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Megadeth: caos, furia y resiliencia

Dave Mustaine y Kiko Loureiro nos contaron sus experiencias sobre la producción de su álbum más complicado y genial de sus últimos tiempos

Por  MARTÍN TORO

octubre 5, 2022

CORTESÍA UNIVERSAL MUSIC

Esta nota ha debido publicarse hace al menos un año, cuando la banda de Dave Mustaine ya tenía prácticamente listo el álbum The Sick, the Dying… and the Dead. En mayo de 2021, el pelirrojo nos atendió por Zoom durante más tiempo del que esperábamos, y habló de lo divino y lo humano. Se le notaba entusiasmado por el disco y por su alianza con Gibson, la legendaria marca de guitarras. Sin embargo, nadie esperaba que pocos días después estallara el escándalo que retrasaría por más de un año la publicación del nuevo material, con la dolorosa salida del bajista Dave Ellefson de Megadeth.

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Durante los últimos años, Mustaine ha sobrevivido a una pandemia mundial, un cáncer de garganta, los efectos colaterales de la quimioterapia en su cuerpo y la partida de uno de sus compañeros de banda de toda la vida. Hoy, su voz suena alegre, entusiasmada y sana, tras dos años de haber sido diagnosticado libre de cáncer. “Amo profundamente la vida, canto mejor que nunca. Estoy tocando de la mejor manera. Puedo decir que cuando tocamos en vivo, nos sentamos en nuestro camerino antes de salir y estudiamos las canciones, tal y como solía hacerlo en las primeras etapas de Megadeth”, dice a través de la cámara en su computadora.

Con 16 álbumes de estudio al frente de Megadeth, Dave Mustaine ha pasado por toda clase de altibajos durante su carrera musical, comenzando con su despido de la formación original de Metallica, pasando por superar dramáticas adicciones a múltiples sustancias y, en ese proceso, recuperarse de heridas que por poco acaban con su trabajo como músico; como cuando en 2002 estuvo a punto de perder el 80 % de la movilidad en su mano izquierda por una mala postura que acabó dañando sus nervios mientras estaba en rehabilitación. Tras recibir ayuda médica y haber asistido a terapias durante más de un año, Mustaine recuperó la movilidad por completo y volvió a aprender a tocar la guitarra.

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Más allá de eso, su banda ha dejado huellas imborrables en la historia del metal, con álbumes absolutamente indispensables, como Rust In Peace (1990) o Countdown To Extinction (1992), que ocupan lugares de privilegio en cualquier listado serio del género. Y no se puede olvidar el poderoso retorno a sus raíces con Dystopia en 2016, que les ayudó a conseguir un Grammy por Mejor Interpretación de Metal; nadie olvidará que la banda de la ceremonia tocó ‘Master Of Puppets’, en una versión espantosa, mientras el cuarteto subía al escenario para recibir el gramófono. Mustaine agradeció en primer lugar a Jesucristo.

El pelirrojo no solo ha demostrado ser uno de los artistas más resilientes y comprometidos con la música de las últimas décadas, ha sido un guerrero al enfrentar todos estos problemas con la frente en alto, manteniéndose entre las figuras más importantes del metal por varias décadas. Asegura que la fuerza que lo ayudó a salir de estos socavones ha provenido de la buena energía de los fanáticos de Megadeth y el metal. “Me apoyo en la gente que me importa, en la gente que cuenta conmigo, y en la gente que me gusta y me quiere. Quienes realmente amamos el metal y lo tocamos, tenemos una cosa, no sé cómo llamarla; tú y yo somos de diferentes países, pero podríamos encontrarnos en algún lugar y decir, “Oye, necesito ayuda”, y yo te diría, “Por supuesto”. Porque somos del mismo palo”, dice Mustaine.

Todas estas batallas han quedado reflejadas en The Sick, The Dying… and the Dead!, el álbum que comenzó a planear antes de la pandemia de Covid-19, inspirado por la ronda clásica para niños ‘Ring Around the Rosie’. Esta canción infantil, a través de una inocente melodía y tiernas analogías, habla sobre los síntomas y la muerte generada por la infame peste negra. “La ironía de algo tan inocente como ‘Ring Around The Rosie’ siendo algo tan oscuro fue muy interesante, y me despertó la curiosidad sobre la peste”, dice Mustaine (qué oportuno). Este concepto queda bien plasmado en la portada del disco, donde se ve al mítico Vic Rattlehead en una ciudad del siglo XIV repleta de cadáveres, llamas y humo.

“Amo profundamente la vida, canto mejor que nunca. Estoy tocando de la mejor manera”, Dave Mustaine.
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Para darle forma al disco, Megadeth volvió a trabajar con el productor Chris Rakestraw, quien ya había trabajado en el anterior álbum de la banda, y con agrupaciones como Children of Bodom, Danzig, o Bring Me The Horizon, entre otras. El disco se grabó por completo en la casa de Mustaine en Nashville, Tennessee, con el baterista belga Dirk Vanbeuren (exmiembro de Soilwork) haciendo su primer aporte en estudio para la banda.

Justo a la mitad del proceso de grabación, el bajista de (casi) toda la vida de Megadeth, David Ellefson, se vio envuelto en un escándalo que terminaría su relación con la banda. Mensajes sexualmente explícitos intercambiados con una fan se hicieron públicos en Internet. Ellefson fue acusado de “manipular” (o grooming) a una joven que tenía supuestamente 19 años para su primer encuentro sexual, según dijo el músico. Rápidamente la banda terminó su contrato y manifestó públicamente que Ellefson no formaba más parte de Megadeth.

“Recientemente, un video muy privado se publicó ilegalmente en Internet y se hicieron acusaciones falsas en mi contra”, dijo Ellefson en un comunicado a Rolling Stone. Recién comenzaba el escándalo, Dave Mustaine no estaba muy seguro de todos los detalles de lo ocurrido, pero las tensiones eran cada vez más intensas, y esta fue la gota que derramó el vaso. Este incidente forzó a Mustaine a recomponer y regrabar las partes de bajo que había hecho anteriormente Ellefson, y ya encontrar a una persona adecuada para ocupar su lugar. Para este trabajo, Megadeth convocó a Steve Di Giorgio, de Testament. Tras finalizar la producción de The Sick, the Dying… and the Dead, Mustaine habló con James LoMenzo, quien había sido parte de Megadeth entre mediados de 2006 hasta 2010, para ocupar el puesto de Ellefson durante sus presentaciones en vivo.

 “Las acciones eran consensuadas entre dos adultos, pero fueron grabadas sin mi conocimiento. Estoy trabajando con el Departamento de Policía de Scottsdale [Arizona] en la investigación sobre los cargos relacionados con pornografía vengativa que se presentarán contra la persona que publicó este video”. El bajista se mostró muy golpeado al comienzo, decepcionado por la reacción de Mustaine, pero ha venido retomando su ritmo de trabajo con diversos proyectos musicales y editoriales. “Todos quieren estar cerca de ti cuando recoges tu Grammy”, pero “’sabes quiénes son tus amigos… cuando la mierda empieza a volar”, ha dicho Ellefson.

TODO GUERRERO NECESITA SU ESPADA ADECUADA: “Todo el disco fue hecho con nada más que guitarras Gibson de principio a fin”, dijo Mustaine.

A pesar de estos pesados y difíciles imprevistos, Dave Mustaine y compañía tenían muy claro lo que querían lograr para este nuevo álbum: recuperar el sonido que caracterizó esos discos clásicos de finales de los 80 y principios de los 90, cosa que ya habían logrado a cierta medida en 2016 con Dystopia, que fue la primera grabación en compañía del guitarrista brasilero Kiko Loureiro, que anteriormente formaba parte de Angra.  La adición del brasilero a la fórmula le dio una nueva perspectiva de composición a Mustaine. Con la flexibilidad sonora de Loureiro, los riffs que se producían cuando trabajaban en conjunto eran más que especiales. Al tomar raíces de la música que escuchaba cuando pequeño y combinarlas con el sonido de sus más grandes ídolos del metal, Loureiro se ha caracterizado por aproximarse a la guitarra con un pensamiento distinto. “Puede tocar música estadounidense, puede tocar música brasileña, además de la samba o la bossa nova, hay muchos otros tipos de música que he escuchado de Brasil. Él hace todo eso, y yotoco el maldito Megadeth, eso es todo”, dice el líder. “Siento que por fin he alcanzado mi ritmo, como si mis mejores años estuvieran por venir”, le dijo a Rolling Stone.

Esta vez Loureiro tuvo el tiempo necesario para construir y aportar a la banda de una manera más consciente y como si tuviera un lienzo en blanco, a diferencia de lo que sucedió en 2015, cuando entró a Megadeth y se dirigió de inmediato al estudio para acabar Dystopia. “Para ese disco tenía algunas ideas y me había aprendido muy bien las canciones, pero esta vez pude aportar con muchos más riffs y líneas melódicas de una forma más creativa”, dice el brasilero. Las creaciones de Loureiro llegaron a cinco canciones de The Sick, the Dying… and the Dead, incluyendo las secciones acústicas de ‘Dogs of Chernobyl’ y la introducción de ‘Night Stalkers’.

La genialidad de Loureiro y Mustaine queda evidenciada desde el primer track, el mismo que le otorga el nombre al álbum, donde los arpegios de Mustaine se combinan a la perfección con las respuestas de Loureiro, que comienzan como suaves melodías que terminan convirtiéndose en arreglos de acordes, mientras poderosos riffs de guitarra y ritmos de batería le dan el ambiente macabro a ‘Sacrifice’.

Las percusiones complejas e intrincadas de Dirk Vanbeuren son las protagonistas de ‘Psychopathy’, el preludio de ‘Killing Time’. Mientras Mustaine hace una crítica clara a la farándula de Hollywood en ‘Célebutante’: “It’s not a want, it’s an obsession / You wanna hear the people screaming out your name / Whispers at night in your midnight confessions / You’ll do anything for fame, célebutante, célebutante [No es un deseo, es una obsesión / Quieres escuchar a la gente gritando tu nombre / Susurros en la noche en tus confesiones de medianoche / Harás cualquier cosa por la fama, célebutante, célebutante]”, canta con ese grit característico del pelirrojo. Cerca del final del disco, Megadeth le rinde tributo a los Dead Kennedys, la banda de punk de la bahía de San Francisco, con su versión oscura y zombificada de ‘Police Truck’. Para cerrar la colección de 14 canciones que componen The Sick, the Dying… and the Dead, Mustaine y compañía se juntaron con Sammy Hagar (Van Halen, Chickenfoot) para recuperar ese sonido clásico que tanto estaban buscando en ‘This Planet’s On Fire (Burn In Hell)’.

“Puede tocar música estadounidense, puede tocar música brasileña. Además de la samba o la bossa nova, hay muchos otros tipos de música que he escuchado de Brasil. Él hace todo eso, y yo toco el maldito Megadeth, eso es todo”, dice Mustaine sobre el guitarrista Kiko Loureiro.
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Musicalmente The Sick, The Dying… and the Dead, tiene una variedad de ambientes y efectos que te hacen sentir en un lugar particular para cada canción. Las líricas de Mustaine encajan muy bien con este concepto, algunas veces jugando creativamente con narraciones y doblajes en varias de las pistas, acercándose por momentos a estilos más cinemáticos, o que recuerdan aspectos de un metal más progresivo. La mezcla de Josh Wilbur y el trabajo de mastering del reconocido ingeniero Ted Jensen es impecable. Es un álbum con mucha claridad y profundidad entre sus secciones. Cada uno de los detalles que Megadeth puso entre la densa capa de sonidos que componen sus temas es perceptible e indispensable para generar estas imágenes mentales de caos y destrucción, muerte y decadencia.

A pesar de la confusión y los contratiempos que surgieron antes y durante la producción del álbum, Mustaine y Megadeth les dejan a sus fanáticos un disco que tiene el mayor del cuidado en el sonido y su composición, en el que es evidente el compromiso con el que asumen sus banderas. The Sick, The Dying… and the Dead no solo es un digno sucesor de Dystopia, también merece un lugar entre los más grandes discos de la banda, muy lejos de United Abominations, por ejemplo. Es como si hubieran encontrado paz durante el colapso global, y se hubieran aprovechado de ella para crear uno de los mejores discos de metal del 2022. Puede percibirse aquí una conciencia de los tiempos que se viven en el mercado metalero, de la competencia que enfrentan con bandas más jóvenes, como Gojira, Lamb Of God o Meshuggah, y de la eterna comparación que se hará con cualquier cosa que grabe Metallica, en una batalla que varias veces han ganado los amigos de Vic Rattlehead.

En términos filosóficos y espirituales, Mustaine ha encontrado la calma en medio de la tormenta gracias a un largo entrenamiento en artes marciales, específicamente en el jiu-jitsu brasileño, en el que el concepto es someter al oponente sin herirlo y optar por el camino más suave y seguro. “He aprendido mucho sobre la naturaleza humana, he aprendido mucho sobre la amabilidad. Con la fuerza viene mucha paz. Pero también, si sabes que va a pasar algo malo, date la vuelta, vete por otro lado”, dice el músico con cinturón negro.

“Nunca sabes a quién tienes enfrente”, añade. “Cuando todavía era un yonqui, era un yonqui delgado con un cinturón negro; la gente que se ponía delante de mí, probablemente pensaba que yo iba a eructar y a caerme”.

La filosofía de Mustaine está plasmada en cada una de las notas que componen The Sick, The Dying… and the Dead, una carta de Megadeth hacia el mundo, en la que dejan atrás todos sus problemas y sobreviven a todas las plagas que puedan acecharlos. Puede que Dave Mustaine tenga razón y que los mejores días de estén por venir. De ser así, ¡que vengan muchas más pestes!                                       

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