Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Hablemos de Sound of Freedom

¿De qué va la polémica que ha envuelto al nuevo filme de Alejandro Monteverde?

Por  ROLLING STONE

septiembre 4, 2023

Angel Studios

Una cazatalentos de modelos convence a un padre de familia de llevar a su hija y a su hijo a un casting. Al llegar el día, no se aceptan adultos en el set y en cuestión de horas, los niños y niñas que habían sido “convocados” para las pruebas son raptados por una organización criminal. Seguido a una secuencia de videos de raptos de menores en la calle, se presenta al protagonista de esta historia, Tim Ballard, aquí interpretado por Jim Caveziel.

Así comienza Sound of Freedom, la película dirigida por Alejandro Monteverde y producida por Eduardo Verástegui que ha generado opiniones divididas tras su estreno en Estados Unidos en julio pasado. En gran parte, la promoción de la cinta se ha construido a partir del hecho de estar basada en un caso de la vida real en el que Ballard, un exagente del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS), participó en una operación policial en Colombia cuyo objetivo era desmantelar una red de trata de personas.

Te puede interesar: El 80% de las víctimas de trata en Latinoamérica son mujeres y niñas

Dejando de lado aspectos como la calidad de las actuaciones, la coherencia de su argumento y otros detalles más técnicos, la gran mayoría de las críticas que ha recibido el largometraje va más allá de lo que se ve en la pantalla, pero partamos desde el inicio.

El proyecto comenzó a gestarse hace casi ocho años, cuando Monteverde trabajaba en un guion para una cinta que abordara la problemática de la explotación de niños, niñas y adolescentes. En un principio, la historia iba a ser creada completamente desde la ficción, pero cuando el cineasta conoció a Ballard a través de Verástegui, los planes tomaron otro rumbo, pues las experiencias del estadounidense le parecieron más llamativas. 

A partir de entonces, el relato contaría con elementos reales y ficticios con el fin de acomodar las vivencias de Ballard a una pieza audiovisual de un poco más de hora y media. “Un 70-75% es exactamente como pasó y un 25% es como cualquier biopic”, afirma Monteverde en entrevista con Rolling Stone en Español. “Fue licencia creativa sin perder la esencia. Un biopic es dramatizar elementos para poder revelar una verdad”.

Entre la construcción del guion, el rodaje y la posproducción, Sound of Freedom estuvo lista para salir en 2018 a través 20th Century Fox, pero su estreno fue cancelado después de que The Walt Disney Company adquiriera al estudio en un proceso que terminó en 2019. Tuvieron que pasar cinco años para que alguna distribuidora acogiera el proyecto, siendo Angel Studios quien finalmente se quedaría con este y fijaría el cuatro de julio como la fecha de su debut en el país norteamericano.

Además de lo llamativos que resultan los productos “basados en hechos reales” –no en el sentido de una biopic sino en el de un filme de terror como El conjuro–, la producción también utilizó los rechazos de grandes estudios y las críticas de los medios a su favor. A través del voz a voz, canales de YouTube y artículos en prensa de corte conservador se empezó a hablar de esta como “la película que no quieren que veas”, presentando argumentos que iban desde lo conspiranoico hasta la pura LGBTIQfobia.

Te puede interesar: Lo que ven los derechistas en el vestido de Minnie Mouse: una conspiración LGBTQ

Con el paso de los meses, la cinta comenzó a ganar cada vez más y más popularidad en sectores de derecha y ultraderecha en EE.UU., cuyos adeptos tildaban de pedófila y encubridora a cualquier persona o medio que no dijera cosas en favor del largometraje. Esto ocurrió con diferentes creadores de contenido, revistas y diarios cuando sus críticas se centraban más que nada en el tipo de abordaje que hace el filme de la trata de personas o bien, en las afiliaciones políticas de algunos de los miembros de su equipo.

Señalar los puntos negativos o los efectos contraproducentes de un producto audiovisual que trate de este tipo de problemáticas no es sinónimo de ser “cómplice” de un crimen, y tener que aclararlo es surreal. Sin embargo, esto sirve para ejemplificar lo compleja que ha sido la polémica que ha girado en torno a Sound of Freedom.

¿Quién es Tim Ballard y qué es Operation Underground Railroad?

Monteverde estaba trabajando en otro proyecto cinematográfico cuando un especial en televisión acerca del material de explotación sexual infantil le inspiró a crear un largometraje que concienciara sobre su gravedad. En el camino, Verástegui lo introdujo a Ballard, un hombre que luego de hacer parte del DHS creó Operation Underground Railroad (OUR) en 2013, una fundación que se autodescribe como líder de “la lucha contra la trata sexual infantil y la explotación sexual en todo el mundo”.

Aunque en su página web la organización asegura que ha apoyado más de mil operaciones de este tipo alrededor del mundo, en repetidas ocasiones ha sido señalada de engrandecer sus logros para aumentar las donaciones que recibe para sostenerse. En 2020, la Fiscalía de Utah anunció que iniciaría una investigación en su contra luego de recibir una serie de reclamos, pero el organismo no dio a conocer detalles al respecto. No obstante, al hacerse pública la noticia Vice World News reportó que, según fuentes cercanas al caso, este habría tenido que ver con “declaraciones engañosas” que OUR le habría dado a sus donantes respecto a su trabajo y qué tanto se involucra en las operaciones.

En mayo de este mismo año el proceso fue descartado y semanas más tarde –y en vísperas del estreno– Ballard se retiró de la fundación sin mayor explicación. Particularmente, él ha resultado envuelto en otras polémicas, en especial por su afinidad con teorías de conspiración. En una entrevista con el psicólogo y presentador conservador Jordan Peterson, Ballard aseguró que el cultivo de adrenocromo es real, una teoría fuertemente difundida entre los seguidores de QAnon que ya ha sido desmentida por la comunidad científica. En 2019 también defendió la construcción del muro en la frontera entre México y EE.UU. “para proteger a los niños”, declaración que fue replicada por el entonces gobierno de Donald Trump.

“En esos tiempos, [Ballard] no era nada tan polémico como hoy. Cuando yo empiezo a hacer mi investigación sobre Tim, había cuatro o cinco cositas en el Internet sobre él”, dice Monteverde sobre la época en la que conoció al exagente que sirvió de inspiración para su filme.

Una controversia que creció como una bola de nieve

Más polémico que Tim Ballard ha resultado quien lo interpreta en el filme. Antes de SOF, Jim Caviezel ya era recordado por su papel de Jesús en La pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson, pero en los años recientes su nombre no ha aparecido en los titulares precisamente por su participación en cine y tv.

El actor estadounidense ha defendido creencias filiales a QAnon, y en medio de la promoción de su más reciente película, también ha aprovechado para hablar públicamente sobre la teoría de una élite que tortura niños y niñas para mantenerse joven. En 2021 hizo parte de un evento de negacionistas del COVID-19 y también participó en el podcast de Steve Bannon, exasesor en el mandato de Trump; en ambas apariciones habló de la teoría del robo de adrenocromo.

Te puede interesar: Asuntos internacionales: Los antivacunas se enfrentan a la realidad

“Yo contrato personas para trabajar en mi película. Lo que hagan después de eso es su problema. ¿Estoy de acuerdo con todo lo que hacen después? En lo absoluto”, sostuvo Monteverde en la premier en Londres. Desde que el director decidió comenzar a dar declaraciones a los medios, ha sido reiterativo en cuanto a cómo no es asunto suyo lo que miembros de su equipo hagan o digan tras finalizar la producción, pero que en esta ocasión sí le ha pasado factura. “Ahora se corre el riesgo, desafortunadamente, de que la libertad de expresión de otra persona afecte el trabajo de un director o de una película. Y esto es lo que terminó pasando”, le comenta a Rolling Stone en Español.

Ante las dudas sobre la proyección de Sound of Freedom patrocinada por Trump (a la que asistieron Caviezel y Ballard) en julio, le dijo a Variety: “Hay personas muy cercanas a la película que están involucradas en política, y es como, ‘Te quiero, pero voy a guardar mi distancia’”. En medio de todo, el cineasta no se ha referido puntualmente a las posiciones homofóbicas y anti-aborto del productor Eduardo Verástegui.

A la ola de críticas se le sumó el arresto de Fabian Marta, uno de los casi siete mil patrocinadores del filme, por secuestro de menores, resultando en una paradoja entre la temática de SOF y una parte del dinero con el que fue hecha.

¿Qué dice Alejandro Monteverde?

Sound of Freedom se estrenó el cuatro de julio en Estados Unidos y, de acuerdo con Box Office Mojo, recaudó cerca de 18.2 millones de dólares en su primer fin de semana, superando a Elemental y quedando por debajo de Insidious 5 e Indiana Jones 5. Hasta el 28 de agosto, ya había recaudado 181 millones de dólares, y aún falta por ver los números de sus primeros días en diferentes países de Latinoamérica. Parte de ese éxito en taquilla se le ha atañido a la estrategia que Angel Studios aplicó para incentivar la venta de boletos, pues se podían adquirir entradas para donar a otras personas, poniendo en duda cuántas personas en realidad han ido a verla en cines.

En todo caso, si nos quedamos con los números, el filme ha tenido un desempeño favorable. En términos de crítica, ya se sabe que no tanto. Monteverde tardó en hablar con la prensa en la cúspide de la tensión, pero una vez lo hizo, ha mantenido un discurso constante manifestando sentirse “triste” por la situación y afirmando que su película ha sido “víctima” de las etiquetas. “Cuando empecé a ver los ataques, mi primer instinto fue tomar mi distancia”, explica. “Yo creo que la política divide. A mí me gusta hacer cine que crea conversaciones y tú no puedes tener una conversación con alguien que estás dividido”.

El cineasta sostiene que, contrario a lo que sucedió en EE.UU., tales “etiquetas” no llegaron a países como Colombia y México, en donde asegura que su producto ha sido defendido por la audiencia de “cualquier tipo de ideología”. También afirma que Sound of Freedom fue hecha sin ninguna clase de público en mente, puesto que su propósito era crear una película disfrutable pero que a su vez tuviera la capacidad de invitar a “un diálogo social”.

Al preguntarle sobre qué pasó por su cabeza cuando la cinta comenzó a ser adoptada por grupos conspiracionistas para defender sus teorías, Monteverde aseguró que le “disgustan todo tipo de conspiraciones. “Cuando oigo algo que huele a conspiración, normalmente hago cortón y cambio el tema. Para mí no logran ningún objetivo porque no dejan de seguir siendo conspiraciones y esas las identificas en dos segundos. Prefiero hablar de un buen vino”, comenta. Eso sí, aunque no menciona nombres ni casos en específico, defiende sus amistades pues considera que tener varios puntos de vista “hace que nos retemos”.

Entonces, ¿Sound of Freedom es o no es afín a QAnon? En teoría, no lo es ya que si se ve sin tener idea de todo el contexto que ha tenido detrás, solo vendría siendo un filme más cuyo nivel de calidad queda a criterio de cada quién. Pero en la práctica, es un asunto totalmente diferente dada la promoción que han hecho sus protagonistas, tanto el de la vida real (Ballard) como quien lo encarna (Caviezel). Y puede que Monteverde defienda su obra argumentando que él no comparte dichas ideologías ni tampoco las promueve con SOF, pero la controversia no surgió de la nada. ¿Dime con quién andas y te diré quién eres?