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La redención de Farruko

La estrella puertorriqueña se sincera sobre por qué cambió ‘Pepas’ y la fiesta por un nuevo capítulo espiritual

Por  JULYSSA LÓPEZ

octubre 6, 2022

GABRIELLA N. BÁEZ para Rolling Stone

A la mitad del set de Farruko, el escenario del FTX Arena de Miami se convirtió en un púlpito. En una noche de febrero, el artista puertorriqueño estaba parado ante casi 20,000 personas, con luces intermitentes y explosiones de humo resonando detrás de él. Los fanáticos gritaban mientras cantaba sus mayores éxitos, como el himno de 2021, ‘La Tóxica’.

En un momento central, Farruko habló a la audiencia y dijo que se había esforzado por convertirse en un hombre diferente. Algunos creyeron ver lágrimas en sus ojos. Luego, el estruendoso ritmo de EDM y guaracha de ‘Pepas’ comenzó a resonar en el coliseo. La canción es una oda al desenfreno, y el más grande éxito de Farruko, habiendo alcanzado el Número Uno en la lista de canciones electrónicas/de baile en Billboard durante 2021. Los asistentes al concierto cantaban el coro como una tribu: “Pepa’ y agua pa’ la seca / To’ el mundo en pastilla’ en la discoteca”. Pero Farruko evitó esos versos. En su lugar, abandonó brevemente el escenario, y cuando volvió estaba totalmente vestido de negro. Se lanzó a un sermón de 15 minutos, disculpándose por el mensaje en ‘Pepas’, y anunciando su devoción a la palabra de Dios.

Una cruz púrpura iluminó una pantalla gigante detrás de él, e interpretó dos emotivas canciones cristianas, un gran contraste con el comienzo del espectáculo, y con mucho de lo que Farruko había representado en el pasado. En las redes sociales, el momento sería exageradamente distorsionado; la gente afirmaba incorrectamente que se había negado a tocar y había predicado a una multitud mientras lloraba durante dos horas. Algunos se desanimaron por el giro religioso; otros señalaron que se trataba de un truco publicitario. Pero la verdad es que esa noche fue la culminación de algo que se agitaba dentro de él, un llamado superior que lo instaba a transformar toda su vida y a comenzar un nuevo capítulo en su carrera. ¿Qué fue exactamente lo que ocurrió?

Tres meses después, Farruko está sentado en un sofá en las elegantes oficinas de su sello Carbon Fiber Music en Miami. Lleva pantalones cortos blancos y una gorra blanca que enfatizan algo que se olvida en medio de los titulares y los chismes sobre su transformación: solo tiene 31 años. Usa barba, anteojos, y está tatuado en sus brazos; no es un fanático furioso que golpea la Biblia, como algunas personas han hecho creer. En cambio, es reservado y pensativo, todavía procesa esta nueva fase de su carrera y lo que sucedió esa noche.

“Cuando llegué a ‘Pepas’, sentí esta sacudida en mi conciencia”, dice. “Como había estado pasando por este descubrimiento en mi vida y este proceso de curación, exploté. Dije: ‘Lo siento por esta canción, que se encuentra entre las más conocidas del mundo… No estoy orgulloso de ella, pero voy a cantarla porque ustedes pagaron un boleto’”.

GABRIELLA N. BÁEZ para Rolling Stone

Se sintió obligado a hablar sobre Dios y sus sentimientos más profundos en ese escenario, aunque entiende la dinámica que llevó a que toda la situación explotara: “Fue este gran choque para algunas personas”. Probablemente también fue una sorpresa porque Farruko es, después de todo, uno de los nombres más importantes en la música latina, alguien que ha capturado el lado fiestero de lo urbano. Creció en Bayamón, Puerto Rico, y comenzó a presentarse en fiestas de barrio, graduaciones y en cualquier lugar que lo recibiera cuando solo tenía 15 años. Con el tiempo, se destacó por su capacidad para identificar sonidos y tendencias: se adelantó a la ola del trap latino con TrapXFicante de 2017, que incluía ‘Krippy Kush’ (una canción que ayudó a despegar a Bad Bunny), y predijo la evolución del dancehall urbano con Gangalee de 2019.

Pero fue ‘Pepas’ la que lo impulsó a un nuevo nivel de popularidad. Dice que vivió mucho tiempo de forma temeraria, dando rienda suelta a sus peores impulsos, y la fama intensificó todo. “¿Has visto esas películas donde un vampiro te muerde?”, pregunta. “Te conviertes en un vampiro y luego solo tienes sed de sangre, sangre, y sangre. Así es la fama. Te da un hambre insaciable de ego y vanidad”. Sus vicios, dice, eran la marihuana y las mujeres. “Tuve sexo sin control. Yo no amaba a nadie. No me amaba a mí mismo. No veía a sus hijos con frecuencia, tiene siete, y a menudo prefería las fiestas a su familia.

En su concierto, Farruko se disculpó personalmente. “Destruí a mi primera familia”, dijo desde el escenario. “Lastimé a una mujer que me amaba tal como yo era”. Hubo un momento en el que se dio cuenta de que necesitaba cambiar, pero no entrará en demasiados detalles. Solo dice que sintió tener un encuentro directo con Dios. “Fue lo más poderoso que me ha pasado” es todo lo que comenta. “Dije: ‘No voy a volver a la Tierra’”.

La religión siempre ha sido determinante en la música latina, y ha transformado varias carreras de reggae, reggaeton y música urbana. Después de alcanzar el éxito internacional con éxitos que definieron una era, el artista panameño El General se retiró de la música en 2004 y se volvió Testigo de Jehová. Expresó un profundo pesar por el trasfondo sexual y fiestero de su catálogo, refiriéndose a sus éxitos como “trofeos del diablo”.

El pionero del rap en español Vico C se convirtió en cristiano evangélico después de que un accidente casi fatal en motocicleta lo llevara a la adicción a la morfina y la heroína; el artista de reggaetón de la vieja escuela Julio Voltio comenzó a dirigir un programa de radio cristiano con su contemporáneo Héctor “El Father”, después de que ambos se alejaron del género.

Pero mientras muchos han dejado la música, incapaces de equilibrar los excesos del negocio con sus creencias, el plan de Farruko es diferente. Está seguro de que puede difundir un mensaje de espiritualidad, y al mismo tiempo hacer grandes himnos para la fiesta que lleguen a la cima de las listas; quiere preservar el éxito de ‘Pepas’ en un terreno más sagrado. Fue así como tomó forma ‘Nazareno’, tema que lanzó en mayo. Al igual que ‘Pepas’, se inspira en la EDM; la letra, sin embargo, aborda directamente el lado oscuro de la fama. “Te rodea la envidia y también la hipocresía / Tienes to’ los ojos puestos encima”, canta. Otras canciones recientes que muestran su nuevo énfasis en la espiritualidad incluyen ‘Luz’, una colaboración liderada por Akim, artista de Carbon Fiber, que habla sobre mantener una actitud positiva, incluso en los momentos más duros.

GABRIELLA N. BÁEZ para Rolling Stone

Sin embargo, Farruko admite que no todo el mundo ha apoyado su nueva música, incluso aquellos a los que firmó con el sello; “Ha afectado las cosas porque no todos tienen mis creencias”, dice. “No necesariamente quieren seguir el mismo camino que yo”.

Independientemente de lo que la gente piense de su plan, él está en paz consigo mismo. “En mi familia, las cosas son mucho mejores”, explica. “Mi relación con mis hijos, mis padres; en el amor todavía estoy trabajando para eso. Pero lo más importante, con mis hijos, mis padres, mis hermanos, es mucho más saludable”.

Finalmente, lo que quiere es demostrarle a la gente que puede lograrlo con la música; “Siempre me pone nervioso, pero ese es el desafío”, dice. “Es lo que amo, la magia desconocida que hay en todo esto”.

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