El ministro de Educación de El Salvador, José Mauricio Pineda, confirmó la eliminación de los materiales educativos con perspectiva de género de las escuelas públicas. La noticia ha preocupado a organizaciones feministas y defensoras de derechos LGBTIQ+ pues consideran que este tipo de enseñanza es necesaria para combatir la violencia discriminatoria desde la infancia.
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La decisión se conoció días después de que Nayib Bukele participara en la Conferencia de Acción Política Conservadora en Estados Unidos, en donde el presidente declaró que para él es “importante que la currícula no lleve esta ideología de género y todas estas cosas”. Enseguida, señaló que también considera fundamental que “los padres estén informados y tengan voz y voto en lo que van a aprender sus hijos”.
“Creo que es importante que se retome a Dios en las escuelas, que se retome la moral, el civismo, que se aprendan las cosas tradicionales, como matemática e historia”, respondió ante una pregunta de Catalina Stubbe, coordinadora hispana de la organización conservadora Moms for Liberty. “Nadie está en contra de modernizarse, de lo que estamos en contra es que metan ideologías antinaturales, anti-Dios, anti-familia. Eso no cabe en nuestras escuelas”.
Fue entonces cuando el ministro Pineda confirmó, a través de su cuenta de X, que “todo uso o todo rastro de la ideología de género” fue eliminado de los planes curriculares de las escuelas públicas de El Salvador. En respuesta, Stubbe celebró que Bukele “condenara” todo “adoctrinamiento a los menores”.
El Movimiento Ampliado LGBT+ de El Salvador emitió un comunicado el primero de marzo en el que denunció que los recientes ataques a los derechos de las mujeres y la población queer del país hacen parte de una cortina de humo. “En nuestra opinión, la actual cruzada por la erradicación de contenidos educativos y materiales de sensibilización sobre género y diversidad sexual en espacios públicos forma parte de una estrategia distractora que busca desviar la atención de problemas más profundos y urgentes que enfrenta nuestra sociedad”, se lee en el documento difundido en redes sociales.
Por lo pronto, diferentes organizaciones como la Red Salvadoreña de Defensoras de DDHH, la Asamblea Feminista y la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, entre otras, han invitado a un cacerolazo el ocho de marzo para pedir que se detengan las violaciones a los derechos de las mujeres.
De acuerdo con un informe de ONU Mujeres, entre 2019 y 2022 se reportaron 541 mujeres asesinadas de forma violenta. De estos, el 40,5% fue tipificado como homicidio y el 59,5% como feminicidio. En ese mismo periodo de tiempo, se registraron 20,282 casos de violencia sexual, esto quiere decir que en promedio se presentaron 5,000 casos por año. Cuatro de cada 10 fueron violaciones, mientras que la cantidad restante se divide entre agresiones sexuales, estupro y acoso sexual.
