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Cantos mexicanos que acompañan movimientos

Canciones de artistas como Vivir Quintana o Silvana Estrada se han convertido en himnos del movimiento feminista en México y Latinoamérica

Por  KARLA LEÓN

marzo 15, 2024

Fotos: Redes Sociales - Karen Melo / Getty Images - Tamara Uribe. Ilustración: Santiago Sanabria Uribe.

Como ha ocurrido con la mayoría de los grandes movimientos sociales, la música ha sido pieza clave para acompañar, visibilizar y extender las voces de quienes luchan; en México no podría ser distinto. Por años, durante las movilizaciones feministas, las canciones se han unido a los gritos que claman justicia, a las consignas que exigen un cambio y a las voces que se entremezclan ante la euforia, el desconsuelo y el enojo. Todo relata la historia de un país que contabiliza, al menos, 10 mujeres asesinadas cada día.

Los himnos feministas parten de la canción protesta, un género que tomó fuerza a inicios de la década de los años 60 en América Latina, y que resaltó en voz de figuras como Mercedes Sosa, Violeta Parra o la mexicana Amparo Ochoa, quien resonó como intérprete de canciones que buscaban justicia y equidad en la convulsa década de los años 70. Hoy su nombre enmarca una iniciativa de ley que busca impulsar la paridad de género en los escenarios mexicanos.

En esa época, tal y como lo expone Tere Estrada en Sirenas al ataque: historia de las rockeras mexicanas, las mujeres desempeñaron “un papel secundario, decorativo o periférico” sobre los escenarios. Con el tiempo, la aparición de artistas como Rita Guerrero, Ceci Bastida, Natalia Lafourcade, Ely Guerra, Julieta Venegas, o de bandas como Las Ultrasónicas, Las Vinylators y Ruido Rosa, entre muchas más, se reconoció como un acto naturalmente revolucionario, al que progresivamente se sumaron nuevos sonidos y letras que narraban los prejuicios en torno al papel de la mujer en la sociedad. Bajo este contexto escénico, el paso siguiente para las artistas mexicanas fue comenzar a hablar sobre las crisis sociopolíticas del país.

“En general, todos los productos culturales, ya sea la música, el arte o la literatura, van de la mano con cómo se está moviendo la sociedad. El estallido social del movimiento feminista a partir del movimiento Ni Una Menos en Argentina tuvo una fuerte repercusión en México y Brasil. No podríamos imaginar todos los productos culturales que respondieron a estas problemáticas”, señala Regina Iturribarria, fundadora de Mujeres Incendiarias, y maestra de Estudios de Género en la Universidad Complutense de Madrid.

En 2023, en el marco del #8M, la denominada marea violeta registró un poco más de 90 000 asistentes, quienes marcharon en las principales avenidas y calles de la Ciudad de México. Como cada año, la manifestación integró cantos y coplas sobre justicia, seguridad y libertad, pero una ola solemne se expandió al cierre de la marcha cuando cada niña y mujer entonó ‘Canción sin miedo’, de Vivir Quintana.

A cada minuto, de cada semana / Nos roban amigas, nos matan hermanas / Destrozan sus cuerpos, los desaparecen / No olvide sus nombres, por favor, señor presidente”, clama Quintana, quien es acompañada por el coro El Palomar. “La violencia es algo que pasamos todos los días, como si estuviéramos en un loop constante que, lamentablemente, se integra a nuestro paisaje. Hay muchos Méxicos en el mismo México, y la realidad es que la violencia nos está atravesando a todos, pero muchísimo más a las mujeres, así que hay que seguir haciendo estas canciones”, contó Vivir a ROLLING STONE en Español, un año después del lanzamiento.

Ella compuso la canción como un encargo de la cantante chilenamexicana Mon Laferte, quien la solicitó para una presentación en el Zócalo de la Ciudad de México. “Recibí un mensaje de Mon que decía: ‘Voy a cantar el siete de marzo, y creo que es un escenario grandísimo para hablar sobre los feminicidios. Que no se crea que este concierto es un festival o una celebración; esto no se celebra, se conmemora’. Yo no tenía una canción así, y la escribí ese mismo día”, recuerda la precursora del estilo “ranchero azul”, quien recientemente lanzó ‘Sorora’, una canción sobre empoderamiento y unión femenina.

En ‘Canción sin miedo’, Vivir evidencia la falta de protección a las mujeres, la forma en la que se les criminaliza, la impunidad en el sistema de justicia, así como el dolor por las muertas y las desaparecidas; pero, también logra una remembranza del poder que tiene nuestra voz ante la lucha social, la importancia de la unión colectiva y cómo el feminismo resulta, para la compositora, una “revolución amorosa”.

“No decimos que la música tiene la respuesta, pero sí acompaña; acompaña a todo el movimiento social, no solamente a los feminismos, sino también a la lucha antirracista, ambiental o por los territorios. Al final, parte de una apuesta política para hablar de lo que no se habla, y es lo que las cantantes están haciendo desde sus espacios y desde la música que conecta con otras personas. No se puede separar el arte y la música de la protesta. Al final, somos producto de una sociedad que se mueve y que cuestiona cosas, incluso, nuestro papel dentro de los movimientos”, señala Iturribarria.

Como parte de la misma diversidad del movimiento, los himnos feministas amplían múltiples narrativas que giran alrededor de la aflicción, el hartazgo, la crudeza o la rebeldía. En ‘Si me matan’, Silvana Estrada no solo plasma una expresión poética y nostálgica sobre la herida tan grande que ha dejado la violencia de género en el país, además, enmarca una canción que honra a la vida y a la resistencia. “Nos han quitado tanto, nos quitaron el miedo”, canta la veracruzana en este tema, por el que recibió la nominación a Mejor Canción Cantautor, en la 24° entrega de los Latin Grammy.

Con el mismo espíritu solemne se extiende la voz de Valeria Jasso en ‘Déjame de matar’, una canción que escribió a solas, con su guitarra en mano y bajo la única intención de levantar la voz, a través de su arte. “Quería soltar lo que siento como mujer joven; cantarle al dolor y a las injusticias que veo a mi alrededor. Mi propósito fue ser luz y un abrazo para las mujeres que me rodean, porque la música nos salva, y ante un tema que rompe, necesitaba que esta canción fuera mi refugio. Hacerlo a mi manera fue muy especial para mí”, reconoce.

“México empezó a cambiar mucho porque las mujeres estamos participando en las calles; encontrándonos, dándonos cuenta de que somos una fuerza política”, cuenta Julieta Venegas, una figura emblemática para el movimiento feminista, y quien ha plasmado su postura en temas como ‘Mujeres’ y, recientemente, en ‘Caminar sola’, incluido en Tu historia, su último álbum. “Mi manera de contar historias tiene que ver con mi forma de pensar. Mi postura es feminista, pero no soy alguien que escribe desde lo político, lo social o lo racional, sino desde lo emocional. Me frustra mucho la violencia que hay en contra de las mujeres y me parece importante que lo hablemos y que las problemáticas se hagan evidentes”, añade.

Leiden, Karina Galicia, Alaíde, Hispana, Dana Salguero, Nancy Zamher, Rebeca Lane, Renee Goust, babas tutsipop, Bruses, Ximbo, Audry Funk, Mare Advertencia Lirika, Niña Dioz y Lila Downs son algunas de las artistas y bandas que han unido sus sonidos al soundtrackdel movimiento. “Durante las marchas, las mismas consignas se convierten en himnos, pero las canciones son las que acompañan a las mujeres en el movimiento. Las redes sociales permiten la inmediatez y por eso la música logra difundirse como pólvora; gracias a esto, conocemos las canciones y las integramos a las movilizaciones”, puntualiza Tere Estrada.

Hoy, los himnos feministas son piezas cada vez más recurrentes en la escena mexicana. Uno de los más recientes es ‘Alerta’, un poderoso llamado a la protesta y a la movilización de Ruido Rosa. “El tema principal es el feminismo y la impresión de salir a marchar. Pensamos que las cosas han cambiado, pero sentimos miedo de ocupar las calles, nos sentimos vulnerables. Tenemos que seguir en pie de lucha; están pasando muchas cosas en el mundo y es cuestión de despertar, mantenernos alertas en comunidad y apostar por el cambio”, señala Alejandra Moreno, vocalista de la banda.