Emmanuel Horvilleur se apoya en la amistad, la paternidad y los afectos íntimos en Aqua di Emma, su flamante álbum solista

La voz de Illya Kuryaki and the Valderramas encuentra nuevos caminos musicales y narrativos en diez canciones que apuntan al goce

Por  JUAN FACUNDO DÍAZ

septiembre 26, 2023

Aqua di Emma, el séptimo disco de estudio de Emmanuel Horvilleur, es una celebración musical, personal y colectiva para el exKuryaki. Es la demostración de que, aunque uno gane la guerra, siempre aparecen nuevas batallas para dar. Y es así como cambia el instante previo al amor o su instancia fallida, esas historias de lo que podría haber sido y no fue, por diez canciones que mueven el foco y buscan el disfrute apoyado en la amistad, la paternidad y los afectos más íntimos.

Musicalmente, el álbum apela a nuevos colores. Después de la experiencia de Pitada, el disco acústico de reversiones, Emma vuelve a las fuentes del groove. “Yo soy la disco” abre el juego y apela al gen IKV que bien supo nutrir en su camino solitario. Es, además, la vuelta definitiva a la pista de baile con la sensualidad inherente a Horvilleur. Con “Te daría”, el siguiente tema, también marca el curso del álbum, porque el pulso pop ya no aborda los artilugios de la seducción, sino más bien la belleza del amor en la cotidianidad: “No buscaría nada más que despertarte con el desayuno en la cama/ Subamos bien alto sin miedo a caer que para bajar habrá tiempo después”.

El disco llega a sus puntos más altos de la mano de sus invitados. La aparición de Miranda! en la gris “G.I. Joe” es un nuevo registro en el reconocimiento constante entre ambas máximas figuras del pop nacional. Por otro lado, “Prendan ese mic” es una balada sensual más cercana al jazz que se nutre de la belleza en la voz de la argentino-española Carlota Urdiales. Sin embargo, el núcleo narrativo del disco, ese que apuesta y abraza el amor a pesar de las dificultades, llega gracias al estribillo pegadizo de “Abrazarnos”: “Nos hicimos de un lenguaje y un color/ y parecía que moría de repente la mariposa que más tiempo nos duró (…)/ Es inútil que dejemos de abrazarnos mi amor/ sabemos que no podemos frenar aquí”.

Aqua di Emma abre un nuevo camino, sonoro y letrístico. Es fresco y logra sentirse como una brisa de verano cuando cambia el viento en la playa y es momento de abrigarse. Lo que Horvilleur redujo en vértigo lo ganó en intimidad. Y si debe mirar para adelante, Emmanuel decide cerrar filas y hacerlo con los suyos.

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