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Cinco datos que quizá no sabías de Led Zeppelin III

Un álbum que dejó atrás los cimientos del rock pesado de la banda y, en su lugar, presentó un sonido acústico y psicodélico

Por  VALENTINA VILLAMIL

octubre 5, 2023

Led Zeppelin, 1970. De izquierda a derecha, John Paul Jones, Jimmy Page, John Bonham y Robert Plant.

Michael Ochs Archives/Getty Images.

A finales de la década de 1960, Led Zeppelin se había establecido firmemente como una de las bandas más influyentes y electrizantes del mundo. Con su explosivo álbum debut homónimo en 1969 y su igualmente potente continuación, Led Zeppelin II, se habían convertido en sinónimo del sonido de rock pesado con toques de blues que definió una época. Liderados por la voz de Robert Plant, la guitarra de Jimmy Page, las líneas de bajo de John Paul Jones y la batería de John Bonham, la banda británica apenas estaban en los primeros momentos de una prolífica carrera.

Así es como llega Led Zeppelin III, un álbum que redefinió su sonido y llevó a la agrupación a nuevos horizontes. Tras extensas giras y una reputación de contenido lírico sexualmente cargado, sus miembros estaban ansiosos por explorar nuevos territorios y escapar de las limitaciones de su rock ‘n’ roll. Con este telón de fondo se concibió su tercera entrega de estudio, un experimento que asombraría y alejaría a fans y críticos por igual.

1. Un nuevo norte

A finales de la década de 1960, Led Zeppelin se había forjado su reputación como pioneros del rock pesado. Sus dos primeros álbumes los habían establecido firmemente como los maestros indiscutibles de este género. Con sus atronadores riffs de guitarra, su implacable batería y la voz de Robert Plant, no sólo habían definido el rock pesado, sino que lo habían elevado a la categoría de arte. Sin embargo, a medida que 1969 llegaba a su fin y la banda se encontraba en la cúspide de una nueva década, sintieron la necesidad de evolucionar su identidad musical. El sonido de rock pesado que les había catapultado al estrellato se estaba volviendo algo limitado. 

Publicado en 1970, Led Zeppelin III supuso una ruptura radical con los cimientos del rock pesado de la banda. En lugar de ofrecer otra compilación de temas con el sello de un Led Zeppelin orientado a con bajos profundos y letras explícitas, el álbum dio un giro sorprendente hacia el folk acústico y el rock psicodélico. 

La canción que abría el álbum, ‘Immigrant Song’, conservaba la energía característica de la banda, pero estaba marcada por una fusión de guitarras acústicas de inspiración folk y la voz renovada de Plant. ‘Friends’ introdujo a los oyentes en un sonido totalmente diferente, con influencias de Oriente Medio y un arreglo inquietante que mostraba la voluntad de experimentar de la banda. Por su parte, ‘Gallows Pole’ se inspiraba en la música folk tradicional, con instrumentos acústicos y una voz narrativa, muy alejada del blues-rock que caracterizaba sus primeros éxitos.
Este cambio de sonido fue tanto una audaz declaración artística como un riesgo para Led Zeppelin. Desafiaban deliberadamente las expectativas de los fans y la percepción que la industria tenía de ellos como iconos del rock pesado. Led Zeppelin III se alejaba de la fórmula que les había llevado al éxito, pero marcaba un paso crucial en su evolución como músicos.

2. Un cambio de roles

Más allá de fijar un nuevo norte musical, sus miembros, tanto en conjunto como individualmente, se aventuraron a nutrir el álbum desde posiciones diferentes. El guitarrista, Jimmy Page, desempeñó un papel dominante en la configuración del sonido y la imagen de Led Zeppelin durante sus primeros años. No sólo era el virtuoso responsable de algunos de los riffs de guitarra más emblemáticos del rock, sino también el principal compositor de muchos de los primeros éxitos de la banda. Sus entregas antecesoras habían destacado predominantemente la destreza compositiva de Page, consolidando su papel como motor creativo de la banda.

Sin embargo, con el lanzamiento de Led Zeppelin III, la agrupación decidió adoptar un enfoque diferente a la composición de canciones. Este álbum supuso un alejamiento del dominio singular de Page en la elaboración del material de la banda. En su lugar, Led Zeppelin adoptó un proceso de composición más democrático y colaborativo, en el que cada miembro contribuyó significativamente a la composición del disco. Sin embargo, el legendario guitarrista estuvo sentado en la silla del productor, dando forma meticulosamente a los arreglos y paisajes sonoros, dando como resultado una experiencia auditiva profundamente personal y envolvente.

Por su parte, Plant obtuvo un rol más destacado en el contenido lírico y los temas del álbum. Su influencia se percibe en las letras reflexivas e introspectivas que ahondan en temas como la historia, los conflictos y las luchas personales. Por su parte, el bajista, Jones y Bonham aportaron sus perspectivas musicales, añadiendo profundidad y diversidad al sonido del álbum. Jones, en particular, amplió sus habilidades incorporando teclados, sintetizadores, mandolina, contrabajo y el órgano Hammond a los arreglos del proyecto. Su talento multiinstrumental se hizo más pronunciado y se integró en la textura general del álbum.

Este cambio en la dinámica de composición no sólo puso de manifiesto la creatividad colectiva de la banda, sino también su voluntad de evolucionar y experimentar. Led Zeppelin ya no se definía únicamente por la magia de la guitarra de Page; eran una banda en el sentido más estricto, en la que cada miembro aportaba su talento y sus singulares perspectivas.

3. Nuevos comienzos

Cuando Led Zeppelin empezaron a trabajar en su tercera entrega de estudio, habían alcanzado un estrellato sin precedentes. Su incesante calendario de giras y el torbellino de la fama había saturado a los miembros de la banda, dejándolos física y mentalmente exhaustos. La creación de este álbum se convirtió no sólo en un esfuerzo musical, sino también en un escape necesario de sus agitados estilos de vida.

La nueva fama de la banda les había catapultado a un mundo de giras, grabaciones y escrutinio público constantes. Habían realizado cinco giras por Estados Unidos en sólo doce meses, una hazaña agotadora que les dejó con ganas de un respiro. La presión de estar a la altura de su propio éxito monumental y de las expectativas de sus fans empezaba a ser abrumadora.

En un intento por desacelerar el paso, Led Zeppelin tomó la decisión de grabar Led Zeppelin III en un lugar remoto: La cabaña Bron-Yr-Aur en Snowdonia, Gales. Este entorno aislado y rústico carecía de servicios modernos como agua corriente y electricidad, lo que proporcionó a la banda un marcado contraste con sus estilos de vida de alta exigencia.

Jimmy Page y Robert Plant, en particular, se retiraron a esta casa de campo galesa para componer y escribir gran parte del material del álbum. La serenidad del entorno natural y la ausencia de distracciones urbanas les permitieron centrarse en su música de una forma que se había vuelto cada vez más difícil en medio del caos de sus carreras.

La influencia de este cambio de entorno es palpable en todo Led Zeppelin III. La acústica dominante del álbum, los sonidos ambientales y los elementos inspirados en el folk reflejan la nueva conexión de la banda con la naturaleza y el deseo de crear música que resonara con la tranquilidad de su nuevo entorno.

4. La nueva imagen

Aunque Led Zeppelin había sido famoso por su sensual y provocativa presencia escénica en el pasado, Led Zeppelin III marcó un punto de inflexión en el que empezaron a abordar temas más sustanciales y socialmente relevantes en su música.

El idílico entorno de la casa de campo Bron-Yr-Aur en Snowdonia, Gales, no sólo influyó en la dirección musical de Led Zeppelin para esta entrega, sino que también desempeñó un papel importante en la remodelación de su imagen. La decisión de la banda de aislarse del estilo de vida acelerado y exigente del estrellato del rock, fue una elección deliberada que iba más allá de la mera exploración musical.

Esta nueva conexión con la naturaleza y la serenidad del entorno tuvo un impacto en sus sensibilidades y perspectivas artísticas. El cambio más notable en su imagen fue su transición de  su aspecto de “dioses del sexo”, a una imagen más rudo y realista, alineándose más con la estética de la era hippie, sin perder de vista sus raíces de rock clásico.

Incluso, el diseño conceptual de Led Zeppelin III refleja muchas de estas nuevas direcciones. La carátula del álbum, diseñada por el artista multimedia Zacron, era una salida surrealista e innovadora de las ilustraciones tradicionales de los álbumes de rock de la época. La portada presentaba una colección de imágenes aparentemente aleatorias sobre fondo blanco, muchas de ellas relacionadas con la aviación. El lomo físico también incluía un disco de cartón laminado giratorio que permitía a los espectadores crear diferentes combinaciones de imágenes alineando los agujeros de la portada. 

Portada y contraportada de Led Zeppelin III.

5. La desaparición de Plant

En el período previo al lanzamiento de Led Zeppelin III a finales de 1970, la expectación por el álbum era máxima. Los fans de todo el mundo habían pedido copias por adelantado y los dos entregas anteriores de la banda habían logrado un éxito meteórico, encabezando las listas de éxitos del Reino Unido y Estados Unidos. Led Zeppelin estaba en la cima de su fama y las expectativas en torno a su tercer álbum estaban por las nubes.

Sin embargo, cuando el álbum llegó a las estanterías, la recepción de la crítica fue muy diferente de los elogios y la adulación a los que la banda estaba acostumbrada. Aunque tuvo un éxito comercial inmediato y fue bien recibido por los fans, Led Zeppelin III se enfrentó a una marea de críticas dispares y, a veces, directamente duras por parte de los críticos musicales de todo el mundo.

Dichos juicios sorprendieron a la banda, que en varias ocasiones había sido aclamada como dioses del rock y visionarios de la música. Muchos críticos acusaron a Led Zeppelin de perder su carácter distintivo y de producir lo que consideraban “ruido sin sentido”. Otros sugirieron que el grupo intentaba imitar a músicos folk como Crosby, Stills, Nash & Young, una afirmación que no sentó bien a una banda conocida por ser pionera del rock pesado.

Jimmy Page, en particular, se vio afectado por las críticas hasta tal punto que tomó una decisión importante: se negó a participar en entrevistas de prensa durante los 18 meses siguientes al lanzamiento del álbum. Este apagón mediático autoimpuesto supuso un cambio radical con respecto a la anterior franqueza de la banda con la prensa.

La decisión de Page de evitar las entrevistas era un reflejo de la carga que las duras críticas habían supuesto para él personalmente. No sólo era el guitarrista principal de la banda, sino también una figura clave en la configuración de su imagen y sonido. Las críticas debieron de sentirse como un ataque directo a su visión creativa y a su contribución a la banda. Este periodo de introspección y silencio mediático sirvió de punto de inflexión para Led Zeppelin, impulsándoles a distanciarse aún más de las expectativas del público y a trazar su propio camino creativo. 

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