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La historia detrás del himno al feminismo: ‘Canción sin miedo’, por Vivir Quintana

"Yo digo que esta canción ya no es mía, sino de todas las compañeras que no están y de todas las que estamos luchando"

Cortesía

marzo 8, 2021

Viviana Monserrat Quintana Rodriguez, conocida artísticamente como Vivir Quintana, es una compositora y cantautora mexicana, procedente de Coahuila. Su éxito, ‘Canción sin miedo’, se ha convertido en un himno al feminismo a nivel nacional y está cumpliendo un año desde su lanzamiento.

El año pasado, como celebración al Día Internacional de la Mujer y protesta ante la creciente violencia contra este género, las ciudadanas y activistas encabezaron un movimiento masivo en el que asistieron aproximadamente 80 mil mujeres. “‘Canción sin miedo’ retumbó en las calles de México, durante las marchas feministas realizadas en múltiples estados del país: Guerrero, Yucatán, Oaxaca, Zacatecas, Veracruz, San Luis Potosí, Puebla, Sinaloa, Chiapas y otros más.

El movimiento se tornó un evento histórico, conocido popularmente bajo los identificadores de #UnDíaSinNosotras o #UnDíaSinMujeres. Tuvo su origen en la Ciudad de México, con el objetivo de crear conciencia acerca de la función de las mujeres en la sociedad. Durante la manifestación no sólo hubieron disturbios y destrozos, sino se registró un retroceso en la economía mundial al provocar el paro nacional durante los días ocho y nueve de marzo. 

La canción de Quintana también pasó a ser parte de la historia, ya que fue el acompañamiento oficial de cada marcha y formó parte de las tendencias en redes sociales, encabezando el contenido que fue difundido masivamente para exigir justicia por los casos feminicidas y por los derechos de la mujer. En la capital, las cantantes Mon Laferte y Vivir Quintana se presentaron para entonar ‘Canción sin miedo’, incitando a miles de mujeres a unirse en un grito que sería el nuevo himno feminista: 

Cantamos sin miedo, pedimos justicia

Gritamos por cada desaparecida

Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!

Que caiga con fuerza el feminicida

Vivir Quintana se ha sumado a este movimiento desde hace algunos años y forma parte de las figuras femeninas más reconocidas en nuestro país, empoderando a millones de mujeres a unirse a esta comunidad defensora de la libertad, igualdad y respeto por el género femenino. Nos cuenta la historia detrás de la creación del himno al feminismo y de su perspectiva ante este conflicto social que ha llegado a un punto crítico, evidenciando la falta de protección en el país, solidez en la jurisdicción y educación hacia una sociedad que debe reconstruirse para romper con estereotipos y comportamientos machistas.

Quintana compuso la canción como un encargo de la cantante chilena, Mon Laferte, quien la solicitó para una presentación en el Zócalo de la Ciudad de México, el siete de marzo de 2020, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Ambas se conocieron durante el concierto que Laferte dio en el Palacio de los Deportes, como parte de la gira Norma (octubre de 2019), en la cual invitó a 70 mujeres a participar cantando ‘Cucurrucucú paloma‘.

“‘Canción sin miedo’ surge a finales de febrero. La hice en casa de mis papás. Yo iba de vacaciones y le dije a mi mamá que me iba a quedar un mes a descansar con ellos. Mi papá iba a subir la maleta al coche, cuando recibí un mensaje de Mon Laferte diciendo: ‘Voy a cantar el siete de marzo en el Zócalo de la Ciudad de México y creo que es un escenario padrísimo y grandísimo en donde podemos hablar del feminicidio. Que no se crea que este concierto es un festival o celebración, ya que esto no se celebra, se conmemora. Te escribo para ver si tienes una canción que hable del feminicidio’. Y le dije, ‘No tengo, pero la puedo hacer'”.

 


Nos contó que la creación de la canción fue bajo presión, ya que la entrega debía de ser el mismo día que fue solicitada, por lo que la pieza fue terminada al cabo de unas cuantas horas. Narró el significado de cada una de las estrofas que componen la letra, de la siguiente manera:

Que tiemble el Estado, los cielos, las calles

Que tiemblen los jueces y los judiciales

«En México se criminaliza muchísimo a las mujeres que luchan. Ahorita hay muchas carpetas de investigación abiertas, de mujeres que salen a la calle a defender sus derechos. Hay que hablarle al estado y decirle ‘Oye voltea a ver que esto no puede estar pasando. Se está luchando porque hay muchísima violencia que tú puedes cambiar y necesitamos que lo hagas’. Y al temblor me refiero a la ola violeta que va avanzando en el momento en el que las mujeres estamos en una marcha, hablando y gritando. Es una remembranza a que no nos vamos a callar y mientras más estemos en esta lucha, más grande va a ser nuestra voz».

A cada minuto, de cada semana

Nos roban amigas, nos matan hermanas

«Esto nos pasa todos los días. A un año de haber sacado ‘Canción sin miedo’, sigue sucediendo. Yo creí que ya no iba a tener vigencia y me di cuenta que más bien eso era un sueño utópico, porque la violencia sucede diario».

Por todas las compas marchando en Reforma

Por todas las morras peleando en Sonora

Por las comandantas luchando por Chiapas

Por todas las madres buscando en Tijuana

«Lo que yo quería hacer con esta canción no era robarme la lucha de nadie, porque dentro del feminismo hay muchas luchas y todas son válidas y se respetan. Quería dejar en claro que era para diferentes frentes, que la lucha era para todas». 

En la mención de Sonora, se hace referencia a la protesta feminista que hubo en el Palacio de Justicia, en el cual alrededor de 1.500 mujeres se congregaron y, ante el descontento de las autoridades, les apagaron las luces del inmueble para que se fueran y no se manifestaran. «Lo que hicieron todas estas chicas, que es una muestra de que las mujeres unidas somos más fuertes, fue sacar sus celulares y prender sus lámparas. Hay una foto en internet en donde sale esa lámpara humana maravillosa que parece alumbrar incluso más».

Por otro lado, Tijuana se posicionó entre los primeros lugares a nivel nacional en las cifras de feminicidios del 2019. «Hay muchísimas madres que van a buscar con sus propias manos los cuerpos de sus hijas desaparecidas. No me imagino el dolor tan grande que deben de sentir, que se te desaparezca una hija, que te roben a una hermana, y que te digan ‘Oye, parece que hay unas fosas clandestinas en tal lado’, y tú vayas y no tengas una pala para escarbar, entonces con tus manos estás sacando la tierra porque las estás buscando».

Y soy esta que te hará pagar las cuentas

«Pues ‘esta’ somos todas. Estas que salimos a marchar, tú que te atreves a hablar de estos temas, las que utilizan la música, las compañeras que utilizan sus redes sociales para hacerlo visible…».

La compositora mencionó que el activismo y feminismo se puede hacer en todos lados. No solamente en la calle, sino a través del uso de los dispositivos electrónicos que tienen la ventaja de poder difundir información de manera rápida y a todas partes del mundo. Es importante enseñar lo que significa ser feminista, los colores simbólicos y, lo más importante, hacer que surja ese cuestionamiento de qué es el feminismo: «Si logramos que las personas comiencen a preguntar, es una ganancia, ya que significa que hay un interés y tenemos la oportunidad de enseñar a hacer las cosas de una manera distinta».

También platicamos acerca de la influencia de proceder de una generación distinta a otra, en cuanto a la manera de percibir el feminismo y cómo ser parte del movimiento. Las brechas generacionales tienen educación y valores distintos de por medio, por lo que el feminismo se torna diferente para cada mujer, no sólo dependiendo de sus experiencias, sino de la época en la que nació y cómo ha crecido. «La abuela de una amiga me dice ‘A ver explícamelo porque yo no lo entiendo muy bien…¡Ah, eso lo hacíamos en mis tiempos, pero no le llamábamos feminismo, le llamábamos estar incomodando!’, y yo le digo, ‘Bueno, aquí también se trata de incomodar’».

Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo

«Es para todas estas compañeras que lo han hecho y les dicen ‘Esas no son formas, esa no es la manera, así no puede ser’. Yo les digo en esta canción que también todo lo incendio y todo lo rompo si algún día les pasa algo. No le puedes pedir a una madre, a quien le devolvieron a su hija en pedazos, que se calme y lo haga todo en paz. Como si le dijera, ‘Señora no se preocupe, usted vaya al Palacio Nacional, toque la puerta y espere a que le abran’. No, yo te entiendo y yo también lo hago».

Y retiemblen sus centros la tierra

Al sororo rugir del amor

«Terminamos con una alegoría al himno nacional que es súper bélico. Yo sigo creyendo que el movimiento feminista es una revolución amorosa, en la que no necesitamos sacar armas o asesinar a alguien para ganar un puesto en las decisiones que se toman en el país. Se nos dice que tenemos que esperar a que el pueblo decida y, bueno, nosotras somos mayoría en el pueblo».

El 24 de febrero de 2020 fue concluida «Canción sin miedo». Para la presentación en el Zócalo, Mon Laferte invitó al escenario a Vivir Quintana y a un grupo de mujeres que hicieron el coro, denominado El Palomar. Los arreglos vocales fueron realizados por María Paz Court, compositora chilena de jazz y boleros.

La autora nos confesó que en ningún momento pensó que se iba a convertir en el himno feminista, ya que sólo la hizo con la intención de cantarla a lado de sus compañeras durante la presentación de Mon Laferte. Sin embargo, al tratarse de un conflicto que se vive todos los días, toda las mujeres se identifican con ella y es una manera de unirlas. «La violencia es algo que pasamos todos los días, como si estuviéramos en un loop constante que lamentablemente lo hacemos parte del paisaje, y eso hay que terminarlo». 

Respecto al alcance que ha generado, podemos encontrar a la canción como el acompañamiento de muchos videos que conmemoran el Día Internacional de la Mujer, así como las marchas e incluso dedicatorias a muchas de las víctimas de feminicidio. «He visto muchos testimonios en YouTube, donde esta la canción. Se ha vuelto como un muro de denuncias y testimonios, y me gusta mucho, que hayan muchas mujeres cantándola con esa intención de visibilizar el tema», dijo Quintana.

Afirmó estar orgullosa de todas sus composiciones, incluyendo las que no tocan los temas del feminismo: «Con la música podemos hablarle al público y decirle ‘Oye sí, yo te hago canciones para bailar, de amor, para que te emborraches y recuerdes a tu ex o a quien ya se fue, claro. Pero también tengo estas otras que necesitas voltear a ver’».

Durante la entrevista mencionó que tiene proyectos en camino y seguirá escribiendo canciones de muchos temas, sin dejar a un lado esta lucha: «Hay muchos Méxicos en el mismo México, y la realidad es que la violencia ya nos está atravesando a todos, pero muchísimo más a las mujeres, así que hay que seguir haciendo estas canciones».

La música en el feminismo mexicano

La música es un medio de expresión que ha sido utilizado, desde tiempos remotos, para transmitir mensajes y plasmar situaciones que se viven en determinada época, cultura o grupo social. En el caso del feminismo, no ha sido la excepción. 

Muchas mujeres han escrito y producido canciones que relatan historias relacionadas al feminicidio, a la violencia, desigualdad de los derechos e incluso a lo que la sociedad ha impuesto en cuanto al rol de la mujer. Las letras mencionan aquellos prejuicios y críticas ante la figura femenina en la que, muchas veces, se sexualiza y se degenera. A falta del apoyo del gobierno y de muchas otras instituciones que les han cerrado las puertas, dichas compositoras e intérpretes han adquirido visibilidad a través de este medio. 

Cantautoras como Natalia Lafourcade, Joy Huerta (de Jesse y Joy), Mon Laferte, Ximena Sariñana, Julieta Venegas, María León, Vivir Quintana y muchas otras, se han sumado a esta revolución feminista, utilizando su música como instrumento de cambio. Muchas de ellas asistieron a la marcha del pasado ocho de marzo, en Ciudad de México, entonando «Canción sin miedo» a lado de Quintana.

«Somos muchas las que marchamos y nos encontramos con nuestras amigas. Yo me emocioné al encontrarme con todas mis amigas músicos, éramos 200 de nuestra colectiva, imagínate», compartió Quintana respecto a su experiencia en la marcha. «Seguimos creyendo que podemos hacer muchas cosas con la música, porque creo que la música también es resistencia, es revolución, y en todas las luchas sociales han habido estas canciones que se identifican con la justicia».

Wikimedia Commons / Samantha Pantoja

Energía Nuclear: Mujerxs en la Música

Es el nombre del colectivo de mujeres músicos en México, el cual fue creado para transmitir mensajes pacifistas, reforzando la unión y el apoyo grupal entre dichas mujeres que se desenvuelven en el medio musical. La «x» indica la inclusión sexo-genérica entre sus integrantes.

«Pertenezco a este colectivo, junto con unas amigas. Fuimos a la marcha feminista del año pasado, íbamos con instrumentos y llevamos a nuestras madres. Era como una fiesta, pero con mucho dolor adentro», platicó Quintana. «Creo que la música es realmente un objeto de cambio muy profundo. La manera que yo tengo al hacer música, me gustaría que fuera para eso, para hacer un cambio de conciencia y un llamado a la libertad, a la justicia y a la visibilidad de nosotras».

El colectivo tomó fuerzas en la marcha feminista del ocho de marzo de 2020, ya que fue la primera vez que se unió con la asistencia de cada una de las integrantes. Esta formación de más de 200 mujeres que buscan crecimiento dentro de la escena musical, genera iniciativas y comparte sus proyectos a través de las redes sociales del colectivo y medios como la prensa, al tiempo que ellas mismas los gestionan. 

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«Todas estas compañeras están movilizando la industria musical y es lo que queremos, que vengan nuevos talentos femeninos y sepan que en los festivales ya hay variedad de género, los salarios son iguales…Por eso estamos haciendo estas labores en la industria, ya que ha tenido muchos tintes violentos», mencionó Quintana.

Energía Nuclear: Mujerxs en la Música, surgió de un chat que la cantautora Lil Molina abrió, para incluir a colegas artistas y crear un espacio de confianza entre artistas multidisciliarias. Con el tiempo, este grupo fue creciendo y actualmente cuenta con múltiples cantantes, compositoras, productoras e instrumentistas de diferentes generaciones y países, entre ellos México, Chile, Argentina, España y Reino Unido.

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Acerca de Vivir Quintana

Estudió pedagogía y música. Durante tres años dió clases y utilizaba la música como método de enseñanza. A los 18 años se trasladó a Saltillo, donde ingresó en la Escuela Superior de Música y más tarde se fue a vivir a la Ciudad de México, en búsqueda de oportunidades para despegar su carrera musical. 

La música de Vivir es una mezcla regional con la lírica popular de México. Ha compuesto más de 150 canciones, algunas por encargo, y se caracteriza por tocar temas polémicos como los feminicidios, particularmente aquellos que han quedado impunes. En 2020, por su labor musical fue elegida por Forbes México en la lista 100 Creativos Mexicanos.

Quintana habló sobre su primer contacto con el feminismo, relatando que durante la universidad perdió a una amiga que fue víctima de feminicidio: «Hace 10 años aproximadamente pasó. Fue un año muy raro porque aparte nos íbamos a graduar de la universidad. Primero sentía esa rabia al preguntarme por qué paso, luego fue tratar de entenderlo, aunque nunca lo terminas de entender, y en general fue un año de negación y de guardar el tema porque era muy doloroso». Después de un tiempo, la cantante se mudó a Ciudad de México y al ver los comunicados de las marchas, comenzó a sumergirse en el tema. «También pienso que el feminismo me lo dieron mis amigas. Recuerdo que un día nos reunimos y salió el tema de qué es ser feminista, y al buscar información nos dimos cuenta de que ya lo estábamos siendo».

A lo largo de la plática, también compartió cómo fue el momento en el que se dió cuenta que quería utilizar la música como un medio para difundir mensajes de apoyo feministas: «Yo creo que empecé por el asesinato de mi amiga, y se hizo más fuerte cuando encontré el feminismo, hace como siete años. Un día estaba platicando con una amiga y me dijo, ‘¿Te has dado cuenta que si le preguntas a cualquier mujer si ha vivido violencia, todas han pasado por algún episodio?’. Y sí, un día le pregunté a mi mamá y me dijo que sí, a mi mejor amiga igual. Cuando me di cuenta de esto, quise usar la música para denunciarlo y hablar por las personas que no tienen la suficiente fuerza para hacerlo». 

La violencia se manifiesta de diversas formas, como la violencia patrimonial, física, emocional, psicológica, entre otros tipos. Cada uno de ellos es importante conocerlos, para saber cuándo se está desarrollando una situación que deba catalogarse como tal y necesite medidas de acción inmediatas. «En México tenemos un violentómetro que comienza con bromas hirientes y termina con feminicidio», mencionó Quintana. 

«¿Y en algún momento enfrentaste alguna de estas malas experiencias dentro del medio musical, por el hecho de ser mujer?», le preguntamos. A lo que ella respondió: «He tenido varias, pero la que más me marcó fue cuando llegué a la Ciudad de México, en búsqueda de oportunidades». Su historia narra el acoso sexual de un productor que la citó en su estudio, diciéndole que la podía ayudar con su música. «Me sorprendió mucho que me dijera ‘Yo te grabo todas tus canciones’, y yo decía entre mí, ‘Pero ni las has escuchado’. Le aventé todo mi rollo emocional de la música, cuando me dijo ‘Ajá sí, nos vemos el domingo en mi oficina a las seis de la tarde, porque a esa hora no hay nadie y vamos a estar más tranquilos’. Pensé que tal vez así trabajaba porque es un productor muy ocupado».  

Quintana contó cómo fue ese día a verlo y tras varios intentos de acercamiento, ella decidió retirarse del estudio. «Lo que menos que tenía en la cabeza era el interés en mi música. Me dijo ‘Vamos a ponernos cómodos’ y sacó una botella de mezcal. Yo llevaba mis maquetas, mi guitarra y le decía si quería que le cantara una canción, hasta que me dijo ‘¿Tú crees que fulana de tal o de tal llegaron a ser famosas y están donde están por su talento?, pues no, ella se acostó con mi amigo tal o tal’. Yo sentí mi corazón hecho pedazos. Tontamente no tenía el conocimiento, ni la rabia, ni el poder interior que he trabajado durante años, porque si ahorita alguien me dice algo así, va a tener mi respuesta», concluyó.

Por otro lado, también ha vivido malas experiencias al momento de presentarse en festivales, en los que la mayoría son hombres: «Me ha tocado que me menosprecien o me pongan en duda por traer un buen instrumento en mi estuche. Me dicen ‘Ah, traes esa guitarra, ¿y la sabes tocar?’, y yo digo, ‘No, la traigo de adorno’».

Para concluir la entrevista, Vivir Quintana envió un mensaje a los lectores, agradeciéndoles e invitándolos a adentrarse en el feminismo y, por otro lado, en la música independiente.

Hoy conmemoramos a la mujer y la constante lucha por sus derechos, sin embargo, todos los días son igual de importantes que un ocho de marzo. Las marchas y el movimiento feminista no sólo está vigente durante este mes, sino vive dentro de cada acción que, sea grande o pequeña, impulse un cambio que comience a formar parte de la educación de las nuevas generaciones.

«A todas nos llega el feminismo cuando nos tiene que llegar. No seguimos el mismo camino siempre, pero cuando llega es un gran suceso. No te preocupes, siempre habrán otras marchas en las que seguramente te sentirás lista para sumarte, y ese será tu momento», fueron las palabras de la autora de «Canción sin miedo», dirigidas a todas aquellas mujeres que por miedo o cualquiera que sea el motivo, no se han unido a la revolución de la mujer.

Escucha «Canción sin miedo», de Vivir Quintana, aquí:

Dedicado a Fernanda. Porque te costó la vida ser libre, pero te prometo que no en vano.

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