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Los nuevos colores de Wet Baes

El productor y músico mexicano destapa una nueva era de su proyecto con Andy, su próximo material discográfico.

Por  KARLA LEÓN

febrero 16, 2024

Cortesía Wet Baes

Para Andrés Jaime, mejor conocido como Wet Baes, la evolución es una cualidad innata que, durante casi una década, le ha permitido plasmar universos y conceptos que evocan los sonidos del pasado y apuestan por los del futuro. A finales de 2019, en medio del lanzamiento de la tercera entrega de Cosmovidencias – un material sobre el espacio y su perspectiva cósmica –, el músico inició un ambicioso proceso de producción que lo llevó a adentrarse en nuevas exploraciones creativas y personales, a las que les dará vida en Andy, su próximo material discográfico.

Inmerso en un periodo de aislamiento, Wet Baes pausó su fascinación por el exterior y comenzó a mirar hacia dentro. Bajo una perspectiva mística y espiritual, arropó un estilo orgánico y estructuras melódicas sencillas, pero con una evidente complejidad artística. “Empecé a ver las cosas con otros ojos e hice el sonido que siempre había querido desarrollar. La pandemia me permitió agarrar un nuevo norte y eso también implicó sacrificar ideas que, naturalmente, evolucionaron para crear lo que hoy llamo la nueva música de Wet Baes”, relata a ROLLING STONE en Español.

Con la salida de Youth Attraction, su EP debut, el músico dejó clara su afinidad por los clásicos de la década de los años sesenta, setenta y ochenta, entre ellos, The Beatles, Pink Floyd y Michael Jackson, además de proyectos más contemporáneos como Phoenix y Justice. En Andy, el también productor integra texturas con una esencia neomedieval, así como tintes de shoegaze, krautrock y trance, como resultado de su propia identidad sonora.

“Entendí cuáles son mis raíces en la música y lo que me gusta hacer. Estas piezas representan la fusión de dos mundos diferentes, porque tienen una producción sesentera y setentera muy cruda, pero responden al presente y no tanto a cuestiones ajenas a mi década. Es claro que aún se pueden escuchar algunas referencias a mis maestros, y tal vez nunca dejaré de hacerlo porque me gusta dejar easter eggs para recordar cosas bien clásicas; esa siempre será mi doctrina”, explica.

En noviembre del año pasado, Wet Baes compartió ‘Quémalo’, la carta de presentación de este álbum, que contará con 17 tracks. Ante una mezcla de neo soul, rock, jazz y mucho groove, el músico expone una metáfora sobre quemarlo todo cuando nos sentimos paralizados y, entonces, empezar de cero. El tema nació durante el tour de verano del músico, quien viajó a Long Beach, California.

“Estaba en la casa de un amigo. Él había ido a trabajar y tomé su guitarra. Volví a llamar algunos acordes y la bajé en dos tomas. Tiene partes en las que me libero un poco más, las voces son más bajas y hay líneas de rock que no son tan perfectas. Es algo que nunca me atreví a explorar, quizás, en seis meses piense que es obsoleto, como siempre me ha pasado. Es una especie de “síndrome del músico”, aunque creo que será más difícil que me pase con estas rolas”, señala.

Con una evidente conexión entre historias, Wet Baes presentó el segundo adelanto de Andy con ‘Colores Nuevos’, un tema hipnotizante con elementos folk y un twist de shoegaze futurista, que muestra las vibras grunge y alternativas del disco. “Tiene afinaciones nuevas, más graves y tristes, pero con acordes y tonos clásicos”, detalla. La canción, recuerda el productor, surgió durante una improvisación en el estudio, que días más tarde retomó para sumar una nueva propuesta vocal.

“Recuerdo que me sentía oxidado y quería estrenar una guitarra, pero no quería perder tiempo en el estudio, así que grabé una canción. La rescaté 15 días después, y con una perspectiva más descansada descubrí su potencial. Normalmente, sé que una canción se va a quedar cuando surge en el aire alguna melodía de voz. En mi cabeza escuchaba algo como de Kurt Cobain, o con esa noción más rasposa de Billy Corgan. Mi intento fue una voz más whispery, pegada al micro, y algunos gritos. Me enamoré de su simpleza; es un poco como el clásico Wet Baes, pero con un feeling más intenso”.

Wet Baes entrelaza en sus canciones historias universales y, si bien, parten de sus vivencias personales, el compositor asegura que se ha sensibilizado con una escritura mucho más simétrica, de la que hoy se desprenden nuevos conceptos. “Todos los días hago rolas distintas; tengo de todo”, medita. “Antes de estos lanzamientos, me pregunté si quería continuar con las mismas temáticas y sentí que lo importante era la creatividad, entonces, empecé a hacer todavía más música y a desarrollar mi sonido”.

El músico retomó la narrativa sobre el espacio, pero en esta ocasión, con una explicación notable de su propia evolución. “La onda tan cimentada y clavada cambió”, declara. “Ahora, se trata del post astronauta; uno que tenía planes, pero las circunstancias lo cambiaron y lo llevaron a la introspección, a ser solitario, a buscar la paz y el equilibrio, entonces, se transforma en una especie de mago, pero solo porque se hace un poco más sabio y descubre, incluso, que hay muchísimas más alternativas en la vida”.

Durante el proceso de producción de este material, Wet Baes experimentó un valioso periodo de aprendizaje. “Nunca me he cerrado al mundo de lo que no se ve, así que me adentré en el estudio de cosas muy serias para entender magnitudes y terminologías antiguas, en pro de conectarme con lo que hago. Esta nueva faceta del proyecto llega con más confianza, conocimiento y sabiduría, y deja de lado la perfección. Sé cuáles son mis sonidos e ideas. Ahora pienso: “Esto sí es Andrés”. Por primera vez, lo que van a escuchar soy yo, por eso el disco se llama Andy”.  

Las raíces de Andy

Andy va más allá del aspecto sonoro. Con su salida, que se prevé antes del verano, Wet Baes estrenará un cortometraje que tomará forma a partir de los videos musicales de cada canción. La historia se centrará en la evolución del astronauta y nos adentrará en un mundo neomedieval, con algunas alusiones estéticas y referencias pop, así como viajes inmersivos que surgirán por algunos temas completamente instrumentales, que nunca habían sido incluidos en su proyecto. 

“Hago lo que lo que la inspiración me dicta”, comparte. “Todo lo que siempre me ha hecho estar acá, tiene que ver con eso; con cosas que toman su tiempo y requieren detalles. A veces, es difícil avanzar y definir que algo representa tu nuevo sonido o tu nueva era, pero en este momento quiero estirar esta liga, hasta que llegue ese instante en el que me sienta lo suficientemente agotado como para saber que no puedo dar nada mejor”.

Para Andrés, Wet Baes lo es todo. La música lo hace y él hace a la música; su esencia va desde conceptos ficticios, hasta la representación de una energía. “Realmente puede ser cualquier cosa y me gustaría que lo fuera. Naturalmente cambia y no puedo meterlo en un personaje porque, para mí, es una identidad que existe; es parte de Andrés. Es un lado de mi que puede expresar cualquier cosa, se materializa en los conciertos como una falta de conciencia, casi como si fuera un sueño fugaz, pero también es una fuerza creativa, que me da un estado de flow cuando creo una rola. Es mi estado cotidiano”, puntualiza.

Además de sumarse como el acto de apertura de artistas como Mac DeMarco, Breakbot, Toro y Moi, Cuco, FKJ y Future Islands, Wet Baes es uno de los productores clave de nuestros tiempos, pues ha materializado el trabajo de artistas y bandas como Ruido Rosa, Hello Seahorse!, Girl Ultra, Noa Sainz, Ed Maverick, Zemmoa, CLUBZ y Absa G. “El año pasado, producir era solamente la habilidad que tenía para sentarme frente a las bocinas y hacer algo por la música. Siempre lo he visto como un acto de servicio que va a desarrollar un sonido, no solo grabarlo”, admite.

Cortesía Wet Baes

“Me gustaría que el estudio, que ha sido casa de tantas personas y generaciones, sea ese espacio en el que se desarrolla el sonido de cualquier artista. Me interesa crear un sonido nuevo y nunca quedarme en una zona de confort; muchos ganan el trofeo y olvidan lo importante. En estos tiempos, con tantos artistas y música, el diferenciador es relevante y, si tienes que ir con alguien que cumpla, además, la labor de un compositor, entonces estás viviendo la nueva estafa de la industria musical. Mi rol es llevar las ideas de los demás a las últimas consecuencias, aunque sean solo tres acordes, pero siempre entendiendo su universo”.

Wet Baes vislumbra su futuro dentro del estudio, pero también sobre los escenarios. Para este año, el músico ya prepara algunas fechas, tanto en solitario como en festivales, que englobarán un tour previo y posterior al lanzamiento de Andy. Esta serie de conciertos contarán con un nuevo concepto en vivo, así como una banda diferente y nuevas versiones de su discografía. Además, retomará el lanzamiento de nueva música con Los Milagro, un proyecto alterno junto a Daniel Quién.

“Los Milagro quieren sacar música nueva este año, pero es un poco más delicado porque aún necesitamos definir la disquera con la que vamos a asentar el proyecto. Batallamos un poco, pero tenemos el compromiso de sacar al menos dos EPs que tenemos listos desde hace años y lo haremos porque tenemos muchísima música nueva que nos enorgullece”, afirma.

Mientras Andy se revela con el paso de los meses, Wet Baes continuará desarrollando su proyecto – y el de más artistas –, quizás, con la mirada fija en el álbum que aún no ha imaginado. “No sé hasta dónde pueda considerar que ya no necesito explorar más. Si me lo preguntan, el barco en el que navega Wet Baes no está por encallar; siempre se siente lo que viene, y no solo los conceptos, sino también el sonido. Puede ser que en seis meses toda la música que haga sea completamente distinta y se dirija hacia otro lado. ¿Siempre tendré ese imaginario? ¿Pararemos algún día o seremos para la eternidad?”, se cuestiona a sí mismo.

Lo que es seguro, es que la música es y será el alma de Andrés. “No importa lo que pase con la industria, hacer música siempre será un lugar para divertirme y ser feliz, para encontrar lazos y ser súper libre con mis ideas, y dejaré que siempre lo sea. Así tenga 70 años, seguiré haciendo música y me bañaré con nuevos sonidos, independientemente de dónde caigan”, finaliza.

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