Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Korn se reconcilia consigo mismo en Requiem

Con 30 años de carrera musical, la agrupación californiana ha publicado uno de sus discos más limpios, sinceros y contundentes de los últimos años

Por  MARTÍN TORO

Cortesía Korn

Korn

Requiem

Korn le da la bienvenida a la década de los 20 con su decimocuarto trabajo de estudio, quizá uno de sus álbumes más fuertes y bien logrados que la banda originaria de California haya publicado en los últimos años. Lejos de tener relleno, Korn propone una aproximación moderna al sonido clásico que tanto definió a la agrupación, en sus comienzos y a lo largo de su carrera, sin perder su identidad. Por el contrario, los nueve tracks que componen el disco son pesados sin ser empalagosos, y lo suficientemente melódicos como para experimentar con otros estilos. 

El dolor y el sufrimiento propio son las temáticas principales de Requiem. Jonathan Davis presenta su contenido lírico más honesto y reflexivo que haya publicado hasta el momento, esta vez sin rabia en su corazón pero con muchas preguntas existenciales, a diferencia de como quedaron plasmadas las letras en su álbum de 2019, The Nothing, el cual escribió luego de pasar por varias tragedias. 

El disco abre conForgotten’, donde las guitarras eléctricas distorsionadas y desgarradoras sirven como cama para una combinación perfecta entre armonías vocales muy bien logradas y voces guturales. ‘Let The Dark Do The Rest’, es una de las joyas que tiene este disco por ser descubiertas, Davis recuerda miedos y ansiedades del pasado mientras la música se convierte en un viaje entre riffs y guitarras reverberantes que terminan con uno de los coros más poderosos de todo Requiem. “Had a hell of a time/I’m suffering in/Thought my life was a mess/And I will never forget it haunting it/Let the dark do the rest”, [Pasé por un tiempo infernal/estoy sufriendo en/Pensé que mi vida era un desastre/Y nunca lo olvidaré persiguiéndolo/Deja que la oscuridad haga el resto”, canta. 

‘Disconnect’ se encarga de ser la bisagra del álbum, un himno al infinito poder del ego y la dualidad entre el bien y el mal, una canción donde el clásico sonido de Korn con el que estamos familiarizados se junta con ganchos y coros que algunos podrían considerar bastante pop, pero de esto se trata la innovación y parece que Korn está mirando en la dirección correcta. La agrupación coquetea con el hardcore en ‘Hopeless and Beaten’ y se encarga de cerrar el disco con broche de oro con ‘Worst Is On It’s Way’, donde la banda le da en la vena del gusto al sonido que buscan sus fans más acérrimos. (Sí, hay una sección con el mítico scat de Davis). 

Para la creación de Requiem, Korn buscó al productor Chris Collier quien se encargó de terminar de darle los toques finales al álbum con excelentes arreglos musicales y nuevas paletas de sonidos con las que la banda pudo experimentar con el tiempo extra que tenían durante la cuarentena. Otro de los aspectos importantes es que Korn pudo permitirse grabar en cinta, como se hacía en épocas pasadas, otorgándole una textura nueva y cálida al sonido del disco. 

Requiem es un disco balanceado que propone nuevas perspectivas sin dejar atrás la esencia que tanto los identifica. Vemos a un Korn con los ojos bien puestos en el camino y seguro de cada nota y palabra que se pone. Es una colección de canciones limpia, contundente y accesible que dejará contentos a los viejos fans y a los oídos frescos de las nuevas generaciones. Sin lugar a dudas, Requiem será uno de los discos de metal que más bocas dejará abiertas en 2022.