Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Chad Smith de Red Hot Chili Peppers: “Los bateristas somos los músicos con los pies más sobre la tierra”

En esta entrevista de 2021 -parte del bookazine coleccionable Rolling Stone Argentina-, el encargado de la base rítmica en los Peppers habla de sus comienzos, su actualidad en el cine y más

Por  BRIAN HIATT

agosto 27, 2023

“Mientras pueda seguir tocando como a mí me gusta, ahí vamos”, dice el baterista de Red Hot Chili Peppers

Gentileza Warner

Esta nota, publicada originalmente en octubre de 2021, es parte del bookazine de colección, con cien páginas de contenido sobre Red Hot Chili Peppers, que Rolling Stone lanzó en Argentina.


Anthony Kiedis escribió en su autobiografía de 2004 Scar Tissue que el baterista de los Red Hot Chili Peppers, Chad Smith, llegó a Los Ángeles desde su ciudad natal, Detroit, con el sueño de convertirse en estrella de cine. Pero, aparentemente, el cantante de la banda no chequeó bien el dato. “¡Es falso! –dice Smith, entre risas–. No sé de donde habrá sacado eso”.

La tapa del nuevo bookazine de Red Hot Chili Peppers de Rolling Stone.

De todos modos, Smith es una de las estrellas de Count Me In, una entretenida serie documental en Netflix (dirigida por Mark Lo) sobre la historia, el arte y la gloria de la batería en el rock. Aparecen también Stephen Perkins, de Jane’s Addiction, Cindy Blackman de Santana, Taylor Hawkins, de Foo Fighters, y muchos más bateristas.

¿Cómo te sentís con el hecho de que, a esta altura de su carrera, los Peppers estén haciendo al fin su primera gira de estadios por Estados Unidos?

Da un poco de miedo. Live Nation confiaba en que podríamos hacerlo. Pensábamos “a la mierda, hay que ponerle huevos”. Literalmente [risas]. ¡Nadie querrá ver eso, bolas de viejos! Sé que hay mucha gente, incluidos muchos fans, que nunca vieron esta formación [con John Frusciante], con la que compusimos algunos de nuestros mejores temas; tenemos algo especial. Creo que va a estar muy bueno y no estamos dando nada por hecho. Cuando te hacés más grande, lo valorás más. Será algo muy emocionante.

¿De verdad no tenés idea de dónde sacó Anthony lo de que querías ser una estrella de cine?

Bueno, ahí va una buena trivia: en 1991, nos estábamos preparando para grabar Blood Sugar Sex Magik y nos estaba costando dejar a nuestro sello de entonces, EMI. Tuvimos un tiempo libre y por unas semanas estuve trabajando en una película llamada Session Man. Muy mala. Se trataba de una banda que se está separando y yo soy el baterista. La película es realmente mala y dura media hora. ¡Y terminó ganando el Óscar al mejor film corto en 1992!

Te sumaste al documental Count Me In desde el inicio. ¿Sentías que era el momento indicado para reconocer a los bateristas y su trabajo?

Creo que cualquier momento es bueno porque [pone voz de tonto] “No nos respetan como deberían, man!” [risas]. Nah, ya sabés, yo estoy para flamear la bandera en todo lo que tenga que ver con la batería. Generalmente, este tipo de cosas sobre bateristas termina siendo un poco nerd, sólo para entendidos. Pero creo que en este caso hicieron algo atractivo para todo público. Además, me encanta que hayan destacado a las mujeres bateristas y lo importantes que son para la música porque a veces se las pasa por alto. Me pareció que las chicas estuvieron bárbaras. Y me encanta Stephen Perkins. Es un baterista de bateristas.

Me gustó mucho la parte en que explica la forma de tocar de Keith Moon en “Who Are You”. Mucha gente está hablando de ese momento.

Exacto. Me encantó cómo diseccionó eso. Mirá, todos los bateristas de rock aman a Keith Moon. La gente piensa que era sólo un loco, o lo que fuera, pero Stephen explicó cómo tocaba en referencia a la voz de la banda y la dinámica que creaba.

La película muestra también cómo los bateristas forman su propia comunidad musical.

En mi experiencia, los bateristas son los músicos con los pies más sobre la tierra y más accesibles, y quizás con los egos menos elevados. Somos los chicos y las chicas del fondo y, sí, es una comunidad muy unida. Quizás tenga que ver con la naturaleza del instrumento. Somos el arquero o el cátcher. Nuestra función es de sostén, no sólo apoyando, sino liderando. No hay una gran banda sin un gran baterista.

Antes de que te sumaras, los Peppers grabaron “Organic Anti-Beat Box Band”. ¿Te molesta escuchar tan poca batería en vivo en la música actual?

Prefiero a los humanos, la verdad. Como músico, me gusta escuchar cierta personalidad. Es lo que hace la diferencia.

Supuestamente, entre One Hot Minute y Californication, ustedes estaban buscando un productor de música electrónica y llegaron a hablar con gente como William Orbit. ¿Es cierto?

Sí, estábamos tratando de cambiar un poco, lo cual es buenísimo. Estoy abierto a todo. Pero supongo que me alegro de que no se haya concretado, al menos desde el punto de vista de la batería.

¿Qué recordás de tu primera prueba para entrar en la banda? La leyenda dice que te odiaron a primera vista.

Tenía el pelo largo, bandana, shorts y una remera de Metallica cortada, y medía un metro noventa. Y ellos no son para nada altos. Me miraron tipo “sacame a este tipo de acá”. Pero fui y las cosas se dieron rápido como James Brown en anfetaminas. Empecé a hacer lo mío y dijeron “este tipo no nos sigue, nos lleva”. Recuerdo a Anthony corriendo alrededor de la sala y riéndose. Tocamos el cover de Hendrix, “Fire”, y el productor de entonces, Michael Beinhorn, estaba presente y les dijo: “Este es su baterista”. Así que le debo mucho a Michael. Después ellos empezaron: “Tenés que raparte”. Y yo: “No pienso cortarme estos hermosos rulos ochenteros”. Y me contestaron: “Te respetamos”. Pero la cosa es que yo venía tocando en clubs ya desde la secundaria, durante ocho años, en Detroit. Digamos que tenía las 10.000 horas de vuelo. Estaba preparado. Con eso no había vueltas.

¿Cómo terminaste tocando con Eddie Vedder en su disco solista y en vivo?

Trabajo mucho con el productor Andrew Watt. Es increíble. Hicimos un par de canciones para Ed y quedaron bárbaras así que acabamos haciendo un disco completo, lo cual fue excelente. Lo conozco hace mil años. Llevamos a Pearl Jam en aquella primera gira de 1991 y, bueno, obviamente es un músico increíble y muy divertido cuando conectás en un plano artístico. Habíamos tocado juntos, pero nunca habíamos grabado ni tocado en vivo. Fue realmente muy divertido. Fácil, rápido. Yo no te lo dije, pero Ed está pensando en hacer más shows como solista.

Creo que te seguís llevando bien con Josh Klinghoffer [quien fue desplazado de los Peppers ante el regreso de John Frusciante], ya que tocaste con él en la banda de Eddie.

Sí, con Josh hemos estado grabando y haciendo un montón de cosas. Lo quiero mucho. Es un músico increíble y un gran compañero de banda así que me alegra que esté en el campamento Pearl Jam y con Eddie. Él los quiere mucho y le encanta su música, y sí, es mi amigo y lo quiero mucho y estuvo buenísimo hacer música juntos. Está todo bien.

¿Desde la batería, cómo manejás los efectos físicos de la madurez?

Estoy por cumplir 60. Mis chicos dicen: “Pa, sos un viejo. ¿Había electricidad cuando naciste?”. Pero me siento bien y, sí, trato de cuidarme. Toco todo el tiempo. Es algo que tenés que hacer para no perderlo. Mientras pueda seguir tocando como a mí me gusta, ahí vamos.

CONTENIDO RELACIONADO