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Bolsonaro se pronuncia tras varios días de caos en Brasil

“Los actuales movimientos populares son resultado del sentimiento de injusticia por la forma en que se llevó a cabo el proceso electoral”, expresó en su alocución del martes

noviembre 2, 2022

Reuters

El seis de enero de 2021 quedó registrado como uno de los días más caóticos de la política de Estados Unidos, cuando simpatizantes de Donald Trump que protestaban en contra de la elección de Joe Biden, irrumpieron en el Capitolio para presionar la anulación de los resultados electorales. Casi dos años después y cientos de kilómetros hacia el sur del continente, Brasil está envuelto en un caos similar desencadenado por votantes que no aprueban la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en los comicios del 30 de octubre.

Mientras el mandatario brasilero dormía, camioneros bolsonaristas y demás simpatizantes salieron a las calles para protestar en contra de las elecciones, bloqueando diferentes carreteras a lo largo y ancho del territorio. Según datos de la Policía Federal de Carreteras (PRF por sus siglas en portugués), entre el domingo y el lunes se registraron más de 270 bloqueos que, para la noche del martes dos de noviembre, ya habían disminuido a 150. Los estados que más disturbios han presentado son Santa Catarina, Rio Grande do Sul y Mato Grosso do Sul, en donde el candidato del Partido Liberal se llevó la mayoría de los votos.

Desde el lunes Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), le dio la orden a la Policía brasilera de levantar los bloqueos que se esperaba se disiparan una vez Jair Bolsonaro aceptara la derrota. Sin embargo, los manifestantes han expresado diferentes motivaciones para protestar; algunos de ellos no tenían ningún liderazgo en particular y otros estaban a la espera de la respuesta del mandatario. Según informa la BBC, hay quienes aseveran que únicamente terminarán las protestas si hay intervención del Ejército para “impedir el regreso del comunismo”, pero también hay manifestantes que no apoyan un golpe militar.

El presidente saliente tardó alrededor de 48 horas en pronunciarse por primera vez después de conocerse los resultados del domingo, tiempo suficiente para abrir paso a especulaciones respecto a si los reconocería o no. Desde hace unos meses ya se respiraba un ambiente de preocupación por las críticas de su parte hacia el sistema electoral, tanto que analistas políticos como Steven Levitsky advirtieron que aquellas dudas podrían dar pie a un episodio similar al ocurrido en el Capitolio de EE.UU. “Es una mentira con el único propósito de desacreditar o deslegitimar las elecciones que podría perder, y crear una especie de justificación para algún tipo de esfuerzo extra constitucional, ilegal o incluso violento para revertir el resultado de las elecciones o incluso cancelarlas”, le dijo el politólogo a BBC Brasil en julio.

A pesar de mostrarse reacio a aceptar una posible victoria de su opositor, durante el último debate que sostuvo con Lula da Silva en Globo TV el viernes 28 de octubre, respondió a la pregunta sobre si aceptaría un segundo lugar: “No hay dudas, el que tiene más votos gana, eso es la democracia”. Aun así, su tardanza generó tensión que tuvo que ser apaciguada por el vicepresidente Hamilton Mourao, quien manifestó su desacuerdo con la candidatura del expresidente, pero aceptó la decisión del pueblo.

Bolsonaro se pronuncia, pero no acepta explícitamente la derrota

Este martes, Bolsonaro finalmente rompió su silencio con un discurso que ha sido catalogado por diferentes medios como “simple” y “escueto” pues, si bien aseguró que respetaría la Constitución, en ningún momento reconoció su derrota de manera explícita. “Quiero empezar agradeciendo a los 58 millones de brasileños que me votaron el 30 de octubre”, proclamó antes de referirse a las protestas. “Los actuales movimientos populares son el resultado de la indignación y el sentimiento de injusticia por la forma en que se llevó a cabo el proceso electoral”.

Aunque señaló que las manifestaciones pacíficas “siempre serán bienvenidas”, advirtió que los métodos de la derecha no podían ser los mismos de la izquierda, los cuales tildó de perjudiciales para la población. “La derecha ha surgido realmente en nuestro país. Nuestra sólida representación en el Congreso demuestra la fuerza de nuestros valores: Dios, la patria, la familia y la libertad”, continuó.

Hacia el final de sus cortas palabras, se defendió de las veces que ha sido acusado de antidemocrático, asegurando que siempre ha respetado la Constitución y lo seguirá haciendo. Así, autorizó a su jefe de gabinete, Ciro Nogueira, para proceder con la ley de transición que dicta que a partir de las 48 horas de conocerse los resultados electorales, el gobierno saliente y el entrante deberán iniciar el proceso de empalme. Con el pronunciamiento, se espera que las manifestaciones y bloqueos en las vías brasileras vayan disminuyendo paulatinamente.

Tras unos comicios que dividieron a Brasil, Lula da Silva obtuvo el 50,9% de los votos frente al 49,1% de Bolsonaro en la segunda vuelta electoral; la diferencia tan solo fue de 1,8 puntos, resultando en las elecciones más reñidas de la historia reciente del país suramericano. “Han intentado enterrarme vivo y hoy estoy aquí para gobernar este país”, expresó el presidente electo en su discurso de celebración. “Con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente”. Lula da Silva se posesionará el primero de enero de 2023.