Ian McDonald, multinstrumentista y compositor, mejor conocido por ser cofundador de King Crimson y Foreigner, murió el miércoles a la edad de 75 años. Un representante de McDonald confirmó la muerte del músico y agregó que “falleció en paz el 9 de febrero de 2022 en su casa en la ciudad de Nueva York, rodeado de su familia”. Su hijo informó en Facebook que la causa fue el cáncer.
McDonald era conocido como uno de los arquitectos clave del rock progresivo, tocando tanto el saxofón como los teclados en King Crimson y coescribiendo su icónico debut de 1969, In the Court of the Crimson King. La pista de apertura del disco, ’21st Century Schizoid Man’, incluía el salvaje solo de saxofón de McDonald, que interpretó el mismo año en un famoso concierto en el Hyde Park de Londres. Dejó King Crimson antes de que terminara el año y pasó a un proyecto con el baterista de Crimson, Michael Giles. También aparecería como músico de sesión en el clásico de King Crimson de 1975, Red.
“La contribución de Ian a King Crimson fue invaluable y profunda”, decía un comunicado en el sitio web de Discipline Global Mobile, el sello discográfico de King Crimson.
Más tarde, McDonald cofundó el grupo de rock Foreigner con el guitarrista Mick Jones, tocando varios instrumentos y cantando en sus primeros tres LP, todos los cuales llegaron al Top 10.
McDonald también actuó como saxofonista de sesión en el álbum clásico de 1971 de T. Rex, Electric Warrior, y luego se reunió con parte de la formación original de Crimson como miembro de 21st Century Schizoid Band. Su último gran proyecto fue la banda de rock Honey West.
Ian McDonald nació en Osterley, Middlesex, en Inglaterra, en 1946. Sirvió durante cinco años en el ejército británico, tocando en una banda de jazz. Colaboró con el grupo Giles, Giles & Fripp, un proyecto inicial con los cofundadores de Crimson, Robert Fripp y Michael Giles, que plantó las semillas de King Crimson. Su sensibilidad jazzística fue clave para el sonido inicial de King Crimson. Una pieza que escribió para la banda del ejército llamada ‘Three Score and Four’ se convertiría en la sección media de ’21st Century Schizoid Man’.
“Estaba muy metido en cosas como Stan Kenton y este tipo de grandes bandas en ese momento”, dijo McDonald a ROLLING STONE en 2019 . “Todavía estaba en el ejército. Escribí esta pieza llamada ‘Three Score and Four’, y la pusimos en ‘Schizoid Man’ allí. Toda esa sección es mía que tomé de esa partitura que había escrito”.
También ayudó a completar el riff de apertura icónico de la canción. Un día, en el espacio de ensayo de la banda en el sótano del Fulham Palace Café de Londres, el cantante y bajista Greg Lake tocó la primera mitad y McDonald agregó el resto. “Greg salió con esta línea de seis notas en la sala de ensayo”, recordó. “Tan pronto como tocó eso, fui al Mellotron y dije ‘daaah-daaah-dah’, el avance cromático que le sigue”.
King Crimson comenzó a actuar en Londres en la primavera de 1969 e inmediatamente desarrolló una reputación como una banda temible y muy original. “Realmente no habíamos escuchado nada igual”, dijo el exguitarrista de Genesis, Steve Hackett, a ROLLING STONE sobre ver a Crimson en vivo en esos primeros días. “Tenías ese tipo de sensibilidad de free-jazz, pero estaba hecho con sensibilidad de rock. Y tenías la guitarra hermanada con el saxo todo el tiempo, por lo que era un enfoque muy angular. Lo más interesante fue la precisión de la pieza”.
El solo de saxofón de McDonald causó una gran impresión en el concierto de Hyde Park. “El punto culminante de ese concierto fue que toda la audiencia se puso de pie como una sola y vitoreó el solo de Ian McDonald durante ‘Schizoid’”, dijo el roadie de Crimson, Richard “Vick” Vickers, al biógrafo de la banda, Sid Smith. “Recuerdo que se me erizó el vello de la nuca cuando se elevó el rugido de esta enorme multitud”.
‘Schizoid Man’ se convirtió en lo más destacado de In the Court of the Crimson King, que también contó con pistas más melancólicas como ‘Epitaph’ y ‘The Court of the Crimson King’ que destacaron la habilidad de McDonald en otros instrumentos, incluidos el Mellotron, la flauta y otros.
La banda se embarcó en una exitosa gira a fines de 1969, perfeccionando un espectáculo en vivo atrevido e impulsado por la improvisación. Pero McDonald y el baterista Michael Giles rápidamente decidieron separarse de la banda. “Probablemente no era lo suficientemente maduro emocionalmente para manejarlo y tomé la decisión bastante precipitada de irme sin consultar a nadie”, le dijo McDonald a Sid Smith. Se le puede ver brevemente en un tráiler del próximo documental de King Crimson In the Court of the Crimson King, llorando y disculpándose con Fripp por “romperle el corazón” con la partida.
Después de su etapa original en Crimson, McDonald hizo un álbum a dúo con Giles y pasó un tiempo como músico de sesión, agregando saxofón a la icónica ‘Get It On’ de T. Rex, así como dos pistas de la obra maestra posterior de King Crimson, Red . Luego aportó sus habilidades multinstrumentales a la banda británico-estadounidense Foreigner, que fundó con el guitarrista Mick Jones y el cantante Lou Gramm en Nueva York en 1976. McDonald tocó en todos los primeros éxitos más importantes de la banda. También coprodujo los primeros tres álbumes del grupo, Foreigner de 1977, Double Vision de 1978 y Head Games de 1979 .
McDonald volvería a las órbitas de King Crimson y Foreigner en años posteriores. En 2002, se reunió con su excompañero de banda de Crimson, Michael Giles, en la 21st Century Schizoid Band, que tocó el repertorio original de Crimson. También apareció en vivo con Foreigner del 2017 al 2019.
McDonald también trabajó en varias ocasiones con los pilares del progresivo, Steve Hackett y John Wetton, el cantante de Stories Ian Lloyd y Judy Dyble de Fairport Convention. Cofundó Honey West con el guitarrista y vocalista Ted Zurkowski, y la banda lanzó su debut, Bad Old World, en 2017.
En años posteriores, McDonald permaneció especialmente orgulloso de su papel en la alineación original de King Crimson. “Éramos una buena banda, ¿qué puedo decir?”, le dijo a ROLLING STONE en 2019. “Era música realmente interesante y los shows en vivo fueron muy divertidos. Las improvisaciones, simplemente salíamos en lugares realmente extraños y nos apoyábamos mutuamente… Confiábamos el uno en el otro”.
