Las industrias creativas son mucho más complejas de lo que parecen, pues aunque los procesos artísticos, la música y los shows suelen ser la cara atractiva de este ámbito, lo cierto es que existe un universo más extenso detrás de los focos. Allí, los contratos, los impuestos, la contaduría y las cuestiones legales son parte de lo que permite que el medio continúe a flote día tras día.
Por eso es tan importante que un artista o una empresa cuyo oficio gire en torno a la cultura tenga un gran aliado que se encargue de aquellos asuntos que, de llegar a descuidarse, podrían convertirse en un dolor de cabeza. La firma de abogados EPGD Business Law tiene a su disposición su división de derecho de entretenimiento, Starving Artists, con la que brinda asesoría y acompañamiento a artistas y empresarios que requieran soluciones para los diferentes retos que se les presenten en su ejercicio.
“Abarcamos un amplio rango de clientes, desde proyectos que están en sus primeras etapas, hasta aquellos que ya cuentan con nominaciones y premios, y tienen reconocimiento internacional”, afirma el licenciado Silvino Edward Díaz, fundador de Starving Artists que también está en cabeza del área. “Nos encargamos de todo el ecosistema que rodea a los artistas, su música y más allá”.
Los servicios que ofrece la división, explica Díaz, pueden abarcar necesidades tan simples como el establecimiento de entidades comerciales u otras más complejas como litigios por derechos de autor. Específicamente en el caso de la industria musical, son los músicos, compositores, productores, managers, sellos discográficos, ingenieros de sonido, promotores de eventos, patrocinadores y muchos más quienes pueden sacar provecho de toda la asistencia que brinda EPGD Business Law. Así, procesos como la negociación y resolución de contratos, el registro de obras, la administración de regalías, la obtención de licencias, la contratación de personal y hasta las demandas pueden adelantarse con tranquilidad al contar con el respaldo de un equipo legal sólido.
El abogado Óscar Gómez, socio de la compañía, destaca que uno de los aspectos que diferencia el trabajo de Díaz y Starving Artists es su dedicación por asegurarse de que los artistas conozcan sus derechos, con el fin de que otros actores de la industria no se aprovechen de su desconocimiento. Justamente esta es una de las principales fallas que presentan aquellas personas que quieren dedicarse a la creación musical, pero no toman en cuenta que lograrlo y tener éxito en ello no es tan sencillo como componer, grabar y publicar una canción.
Y aun cuando posean altos conocimientos en materia de music business, Díaz apunta que es recomendable delegar funciones que consuman tiempo valioso, pues este podría ser más útil en tareas como ir al estudio de grabación o atender a la prensa. “Puedes tener preparación en regalías y contratos, pero hay muchos asuntos legales que tienen que ser tan importantes para ti como si se tratara de cualquier otro tipo de negocio”, señala. “Así que esas son las cosas no tan ‘atractivas’ de las que, como abogados, tenemos que hacernos cargo porque nadie más en el equipo del artista lo va a hacer”.
Eric Gros-Dubois, fundador de la firma, sostiene que por esto los artistas tendrían que ser vistos como un tipo de empresa, ya que, en cualquier momento de sus carreras, pueden presentar inconvenientes a nivel de contabilidad, contratación y hacienda. Y es justo allí donde el área de derecho de entretenimiento entra a jugar. “Somos un engranaje en el sistema de un negocio”, dice Díaz.
EPGD Business Law cuenta con sedes en Miami, Nueva York, Washington, San Juan y Bogotá, y su equipo de abogados está conformado por profesionales –que en conjunto hablan ocho idiomas– altamente preparados en diferentes áreas del derecho. Gracias a esto, se encuentra justo en el medio de una firma grande y una más pequeña, permitiéndole ofrecer una experiencia de servicio al cliente única que posee los beneficios de ambos mundos, ya sea en la división de mercado inmobiliario, impuestos o entretenimiento.
