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El legado de Ruido Rosa

En su última entrevista con ROLLING STONE en Español, la banda mexicana honra el pasado, celebra el presente y vislumbra el futuro.

Por  KARLA LEÓN

noviembre 22, 2023

Cortesia Ruido Rosa

Hace 18 años, Ruido Rosa cambió las reglas de la escena musical mexicana. Alejandra Moreno, Alicia Zepeda, Carla Sariñana y Daniela Sánchez se unieron sobre los escenarios y, pronto, se convirtieron en referentes del rock nacional, lo que impulsó a toda una generación a tomar los instrumentos y comenzar su camino en la música. Hoy, luego de dos materiales discográficos, el cuarteto decide bajar el volumen y cerrar un ciclo.

La historia de Ruido Rosa solo se puede contar a través del significado de sus letras, el sonido clásico y fuerte que desarrollaron a lo largo de este tiempo, inspirado en algunas figuras como Led Zeppelin o The White Stripes; y su paso por los escenarios, del que se desprenden anécdotas tan memorables como ser el acto de apertura de KISS, Goo Goo Dolls y Queens of the Stone Age, o su participación en el Corona Capital y Vive Latino.

Cortesia Ruido Rosa

En julio de este año, la banda inició una nueva etapa con el lanzamiento de “Caos”, y un par de meses más tarde, con “Alerta”. Ambos sencillos evocan las vicisitudes, las contrariedades y la protesta que se vive en la llamada “jungla de concreto”; pero ante la promesa de nueva música, la banda anunció su despedida. “Cuando iniciamos, todo el mundo quiso una explicación o una razón de por qué hacíamos música, y simplemente fue porque así lo decidimos. Hoy, nos piden la misma explicación y la respuesta es la misma”, dice Ruido Rosa, en su última entrevista con Rolling Stone en Español.

En un par de horas, ofrecerán su último concierto en el Foro Indie Rocks! de la Ciudad de México. “Queremos tocar y que el público sienta las notas, las vibraciones de la música de una forma muy cruda y muy real, y que experimente con nosotras. Es un concierto que van a recordar”, aseguran. Con vida, movimiento, dolor, aspiraciones en el aire y mucho caos, las músicas honran el pasado, celebran su presente y vislumbran el futuro para decir: “Esto es lo que somos, esto es Ruido Rosa”.

¿Cuál es la lección más valiosa que se lleva Ruido Rosa después de 18 años de trayectoria?

Alejandra: Al ser una banda con 18 años de trayectoria, en esta ciudad y bajo este contexto, fue chistoso conocer las reacciones del público al anunciar que vamos a parar. Siento que todavía hay mucho que aprender sobre el camino de las bandas, principalmente, cómo se nutre un proyecto musical y la experiencia de crecer en un país en el que, de repente, se sienten muchas trabas.

Las personas dicen: “Bueno, pero no sacaron tanta música”, o “¿Por qué no sacaron más discos? ¿Qué estaban haciendo?”. La inversión que le pones a la banda y el amor que le das a tu música no es tan instantáneo o tan rápido. Hacer todo es muy cansado, no es fácil. El esfuerzo que le ponemos y que le pusimos todos estos años no es cualquier cosa, así que nos llevamos todo el trabajo que hicimos, las experiencias de los escenarios a los que llegamos por nuestros propios méritos – porque siempre fuimos independientes – , los artistas con los que colaboramos, y la satisfacción del lugar al que llegamos, una vez más, por nuestro mérito.

Cortesia Ruido Rosa

Daniela: Cuando empezamos Ruido Rosa, lo único que queríamos hacer era tocar, no planeamos nada. Muchas veces nos preguntaron qué se sentía ser una banda de mujeres en una industria de hombres. No creo que sepamos qué es ser un hombre que toca con sus amigos. Entre otras cosas, sí fue una casualidad y algo auténtico que en la banda hubiera una de pelo castaño, una rubia, una morena y una pelirroja.

Ahora, debemos recordar que las cosas se hacen porque te apasionan y porque quieres. Ruido Rosa llega a su fin porque nos dimos cuenta que estamos en el momento ideal para detenernos. A lo mejor, en algún momento podemos regresar y hacer otras cosas, pero hoy es el momento ideal para tomar un respiro y echarnos un poquito para atrás.

Al principio, todo mundo quiso una razón de por qué lo estábamos haciendo y simplemente fue porque así lo quisimos, porque nos gustaba y queríamos hacer música. Hoy, buscan la misma explicación y las razones siguen siendo las mismas. Nos reprochan por parar en un buen momento para las mujeres en la música, pero es lo que queremos y lo que sentimos. Al final, lo hacemos por la música y se debe entender que, al ser artista o músico, si no es real, auténtico, con pasión y entrega, no va a funcionar.

Alejandra: O funciona, pero no te hace feliz. Hay bandas que llevan años en la industria y no se hablan, pero siguen haciendo discos y conciertos.

Daniela: Ruido Rosa no funciona sin eso. Lo necesitamos, es nuestro motor.  

Alejandra: Nosotras apreciamos mucho más lo que tenemos entre nosotras y, como dice Dany, lo hacemos porque nos gusta y no por compromiso, o porque tenemos que vender algo.

Daniela: Ni porque somos mujeres, ni por el timing, no.

Cortesia Ruido Rosa

Bajo cualquier circunstancia, Ruido Rosa siempre ha estado presente.

Alejandra: Sí, y la gente que lleva con nosotras todos estos años lo sabe. Siempre agradecemos muchísimo el seguimiento que le han dado al proyecto, porque son personas que conocemos, que saben lo que hemos dado, que han experimentado con nosotras las nuevas direcciones artísticas y personales que tomamos. Más bien, se trata de personas externas que cuestionan cosas que, sentimos, no son importantes.

Daniela: Al final, creo que establecimos una relación muy fuerte con el público. A veces, puedes ser muy egoísta al tratar de ignorar lo que está pasando afuera, pero con el tiempo se crean lazos fuertes y se forma una relación de dos partes. Si una parte siente que se debe apagar un poco, es posible que no funcione si se continúa.

¿En qué momento, Ruido Rosa entendió que necesitaba bajar el volumen?

Daniela: No lo sé, creo que aún no lo entendemos todavía. Como bien lo describes, se baja el volumen. Es el último show de Ruido Rosa, pero no estamos peleadas, estamos aquí, seguimos jóvenes.

Alejandra: Muy jóvenes, – ríe –.

Daniela: En 20 años, algo más podría pasar. En general, la vida, incluso si la ves desde un aspecto social o político, se trata de ciclos. Las tendencias suben y bajan. A lo mejor, ahorita estamos bajando el volumen y es tiempo de hacer una pausa, pero realmente no sabemos cuál fue el momento exacto y creo que es muy difícil saberlo. Quizás, alguien externo podría percibirlo mucho mejor que nosotras, porque el mindset interno de Ruido Rosa contrasta mucho con lo que ve la gente.

Con el lanzamiento de “Caos” y “Alerta”, anunciaron una nueva etapa para la banda, pero también, una serie de canciones que trabajaron durante la pandemia con Wet Baes. ¿Este material sigue en pie?

Alejandra: Por ahora, se quedará solamente en estos dos sencillos; aún estamos revisando qué va a pasar con algunas maquetas. Veníamos con un nuevo vuelo para sacar las canciones, pero se tomó la decisión de tomar esta pausa, así que solo queremos mostrar estos tracks porque sentimos que tienen mucho sentimiento y reflejan muy bien todas las cosas que quisimos decir durante todo este tiempo y el sonido que queríamos sacar. Es como un buen bocado de algo nuevo de Ruido Rosa, pero se queda ahí.

Cortesia Ruido Rosa

Entiendo que para Ruido Rosa el proceso de cada producción es diferente, específicamente, han mencionado que toma tiempo y dedicación darle forma a un álbum o sencillo porque, de alguna manera, representa el momento que viven como banda y lo que las conecta. ¿Qué las llevó a hablar sobre el caos?

Alejandra: Tratamos de plasmar el sentimiento de vivir en una ciudad. Después de la pandemia, las calles se sentían con una vibra extraña, pero de alguna manera tuvimos que regresar a “la vida real”. En una onda más personal, también es entender que no siempre te puedes agarrar de las cosas y que todo está sucediendo al mismo tiempo; percibir que todo lo que está “en orden” realmente no lo está. Ese sentimiento nace desde un lugar más práctico y más real.

Hablamos sobre tratar de llegar a un lado y que se te atraviesen los coches; planear tu día y encontrarte con una marcha. Evoca todo lo que significa vivir en estos espacios. Al mismo tiempo, exploramos la parte del caos en la vida diaria, porque puedes tener algo resuelto y, de repente, las cosas cambian.

Me gustaría hablar sobre “Alerta”, porque me parece que es un himno de protesta y resistencia que se aleja de la solemnidad, para hablar desde la fuerza, el poder, e incluso, la rabia. ¿Cómo nace este tema?

Alejandra: En el aspecto lírico, “Alerta” ha sido una de las canciones más complicadas. No queríamos que sonara mucho a un cliché o abordar el tema de una manera incorrecta, pero habla del sentimiento de varias cosas. Uno de los temas sí es el feminismo y, de manera personal, reflejamos esa impresión de salir a las calles. En ocasiones, pensamos que las cosas han cambiado, pero al final todavía no estamos, sentimos miedo de ocupar las calles, nos sentimos vulnerables.

Ahora, con el tema del magistrade, como que está cañón saber que solo podemos sentir seguridad en nuestros círculos o núcleos chiquitos, porque, en la vida real, todavía falta mucho por avanzar. De repente, creemos que si posteamos algo en Instagram ya estamos haciendo algo, pero para mí eso es muy flojo. Falta mucho por hacer, tenemos que seguir en pie de lucha y no solamente con respecto a los temas personales; están pasando muchas cosas en el mundo y es cuestión de despertar, mantenernos alertas como personas y comunidad, y apostar por el cambio. La ciudad es un lugar que nos inspira mucho, y “Caos” y “Alerta” son, incluso, hasta el reflejo de la vida de una banda en la ciudad.

Cortesia Ruido Rosa

Daniela: Pienso que la semilla de todo es la maduración que hemos tenido como banda. Cuando las trabajamos decidimos agarrar las canciones de una manera más sencilla, para que fueran directas y poderosas, y que, incluso, a pesar de no tener una letra, se sintiera eso dentro de las canciones. Ahora que estamos ensayando, y va a tocar con nosotras Ana Rizo, nos decía: “¿Y qué se hace en el coro? Solo son tres notas” Está súper sencillo, pero la canción se siente fuerte, amarrada y, obviamente, va acompañada de todo lo que narra Ale.

Alejandra: Llegamos a un punto en el que dijimos: “Este es el sonido que tenemos y que queremos sacar”. Siento que es muy difícil decir que el sonido ya está definido, porque lleva años, pero ahora sabemos qué funciona para nosotras. Lo más importante siempre ha sido tocar en vivo, y ya sabemos cómo y qué nos gusta tocar sobre los escenarios. Hoy, contamos las historias que nos interesan y tocamos la música con la que podemos decir: “A eso suena Ruido Rosa”.

Ahora que están ensayando, ¿les generó algún tipo de presión creativa el saber que este sería su último show como banda?

Daniela: Sí, la verdad es que siempre. Estamos haciendo un set muy diferente, más organizado y con algunos momentos especiales. Por ahí habrá un medley de canciones que no hemos tocado, fácil, en 10 años. Obviamente, queremos que sea especial y diferente. Los que han ido a nuestros últimos conciertos, durante los últimos siete o cinco años, y piensan que ya lo han visto todo, no lo han hecho. Invitamos a algunos músicos para que se suban a cantar una que otra canción por ahí. Ahora que lo pienso, sí tenemos esa presión, pero es más bien porque queremos hacerlo por nosotras.

Alejandra: Es como decir: “Esto es lo que somos, esto es Ruido Rosa”. Sin querérnosla volar, va a ser especial. Todo está dentro de los parámetros de lo que es un show para Ruido Rosa. Tampoco vamos a empezar a hacer algo nuevo, pero sí cambia en varios sentidos.

Cortesia Ruido Rosa

Daniela: Creativo no, pero musicalmente un poquito, para darle una fuerza distinta al show. No se va a cambiar sola la escenografía – bromea –.

Alejandra: Y ahora hay bailarines – ríe –. No, para nada. Solo es mantener la esencia de la banda. Lo que absorben es lo que siempre les hemos querido dar, pero ahora será de una manera distinta por obvias razones. Queremos tocar y que la gente sienta las notas, las vibraciones de la música de una manera muy cruda y muy real, y que experimente eso con nosotras. Vamos a tocar cosas viejas y nuevas; es un concierto que van a recordar.

Daniela: Y también nosotras lo queremos disfrutar, queremos que sea algo cómodo.

Alejandra: No vamos a meter complicaciones como nuevos arreglos, pero la gente lo va a disfrutar y nosotras también, porque si no, lo van a percibir. Hay veces en las que nos equivocamos, pero como la estamos pasando tan bien, no se dan cuenta. Vamos a darles mucho, pero también a nosotras mismas.  

Daniela: Este sí puede ser para nosotras.

Ruido Rosa consolida su alineación actual en 2012, ¿recuerdan la primera vez subieron juntas a un escenario?

Alejandra: ¿Con Alice? Creo que ella sí recuerda la fecha. Antes, tuvimos varias experiencias en escenarios un poquito grandes, porque tocábamos muchísimo en fiestas, bares y ya traíamos mucho el callo de escenario. Lo que sí recuerdo del momento en el que se sumó Alice, es que se generó una sensación de muchísima seguridad. Ella toca como un metrónomo, y recuerdo perfectamente que sentimos una satisfacción enorme.

Daniela: Estábamos en ese break donde no teníamos baterista y con Alice completamos una banda de puras mujeres. De hecho, años atrás lo platicamos con algunos amigos músicos, que tienen carreras mucho más grandes que las nuestras y nos decían: “Está cañón que no se han peleado y siguen siendo amigas”. Con Alice pasa que ya ni dices nada, solo nos volteamos a ver y hacemos click. Tenemos mucha suerte de ser nosotras cuatro.

Cortesia Ruido Rosa

Alejandra: Claro, esa sensación como a las dos o tres rolas; y es muy importante, si la base no suena bien, todo se cae. Desde que iniciamos fuimos escalando, primero en concursos de bandas y todo fue muy orgánico, pero con Alice tuvimos las cosas más claras. Como artistas, luego cachas en los escenarios a bandas que solo se suben a tocar, y ocultan muy bien que se ignoran.

Daniela: Y se vale, porque al final es una actuación frente al escenario. Con Ruido Rosa no se puede hacer eso.

Alejandra: Tal vez ahí está la diferencia, porque lo hemos hecho desde muy chavitas. Sabemos que la amistad está de un lado y la banda del otro, y siempre ha sido así.

Daniela: No hay Ruido Rosa sin ninguna de nosotras.

¿En qué momento entendieron que Ruido Rosa se había convertido en un fenómeno?

Daniela: Creo que todavía no lo sentimos.

Alejandra: Solo, cuando de repente hablamos con alguien más, desde un aspecto un poco más personal, o con artistas cercanos a nosotras. Nos pasó con Girl Ultra, que nos dijo que escuchaba nuestra música en la prepa, o con Kokó Cecé. Me gusta que hay artistas que nos ven como un referente, y claro, no lo piensas, pero hubo personas que compraron nuestro disco, lo escucharon y ahora también son artistas y hacen cosas muy interesantes. Hay algo de Ruido Rosa que se queda como referente para el mundo y eso es un logro como artista.

Daniela: Pasó que, de pronto, preguntaban el nombre de la banda, decías Ruido Rosa, y ya sabían quiénes éramos. Eso también marcó un antes y un después para nosotras, porque nos dio seguridad para los conciertos; sabíamos que la gente iba a llegar, que íbamos a llenar y que sí había personas que nos querían ver.

Alejandra: Y todo sucedió con el crecimiento de la banda. De repente, ya teníamos un club de fans y experimentar ese tipo de cosas es muy extraño. Personalmente, creo que los momentos que me hicieron entender que todo valía la pena fueron aquellos en los que la gente se acercaba y nos decía que cierta rola había cambiado su vida o los había sacado de una depresión. Qué chingón que yo también le pueda dar a alguien más lo que la música ha hecho por mí. No llenamos un Estadio Azteca, pero ayudamos a una persona y, para mí, esa es la grandeza de la música.

Hay muchos artistas que nosotras mismas escuchamos y, quizás, son “chiquitos”, pero significan un montón. Se trata de lo que puedes dar como músico, de lo que puedes aspirar a ser. A lo mejor, la aspiración de alguien es tocar en Wembley, y está bien, pero cuando alguien te dice que la letra, la música o el disco cambiaron un aspecto de su vida, eso se queda para siempre.

No es un secreto que ustedes marcaron un antes y un después para las músicas, principalmente, de la escena mexicana, e incentivaron que muchas de ellas tomaran los instrumentos, ¿en algún momento han meditado lo que en conjunto han hecho por la música?

Daniela: Me cuesta entenderlo. Es difícil entender que muchas niñas agarraron la guitarra porque nos vieron tocar. Para mí, estar activa en la banda, tocar, tener entrevistas y demás me hace sentir una conexión real entre nosotras y el público. Personas como tú nos preguntan esto y hasta me dan ganas de llorar. Hicimos algo que no fue planeado, ¿cómo me entero? No lo sé, me estoy enterando ahorita.

Alejandra: El otro día me escribió una amiga y me contó que la hija de una conocida quería ir al show porque le encanta Ruido Rosa y empezó a tocar la batería por nosotras. Yo encantada porque, claro, para nosotras también fue así: alguien nos inspiró, alguien que vimos en un escenario lo cambió todo. Ser ese referente es lo máximo.

Daniela: El mundo ya no es solo Ruido Rosa, es mucho más abierto. En las redes encuentras niñas muy talentosas y no se cuestiona, pero quizá es algo que no vemos porque ya estamos empapadas de eso. La última vez que fui a Acapulco, una niña llegó corriendo a saludarme. Eso no pasa, a mí no me pasa que la gente me para en la calle para saludarme, y estas experiencias son increíbles.

¿Qué le faltó hacer a Ruido Rosa?

Daniela: Creo que más bien nos faltó seguridad. La música es muy insegura, nunca sabes qué va a pasar; puedes estar subiendo, ir muy bien, y de repente llega una pandemia y te tira. Levantarte es muy difícil.

Alejandra: Me da risa que muchas personas, a las que se les hizo la invitación al Foro Indie Rocks!, entre ellos medios y bandas, se preguntan por qué cerramos este ciclo, y es como: ¡Porque todo este tiempo lo hemos hecho solas! Nos cuestionan, nos dicen que podemos seguir y no saben lo cansado que es estar en esta industria, sin nadie que esté ahí apoyándote.

Daniela: Más bien es soledad, eso fue, tienes toda la razón.

Alejandra: Es que nadie está aquí, nadie nos está apoyando.

Daniela: Sí, es nomás esa ayuda o ese empujoncito de alguien más que estuviera con nosotras para decirnos: “Van por buen camino, yo las apoyo, hagamos esto”. Siempre, en todas nuestras etapas, con todos los sencillos y los tours, sentimos que nunca hubo nadie que quisiera ser parte de esto. La cabeza del músico está en 20 mil cosas; es hablar con los promotores, checar la salida del sencillo y, luego, grabar un video para promocionar y más cosas. Después, piensas con qué dinero lo vas a lograr; hay que mandar a hacer discos, la merch, hacer nueva música, experimentar con otros sonidos. Está bien difícil.

Alejandra: Ver los comentarios de los medios: “¿Cómo? Si tienen palancas”, “Nomás no sacaban música”. No funciona así, ojalá que hubiéramos tenido palancas. ¿Dónde estuvieron esas palancas todos estos años? De repente, te medio encuentras con una disquera que no te apoya absolutamente para nada, que te dejan ir sin cuestionarte. Nosotras siempre hemos creído en nosotras, hicimos todo solas y es lo que la gente no ve.

Por mucho tiempo, nos dijeron que éramos un producto, casi casi que nos armaron. Vemos a muchos artistas que tienen la suerte y el privilegio de que su única chamba solo sea crear. Qué paz y qué bueno, porque eso es lo que debería de hacer un artista, pero cuando también tienes que hablar con los abogados, checar si registraron las canciones, revisar si vas a hacer las fotos y el video, si te van a prestar la ropa, es decir, cuando tienes que ser tu propio equipo de trabajo, te desgastas.

Nos hizo falta una industria que nos abriera las puertas de verdad. Nos tocó verlo en el camino, y no solamente a nosotras, también a otras bandas. Hay mucho compadrazgo; los promotores y las personas de las disqueras meten a la misma gente, y luego nos preguntamos por qué los carteles en los festivales siguen siendo los mismos. Los festivales se comieron a los lugares chiquitos, si no estás con la disquera correcta y con la gente correcta, quizás tu banda no va a avanzar en un año, mínimo. Las redes sociales mueven la industria y las disqueras mueven las redes sociales. La falta de apoyo de un equipo de trabajo formal fue lo que nos desgastó un poco.

¿Cuál es el acto más ruidoso o revolucionario que deja la banda? ¿Cuál es su legado?

Daniela: Quiero pensar que algo que vamos a dejar es que a las mujeres de la industria ya no se les pregunte cómo se siente ser una mujer en la música, o qué se siente tocar en una industria llena de hombres. Espero que desaparezca esa pregunta, porque nos la han hecho muchas veces y yo no sé qué se siente ser hombre, siempre he sido mujer y solo toco con mis amigas y ya.  

Alejandra: Para mí, creo que es algo más sencillo: solamente existir. El hecho de que exista Ruido Rosa, por tantos años, y que hayamos sido necias en los escenarios por tanto tiempo, es lo mejor que pudimos haber dado.

¿Qué escenarios les faltó pisar?

Daniela: En el mundo todos, porque en México sí tuvimos muchas suerte. A lo mejor, faltó el escenario principal del Vive Latino. Hasta tuvimos Corona Capital, así de panzazo. 

Alejandra: Exacto, porque ya no ponen artistas nacionales, al parecer, la industria nacional no es importante. Los pasos que dimos nos llevaron a lugares increíbles. Nos quedamos con las personas que pudieron escucharnos y apreciar nuestra música.

¿El futuro es femenino?

Alejandra: Totalmente. Presente y futuro. Ahí vamos, todavía estamos muy bajitos en números, pero cada vez somos más. Veo a las artistas con más ganas de hacer las cosas, con más ímpetu, y lo van a hacer.

Daniela: Sí, cien por ciento. Ya no lo debemos cuestionar, hoy es una realidad.  

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