, cosas que son mejor imperceptibles, haciendo una escucha activa de todo lo que tengo alrededor, no dando nunca por satisfecho, o sea me queda mucho por aprender y me va a quedar siempre”.
Sobre SUPERNOVA, su álbum debut, asegura que no tenía en sus objetivos demostrar nada a los demás, sino a sí mismo. “Me estaba demostrando que soy capaz de hacer esto. Una labor de investigación y de experimentar, de poner los componentes y observar el comportamiento entre ellos, dejarlo ser. Obviamente luego hay un trabajo de edición detrás, de estructurar todo y que no parezca algo caótico, que sea asumible por el público y entrar dentro de la canción popular”.
“Toda la parte de la lírica vino después de la parte de producción pero porque me consideraba en aquel momento, y también ahora, más productor que cantante de profesión”, explica. “Suelo escribir un montón lo que pienso, como reflexiones y voy juntando los conceptos. También me dejo llevar mucho por el momento en el que estoy enfrente del micro y eso unido al tratamiento de voz como si fuera algo más, no main vocal”.
Ralphie es parte de un colectivo llamado Rusia IDK que está llegando a marcar tendencias no solo en España, sino en la música en español. Su mayor referente es Rusowsky, algo en lo que Choo está de acuerdo. “Diría que los pioneros fueron Rusowsky y Mori. En un momento en el que España sólo había lugar para el para el Main Street, en plan no había propuestas nuevas y no era como de la parte más underground, el trap y todas las variaciones, no necesitan mucho más para hacer música que un micro de USB, unos monitores, ni siquiera auriculares y tener el software para hacer música, el FLL, el que sea. Poco a poco estoy evolucionando, ya ha aparecido como una especie de movimiento de gente que se concentra en Madrid, como epicentro de todo esto porque era ahí el hot spot, donde podías intercambiar información y establecer conexiones con gente del norte de Madrid, del sur y del este. Ahora considero que hay gente súper súper talentosa que produce, que canta, que mezcla, que hace letras y de todo, multitasking musical”, explica.
Sobre la importancia que tiene la relación de los integrantes del colectivo en su arte, dice: “Es súper importante, nos retroalimentamos y aprendemos unos de otros, es como un constante flujo de información y de inspiración. Yo no sería Ralphie si no tuviese a Russ y a Mori a un lado y creo que ellos en plan igual desde la otra parte”.
Los artistas usan frecuentemente sus raíces, sonidos que vienen de géneros como el flamenco que encuentran una gran sinergía con elementos electrónicos, entre otras cosas. “Creo que nos podemos sentir un poco aventajados en el sentido que ya conocemos lo que ha pasado en Estados Unidos, toda la música pop y los orígenes de lo que se conoce como canción popular, R&B, el soul, y aparte tenemos como herencia el flamenco y un montón de géneros de aquí de España, la cosa es intentar fusionar los dos y mirar un poco lo que hay aquí, a la tierra donde tienes los pies dispuestos y hay mucha gente que lo está haciendo. Es difícil abordar este tema porque Rosalía ya lo ha hecho, pero si cabe la posibilidad de hacer reinterpretaciones y juntar esto de aquí con esto allá y ofrecer una nueva visión. Hay mucha gente en España que está haciendo cosas súper guays ahora. Tristán, una chavala que se llama NU?, Nusar3000, Azuleja, Teo Planell; es increíble, me tiraría horas diciéndote gente. Que esté escuchando así de fuera diría que Real Young Field”, dice Ralphie Choo.
Escucha SUPERNOVA:
