El nuevo bookazine de Rolling Stone es una edición imprescindible para guitarristas y melómanos con debilidad por el volumen: Héroes eléctricos, una revista-libro de 100 páginas con perfiles, fotografías históricas y la obra esencial de los 250 más grandes guitarristas del rock.
El término guitar hero se amplificó en los setenta con la potencia de un muro de equipos valvulares al máximo. Mucho antes de convertirse en la marca de un emporio de videojuegos, esas dos palabras describían a figuras casi mitológicas: artistas virtuosos, carismáticos, solistas, incluso en el contexto de un grupo, empuñando su instrumento encendido y mágico como la espada implacable de una fantasía heroica.
Con la proliferación del rock, como cultura y también como industria sin chimeneas, pero humeante, el arte de la guitarra se extendió, globalizó y diversificó; los referentes clásicos mantuvieron su estatus, sin duda, pero la guitarra se democratizó y trascendió la elite. Como apunta Pete Townshend, uno de aquellos héroes, algunas páginas más adelante: “Si te pasás una hora en Instagram o YouTube, vas a encontrar desconocidos que pueden puntear como Eddie Van Halen o hacer jazz como John McLaughlin”.
Este bookazine que acaba de llegar a los kioscos está dedicado a los guitarristas que marcaron épocas, y eso incluye a los nobles Caballeros de las Seis Cuerdas de los setenta, a sus aún más legendarios antecesores en las raíces del blues y a sus descendientes (ya sea que honren o que se rebelen frente a aquellos dioses enchufados). Se basa en la definitiva lista de los 250 grandes guitarristas de todos los tiempos publicada recientemente por la edición norteamericana de Rolling Stone. Lista que, a su vez, es una ampliación de la anterior elaborada por la revista en 2011, a partir de los votos de un panel integrado por músicos, periodistas y melómanos; un ranking de cien guitarristas emblemáticos, que atravesaba todas las generaciones y vertientes del rock, el blues y sus múltiples satélites, con Jimi Hendrix en un incuestionable primer puesto, tan vigente que vuelve a ocupar la tapa también en este bookazine.
Trece años más tarde, la redacción se propuso actualizar aquella nómina. Al encarar ese desafío, una de las primeras conclusiones fue que había que llevar la selección a 250 nombres, por la notable cantidad de talento merecedor de reconocimiento a la hora de pintar un panorama completo. Se admitió, también, que la lista original contaba con muy pocas mujeres guitarristas, y ese fue otro déficit a saldar. No costó encontrar candidatas, tanto de los orígenes del rhythm and blues como de las más recientes escenas rockeras, para lograr una galería ajustada a la realidad (más allá de la arbitrariedad congénita de todo best of).
Este ranking de guitarristas es un contenido producido desde la redacción de Rolling Stone en Nueva York, que, si bien procura una mirada en algún grado internacional, es necesariamente generalista y por supuesto dista de cubrir el capítulo argentino. La mención a Gustavo Cerati, en el puesto 230, es una bienvenida sorpresa. Pero entendemos que los violeros del rock nacional merecen una lista y, por qué no, un bookazine propios. Entre tanto, reservamos un espacio en estas páginas simplemente porque en ninguna fiesta de guitarristas pueden faltar artistas como Pappo, Skay y Ricardo Mollo.
También dedicamos algunas líneas a revisar conceptualmente el rol simbólico del guitarrista en siete décadas de historia del rock, a relevar las distintas formas que fue adoptando el solo de guitarra y a destacar a esos otros creadores, menos ortodoxos, que se atrevieron a experimentar y a repensar las posibilidades sonoras de micrófonos y cuerdas, decididamente alejados del arquetipo del guitar hero.
En definitiva, este bookazine es una celebración de la guitarra eléctrica y de los muchos más de 250 grandes guitarristas, héroes accidentales, que contribuyeron a moldear el sonido (la reverberación y algunos necesarios acoples) de la música contemporánea.