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Guardianes de la galaxia vol. 3

La saga de los superhéroes espaciales de Marvel cierra con broche de oro

James Gunn 

/ Chris Pratt, Zoe Saldaña, Dave Bautista, Karen Gillan, Pom Klementieff, Will Poulter, Chukwudi Iwuji

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Cinecolor

Antes de acudir a la sala de cine para disfrutar de la tercera y última parte de la saga de superhéroes espaciales dirigida por James Gunn (quien se ha ido de Marvel para darle coherencia al universo cinematográfico y televisivo de la competencia), se recomienda revisar con cuidado las dos primeras películas (la última estrenada hace seis años) y el especial de Navidad, porque hasta los espectadores más curtidos se sentirán perdidos en esta alocada odisea espacial.

Como se puede intuir en sus primeros planos, el verdadero protagonista de Guardianes de la Galaxia vol. 3 es Rocket, el malhumorado animal antropomórfico creado por Bill Mantlo y Keith Giffen para los cómics en 1976 y que apareció por primera vez en el número 7 de la revista Marvel Preview. Aquí, Rocket cuenta con la voz de Bradley Cooper y un origen hasta entonces desconocido. Pero quienes hemos revisado los dos primeros volúmenes (y sus apariciones en Avengers), sabemos que detrás de ese cuerpo diminuto y peludo se esconde una tragedia al mejor estilo de Marvel.

Otro de los integrantes de los Guardianes que no se encuentra en un estado emocional óptimo es Peter Quill, mejor conocido como Star-Lord (Chris Pratt), creado por Steve Englehart y Steve Gan para la edición número 4 de Marvel Preview. Aquí, Quill todavía no se ha recuperado de la pérdida del amor de su vida, quien supuestamente falleciera mientras se enfrentaba al supervillano Thanos (como se pudo ver en la cinta Avengers: La guerra del infinito). Obviamente, estamos hablando de Gamora (Zoe Saldaña), personaje creado por Jim Starlin para el número 180 de la revista Strange Tales, y cuya versión alternativa sobrevive y hace parte de los Ravagers, un escuadrón espacial liderado por Stakar Ogord (interpretado nada menos que por Sylvester Stallone).

La relativa armonía del lugar en el que habitan Quill, Rocket y sus amigos es interrumpida por la aparición intempestiva de un poderoso ser de color dorado que siembra destrucción y que lesiona gravemente a Rocket. Los lectores acérrimos de cómics sabemos muy bien de quien se trata. Es Adam Warlock (Will Poulter), personaje creado por Stan Lee y Jack Kirby, que apareció por primera vez en la revista Fantastic Four No. 66. Aquí, Warlock es el hijo de Ayesha (una Elizabeth Debicki poco aprovechada), y va en busca de Rocket bajo la presión de nuestro villano de turno.

Los amigos de Rocket, los cuales incluyen al optimista y poco inteligente Drax el Destructor (un magnífico Dave Bautista), a la sensible Mantis (una estupenda Pom Klementieff), a la hosca Nebula (una Karen Gillan cada vez mejor) y, por supuesto, al simpático Groot (con la voz de Vin Diesel), descubren que su malherido colega posee un mecanismo interno de autodestrucción que impide que su vida sea salvada. Es así como los Guardianes se embarcan en la misión de conseguir la clave para desactivar el chip. Esto los lleva a la persona detrás de los orígenes del mapache superhéroe.

El villano de turno en esta ocasión es el Alto Evolucionador (un perversamente exquisito Chukwudi Iwuji), personaje creado por Lee y Kirby para la revista The Mighty Thor No. 134. Este es otro poderoso y trágico personaje que, como Thanos, busca un universo mejor, pero recurriendo a los métodos equivocados, convirtiéndose en otro símbolo del fascismo y el totalitarismo al interior del Universo Marvel, esta vez enfocado en la eugenesia y la manipulación genética. Si Thanos es Mussolini y Kang es Hitler, el alto Evolucionador es Mengele.

Por medio de flashbacks, conoceremos por fin el origen de Rocket. Pero es mejor no revelar nada de este. Basta con decir que su historia nos romperá el corazón. Es mejor que lleven pañuelos. Algo que tampoco se debe revelar es el papel de la Gamora alternativa en la misión de rescate y su relación con el dolido Star-Lord.

La química entre los actores sigue intacta, así como el buen sentido del humor, los momentos muy conmovedores, la acción trepidante y la excelente música (esta vez noventera), cortesía de Gunn. Es una lástima que la adición al equipo de Kraglin (un simpático Sean Gunn) y la perrita Cosmo (con la voz de Maria Bakalova), se sienta tardía y sus personajes no se alcancen a desarrollar del todo.

Pero, pese a que en las redes sociales se ha desatado una especie de campaña de odio hacia las películas de Marvel (injustificada, por cierto) y de la cual fue víctima la tercera parte de Ant-Man (la cual es una buena película, así se diga lo contrario), lo cierto es que Guardianes de la Galaxia Vol. 3 cierra un ciclo con broche de oro. ¡Excélsior!

P.D.: No se pierda las dos escenas postcréditos y la aparición especial de un pato marvelita muy querido por todos.  

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