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Crítica: Resistencia

A un hombre desencantado por los horrores de la guerra se le encarga una misión que consiste en internarse en Vietnam para buscar, encontrar y exterminar a una persona altamente peligrosa ¿Dónde hemos visto esto antes?

Gareth Edwards 

/ John David Washington, Madeleine Yuna Voyles, Allison Janey, Gemma Chan, Ken Watanabe

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Cinecolor

Como si se tratara de un relato de ciencia ficción anticipatoria, pensemos en la siguiente situación hipotética. Gareth Edwards, el director de las estupendas Monsters (2010), Godzilla (2014) y Rogue One: A Star Wars Story (2016), ha entrado en un bloqueo creativo. Por lo tanto, recurre a CHAT GPT y le solicita a la inteligencia artificial lo siguiente: ¿Podrías escribirme un guion usando lo mejor de cada una de las siguientes películas? CITIZEN KANE + APOCALYPSE NOW + THX-1138 + BLADE RUNNER + E.T. THE EXTRA-TERRESTRIAL + TERMINATOR + 1984 + AKIRA + THE GOLDEN CHILD + SHORT CIRCUIT + PLATOON + TOTAL RECALL + STARSHIP TROOPERS + I ROBOT + DISTRICT 9 + REAL STEEL + AVATAR + CHAPPIE + ROGUE ONE + ELYSIUM + INCEPTION + THE LAST OF US

Ante la solicitud, CHAT GPT responde: ¡Claro! Estoy aquí para ayudarte a escribir un guion. Por favor, proporciona más detalles sobre el proyecto, como el género, la trama, los personajes y cualquier otra información relevante. Cuanta más información me des, mejor podré ayudarte a desarrollar tu guion. Edwards lo recibe y lo firma con su nombre y el de Chris Weitz, el guionista que aparece en los créditos de Rogue One. Y ¡voilá! Tenemos una nueva cinta de ciencia ficción ciberpunk anticolonialista que gira en torno a la inteligencia artificial, llamada The Creator (en español, Resistencia).   

Edwards comenzó su carrera de una manera autodidacta, aprendiendo efectos visuales (VFX) en su hogar, innovando y sorprendiendo a los espectadores con criaturas aterradoras y escenas de acción fantástica impresionantes. El problema con Edwards y con muchos amantes de los efectos especiales (eso incluye a George Lucas) siempre ha sido el lado humano de las historias, con personajes sorprendentes en apariencia, pero vacíos en ideas. 

Resistencia parte de un oscuro escenario futurista digno de George Orwell, Philip K. Dick o James Cameron, pero mezclado con Joseph Conrad, Francis Ford Coppola y Oliver Stone. Un noticiero de estilo retro a lo Ciudadano Kane, establece que el auge tecnológico, seguido del poder nuclear, llevó a la humanidad muy cerca de su final. En 2055, los Estados Unidos estaban concentrados en la creación de robots asistentes de humanos. Luego, una explosión atómica ocurre en Los Ángeles y mata a millones. El gobierno culpa del desastre a la IA y prohíbe la tecnología en occidente. Los amantes del ciberpunk sabemos de las infalibles leyes de la robótica de Asimov y sabemos que los humanos fueron realmente los responsables.

El ejército de los Estados Unidos libra una segunda guerra en Vietnam, esta vez contra la inteligencia artificial que se sigue produciendo en “Nueva Asia”. La idea de que la inteligencia artificial es una amenaza para la humanidad es tan oportunista y reforzada como lo fue en la última entrega de Misión imposible, ya que en ambos trabajos parece responder a la atención mediática que recibe la IA hoy en día (Trending topic, la llaman). 

La idea de Vietnam claramente es calcada de Apocalypse Now, ya que Edwards nos muestra imágenes de aldeas bombardeadas con napalm y ciudadanos inocentes aterrorizados por las tropas estadounidenses (en un momento dado, un soldado apunta un arma a la cabeza de un perrito para que una niña confiese dónde tienen escondido al enemigo). 

Edwards elige a John David Washington (hijo de Denzel y protagonista de Tenet), como su capitán Benjamin Willard, aquí llamado Joshua, un agente encubierto del Ejército que debe localizar un arma de IA increíblemente avanzada, y que resulta ser una niña de 6 años llamada Alphie (Madeleine Yuna Voyles), tremendamente parecida al niño tibetano budista con poderes mágicos, que Eddie Murphy debe rescatar en la olvidada cinta de 1986 En busca del niño dorado. El resto de la cinta pretende ser un remedo de Blade Runner (un policía que aprende a querer a los replicantes), pero que también se roba la estética y las premisas del sudafricano Neill Blomkamp, el autor de las cintas cargadas de discursos políticos anticolonialistas y de izquierda como Distrito 9, Elysium y Chappie

Los Ángeles ha sido reconstruida (incluso hay un puerto espacial que envía naves a la luna a lo Total Recall), pero buenos soldados como Joshua están comprometidos en erradicar la IA y buscar al “Nirmata”, nombre con el que se conoce al inventor de la IA avanzada. Al principio de la película, vemos a Joshua trabajando encubierto y casado con Maya (Gemma Chan), una experta en robótica que ha quedado embarazada de él. Se supone que ella llevará al Ejército de Estados Unidos hasta el Nirmata, pero un asalto sorpresivo interrumpe su misión y acaba con su fachada. Durante cinco años, Joshua cree que su esposa está muerta. ¡Cómo si nunca hubiéramos visto una película en la vida!

Joshua es abordado por oficiales del Ejército (incluyendo a la estupenda Allison Janney), y descubre que Maya podría estar viva. Como suele ocurrir en cualquier estructura narrativa canónica, al principio Joshua rechaza la misión de buscar, encontrar y exterminar la IA, que puede poner en peligro a la humanidad, pero luego termina aceptándola, pensando en poder encontrar a la esposa que engañó y traicionó. 

En el camino, Joshua encuentra a Alphie y al convivir con la niña (léase The Last Of Us), el hombre con brazo prostético mecanoide a lo Winter Soldier, va a aceptar gradualmente la idea de que la IA es consciente y capaz de tener respuestas emocionales. Inicialmente Joshua asume que la IA no hace parte de los seres vivientes y no cree que puedan realmente morir. Para él, están “apagados” o “encendidos”, pese a que nuestro cerebro funciona del mismo modo, ya que inclusive es impulsado por electricidad al igual que una máquina. 

Joshua descubre que la IA no es mala después de todo y los humanos sí lo son. Los robots quieren paz y los humanos solo quieren guerra. ¿Les suena conocido? Les tengo una pista: Extraterrestres azules taquilleros. Alphie, la poderosa IA con forma de niña mística, se presenta como un tierno robot muy similar al simpático extraterrestre querido por todos y gestado por Steven Spielberg, pero se siente tan pasado de moda como la música retro que supuestamente la gente escucha en el año 2065 (al parecer, desde el desastre causado por Bad Bunny y Peso Pluma, no se ha vuelto a producir nueva música en la Tierra desde el 2024). La niña elegida para acabar con la guerra es, en realidad, un pulso electromagnético que bendice a las máquinas con un toque de manos. Esto parece un triste ejemplo de apropiación asiática no muy acertada para estos tiempos de corrección política. 

Resistencia es una cinta que parece armada con babas y que está al borde de colapsar a cada momento. No vale la pena desgastarse en los tremendos huecos argumentales de la película. Por eso, es mejor apagar el modo reflexivo y centrarse en la acción, ya que en eso Edwards es todo un experto. De todas maneras, Edwards debió haber aportado al guion de su cinta algo de cerebro, así como una pizca de originalidad y humanidad.

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