Tery Langer: “Mollo siempre me gustó, pero Cerati generaba otras cosas en la guitarra”

El guitarrista exCarajo y actual Arde la Sangre se prueba el traje de sesionista con el trapero Neo Pistea y enumera sus influencias

Por  MARTÍN SANZANO

julio 11, 2023

EL guitarrista de Arde La Sangre recuerda sus influencias y la edad de oro del nü metal en la Argentina.

Noctis Films (Gentileza)

Con sus clásicos lentes cuadrados, la gorra de visera plana, la barba prolija y el color negro como dress code, Hernán “Tery” Langer es el prototipo perfecto del metalero que se forjó en tiempos de nü metal. Actualmente, el exCarajo empuja los límites del estilo en Arde la Sangre, proyecto que comparte con otro exCarajo, Marcelo “Corvata” Corvalán, y a sus 43 años, lo convencieron de que se sume a la banda estable del trapero Neo Pistea, un movimiento inédito que lo tiene en plena experimentación de un rol que hasta ahora desconocía, ser músico sesionista y, encima, de un género completamente ajeno.

¿Cómo terminaste tocando con Neo Pistea?

Por Leandro Coca (exRoma), que es un poco el productor de Neo. A principios de 2022, me llamó para decirme que iban a hacer un EP pero más rockero, más de banda, y me preguntó si yo podía hacerles de guitar doctor, algo que está en extinción, bien técnico. Fui ese día, empezaron a grabar y Lean iba a hacer las guitarras porque toca bárbaro, pero había algo que se le complicaba en el audio. Por eso me ofrecí a grabar yo, siempre con respeto, para que avanzara. Me dijo que sí en un segundo y grabé varias cosas, hasta ese momento eran cuatro canciones nomás. Pasó el tiempo y me empezó a decir “qué bueno sería tener a un Tery en la banda”, a hacerme la cabeza. Yo le decía “no sé, dejame pensar porque estoy con Arde la Sangre, no la puedo dejar”. Me dijo que íbamos a encontrar la forma y acepté. Nunca estuve en ese rol más de sesionista, siempre toqué con mi banda.

¿Te sentís cómodo?

Sí, claro, está bueno porque son otros audios. Es interesante salirse un poco. Tratar de ser funcional a algo que no es lo tuyo está bueno. Tengo que agradecer que me confíen otras cosas que no tienen que ver solamente con lo mío. Igual, Neo tiene bastantes cosas power. Cuando hay que apretar, se aprieta y sin miedo a la distorsión y al machaque. Calculo que también me llaman por eso. Uno se siente bien con uno mismo, está bueno poder decir que no soy sólo un metalero (risas).

Esta nueva generación de artistas se viene nutriendo de músicos más rockeros, como Andy Vilanova con Duki, Nikko Taranto con Trueno y bueno, vos ahora con Neo…

Muchas bandas se han formado ahora con músicos que están dando vueltas hace tiempo. Hay un montón de gente que trabajaba en el metal o en el rock que todos estos artistas nuevos se la llevaron porque saben que laburan bien y porque hay mucho talento ahí. Músicos, técnicos, ingenieros, iluminadores, que todo esto les viene increíblemente bien para poder trabajar y eso está perfecto. Pero bueno, capaz que, si les preguntás, les gustaría tener su banda y que les vaya bien con eso. Es laburo. Y en la fusión se genera algo loco, interesante, que les da más peso a los shows en vivo. 

¿Cuáles son los artistas que te formaron?

Empecé a tocar la guitarra con Deep Purple, también escuchaba mucho Megadeth. Era el momento de puro éxito de Pantera y fue una de las bandas que más me marcaron. Cuando arrancó el nü metal prendí fuerte, ya tenía 19, 20 años, empezaba a tener una banda con amigos [a través de los cuales conoció a Andy Vilanova, futuro baterista de Carajo], escuchaba Limp Bizkit, Incubus, Sevendust, Deftones. Me volvía loco The Edge (U2), del efecto nacen muchas veces los sonidos. De Argentina, el referente más grande que tuve fue Gustavo Cerati. Es la conjunción de lo ideal: alguien que canta y toca increíble. Para mí, fue mucha más influencia él que [Ricardo] Mollo, que siempre me gustó también, pero Cerati generaba cosas en la guitarra desde otro lugar. Por eso mi primera guitarra con Carajo fue una Parker Fly, que era modernísima y muy rara para el estilo, y al que se la había visto era a Cerati. 

¿Hubo una escena nü metal en Buenos Aires?

Sí, tal vez no se desarrolló tanto. Antes, tuvimos a A.N.I.M.A.L., que hizo crecer el metal a nivel latinoamericano. Lograron algo que no habían logrado otros, con un approach más moderno. Después, medio que seguimos nosotros y había bandas como Plan 4 y Raíz. Entre 2010 y 2015 estaban Melian, Deny, que convocaban en una época dorada del género, dentro de lo popular que podía llegar a ser. El metal siempre tuvo sus picos, pero por ahí contabas con los dedos de una mano las bandas de la escena que podían darse el lujo de vivir de eso. No conocí muchas bandas del metal que realmente puedan vivir de la música. Yo, por suerte, con Carajo lo pude hacer y siempre me sentí muy agraciado.